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MAGALI LARA: CORAZA

Coraza, de Magali Lara (Ciudad de México, 1956), es la primera exposición del año que debía inaugurar en waldengallery (Buenos Aires) el pasado 19 de marzo. Como tantos otros proyectos culturales alrededor del mundo, la muestra quedó en el limbo entre la instalación y su apertura al público.

Curada por Cecilia Fajardo-Hill, la exposición puede ahora ser visitada de manera virtual, no solo a través de imágenes de obra de la artista, sino de renders del espacio expositivo en los que se proyecta su instalación.

La versión digital de su catálogo, profusamente ilustrado y de descarga gratuita, cuenta con un diálogo entre la artista y la curadora, ensayos teóricos y una colaboración de la poeta y novelista mexicana Carmen Boullosa.

Compartimos el texto curatorial, así como imágenes de la exhibición de esta artista visual, gestora y docente quien, con una carrera de más de cuarenta años, ha trabajado con el cuerpo y las emociones a manera de ensayos visuales, a través de temas como la identidad, lo femenino, la otredad y la conexión entre el adentro y el afuera.

Magali Lara, Dos historias, 1981, fotografía (plata sobre gelatina) intervenida, 21.5 x 14 x 0.30cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Dos historias, 1981, fotografía (plata sobre gelatina) intervenida, 21.5 x 14 x 0.30cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Dos historias, 1981, fotografía (plata sobre gelatina) intervenida, 21.5 x 14 x 0.30cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Dos historias, 1981, fotografía (plata sobre gelatina) intervenida, 21.5 x 14 x 0.30cm. Cortesía: waldengallery

CORAZA. MAGALI LARA

Por Cecilia Fajardo-Hill

Coraza. Descubrí este concepto de Wilhelm Reich a través de mi interés por lo que el cuerpo dice. El mío es un desconocido con el que me comunico a través de síntomas. Me gusta la idea de construirlo como un paisaje producto de la negociación entre el pasado y el presente. Es verdad que en estos años mi infancia y adolescencia han vuelto a surgir, como si la pérdida de la familia me recordara que comencé otro camino desde entonces, que mucho de lo que creí cierto no era más que una serie de malentendidos. ¿Esto es lo que nos contamos a nosotros mismos para explicarnos que los eventos y las repeticiones tienen un propósito? ¿O es el carácter quien lo convoca?
Tal vez envejecer se trata de desmantelar nuestra identidad y de permitir que el pasado deje de tener una explicación. Ser paisaje y ya.


Magali Lara

La muestra de Magali Lara, Coraza, propone la posibilidad de la reimaginación personal de la artista tras la retrospección de sus cuarenta años de carrera. La vulnerabilidad en Lara se remonta a su adolescencia, cuando comenzó a dibujar y escribir como una manera de doblar y desdoblar sus múltiples identidades. Este proyecto de vida ha sido profundamente íntimo, privado y complejo, sostenido por la construcción y deconstrucción de sí misma en tanto ha vivido y creado sus experiencias como mujer, artista, madre, amante, amiga y como colectividad.

La negociación entre lo público y lo privado siempre ha sido una tarea difícil e incómoda, particularmente para las mujeres, porque el papel que nos fue asignado histórica y socialmente de una vida privada es completamente público, ya que el espacio que nos fue dado está controlado. A pesar de ello, Lara se rebeló radicalmente en contra de esta privacidad mediada y predeterminada a lo largo de su trabajo, dándonos la posibilidad de imaginar una intimidad, un cuerpo y una complejidad prohibidos, inesperados, reprimidos, u ocultos.

A través de sus «voces» observamos y experimentamos la encarnación de las múltiples y sucesivas perspectivas de Lara. Las palabras pueden transmitir un mensaje que entra en tensión con la imagen que las acompaña; a su vez, las palabras pueden comportarse como imágenes y las imágenes como dibujos; una forma abstracta puede representar al cuerpo y sus fluidos; una fotografía puede reemplazar un «yo» abstraído; la pequeña escala puede ser percibida como algo inmenso, mientras que el gran formato se muestra como algo íntimo, etcétera. El cuerpo se encuentra en el centro de la mente en el trabajo de Lara, mientras que la mente está en el centro del cuerpo. El corazón se localiza en el centro de la mente y la mente en el centro del corazón. Lo erótico está en el centro de la mente, del cuerpo y de la vida. Y al centro del cuerpo hay palabras desperdigadas, así como estructuras mentales y emocionales y una rica informidad de sí, como imágenes que se desdoblan, mental y corporalmente.

Magali Lara, Lo que soy, se la serie Infancia y eso, 1980, collage y acuarela, tinta china sobre papel, 56.5 x 75.7 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Lo que soy, se la serie Infancia y eso, 1980, collage y acuarela, tinta china sobre papel, 56.5 x 75.7 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Soledad no es y luego cambia, de la serie Infancia y eso, 1980, collage y acuarela, tinta china sobre papel, 56.5 x 75.7 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Soledad no es y luego cambia, de la serie Infancia y eso, 1980, collage y acuarela, tinta china sobre papel, 56.5 x 75.7 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Coraza (A), 2019, óleo sobre lino, 180 x 150 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Coraza (A), 2019, óleo sobre lino, 180 x 150 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Coraza, 2018, óleo sobre lino, 180 x 150 cm. Cortesía: waldengallery
Magali Lara, Coraza, 2018, óleo sobre lino, 180 x 150 cm. Cortesía: waldengallery

Coraza, de Magali Lara, estaba prevista para ser exhibida de forma presencial de abril a mayo de 2020 en waldengallery, en Viamonte 452, Buenos Aires, Argentina.

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