CATALINA TUCA: LUMA

La reciente exposición individual de la artista chilena afincada en Nueva York, Catalina Tuca, en CUE Art Foundation, presentó nuevas obras inspiradas en la luma, término utilizado en Chile para designar tanto una porra de policía como un tipo de árbol de hoja perenne cuya densa madera se usó originalmente para fabricar estas armas. Con la tutoría de la artista venezolana Esperanza Mayobre, Tuca exploró las paradojas entre estos dos significados, situando la luma como mediadora de la identidad geográfica, el patrimonio cultural, la conciencia ecológica y los sistemas de poder.

La obra de Tuca «nos recuerda que los objetos no son simples productos inertes de la sociedad, sino agentes activos en la construcción y reproducción de significados sociales y culturales», escribe la ensayista Alexandra Trujillo Tamayo (Quito, 1990) en el catálogo.

Mediante el uso de medios audiovisuales, escultura, dibujo y material de archivo, la exposición examinó la construcción de sentidos a través del lenguaje y la objetualidad, reflexionando sobre el uso y la transformación de la luma para revelar las fronteras difusas entre lo local y lo global, lo personal y lo colectivo.

El Amomyrtus luma, nombre científico de un tipo de mirto que se encuentra principalmente en el sur de Chile, ha sido durante mucho tiempo un recurso vital para las comunidades indígenas y locales. Sus hojas, bayas y corteza han proporcionado alimento, medicina y leña a los habitantes de la región, incluidos los mapuches, durante siglos.

En la cosmogonía mapuche, se cree que la presencia de la luma atrae a los espíritus protectores de la naturaleza, y que quienes respetan y cuidan el árbol son bendecidos con buena fortuna contra los peligros del bosque. En la obra de Tuca, el árbol se convierte en una forma de dar voz al bosque, amenazado también por el extractivismo imperante. La palabra luma, que ahora también designa un género más amplio de árboles en la familia Myrtaceae, proviene del término mapuche para esta especie en particular.

En el marco de la exposición, Tuca presentó una nueva obra cinematográfica que documenta su búsqueda del árbol en tres parques nacionales de la isla de Chiloé. La película nos introduce en el ecosistema de la isla, variando el enfoque desde los vastos paisajes del bosque donde crece la luma hasta las texturas de su follaje. La artista emprende una especie de peregrinaje, una inversión metafórica de la explotación de la luma para su uso como arma del poder estatal.

La familiaridad de Tuca con la luma proviene de su uso como porra durante la dictadura de Augusto Pinochet, un período de agitación política en el cual esta arma tuvo una fuerte presencia en la memoria colectiva de los chilenos de su generación. La madera del árbol de luma, extremadamente dura y resistente, era ideal para que la policía militar golpeara a manifestantes y disidentes. Los golpes asestados con la porra aún se denominan lumazos, aunque hoy en día el arma está fabricada con policarbonatos producidos globalmente.

La materialidad de la luma jugó un papel crucial en la compleja narrativa de la muestra. Junto a una luma de madera original de la época de la dictadura, la artista realizó vaciados del bastón en arcilla y tierra. Tuca mostró tres versiones escultóricas, modificando su forma para, a través de un proceso de desintegración, llamar la atención sobre la dicotomía entre ecología y violencia. Al ser blandas y quebradizas, estas versiones evocan la precariedad de las formas de poder heredadas y existentes. A su vez, aluden a un impacto más suave que el de los golpes que asestaban y enfatizan su dimensión ecológica al permitir su natural descomposición en el suelo.

La muestra también presentó dibujos que contextualizan las historias del árbol, haciendo referencia a las ilustraciones de la botánica Adriana Hoffmann, quien dedicó su carrera a documentar la flora de Chile y se convirtió en una destacada activista medioambiental y crítica de las políticas de sostenibilidad y silvicultura del Estado.

La paradoja de la luma como símbolo de vida y muerte subyace en toda la exposición. Mientras que el árbol representa la vida, el bastón de mando puede ser utilizado para infligir daño y suprimir la vida. Según Trujillo Tamayo, “la obra de Tuca también se puede interpretar como una manifestación de una perspectiva ecofeminista, que desafía el dominio de las fuerzas patriarcales y aboga por relaciones más holísticas e interdependientes entre seres humanos y no humanos”.

Luma guio a los visitantes hacia una multiplicidad de significados, rastreando las diversas narrativas que encierra un símbolo aparentemente definido de violencia y opresión. Al descubrir y traducir estas historias latentes, la obra de Tuca amplía nuestra percepción de los ecosistemas que habitamos, invitándonos a considerar sus raíces expansivas.

Luma, de Catalina Tuca, se presentó en CUE Art Foundation, Nueva York, del 20 de junio al 10 de agosto de 2024.

El catálogo de la exposición, cuya versión en inglés puedes consultar aquí, incluye textos de la artista Catalina Tuca, la tutora de la exposición Esperanza Mayobre, y la ensayista Alexandra Trujillo Tamayo (quien fue tutelada por Aimé Iglesias Lukin como parte del Programa de Mentores de Críticos de Arte de CUE Art Foundation).