REBELDES: LABORATORIO EXPERIMENTAL DE PRÁCTICAS FEMINISTAS
¿Cómo vivir la sororidad en sociedades capitalistas, postcoloniales, discriminatorias y sexistas? ¿Cómo encontrarnos y crear redes a pesar de los privilegios desiguales? ¿Cómo conectar nuestras protestas? Esas fueron algunas de las preguntas que el equipo interdisciplinar de curadoras Jessica Fritz, Stella Salinero Rates, Sophia Firgau y Mónica Salinero Rates planteó a 16 artistas y dos colectivas de Chile y Alemania, que respondieron con temas y estrategias de resistencia tan diversas como sus orígenes y trasfondos.
Según las curadoras, Rebeldes es más que una exposición: “Es un Laboratorio Experimental de Prácticas Feministas y una plataforma para el diálogo, la inspiración mutua y la acción conjunta”. El proyecto, que se despliega tanto en formato físico en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago, como en formato virtual, busca seguir construyendo las prácticas de los feminismos desde la participación en talleres, diálogos y actividades, interviniendo también la propia exposición, pues algunas de las obras inéditas y performances han sido y siguen siendo creadas en procesos colectivos.
Jessica Fritz, iniciadora y curadora del proyecto, señala que el proceso colaborativo de la curaduría se extiende a toda la muestra, que ha sido pensada para que les asistentes puedan participar activamente. «El diálogo sobre nuestras prácticas feministas continuará, ahora también con el público, lo que nos alegra mucho. Esta es la única manera de reflexionar sobre las diferentes realidades y necesidades y de vivir una verdadera sororidad”, comenta.
Para Stella Salinero, el carácter experimental de la muestra está situado a nivel de las relaciones de trabajo: “Ha habido una voluntad de (re)conocernos, dialogar, mantener diferencias, pero siempre en este encuentro mutuo. Se han evidenciado las opresiones que persisten entre nosotras según estamos adscritas a categorías socialmente devaluadas, ya sea por orientación de género o país de origen”.
El título del proyecto, Rebeldes, alude a la necesidad de criticar los poderes patriarcales y hacer visibles sus consecuencias las cuales, de otro modo, permanecerían ocultas. En esta persistencia de la rebeldía se expresan relaciones e intersecciones entre generaciones, mundos y culturas diversas, que se ponen en movimiento en la muestra.
Astrid González (1994, en tránsito entre Colombia y Chile) revisa documentos de la historia del arte y de la “historia universal” para establecer cartografías de elementos simbólicos que aterrizan gráficamente al afrodescendiente en el contexto colonial, en el racismo estructural, en el nacimiento y consolidación de pueblos cimarrones y palenqueros y, finalmente, en los procesos de blanqueamiento como el paradigma del progreso y del mestizaje de las Américas.
Con la fotografía, el dibujo digital, experiencias sonoras, el video y la escultura como lenguajes plásticos, la artista hace reflexiones estéticas y críticas sobre el cuerpo del afrodescendiente que ha sido representado desde el siglo XVI hasta el presente.
Su participación en Rebeldes es a través de una obra reciente, Hablar a plantas (2021), que aborda cómo la medicina natural ha sido empleada en los territorios étnicos en Colombia –y en otros territorios de Latinoamérica– para el tratamiento y curación de las enfermedades.
Según la artista, “actualmente, a raíz del racismo sistemático que limita la salud y el bienestar de los grupos sociales más desprotegidos por el Estado, el empleo de las plantas y los rezos sincréticos han suplido la ausencia de políticas públicas en el marco de la atención primaria en salud, y han reforzado los saberes ancestrales de la tierra y la fe en el tratamiento de la vida y la muerte”.
El poder de las plantas -y su relación con lo femenino- es también explorado por la artista alemana Justyna Koeke (1976) en Flower Power Fitness (2022), una instalación interactiva creada junto a otras mujeres en Chile en la que flores y plantas actúan como aparatos para hacer ejercicios. Para su creadora, se trata de invitar a experimentar el propio cuerpo desde los sentires y las sensaciones.
