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COORDENADAS MÓVILES: REDES DE COLABORACIÓN ENTRE MUJERES EN LA CULTURA Y EL ARTE (1975-1985)

Gemma Argüello Manresa
Natalia de la Rosa
Carla Lamoyi
Roselin Rodríguez Espinosa

La creación de espacios para el trabajo de mujeres artistas y agentes diversas en el campo cultural es una labor que se ha logrado a través de estrategias de colaboración afectivas y profesionales. Una lucha que por décadas ha insistido en fomentar vínculos que han cimentado mejores condiciones para nuestro presente y las afrentas del futuro.

En la actualidad, son innegables los alcances del movimiento feminista y transfeminista, y su impacto en el campo del arte. Esos logros han sido herramientas de supervivencia frente a los efectos del patriarcado, de los cuales no está exento el ámbito artístico y el de producción de conocimiento, las instituciones y sus relaciones con las obras y los públicos.

En dicho contexto, esta exposición responde a la urgencia de imaginar y poner en práctica nuevas metodologías para repensar la historia del arte reciente en México y el lugar de las mujeres en ella. En esta muestra el foco se encuentra en las redes de colaboración que construyeron un campo creativo forjado en las diferencias, el diálogo, el conflicto, la complicidad, la vulnerabilidad, el rumor, el secreto, los silencios, la frustración, la amistad y formas de producción que desbordan la especificidad de los medios artísticos.

Coordenadas móviles recoge una investigación a partir de conversaciones con artistas y el estudio de archivos y colecciones personales e institucionales del país. También incluye piezas comisionadas que realizan lecturas contemporáneas de algunos materiales históricos.

Se divide en cuatro núcleos que mapean las conexiones entre artistas y agentes culturales de 1975 a 1985, un tiempo atravesado por la segunda ola del feminismo en México y por cuestionamientos acerca del lugar social de las mujeres en el arte. En total, se presentan 300 obras de 80 artistas.

A través de una revisión histórica del periodo, alternativa al relato hegemónico de “Los Grupos”, no sólo se nombra a artistas y escritoras, sino también a las agentes que las acompañaron, como gestoras, curadoras, teóricas o críticas, ya que las prácticas de creación en red fueron -y siguen siendo- una estrategia constante y vigente dentro del sistema artístico y cultural en México.

Agradecemos a quienes realizaron esta labor con anterioridad y a las protagonistas que nos compartieron sus memorias. A todas ellas, a las que no están nombradas aún y a las que transitan hoy por nuevas rutas, dedicamos esta muestra.

Ana Victoria Jiménez, registro fotográfico del performance realizado por el grupo Tlacuilas y Retrateras en la Biblioteca México, 1984. Reproducción contemporánea, impresión lightjet, 10 x 15 cm. Cortesía del Archivo Ana Victoria Jiménez de la Universidad Iberoamericana

NUCLEO I. RESISTENCIAS Y PEDAGOGÍAS ARTÍSTICAS

La década de los setenta fue un período complejo en el ámbito de la historia de los movimientos de oposición política contra el estado mexicano, pero también fue fundamental para comprender el origen de las organizaciones que formaron parte de la segunda ola del feminismo en México con agendas en torno al aborto, la violencia sexual, el trabajo, el hogar y los medios de comunicación masiva, así como del arte feminista en el país.

La reconstrucción histórica implica tomar decisiones que desafortunadamente no les hacen justicia a varias de las mujeres involucradas. Sin embargo, a través de una serie de eventos, se traza en este primer núcleo un recorrido por la década de arte feminista en México. Esta visión panorámica busca visibilizar la producción de muchas artistas a partir de redes colaborativas y la formación de grupos, como el Colectivo Cine Mujer en 1975, y Bioarte, Tlacuilas y Retrateras y Polvo de Gallina Negra en 1983.

También se presentan distintos eventos y exposiciones que se organizaron en complicidad con diversas instituciones, la producción editorial, así como la participación de artistas, escritoras y gestoras en organizaciones feministas como el Movimiento Nacional de Mujeres, Mujeres en Acción Solidaria, Coalición de Mujeres Feministas y el Colectivo La Revuelta.

