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RESONACIONES: UN ABRAZO PARA DESPERTAR

Por Carolina Arévalo Karl y Bettina Korintenberg | Curadoras

En el mar de Java revienta una ola que se propaga por el Pacífico sur hasta llegar a las Cuevas de Anzota, al sur de Arica, justo cuando la costa vertical de Sudamérica gira hacia la izquierda para abrirse y dar inicio al borde geopolítico que separa el estado de Chile y el de Perú.

La vibración de la ola se propaga subterráneamente a lo largo de la capa tectónica, alcanzando la Cordillera de los Andes y resonando en el vacío dentro del Cerro de Potosí. Este hueco se formó tras la extracción de plata durante la Colonia y constituía el centro material de su cuerpo.

¿Qué sonidos emergen del vacío? El vacío como medio, el vacío como algo dislocado, el vacío como lugar, el vacío como lo que falta, el vacío como la posibilidad de resonancia: de sonar, de soñar, de sanar. Más hacia el sur, en la Pampa del Tamarugal, en otro vacío de donde fue extraído salitre para la producción de pólvora a fines del siglo diecinueve, también resuena la vibración y las capas tectónicas se entrelazan como membranas permeables.

Resuena también en Chuquicamata, donde el vacío lo dejó el cobre extraído desde los inicios del siglo veinte, y más al norte, en la Huaca de la Luna en Perú, desde donde fueron sacadas desde las capas profundas de la tierra las botellas silbadoras Moche, que ahora están (des)localizadas en el Linden-Museum en Stuttgart, Alemania. Capas de espacios-tiempos en conexión vibracional en el presente afectando el pasado y abriendo otros futuros.

En el viaje hacia el futuro-pasado, algunos de estos instrumentos musicales fueron visitados por las artistas Nicole L’Huillier y Francisca Gili bajo la guía de la curandera Mochica y activista cultural Karen Urcia, para despertar sus sonidos y frecuencias en junio del 2023.

Las botellas silbadoras son una tecnología hidráulica con más de tres mil años de antigüedad, originada en la costa andina de lo que hoy en día es Ecuador y Perú. Son seres cerámicos que pueden ser activados con el soplo o con el vaivén de los líquidos en su interior. Por más de mil quinientos años, esta tecnología fue adoptada por diferentes culturas prehispánicas.

Las botellas de la colección del Linden-Museum llegaron a Stuttgart por medio de Carl Sutorius, un comerciante alemán que trabajaba para la empresa Welck en Lima, Perú, quien las había adquirido en el mercado de arte local a principios del siglo XX.

La visita a estos seres silbadores fue un reencuentro con los ancestros, con sus historias y memorias, así como con sus frecuencias de energía. En las culturas andinas son entendidos como sujetos con agencia, donde todo vive y existe en una continuidad vibracional que conecta espacios, tiempos y materia.

El pasado emergió en el presente cuando, suavemente y con paciencia, Karen Urcia reactivó los sonidos de seis cuerpos silbadores con su aliento, caricias y cantos. Con procesos experimentales artísticos se registraron los sonidos y las frecuencias por medio de micrófonos de contacto y antenas que captan frecuencias electromagnéticas.

En estos registros confluyen diferentes capas sonoras: la vibración de todos los actores presentes en el momento, el contacto con el material, incluyendo sus tecnologías sonoras y biografías mediante metodologías arqueológicas, antropológicas e ilustraciones. Recíprocamente el encuentro fue procesado, transformado y revivido por procesos de escucha y memoria de estos sonidos.

Pieles Permeables de Francisca Gili y Remembrane (Indeterminacy Principle), de Nicole L’ Huillier. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner

¿Qué significa cuando los sonidos del pasado tocan el presente?

La liberación de los sonidos y las frecuencias de los cuerpos sonoros Moche en el museo nutre y (con)mueve el proyecto Resonaciones. Un abrazo para despertar que se entiende como una práctica colectiva y continua de articulaciones artísticas y curatoriales que activan diferentes espacios y tiempos. Son procesos de transducción y traslados por las que emergen imaginaciones sónicas, pluriversos, reconfiguraciones ontológicas que abren portales vibracionales: una ofrenda, una partitura, una reunión, una coreografía sónica, un espacio en el tiempo.

