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BORN OF INFORMALISMO: MARTA MINUJÍN AND THE NASCENT BODY OF PERFORMANCE

A finales de la década de 1950, una estética “informalista” que se había propagado por todo el mundo desde los años 40 se apodera finalmente de Buenos Aires. Localmente conocido como Informalismo, este nuevo y expresivo estilo de pintura se caracterizaba por sus pinceladas gestuales, superficies con mucha textura y por la incorporación de objetos cotidianos humildes.

Hacia 1959, la artista argentina Marta Minujín –quien estaba a inicios de su carrera– comenzó a experimentar con este lenguaje visual para luego transformarlo en esculturas. Estos trabajos reflexionaban insistentemente en la destrucción de la materia y, por extensión, en la vulnerabilidad del cuerpo, lo cual desafiaba la manera como se entendían las bellas artes y la subjetividad, al tiempo que abrían la puerta para la llegada del performance en Argentina.

La producción informalista de Minujín, y cómo esta dio paso a sus performances, son el objeto de análisis en Born of Informalismo: Marta Minujín and the Nascent Body of Performance, la tercera de una serie de exhibiciones sobre el modernismo latinoamericano y sus legados organizada por el Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA), en Nueva York.

Bajo la curaduría de Michäela de Lacaze Mohrmann, la muestra ofrece un recorrido por la trayectoria de Minujín desde el informalismo hasta el performance mediante la presentación de tres de sus pinturas informalistas realizadas entre 1959 y 1961, catálogos de exhibición, fotografías de esculturas y documentación del happening La destrucción (1963).

La exposición destaca la importancia del informalismo como conducto clave para el arte experimental argentino de la década de 1960. Pese a que múltiples relatos del movimiento se han enfocado en la producción de un pequeño grupo de artistas masculinos, la exposición incentiva a reconsiderar la heterogeneidad, contexto transnacional y marco sociopolítico del informalismo mediante el trabajo de Minujín, lo cual abre el camino para investigaciones adicionales sobre su papel en el arte latinoamericano de finales del siglo XX.

Vista de la exposición «Born of Informalismo: Marta Minujín and the Nascent Body of Performance», Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA), 2022. Foto: Martyna Szczesna
Marta Minujín, Gran mancha, ca. 1959. © Archivo Marta Minujín. Foto: Arturo Sánchez

La pintura informalista nació a finales de la década de 1940 como una forma de abstracción expresiva caracterizada por la aplicación gestual de la pintura. El estilo fue gradualmente echando raíces alrededor del mundo y su desarrollo en Europa, las Américas y el este de Asia impulsó enfoques en nuevas direcciones. Para 1956, el arte informalista ya se había asentado firmemente en Buenos Aires, donde los defensores del movimiento crearon pinturas que parecían tener relieve e incorporaban una paleta de colores sombríos y materiales no tradicionales o de la vida cotidiana, como harapos y latas oxidadas. Evocador de las duras realidades de la vida diaria y del malestar general de la posguerra, el informalismo argentino abrazó la fealdad, espontaneidad, violencia e irracionalidad en un quiebre decisivo con la lógica matemáticamente precisa de los precedentes vanguardistas del país, como el Concretismo.

Mientras que el estilo fue ampliamente rechazado por críticos contemporáneos –­­­­quienes se burlaron del uso de materiales básicos–, Born of Informalismo resalta el significado histórico de este movimiento en el arte y su rol como catalizador fundacional para experimentar fuera del lienzo. Para Minujín, quien utilizó el léxico de los colores tierra del informalismo, objetos encontrados e impastos para transmitir el paso del tiempo, el estilo ofreció una plataforma crucial para probar ideas acerca del cuerpo y la acción en el arte.

Pinturas como la Gran Mancha (1959), Mancha (1960) y Homenaje a Greco (1961) están compuestas por gruesas capas de aceites untados y moteados que evidencian los efectos del envejecimiento a través de sus superficies parecidas a la piel agrietada.

En 1961, Minujín comenzó a incorporar a sus obras el cartón con el que embalaba sus pinturas al óleo, lo que contribuyó al resurgimiento del collage en Argentina. Cuando se mudó a Paris a finales de ese año, la artista no encontró un buen lugar para vivir y le costaba suplir sus necesidades básicas. Como ya no podía comprar pinturas al óleo, creó Cartones, esculturas en relieve compuestas de varios pedazos de cartón que había recogido de la basura o comprado a personas indigentes que los utilizaban para construir refugios y muebles improvisados.

Posteriormente, comenzó a utilizar colchones viejos y manchados que recogió de contenedores de basura de hospitales. Minujín valoraba estos objetos blandos porque, según ella, “los humanos pasan tres cuartos de sus vidas sobre colchones”, de manera que “son un material que envejece al igual que nosotros”.