Las flores no sólo se asocian a la feminidad, sino que también simbolizan la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte como fin de los placeres mundanos en el género artístico de las vanitas. Koeke traslada este simbolismo, que se expresa en la decadencia de lo orgánico, a nuestros discursos contemporáneos sobre la temporalidad y la edad. Con humor, su trabajo cuestiona los estereotipos del cuerpo femenino relacionados con las exigencias de aptitud física, juventud y disponibilidad sexual.
Las obras de la artista visual, performer y poeta Eli Neira (Chile, 1973 – vive y trabaja en Bogotá) cuestionan abiertamente la situación social, política, económica y cultural que deriva del sistema neoliberal. La desigualdad económica, el clasismo, la institucionalidad estatal y la idiosincrasia conservadora chilena son algunos de los temas que aborda en su trabajo, junto a una crítica feminista y decolonial. Sus trabajos suelen tener al cuerpo como un eje de experimentación y expresión.
En su instalación para Rebeldes, titulada Oda a la propiedad privada (2022), donde zapallos en distintos grados de putrefacción son atados y penden de alambres de púas, reflexiona acerca de la materia y sus límites, la abundancia y su distribución en el mundo actual. Esta obra forma parte de una serie de reflexiones poético–políticas en torno a los conceptos de utopía y cambio social que la artista ha venido desarrollando desde la revuelta popular en Chile (2019) hasta la fecha. “El trabajo con el alimento apareció con fuerza en mí, luego de la vinculación con las ollas comunes y huertas comunitarias surgidas durante la revuelta y de las cuales participé activamente”, manifiesta la artista.
Paula Baeza Pailamilla (Santiago de Chile, 1988) ha trabajado durante la última década a partir del performance, la práctica textil y el audiovisual, basándose en su propia identidad mapuche. Su obra se caracteriza por prácticas relacionales y acciones colectivas que investigan el cuerpo político, social e histórico. En particular, se enfoca en la autodeterminación del mapuche en la sociedad chilena como gesto político, y en cómo los espacios públicos urbanos son ocupados por los cuerpos de mujeres indígenas mediante performances que abordan la condición de invisibilidad en el contexto diaspórico en el que actualmente viven, esto es, desplazadas de sus territorios de origen.
En Piedras (2021), un performance realizado en el bosque del río Sihl, en Suiza, la artista busca diversas formas de interactuar sexo-afectivamente con l*s seres no human*s que ahí habitan. “Me entrego a la caminata, a la deriva y al flujo que proponen el bosque y el río. Las piedras y el agua componen el ambiente sonoro y ese sonido me llama, me invita a entrar. Con mis dedos, me llevo piedras a la boca para que naden en mi propio flujo. Las acaricio con mi lengua húmeda, ellas me acarician por dentro. Las piedras y yo nos estimulamos mutuamente creando nuevos sonidos al chocar con mis dientes. Al cerrar este ciclo, las piedras vuelven al río, a su flujo original”.
En sus obras e investigaciones, Cheril Linett (Santiago, 1988) aborda temáticas sociales y políticas, principalmente de carácter feminista, indagando constantemente en los roles sociales, de género y sexuales, y la violencia de los sistemas “normalizadores” con que el poder opera. A través de una investigación encarnada y construida desde su propia identidad, comparte en su trabajo trazas autobiográficas que atraviesan la dimensión más íntima del ser creador, para dar cuenta de las problemáticas del contexto social, político y cultural en el que estamos inmersos.
Su proyecto de performance Yeguada Latinoamericana, que viene interviniendo desde el 2017 el espacio público en fechas emblemáticas, hace uso del cuerpo como soporte crítico, ocupa el espacio público, y se reapropia de los lenguajes del arte y del performance para hacer política y militancia antiautoritaria.