La ifa Gallery se convirtió en un cuerpo afectivo híbrido que abraza y absorbe a quien entra atravesando capas sensibles. En su interior, esculturas e instalaciones se relacionan en una coreografía sónica. La primera obra, Remembrane (Indeterminacy Principle), de Nicole L’ Huillier, recibe a los visitantes y prepara al cuerpo para la experiencia que sigue. Es un baño sonoro para vaciar los cuerpos humanos que llegan a la galería capturados por el desborde de las imágenes.

Un espejo vibrante distorsiona la imagen por la vibración del silbido, grito catártico de los seis cuerpos sonoros Moche del museo en conjunto. Este grito es un conjuro de re-miembración, de “remember”, de “juntar los miembros”. A continuación, se traspasa un pasaje de membranas, tres pares de imágenes textiles ambiguas que impulsan imaginaciones de cuerpos térreos y humanos confundiéndose. Es la obra Pieles Permeables de Francisca Gili, que amplifica las heridas de las pieles de los cuerpos cerámicos en cautiverio, superponiéndolas para transitar hacia el interior de la sala.

El temblor de la tierra se manifiesta en el movimiento dado por la superposición de planos translúcidos y transitables. Se abre un espacio onírico, seguido de dos obras que se relacionan recíprocamente: desde el cielo cinco cuerpos cerámicos de luto recuerdan las botellas silbadoras Moche del Linden-Museum. Son Les Vilcas de Francisca Gili, botellas silbadoras que reproducen sus tecnologías activando la memoria. Los sonidos que vuelven son tara, una cualidad sonora vibrante y pulsante propia del tiempo festivo andino, una liberación sensorial irrestricta como acto de entrega y devoción.

Cada uno de Les Vilcas está conectado a delgadas mangueras que pueden ser activadas, evocando e invocando el proceso de activación de las botellas silbadoras arqueológicas. Así, cada persona puede entregar su aliento y darles vida, el samay andino, la fuerza vital que se revela en acción para liberar los sonidos que entran y cambian la frecuencia que experimentamos en conjunto.

Les Vilcas de Francisca Gili, e Istrilla Sound System de Nicole L’ Huillier. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner
Les Vilcas de Francisca Gili. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner
Les Vilcas de Francisca Gili. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner

Abajo está Istrilla Sound System de Nicole L’ Huillier, un archivo sonoro en movimiento que recibe, entrega, sociabiliza, cambia, se nutre, se contamina. Como una ola que va y viene, un artefacto autoimaginativo no-lineal, una inteligencia artificial, superpone distintos registros sonoros, incluidos tanto los creados dentro de la galería por los visitantes como los provenientes de los cuerpos sonoros milenarios escuchados en el Linden-Museum.

Entrega sus sueños sonoros que son respuestas híbridas provenientes de una relación entre la artista Nicole L’Huillier, su colaborador en sonidos de inteligencia artificial Manaswi Mishra, y el sistema de aprendizaje de la máquina. Se disuelven los bordes fijados por ontologías occidentales entre sujeto y objeto en la confusión de sonidos y agencias en intra-acción que, como señala Karen Barad, es la agencia colectiva en la coexistencia.

La articulación surge de la relación y no existe por sí sola. El Conjuro de Francisca Gili y Nicole L’Huillier es siku, una forma sonora dual donde se van repitiendo acciones en forma espejada, opuesta y complementaria. El sonido coexiste en unión dual, formando una relación indivisible, sensible y responsable –según Haraway, la responsabilidad es la habilidad de responder– que median opuestos, arca e ira.

Estas complementan sonidos en un sistema entrecruzado donde la unidad se manifiesta en dos cuerpos recíprocos que producen, reciben, resuenan y confluyen. La segunda istrilla contiene a Oreja Time Machine (cross-temporal karaoke), que es una escultura con un micrófono y un mensaje led que invita a entregar un sonido, una ofrenda sonora que se junta a la indeterminación del archivo sonoro AI de la Istrilla Sound System.