Vista de la exposición «Born of Informalismo: Marta Minujín and the Nascent Body of Performance», Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA), 2022. Foto: Martyna Szczesna
Marta Minujín con una escultura intitulada de la serie «Cartones», 1961–62. © Archivo Marta Minujín
Marta Minujín con una de sus esculturas exhibidas en «El hombre antes del hombre: exposición de cosas» en la galería Florida en Buenos Aires, 1962. Fotógrafo/a desconocido/a. © Archivo Marta Minujín

Después del golpe militar de 1962, la milicia argentina se dividió en dos facciones opositoras que pelearon hasta abril de 1963. Durante este periodo, Minujín comenzó a usar equipo militar -como pistoleras, gorras y botas- para crear esculturas con títulos sarcásticos como ¡A las órdenes, mi general! y Cementerio para el ejército.

En septiembre de 1962, una de estas obras fue presentada en la muestra colectiva El hombre antes del hombre: exposición de cosas en la galería Florida en Buenos Aires. Rafael Squirru, el director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, acusa en el catálogo de exhibición –expuesto en Born of Informalismo– con términos cautelosamente vagos y casi existencialistas que “la muerte se ha instalado” en Argentina. Squirru explica que, en respuesta a esta atmósfera desoladora, Minujín declaró que “algo se debe hacer”, lo que lo incentivó a organizar la exposición que reunió obras de artistas informalistas como Olga López, Noemí Di Benedetto, Kenneth Kemble y Jorge López Anaya, entre otros.

En 1962, la Galería Lirolay presentó Cartones, colchones y botas, la segunda exposición de Minujín en la galería, la cual incluyó esculturas hechas con objetos militares y una obra de la serie Cartones. Para la apertura, Minujín presentó su primer performance, en el cual, bajo su dirección, ocho soldados marcharon a través de la galería mientras realizaban maniobras militares.

Dada la disputa militar interna que se desarrollaba en las calles, el problemático y sin precedente performance causó gran revuelo y rompió la insularidad de la escena artística argentina. Rafael Squirru fue despedido de su cargo de director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires por apoyar a Minujín, a quien él llama en el catálogo de exhibición una “Juana de Arco” que posee “la valentía de una mujer original”.

Vista de la exposición «Born of Informalismo: Marta Minujín and the Nascent Body of Performance», Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA), 2022. Foto: Martyna Szczesna

Estos experimentos en pintura y escultura coincidieron con los primeros performances de Minujín, los cuales prepararon el escenario para su primer happening a gran escala: La destrucción, una pieza crucial de 1963 en la cual destruyó sus esculturas en una conflagración ceremonial llevada a cabo en Impasse Ronsin, una calle sin salida en París. El espectacular acto iba a la par con la violencia destructiva que caracterizó gran parte del arte de los Nouveaux Réalistes, tal como Colères de Arman, Fire Paintings de Yves Klein, y Tirs de Niki de Saint Phalle, quien les disparó a sus obras en la calle Impasse Ronsin solo dos años antes del happening de Minujín.

Sin embargo, a diferencia de los Nouveaux Réalistes, Minujín llevó su proceso destructivo al punto de sacrificar la obra de arte como mercancía. “Nadie podría comprar algo mío”, explicó. “Mis obras estaban destinadas a parar en el matadero”. En consecuencia, La destrucción marcó su despedida definitiva del informalismo para dedicarse durante los siguientes años a la instalación, el performance y obras audiovisuales.

Mientras que estuvo en Paris en el año 1963, Minujín comenzó a crear Eróticos en Technicolor, una serie de esculturas blandas con rayas multicolores inspiradas en una minifalda que había visto en una vitrina. Minujín nombró a estas obras colchones falsos, pues, a diferencia de sus esculturas informalistas, estas no incluían colchones de hospital manchados por cuerpos enfermos, sino que estaban compuestas por cojines caseros nuevos que evocaban tanto la comodidad como el placer sexual. Thanatos y Eros, la obra más representativa de Minujín acerca de la oposición entre lo real y lo falso, lo nuevo y lo viejo, marcó la evolución entre dos estilos opuestos: su recién encontrada estética Pop y el Informalismo.


Born of Informalismo: Marta Minujín and the Nascent Body of Performance está acompañada de una publicación que incluye un ensayo de la curadora Michaëla de Lacaze Morhmann. Se presenta hasta el 3 de junio de 2022 en ISLAA, 142 Franklin Street, Nueva York, con el apoyo y la colaboración del Archivo Marta Minujín y la artista.

Traducción por Aracelly Rodríguez

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