Finalmente, esta sección de la muestra se centra en exhibir las prácticas comunes entre estas artistas y gestoras. Por un lado, se exploran el performance y el happening; por otro lado, se analiza la pedagogía feminista desde dos perspectivas: una influenciada por el feminismo de los Estados Unidos y otra surgida de las particularidades del contexto local, caracterizado por un compromiso activo con la agenda feminista desde el activismo.Acá se incluye Collage Intimo, reconocida como la primera exposición de arte feminista en México, llevada a cabo en 1977 en Casa del Lago. En ella participaron Rosalba Huerta, Mónica Mayer y Lucila Santiago. Posteriormente, en 1984, se desarrolló el ciclo ¿Cabellos largos, ideas cortas?, organizado por un comité conformado por Oriana Barkham, Frances Cox, Rocío Gracía, Fairlie Gibson, Marisol Gower, Barbara Labiejko, Vaughne Miller, Marcela Ramírez y Dora Luz Vázquez. El evento consistió en una serie de exposiciones, conferencias, piezas performáticas, presentaciones de libros de artista y películas.

Según una nota del periódico Excélsior, su título estaba inspirado en el aforismo de Schopenhauer “la mujer es una criatura de cabellos largos e ideas cortas”, y sus objetivos eran “dar a conocer las diversas opiniones y alternativas de grupos e individuos interesados en la problemática de las mujeres, así como el trabajo que realizan las propias mujeres dentro de diversos ramos del arte y la sociedad”.

Invitación a la exposición Collage íntimo, 1977, 13.97 x 21.59 cm. Cortesía Mónica Mayer/Archivo Pinto mi raya
Collage íntimo, 1977, 13.97 x 21.59 cm. Cortesía Mónica Mayer/Archivo Pinto mi raya
Collage íntimo, 1977, 13.97 x 21.59 cm. Cortesía Mónica Mayer/Archivo Pinto mi raya

El grupo de arte feminista Tlacuilas y Retrateras se conformó a raíz de un taller de arte feminista en la Academia de San Carlos que organizó Mónica Mayer. Sus integrantes fueron Mónica Mayer, Ana Victoria Jiménez, Ruth Ablores, Karen Cordero, Consuelo Almeda, Lorena Loaiza, Nicola Coleby, Isabel Restrepo, Marcela Ramírez, Patricia Torres y Elizabeth Valenzuela.

El Grupo Bioarte estuvo conformado por Guadalupe García Vásquez (artista afromexicana, pionera del performance y escritora), Roselle Faure (artista, pintora y diseñadora francesa), Laïta (artista, pintora y diseñadora francesa), Nunik Sauret (artista gráfica mexicana) y Rose Van Lengen (pintora brasileña).

Antes de que el término bioarte fuera utilizado como una categoría de arte y medios, según Roselle Faure, éste fue acuñado por Guadalupe García Vásquez, quien decía que bio hacía referencia a la vida, “porque la mujer es la que da vida”.

Grupo Bio-Arte, 1984. En la imagen: Laïta, Nunik Sauret, Rose Van Lengen, Roselle Faure, Guadalupe García Vásquez. «Bordando Sobre la Escritura y la Cocina”, en MUNAL, México.

El Colectivo Cine Mujer fue un grupo que recogió desde el feminismo la voz de distintas problemáticas de las mujeres a través del cine. Algunas integrantes del colectivo fueron Rosa Martha Fernández, Beatriz Mira, Guadalupe Sánchez, Sonia Fritz, Eugenia Tamés Mejía, María Novaro, Maricarmen de Lara, entre otras cineastas y artistas.

Polvo de Gallina Negra fue el primer colectivo de arte feminista mexicano, integrado por Maris Bustamante y Mónica Mayer. Mediante acciones callejeras, piezas de arte correo, performance e intervenciones en medios de comunicación, impugnaba la imagen tradicional de las mujeres, cuestionaba su rol, denunciaba la violencia ejercida contra ellas y criticaba la sociedad y el machismo imperante en México y en América Latina.


