Pancho Casas

RODRIGO RODRÍGUEZ. EL GOZO DE LA PIEDRA

Rodrigo Rodríguez erotiza la piedra como el torrente de un río la posee al penetrarla al borde del sadismo. Al taladrarla con sus instrumentos casi quirúrgicos, la hace suya, goza el instante de la perforación

CHILLÓN, NO GRITES

Esta muestra está, tal vez, pensada desde la torsión del límite, desde la fisura de lo humano, desde las diferentes zonas de dolor que Julio activa, denuncia y descompone. Usa el cuerpo, su cuerpo, para depredar y ser depredado; lo usa como un campo minado en que se pierde y explota la forma humana.

Pancho Casas y Julio Urbina, performance en Proa 21, Buenos Aires, 2019. Foto cortesía de Pancho Casas

A MANERA DE RECADO DESDE EL JARDÍN DE PROA (APUNTES PARA UNA PERFORMANCE AMAZÓNICA)

Hicimos el amor dentro de la tumba que nosotros mismos cavamos en el jardín de Proa frente al Riachuelo de La Boca en Buenos Aires, algo así como desenterrar huacos eróticos y perplejos de viejos cementerios mochicas; en el hueco hicimos el amor como lo realizan los miles de insectos bajo los fanales de luz del carguero que zarpa de Yurimaguas, como si lo hiciéramos sobre un cadáver que se descompone desde milenios, y tratáramos de alimentarnos de él, de sus gusanos, tal como si le quisiéramos devolver la vida a un olvidado, un desaparecido, como si quisiéramos enterrarnos nosotros mismos en ese fuego fatuo y dormir en alianza junto a ellos en la sepultura.