ENTRAR AL CINE
“Los hiperbóreos”, de Cristóbal León y Joaquín Cociña, es —será— una película, pero ha sido —y es— también una exposición, un taller, un set de rodaje, un laboratorio, una liturgia. Es difícil describir aquello que durante semanas ocurrió en el galpón de Matucana 100.
PEDAGOGÍAS DE ARCHIVO
En una serie de capítulos sobre Reinaldo Arenas, Severo Sarduy, Salvador Novo, Pilar y José Donoso, Delmira Agustini, Pedro Lemebel y Paz Errázuriz, Guerrero subraya cómo el archivo excede su aparente condición funeraria, pues debe entenderse, más bien, como un lugar del porvenir, como la materialización de nuevas vidas, escrituras, cuerpos y autorías.
UN LIBRO POSIBLE
Amalia Cross lleva a cabo en «Entre la copa y la manzana» un procedimiento deisleriano al no querer completar o cerrar el proyecto de Deisler sino, más bien, darle al lector los materiales para que él mismo construya su libro. Cross nos comparte las reproducciones de los materiales de Deisler, nos da algunas pistas en su texto introductorio, pero no busca con ello poner un punto final a este proyecto.
QUEBRAR LA LEY. SOBRE “POESÍA VISUAL: PROYECTO PARA HACER UN LIBRO”, DE GUILLERMO DEISLER
Si bien este proyecto de Deisler tiene un carácter lúdico y es, cabe decirlo, también una reflexión sobre el libro de artista como medio, este artefacto constituye a la vez una invitación a quebrar la ley: que el libro se reproduzca, se corte, se rompa, se rasgue, se lo reensamble de nuevas maneras. Para un contexto dictatorial, que una obra artística sugiera la posibilidad de quebrantar las convenciones o los pactos sociales no es un gesto irrisorio.
TEN THESES ON THE ARTIST’S BOOK
An artist’s book has its own temporality. Its reading time is not marked by the number of words per minute that we are able to skim through. It may, for all that matters, even lack text. An artist’s book can be incomprehensible in a first, second and third reading; or it may never be fully deciphered. An artist’s book is the Sphinx without Oedipus.
DIEZ TESIS SOBRE EL LIBRO DE ARTISTA
Un libro de artista tiene su propia temporalidad. Su tiempo de lectura no lo marca la cantidad de palabras por minutos que seamos capaces de hojear, pues incluso puede llegar a carecer de texto. Un libro de artista puede ser incomprensible en una primera, segunda y tercera lectura; o pueda tal vez nunca ser descifrado del todo. Un libro de artista es la Esfinge sin Edipo.