Leticia Ocharán, Poema Colectivo Revolución, 1981. Copia de exhibición, 2023. Impresión light jet, 21.59 x 27.94 cm. Foto: Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024.

NUCLEO II. MÁS ALLÁ DE LA LITERATURA: LIBROS DE ARTISTA, ARTE CORREO, POESÍA VISUAL Y CREACIÓN ESCÉNICA

Este núcleo revisa el trabajo de creadoras que se desmarcaron de los campos artísticos tradicionales para explorar de manera individual, pero sobre todo colectiva los cruces entre la literatura, las artes plásticas y las artes escénicas en México.

Esto derivó en formas híbridas de producción, como libros de artista, grafismos, poesía y narrativa visual, arte correo, video performance, montajes escénicos y obras teatrales. Este conjunto de prácticas buscó, por distintos caminos, reimaginar el lenguaje textual desde sus cualidades narrativas, poéticas, visuales, espaciales y performáticas.

A través de una selección de documentos y obras de distintos acervos, esta sección exhibe los procesos de trabajo relacionados con pequeñas editoriales y espacios de exhibición de libros de artista. Además, incluye convocatorias internacionales de arte correo, bienales de poesía visual y proyectos escénicos multidisciplinarios.

Aunque la gestión de la mayoría de los casos presentados aquí fue llevada a cabo en colaboración entre hombres y mujeres, frecuentemente en colectivos formados por parejas de artistas, los relatos más difundidos han destacado únicamente las figuras masculinas, pasando por alto el papel crucial de sostén, cuidado, gestión, administración y producción creativa desempeñado por estas artistas. Esta sección busca reconocer su lugar como protagonistas.

Entre las artistas presentes en este segmento está Martha Hellion, quien además es arquitecta de profesión y museógrafa. Fue una de las editoras y gestora fundamental de la editorial Beau Geste Press (1970-1976), fundada en Devon, Inglaterra.

Tras dejar este proyecto, Hellion produjo la pieza autobiográfica Trayectoria (1973), un libro miniatura con formato de acordeón en el que, por medio de textos y dibujos, narra el viaje que realizó en tren a Bélgica en la búsqueda de un nuevo comienzo. Este libro único estuvo acompañado de una edición de diez cajas con boletos y documentos de viaje dibujados a mano e impresos en serigrafía, que funcionan como un registro de su travesía.

Magali Lara, El libro del olvido, 1983. Libro de artista, serigrafía. Ed: 100, 12 x 13 cm. Impreso en el Taller Tres Sirenas

En el Libro del Olvido, Magali Lara narra la historia de desamor de una silla que espera a su amante. Los ejemplares fueron impresos por Georgina Quintana y Laura González Durán en el Taller Tres Sirenas, fundado por la escritora Carmen Boullosa.

Mónica Mayer le propuso a Magali Lara diseñar una versión para colorear con la historia de Libro del Olvido. La sugerencia motivó la exposición Libros y otros libros, que se realizó en septiembre de 1983 en el Museo de Arte Moderno, y convocó a artistas y escritoras a crear un nuevo texto, ilustración, libro u obra de arte a partir de la historia de desamor de Lara.

Maris Bustamante tomó los dibujos originales para contar una nueva historia de amor que termina en un embarazo fallido. La narradora Silvia Molina pegó los dibujos de Lara sobre papel de color, lo iluminó y lo bordó. La escritora Margo Glantz aprovechó la excusa para narrar la vida de la compositora y soprano mexicana Ángela Peralta.

A la par de esta exposición, donde también expusieron Rowena Morales, Enriqueta Ochoa, Amparo Dávila, Alicia García Bergua, y los proyectos editoriales Cocina Ediciones, Cuentagotas y La Flor de Otro Día, entre otros, se realizaron algunas ediciones, una serie de conferencias, charlas y presentaciones de libros.