En el video-performance Abrojos (2021-2022) de Yeguada Latinoamericana vemos armas compuestas por cuatro púas metálicas afiladas –reproducidas en serie y esparcidas por el pavimento–, rompiendo neumáticos, cortando el tráfico y saboteando a las fuerzas de orden. “En nuestro territorio (a los abrojos) se les conoce como miguelitos gracias a Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), quien los masificó en Chile”, relata Linett.
Yeguada Latinoamericana crea su propia fábrica de abrojos y los saca a la calle el 11 de septiembre del 2021, reinterpretando esta estética militante del siglo XX desde los feminismos anales del hoy.
Priscila Solari Oyarzo (Valparaíso, Chile, 1975) se ha dedicado a la enseñanza de las artes en diferentes contextos sociales, donde destaca su labor de acompañamiento con jóvenes infractores de ley. Desde el 2000 viene desarrollando una obra cuya temática es la violencia contra las mujeres en sus diversas manifestaciones, en la que integra recursos de la fotografía, el grabado y la instalación y la intervención del espacio público.
Con su obra 62/Moldes de Corte y Confección (2009), una instalación de 62 vestidos de novia con armas bordadas que representan los 62 feminicidios cometidos en Chile en 2008, Priscila Solari Oyarzo instaló un debate en torno al amor romántico y el femicidio inédito en las prácticas artísticas del momento. Este trabajo es revisitado y reconfigurado en Rebeldes. En jornadas colectivas, se desarmaron los vestidos para atribuirles nuevos significados.
“Se descosieron reconociéndonos en el dolor, en las violencias, en los modelos impuestos que nos cruzan, pero, sobre todo, para transformar y transmutar”, dice la artista. “Luego, transformamos esta obra en otra distinta. Hilvanamos sin olvidar; transmutamos en deseos de vivir en emancipación, autonomía, abundancia y colectividad”.
La Escuela de Arte Feminista es una colectiva integrada por Gabriela Rivera y Senoritaugarte, madres y artivistas que desde el año 2015 propician espacios para la autoformación y producción desde una episteme feminista, impulsando la exploración de las artes desde el quehacer latinoamericano, antipatriarcal y anticolonial.
Para Rebeldes, la Escuela realiza un laboratorio con estudiantes del territorio de Matucana*, desplegando los trabajos finales en una cartografía que vincula los archivos del museo e historias orales, corporales y afectivas, tensionando los discursos hegemónicos sobre la feminidad.
El trabajo de Yishay Garbasz (1970, vive y trabaja en Berlín) se relaciona con recuerdos traumáticos y su propia experiencia como mujer trans. La artista además trabaja con comunidades marginadas y en áreas afectadas por la guerra y los desastres, en un proceso comprometido y continuo de hacer visible lo invisible. Su propia historia también juega un papel importante en su obra, como se ve, por ejemplo, en la serie fotográfica Becoming, en la que documenta diariamente los sutiles cambios de su cuerpo, antes y después de su operación.
La pieza que presenta en Rebeldes, Untitled vagina, está hecha de alambre de púas. Por un lado, el material hace referencia a las dolorosas experiencias de opresión a las que están sometidas muchas mujeres. Sin embargo, a nivel personal, el material también representa la violencia que la artista experimenta una y otra vez como mujer trans en el contexto médico en relación con su vagina. Al mismo tiempo, el tamaño de la instalación también puede leerse como un signo de poder o de autoafirmación.
Rebeldes incluye una obra de una de las pioneras mundiales del arte feminista radical: Annegret Soltau (Alemania, 1946). En sus costuras fotográficas, la artista da puntadas con hilo sobre autorretratos fotográficos, un gesto que, simultáneamente, desgarra mundos internos y cierra las heridas resultantes. Aunque su trabajo parte por centrarse en ella misma, este se expande para abarcar la historia de la humanidad y, más específicamente, la imagen del cuerpo, la violencia, el embarazo, el nacimiento y la búsqueda de las raíces.