Cada canto es una illa, una ofrenda de tiempo y sonido; de ahí el título istrilla, una estrella de illas, un entretejido de frecuencias y energías que crean imaginarios sonoros, un cruce atemporal de vibraciones entrelazadas.

Las dos istrillas performan el ayni, el dar y recibir, que también será el principio de Laberinto de Nicole L’Huillier, el órgano palpitante, una caracola, dos medialunas formadas por dos cortinas plateadas, membranas temblorosas por las transducciones de las vibraciones de la tierra de la costa del actual Perú desde 1937 hasta hoy.

Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar”. Nicole L’Huillier (artista), Francisca Gili (artista), Carolina Arévalo (curadora), Bettina Korintenberg (curadora). ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner
Oreja Time Machine (cross-temporal karaoke), de Nicole L’Huillier. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner
Cóndor, Kariñito (+), Kariñito (-) y Perceptual remix (Ojos Sonoros), de Nicole L’Huillier. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar” en ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner

Es un espacio recíproco. La composición es la abstracción del life, un pez de cabeza semicircular con cuerpo sinuoso profusamente representado en la cultura Moche. El interior de la instalación es el órgano palpitante, el pulso y el vacío interior que permite la resonancia y habita dentro de las membranas que contienen las obras Cóndor, Kariñito (+), Kariñito (-) y Perceptual remix (Ojos Sonoros).

El sonido se expande como vibración en distintos planos y dimensiones, generando de manera simpatética una variedad de significados. La vibración facilita el traslado, vibran los colores, vibran las pieles, vibran los cuerpos, y los estímulos sensoriales se saturan. Son ambientes sonoros vivos que funden y confunden señales de diversas temporalidades y entidades: silbidos ancestrales, frecuencias tectónicas, aguas que viajan por cauces serpenteantes hasta sonidos que ofrecen los visitantes.

El agua es un medio que extiende y transmite la vibración. Los cuerpos cerámicos, los cuerpos humanos o geográficos, son canales de vibración. ¿Podemos acaso recuperar la sensibilidad vibratoria? Los animales, por ejemplo, sienten las vibraciones primarias, que viajan el doble de rápido que las secundarias, y que son las que provocan la mayoría de los temblores. Las tensiones que se acumulan a lo largo de las líneas de falla del terremoto liberan partículas con carga eléctrica que se transmiten por las rocas produciendo cambios químicos en las aguas subterráneas.

En una medialuna de agua, la serie Cantarino de Francisca Gili reimagina los cuerpos silbadores prehispánicos, encarnando diferentes tecnologías ancestrales que les permiten cantar. Es un lenguaje que activa todos los sentidos, que Gili propone como un aprendizaje sensorial donde se activan narrativas y relatos invisibilizados, abriendo, además, posibilidades de comunicación interespecie.

El sonido vibrante emanado de las botellas y los diseños geométricos abstractos que visten los cuerpos abren las membranas de cada cántaro para ser habitados por diferentes esencias. La vibración fosfénica de los cuerpos facilita la transmutación de energías. La vibración es el elemento estético transversal, que facilita el traslado entre cuerpos y sentidos abriendo espacio a la sinestesia.

Finalmente, en su serie Etnografías Ilustradas, Gili también propone una metodología, una forma de acercamiento a los seis cuerpos cerámicos resonantes que viven actualmente en el Linden–Museum. El dibujo como ejercicio de conocimiento propicias conjeturas sobre el comportamiento de las tecnologías sonoras de estas piezas, de los flujos de aire, de agua y de vibración que activan los silbidos de estas antiguas botellas silbadoras Moche.

Se ilustran así hipótesis de los flujos y alientos que le dan voz a estos seres cerámicos sus cualidades técnicas y formales, como también sus fisuras y marcas dando cuenta de la vida social de estos cuerpos cerámicos migrantes.

Cantarino, de Francisca Gili. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar”. ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner
Etnografías Ilustradas, de Francisca Gili. Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar”. ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner

¿Cómo es el sonido del vacío?