Cuenta Carmen Boullosa sobre Libro del Olvido: «Tiene dos protagonistas (dos sillas) y una desaventura amorosa. Invitamos a escritores y artistas a subirse a la cancha, a intervenir o alterar el libro de Magali. Algunos retomaron las imágenes, otros decidieron contar una historia diferente. Silvia Molina bordó en su portada una silla de Magali y manuscribió una historia; también participaron Felipe Ehrenberg, Margo Glantz, Carlos Aguirre, Georgina Quintana, Jesusa, Gabriel Macotela, Andrés Gonzáles Pagés, Joaquín Garrido, Rowena Morales, Eduardo Hurtado, Alicia García Bergua, Bruce Swansey, José María Espinasa, Chac, Laura González Durán, Humberto Guzmán…».

Esta sección también destaca la creación del Núcleo Post-Arte en 1985, impulsado por Araceli Zúñiga, Leticia Ocharán, María Eugenia Guerra, César Espinosa, Cosme Ornelas y Jorge Rosano, con el propósito de convocar la Primera Bienal Internacional de Poesía Visual y Alternativa.

Esta iniciativa, que representó el primer esfuerzo por reunir y exhibir trabajos interdisciplinarios en torno a la poesía en México, se concibió bajo la idea de que la poesía visual era una práctica que unificaba distintos medios, como la pintura, la escritura, el collage, el video, el arte sonoro y el performance.

Una de las invitadas a la Bienal fue la artista Pola Weiss (Ciudad de México, 1947 – 1990), quien tenía previsto exhibir uno de sus videos. Sin embargo, lamentablemente no pudo mostrarlo debido a que el Centro Cultural del Instituto Politécnico carecía del equipo necesario para reproducirlo.

Pola Weiss fue una artista pionera del video y la videodanza en México, que exploró con este medio el cuerpo fragmentado, multiplicado y en movimiento, así como el poder subjetivo y comunicativo de la cámara potenciada por la televisión. La manera en la que Weiss trabajaba con este medio audiovisual creó una enorme curiosidad en otras artistas de la época, interesadas en las nuevas artes electrónicas y sus posibilidades experimentales.

En este núcleo también se incluye documentación y registro de la obra de teatro Cocinar hombres (1983-1989), realizado por Lourdes Grobet, así como De Mugir a Mujer, imaginerías de siete (1983), a cargo de Grobet y Berta Kolteniuk. Además, se presentan fotos de Trece señoritas (Homenaje a Frida Kahlo), de 1983, realizadas por Alejandra Thomé.

Vista de la exposición “Coordenadas móviles. Redes de colaboración entre mujeres en la cultura y el arte (1975-1985)”, Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024. Foto cortesía del museo.

NUCLEO III. GESTORAS, COLECCIONES Y EXHIBICIONES. LA INVENCIÓN DE UNA INSTITUCIONALIDAD PARA EL ARTE

Esta sección de la exposición destaca un conjunto de museologías, gestiones y exhibiciones que buscan repensar los procesos de consolidación de los museos en México, muchos de los cuales fueron fundados entre las décadas de 1960 y 1980.

Aquí se señalan momentos clave dentro de un programa cultural y las formas en que ciertas figuras o grupos han influido en una estructura oficial. También se examina el trabajo y las colaboraciones de personajes como Raquel Tibol, Alaíde Foppa, Sylvia Pandolfi, Carla Stellweg, Helen Escobedo, Rita Eder y Emma Cecilia García, entre otras, a través de sus participaciones en instituciones como el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Carrillo Gil y el Museo Nacional de Arte.

En este apartado de la muestra destaca Alaíde Foppa, poeta, académica, gestora, crítica de arte y activista feminista guatemalteca exiliada en México. Fue profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fundadora de la revista fem. y del programa radiofónico Foro de la Mujer. Trágicamente, Foppa fue desaparecida por el estado de Guatemala en 1980. Su legado y su compromiso con la justicia y la igualdad de género siguen siendo recordados y honrados en el ámbito artístico y activista.

