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DESORDEN Y NEGLIGENCIA EN UN CONCURSO PÚBLICO: ¿UN PROBLEMA DE GÉNERO?

“En Chile, las teorías y fantasías del complot son más viejas que el hilo negro”

Guillermo Machuca


Estimada Alejandra Villasmil:

Esperamos que te encuentres bien. Te escribimos ya que se alude a nuestro equipo de trabajo en la carta publicada por un grupo de artistas y gestoras chilenas en Artishock en relación con el concurso para la representación nacional a la 60° Bienal de Venecia.

A modo de testimonio, queremos dejar constancia de lo siguiente:

Nuestro equipo renunció al concurso público para representar a Chile en la 60° Bienal de Venecia por problemas que aludían estrictamente a la organización del concurso y al desarrollo de nuestro proyecto. En primer lugar, el cambio de ubicación del Pabellón, que no es para nada equivalente a lo que le sucedió a Voluspa Jarpa, como falsamente se afirma en la carta publicada en vuestro medio, ya que su Pabellón se realizó dentro del Arsenale de la Bienal, a escasos metros del espacio utilizado en otras ocasiones por Chile, y no fuera del recinto de la Bienal, como será ahora. Pensamos que este hecho resta visibilidad y presencia a la representación nacional.

En segundo lugar, renunciamos por los retrasos y alteraciones en los plazos que ponían muy cuesta arriba el correcto desarrollo de nuestra propuesta. Nosotros habíamos elaborado un proyecto de instalación para un espacio con unas características -las que estaban en las bases- y luego de la preselección nos enteramos que el espacio era otro que, definitivamente, no nos servía.

Jamás atacamos a este jurado y menos podríamos haber cuestionado el resultado de un concurso cuyo proyecto ganador no había sido seleccionado. Nosotros renunciamos el 7 de octubre y el ganador se dio a conocer el 14 de noviembre. La carta de renuncia fue muy explicita en los motivos, no escondía segundas intenciones detrás de la crítica a la organización del concurso por parte del Ministerio de Cultura, ni buscaba “violentar” ni atacar a ningún colega artista, jurado, ni a ninguna persona dentro del MINCAP. Estas son afirmaciones falsas y tendenciosas.

Para nosotros el concurso terminó con nuestra carta de renuncia y proseguimos cada uno con nuestras respectivas actividades profesionales. Por tanto, los problemas surgidos con posterioridad, tales como los cuestionamientos al jurado y a los posibles conflictos de interés, el artículo periodístico de Artnews, así como acusaciones de otros participantes en medios locales como La Tercera o El Mostrador, no nos competen. Tampoco es nuestra responsabilidad la posible deslegitimidad en que ha caído el concurso y la infraestructura que lo soporta.

Entendemos y estamos de acuerdo en que hay que apoyar a las compañeras seleccionadas para representar a Chile, pero no a costa de maquillar bajo la lógica de la discriminación, todos los problemas que ha tenido este proceso que ha terminado con sumarios internos en el Ministerio y otros.

Grosso modo, en la carta que publicas se acusa al voleo de una “manera de obrar” que esconde “machismo, clasismo y xenofobia” en el arte chileno. No sabemos a quién o quiénes van dirigidas estas graves acusaciones pero, en cuanto a nosotros, jamás hicimos ningún comentario de este tipo ni antes, durante o con posterioridad a nuestra renuncia. Mucho menos ha habido una intención subyacente para “humillar y denostar el trabajo de artistas y gestoras mujeres”, máxime cuando una integrante fundamental de nuestro equipo, Gabriela Rangel, es una crítica y curadora migrante venezolana reconocida internacionalmente por su militancia y afinidad con problemáticas de feminismo y de género. Estas son unas conjeturas mal intencionadas que carecen totalmente de fundamento.

Nosotros no nos hemos pronunciado, ni de manera individual ni colectiva, sobre el proyecto ganador Cosmonación, tampoco sobre sus integrantes, ya que no nos corresponde. Reiteramos que, con la renuncia, nos desentendimos completamente del posterior desarrollo del concurso y sólo tuvimos una reunión convocada por la subsecretaria del MINCAP, Noela Salas, donde manifestamos nuestro deseo de que, de cara al futuro, todos los problemas de organización se subsanen.

Aclarar, en este punto, que hemos trabajado con comisarias, escritoras, críticas y artistas mujeres toda nuestra vida -varias firmantes de la carta- y jamás hemos tenido ningún problema, por el contrario, sentimos el mayor de los respetos por todas ellas. No entendemos, por lo tanto, ¿cómo puede una carta de renuncia y denuncia de los desórdenes y negligencia en un concurso público devenir en un problema de género?

Creemos en la autonomía y libertad critica, intelectual y de opinión. Dicho esto, si hay otras y otros artistas, gestores o concursantes que han tomado acciones legales, hecho público su malestar y discrepancia con el resultado del concurso, atacando o cuestionando al jurado y al equipo ganador, por redes sociales u otro medio, no vemos por qué se tiene que relacionar con la carta de renuncia que nosotros enviamos la que, insistimos, no estaba dirigida a “desinformar” a la opinión pública como se manifiesta en la carta, sino -perdón por la reiteración- a señalar problemas de organización del concurso.

Muestra de ello es que los motivos por los que renunciamos al concurso siguen vigentes: el equipo ganador tendrá escasos cuatro meses para desarrollar su proyecto y afrontar un evento tan importante, y el Pabellón de Chile, después de 14 años, se ubicará fuera del Arsenale de la Bienal. Nos parece fuera de lugar atacar una imaginaria “campaña de desinformación” justamente desinformando y vertiendo acusaciones falaces.

Lamentamos profundamente que nuestra renuncia haya provocado tantas confusiones y esperamos que esta carta de aclaración sirva para despejar las dudas respecto a nuestra postura en relación al concurso y su resultado. A su vez, queremos dejar en claro que estamos radicalmente en contra de cualquier tipo de discriminación o ataques a colegas artistas, curadoras y gestoras.

Para terminar, esta cita a la carta recién publicada que nos parece muy oportuna: “Esperamos que esta declaración sirva para restituir las buenas prácticas y el apoyo mutuo entre los agentes de las artes visuales y para fortalecer los procesos artísticos, de modo que beneficien a todo el ecosistema de las artes visuales chilenas”.

En fin, este breve escrito es solo para aclarar algunos puntos, y por nuestra parte dar por cerrada esta controversia.

Saludos y gracias,

Patrick Hamilton (Artista Visual) y Sergio Parra (Librería/editorial Metales Pesados, director Il Posto)

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