Nos cuestionamos si el sonido puede comportarse no solo como onda, sino que también como partículas que tienen múltiples posiciones al mismo tiempo, un patrón de difracción en las lógicas de la física cuántica que abre portales temporales, o como propone Silvia Rivera Cusicanqui, “una espiral cuyo movimiento es un continuo que se retroalimenta del pasado sobre el futuro (…) un “principio esperanza” o “conciencia anticipada” que vislumbra la decolonización”.[1]

Resonaciones. Un abrazo para despertar es un proyecto colaborativo que dinamiza nuestro entendimiento del tiempo y la existencia como nociones que existen influenciándose mutuamente, una mutualidad constitutiva de todo ser. Se nutre constantemente por la práctica del ayni, la reciprocidad del dar y recibir. En distintos espacios, la propagación de estos sonidos multitemporales abre portales. En cada lugar, desencadena recuerdos y absorbe las respuestas, las acciones y reacciones a ellos.

Al atardecer del 26 de octubre del 2023, y en el contexto de Trueno – 16° Bienal de Artes Mediales de Santiago, se abrió un portal de conexiones temporales y espaciales que complementa el proyecto. En el Parque Almagro, en Santiago de Chile, enormes rocas se yerguen recordando el monumento inconcluso de Lorenzo Berg (1924–1984), escultor, artesano y gestor cultural, conocido como el padrino de las artes y oficios en Chile. Es el monumento dedicado a Pedro Aguirre Cerda (1879–1941), presidente de Chile (1938–1941) recordado por poner la educación al servicio de los intereses populares.

A cincuenta años del golpe de estado en Chile que inicia la dictadura militar (1973– 1990), y con muchos cuerpos aún desaparecidos, esta acción sonora abrió un portal de emisiones vibracionales, donde el vacío permite la resonancia. Donde falta la gran llama de cobre que estaría al centro de la fuente del monumento inacabado, un espejo de agua propaga las ondas de sonido que emergen de allí. Los sonidos comenzaron a conversar con los sonidos de la Chimuchina, así como con los sonidos ambientales: cantos de pájaros, árboles y gente que estaba allí. Estos momentos sonoros se grabaron y alimentan el archivo sonoro presente en la ifa Gallery.

Los sonidos de este archivo vivo, que evoluciona a través de intervenciones en diferentes lugares con diferentes entidades, viajarán de vuelta a Perú en 2024 para despertar recuerdos y proporcionar impulsos para mundos imaginarios de coexistencia que permitan una conexión del tiempo ancestral con el presente y el futuro.

En un gesto de retorno, los sonidos viajarán a su lugar de origen, ampliando el debate sobre la restitución más allá de la idea de los objetos y su valor intrínseco, extendiéndolo a sus cualidades formales. Un impulso para plantear nuevas preguntas sobre el pasado y el presente coloniales y también para buscar huellas del amanecer de una nueva era y espacios del futuro.

En su continuidad y complejidad, este proyecto pretende crear un espacio para las voces que han permanecido en silencio o no han sido escuchadas, y proporcionar impulsos para traer los recuerdos al presente, como un gesto que insiste en curar, en una pequeña medida, las heridas del pasado revitalizándolas en el presente.

Vista de la exposición “Resonaciones. Un abrazo para despertar”. Nicole L’Huillier (artista), Francisca Gili (artista), Carolina Arévalo (curadora), Bettina Korintenberg (curadora). ifa Gallery, Stuttgart, Alemania, 2023-2024. Foto: Andreas Körner

[1] Rivera Cusicanqui, Silvia. Ch’ixinakax utxiwa: una reflexión sobre prácticas y discursos decolonizadores.


RESONACIONES: UN ABRAZO PARA DESPERTAR

ifa Gallery, Charlottenplatz 17, Stuttgart, Alemania

Del 17 de noviembre de 2023 al 25 de febrero de 2024

Ensamble artístico curatorial: Nicole L’Huillier (artista), Francisca Gili (artista), Carolina Arévalo (curadora), Bettina Korintenberg (curadora)
Guiadas por: Karen Urcia Arroyo (curandera Mochica y activista cultural)
Con contribuciones de: Gabriel Rossell Santillán (artista), Luis A. Muro Ynoñán (arqueólogo), Manaswi Mishra (artista e investigador)

En constelación con: Bienal de Artes Mediales, Santiago de Chile

Colaboración con: Linden-Museum Stuttgart

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