En el tercer núcleo también se reconstruyen o evocan la Exposición de pintoras, escultoras, grabadoras, fotógrafas, tejedoras y ceramistas en el Museo de Arte Carrillo Gil (1977), encabezada por Raquel Tibol, Alaíde Foppa y Sylvia Pandolfi; el envío de artistas mexicanas o residentes en México para el Women’s Building, a través de la exhibición titulada What is Feminist Art?, sección curada por Carla Stellweg desde el MAM (1977-78); la exhibición Kunstlerinnen aus Mexiko (1981), presentada en Berlín y organizada desde el Foro de Arte Contemporáneo por Emma Cecilia García, Magali Lara y Gilda Castillo; la propuesta de sala permanente para la colección del Museo de Arte Moderno, desarrollada por Emma Cecilia García y Rita Eder durante la gestión de Helen Escobedo (1983); así como la muestra Frida Kahlo y Tina Modotti (1983) para el Museo Nacional de Arte.

Vista de la exposición “Coordenadas móviles. Redes de colaboración entre mujeres en la cultura y el arte (1975-1985)”, Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024. Foto cortesía del museo.

Asimismo, este núcleo resalta la relevancia del medio audiovisual pensado como archivo y como vía para reinterpretar distintos procesos desde el presente. Entre 1970 y 1980, el video fue una herramienta para producciones artísticas, comunicativas o pedagógicas. Un ejemplo notable es el registro experimental Celebración, que retrata, a manera de collage, el cumpleaños de Magali Lara durante su muestra en Los Talleres (1982).

El video también sirvió como vínculo entre el trabajo curatorial y el educativo, como es el caso de las entrevistas grabadas por Emma Cecilia García y Bernardo Krinsky para la Sala Permanente de Arte Contemporáneo del Museo de Arte Moderno (1983).

Esta sección también destaca el papel de Helen Escobedo como directora del Museo de Arte Moderno, posición que asumió en 1982. Escobedo buscó abrir el museo al espacio público, fomentar la interdisciplina y formar un equipo de curaduría y servicios educativos. Emma Cecilia García y Rita Eder encabezaron el equipo curatorial encargado de reorganizar el discurso de la colección permanente.

La sala de arte contemporáneo del MAM exhibió obras de “los grupos”, libros objeto, nuevos acercamientos plásticos y destacó el trabajo de artistas mujeres como Graciela Iturbide, Lourdes Grobet, Magali Lara, Rowena Morales y Mónica Mayer.

Como complemento, se exponen en esta sala tres ejercicios interpretativos sobre los modelos de curaduría y difusión de estas apuestas, producidos por las artistas contemporáneas Eunice Adorno, Fernanda Pujol y Georgia Horgan.

Obra de María Eugenia Chellet en “Coordenadas móviles. Redes de colaboración entre mujeres en la cultura y el arte (1975-1985)”, Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024. Foto cortesía del museo.

NUCLEO IV. DESBORDES ENTRE TEORÍA, CRÍTICA DE ARTE Y PRODUCCIÓN ARTÍSTICA

En la conformación de un entorno de reconocimiento social y político de las mujeres artistas, tuvo un rol determinante la escritura de teoría y crítica de arte realizada por periodistas culturales, escritoras, académicas e incluso por las propias artistas.

Al escribir unas agentes sobre otras se generaron relatos generacionales y de comunidad. Así, se tejió una red de discusiones situadas que hacían resonancia de los debates contemporáneos sobre arte, feminidad y feminismo a nivel internacional y cuya concreción fueron los textos.

Durante el periodo, varias artistas, escritoras y pensadoras enfocaron su trabajo hacia la reflexión sobre la feminidad a partir de los ámbitos de lo doméstico y lo íntimo, en una ruta distinta y a la vez complementaria a los activismos feministas.

Las primeras posturas sobre “feminismo” y “feminidad” en las artes visuales fueron expresadas principalmente por académicas en la publicación Artes Visuales 7 (1975), editada por Carla Stellweg. Posteriormente, en fem. 33 (1984), nuevas generaciones de artistas aportaron formas de auto narración que resultaron claves en la discusión.