En mit mir selbst (Conmigo misma) [1975-2022] presenta lado a lado dos autorretratos de 1975 y 2022. Así lo explica la artista: “En mi performance, salgo de mi yo actual y lo intercambio por partes con mi yo pasado. Coso los fragmentos en los respectivos retratos con hilos. La foto en blanco y negro me muestra poco antes de cumplir 30 años. Ahora, como artista mayor, me veo a mí misma en intercambio con mujeres artistas más jóvenes. Reflexiono sobre el paso del tiempo desde entonces hasta ahora y me pregunto: ¿Qué queda?”.
Janet Toro (Osorno, Chile, 1963 – vive y trabaja en Santiago), en colaboración con el Coro Voces de Rebeldía, proponen “un espacio sensible de encuentro y expresión. Una reflexión corporal que saque el dolor de los bloqueos”. Estas diez mujeres (incluida Toro), afectadas por diversas formas de violencia política, como la prisión, la tortura, y otras más cotidianas, intervienen el bandejón con piedras ubicado en la explanada exterior del museo con una instalación compuesta por grandes sillas negras, vacías, que aluden a la ausencia de tantas mujeres asesinadas, torturadas y desaparecidas.
“Las sillas deshabitadas se relacionan con un performance realizado el 14 de abril de 2022, en la explanada del Museo. Invité a mujeres ex-presas políticas, torturadas y violentadas a accionar junto a mí en el museo y en la vía pública, a expresar sus historias de dolor y de resistencia, logrando una síntesis que confluyó en una palabra específica para cada una”, explica Janet Toro sobre este diálogo introspectivo, un espacio sensible de encuentro y de reflexión.
Maternal Fantasies es una colectiva internacional interdisciplinar de siete artistas (madres) y sus hij*s, con sede en Berlín. En sus diversos proyectos colaborativos, busca dar forma al discurso de la maternidad mediante un proceso de trabajo artístico que de visibilidad a las posturas feministas contemporáneas. Su producción artística funciona simultáneamente como lugar de experimentación social y como práctica político-performativa. En la actualidad, la colectiva incluye a Aino El Solh, Hanne Klaas, Isabell Spengler, Lena Chen, Magdalena Kallenberger, Maicyra Leao y Mikala Hyldig Dal.
En su trabajo Encuentros especulativos (2022), Maternal Fantasies ha establecido un dispositivo creativo como base para ampliar y materializar su cosmos de referencias ancestrales femeninas. Este dispositivo propicia un encuentro especulativo con una ancestra feminista elegida y propone un diálogo intertemporal con ella. Los encuentros se presentan como una instalación compuesta por collages producidos colectivamente, junto con textos performativos y reflexiones sonoras.
En el programa radial ¿Cuál es tu historia?, la artista chilena Eugenia Vargas-Pereira (1949) invita a mujeres, niñes y todas las personas interesadas a tomar el micrófono y contar sus historias. ¿Qué mejor medio para hacerlo que la radio? La transmisión se hace por Talking Head Transmitters, una emisora de radio en 88.1 FM cuya editorialidad hace visibles la injusticia y la discriminación y busca conectar a las personas entre sí y con el mundo del arte.
* Perteneciente a las comunas de Estación Central, Quinta Normal y Santiago, actualmente la Av. Matucana es conocida por ser uno de los ejes culturales más importantes del Gran Santiago.
REBELDES: LABORATORIO EXPERIMENTAL DE PRÁCTICAS FEMINISTAS
Galería de la Memoria y explanada del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos (MMDDHH), Matucana 501, Santiago de Chile.
Hasta el 14 de agosto de 2022.
Artistas: Joséphine Sagna, Astrid González, Yishay Garbasz, Bárbara González Barrera, Justyna Koeke, Maternal Fantasies, Eli Neira, Escuela de Arte Feminista, Annegret Soltau, Cheril Linett, Priscilla Solari Oyarzo, Sara Nabil, Paula Baeza Pailamilla, Katia Sepúlveda, Ingrid Wildi Merino, Eugenia Vargas-Pereira, Julia Lübbecke y Janet Toro.
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