El enfoque de “lo femenino” se fortaleció con eventos como el coloquio Bordando sobre la escritura y la cocina (1983), organizado por la autora Margo Glantz en el Museo Nacional de Arte, y que reunió a mujeres escritoras y artistas de diversas geografías para repensar la modernidad desde la aguja y el hilo.

Durante el coloquio, se realizó la ambientación Escribiendo con los frutos de la tierra, un montaje de un bodegón erótico-conceptual a cargo del grupo Bioarte en colaboración con Tonia Aguirre Montiel y Maricaela Severino Cárdenas.

Vista de la exposición “Coordenadas móviles. Redes de colaboración entre mujeres en la cultura y el arte (1975-1985)”, Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024. Foto cortesía del museo.

En esta sección se comparten obras, documentos y registros de estas actividades de escrituras cruzadas. Junto con la auto narración desde lo femenino, lo íntimo y lo doméstico, se integran aquí materiales en torno a la invención de genealogías propias de las mujeres artistas acompañadas de acciones iconoclastas dirigidas hacia figuras dominantes en la cultura.

Ambos temas articularon teorías e historias del arte situadas que desafiaron la Historia que las había excluido, al mismo tiempo que crearon un lugar inédito para ellas en el horizonte de las narraciones posibles. Los gestos iconoclastas, en particular, exploraron maneras de alterar y desmantelar gráficamente, mediante el humor, el uso de la máscara y trazos vandálicos, ciertas figuras icónicas de autoridad del campo cultural, tanto femeninas como masculinas.

Magali Lara homenajea a Frida Kalho y reconstruye su árbol genealógico familiar; Maris Bustamante se transforma en Carlos Marx, Groucho Marx y la Mona Lisa; Carla Rippey dibuja a una mujer disparando a un cuadro de Picasso; María Eugenia Chellet sustituye el rostro de la Malinche de Rivera por el suyo; Katya Mandoky recrea y desintegra con telas de colores un cuadro de Gunther Gerzso a través de una animación en super 8.

Este núcleo también incluye exposiciones como Unbeachtete Produktionsformen (Formas de producción no remunerada), presentada en Künstlerhaus Bethanien (Berlín) en 1982. En ella, las artistas Magali Lara, Rowena Morales y Mónica Mayer, entre otras, realizaron el ensamblaje Caja Colectiva, a partir de la invitación de la artista austro mexicana Ilse Gradwhol.

La exposición abordaba el trabajo femenino y esta obra representó, a través de objetos cotidianos y materiales orgánicos e industriales del hogar, las labores femeninas no retribuidas y asumidas por el patriarcado como obligaciones domésticas.

Yolanda M. López, portada para la revista fem. no. 37, diciembre de 1984, 21.5 x 28 cm. Cortesía del CIEG / UNAM. Foto: MACG

En esta sección también se presenta la serie de pinturas al óleo Virgen de Guadalupe, de la artista chicana Yolanda M. López (San Diego, California, 1942-2021), que consiste en intervenciones de la icónica imagen de la virgen con retratos de su abuela, costureras, obreras, una madre campesina y autorretratos como entidades de un culto mundano al trabajo femenino y familiar.

Una de las vírgenes de López, titulada Walking Guadalupe —en tacones— ocupó la portada del número 37 de fem. dedicado a las chicanas en 1984. Esta publicación ocasionó un revuelo tal que ciertas organizaciones católicas la calificaron como una amenaza de bomba.

Junto a las obras y documentos históricos del núcleo IV, las artistas Verónica Gerber Bicecci y Daniela Bojorquez Vértiz presentan piezas que proponen lecturas contemporáneas de textos, así como prácticas de escritura crítica del período, respectivamente.

Gerber Bicecci trabaja con un particular archivo femenino. Entre los años setenta y ochenta, la artista visual y crítica de arte Leticia Ocharán (México, 1942 – 1997) guardó invitaciones, trípticos, manuscritos y fotocopias (entre muchos otros documentos) dentro de un peculiar conjunto de folders en tonos rosados. Su objetivo era conformar un libro sobre el trabajo de las mujeres artistas en México, pero, debido a su muerte prematura, el proyecto quedó inconcluso.

La pieza de Gerber Bicecci despliega, por un lado, una instalación con el registro fotográfico de dichos folders (hallazgo de la curadora Roselin Rodríguez) para intervenirlos con distintas frases y palabras de la Ocharán crítica de arte, así como con representaciones de las obras de las artistas que ella había elegido para su investigación.

Y, por otro lado, en un mural efímero, la pieza redimensiona un poema visual de la Ocharán artista donde se lee: “UF, UF, UF, UF”, la onomatopeya que, según la RAE, denota cansancio, fastidio o sofocación. Los folders rosas de Leticia Ocharán exhiben la evidencia irrefutable –frente a las omisiones de la historia del arte mexicano– de que todas ellas sí existieron.

Verónica Gerber Bicecci, Los folders rosas, 2023. Fotografías a color, pintura acrílica y pigmento sobre vidrio. Cortesía de la artista

Leticia Ocharán, Ay, de la serie Onomatopeyas, 1985. Serigrafía, 9.5 x 11.5 cm. Foto: Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México, 2023-2024.

COORDENADAS MÓVILES: REDES DE COLABORACIÓN ENTRE MUJERES EN LA CULTURA Y EL ARTE (1975-1985)

Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), Ciudad de México

Del 30 de septiembre de 2023 al 25 de febrero de 2024

Curaduría: Gemma Argüello Manresa, Natalia de la Rosa, Carla Lamoyi y Roselin Rodríguez Espinosa

Con obras de Eunice Adorno, Lola Álvarez Bravo, Yosi Anaya, Yolanda Andrade, Ariela Ashwell, Ana Barreto, Eli Bartra y todas las integrantes del Colectivo La Revuelta, Isabel Benet, Margie Bermejo, Daniela Bojorquez Vértiz, Geles Cabrera, Carmen Boullosa, Maris Bustamante, Patricia Cardona, Leonora Carrington, Gilda Castillo, Elizabeth Cattlet, Karen Cordero, Olga Costa, Cocina Ediciones, Ana Laura Cué, Ana Chechi, María Eugenia Chellet, Mirtha Dermisache, Consuelo Deschamps, Graziella Díaz de León, Herminia Dosal, Rita Eder, Laura Elenes, Helen Escobedo, Roselle Faure, Liliana Felipe, Rosa Martha Fernández, Alaíde Foppa, Isabel Freire, La Flor de Otro Día, Emma Cecilia García, Guadalupe García Vázquez, Verónica Gerber Vicecci, Margo Glantz, Ilse Gradwhol, María Eugenia Guerra, Graciela Gutiérrez Marx, Lourdes Grobet, Martha Hellion, Terry Holiday, Georgia Horgan, Graciela Iturbide, Ana Victoria Jiménez, Berta Kolteniuk, Ethel Krauze, Francis Laboriel, Laïta, Myra Landau, Maricarmen de Lara, Magali Lara, Joy Laville, Paulina Lavista, Yolanda M. López, Katya Mandoki, Mónica Mayer, Tununa Mercado, Mariliana Montaner, Rowena Morales, Leticia Ocharán, Marta Palau, Sylvia Pandolfi, Carmen Parra, Marisa Pecanins, Yani Pecanins, Fernanda Pujol, Isabel Restrepo, Carla Rippey, Jesusa Rodríguez, Marcela Rodríguez, Hebe Rosell, Nunik Sauret, Naomi Siegmann, Raquel Tibol, Carla Stellweg, Katia Tirado, Rini Templeton, Taller Tres Sirenas, Elena Urrutia, Elizabeth Valenzuela, Luz del Carmen Vilchis Esquivel, Pola Weiss, Yan María Yaoyólotl, Paloma Woolrich, Mariana Yampolsky, Araceli Zúñiga y muchas más artistas, gestoras e integrantes de distintas organizaciones feministas.

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