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PÁVEL AGUILAR: LITORAL

En su exposición Litoral, el artista hondureño residente en Suiza, Pável Aguilar (1989) se sumerge en la exploración de nuestro entorno sonoro como eje central, profundizando en la relación entre sonido y contexto en diversos escenarios geográficos.

Desde naciones sin litoral como Bolivia y Suiza, hasta territorios circundados por agua como Puerto Rico, Pável examina las formas en que el sonido configura la experiencia y la percepción del espacio habitable, así como la tensión entre distintas perspectivas culturales y la conexión entre el ritual, el cuerpo y la tradición.

Mediante estímulos sensoriales, registros de campo y narrativas audiovisuales, los visitantes de El Lobi son invitados a reflexionar sobre cómo el sonido influye y condiciona nuestro entorno vital en relación con su contexto cultural y geográfico.

Vista de la exposición Litoral, de Pável Aguilar, en El Lobi, Puerto Rico, 2024. Foto: Thais Llorca
Vista de la exposición Litoral, de Pável Aguilar, en El Lobi, Santurce, Puerto Rico, 2024. Foto: Thais Llorca

Formado como músico clásico y artista visual, Pavel Aguilar explora la interconexión de la música y el arte en su práctica. La representación visual del sonido ocupa un lugar fundamental en su obra. En concreto, le interesa cómo la combinación de la música con su traducción visual puede convertirse en una poderosa herramienta para transmitir reflexiones sobre la compleja historia sociopolítica de una manera poética pero accesible para un público amplio.

Su trabajo se sustenta en un diálogo entre gestos y símbolos poéticos sobre demandas sociales, migración y las relaciones simbióticas de la memoria ancestral entre el cuerpo y el territorio, todo ello a través del sonido y estrechamente vinculado a sus raíces hondureñas y al contexto global en el que se desenvuelve.

Aguilar busca fusionar las prácticas indígenas y espirituales de su tierra natal con la teoría de la música clásica occidental, con el propósito de reflexionar sobre el problema de la transferencia cultural inducida por el colonialismo. Sus instrumentos, de elaboración propia, se fabrican a partir de modelos autóctonos, como conchas con agujeros que se tocan mediante técnicas de canto y respiración de formación musical clásica, o bien contienen piedras del Rin.

Pável Aguilar, Ocean Echoes II (2021). Performance (escuchando el eco del océano desde los Alpes suizos). Foto: Anja Borer

De niño, Aguilar aprendió a tocar la caracola, un instrumento de viento prehispánico derivado de la concha de moluscos marinos, introducido en Honduras por los afro-indígenas del pueblo garífuna. Este instrumento produce tonos que evocan la conexión entre la tierra y el mar, entre el océano y la vida.

Aunque su difusión está íntimamente ligada a la historia colonial de Honduras, la caracola era utilizada comúnmente por los nativos americanos y posiblemente también por los africanos occidentales. Sin embargo, el origen exacto y la fecha de su uso inicial entre los garífunas aún son desconocidos, lo que resalta la importancia del contexto histórico en la interpretación de su obra.

Durante la inauguración de la exposición se tocaron cinco caracolas que forman parte de la obra Ocean Echoes [Ecos del océano] (2022), entendiendo la escucha como un acto que reconoce la historia colonial del instrumento y el hecho de tocarlas colectivamente como una afirmación de las comunidades y las conexiones globales que el instrumento representa en el contexto actual.

Otras obras de Aguilar surgen a partir de elementos artesanales de la música, desviando los objetos de su función utilitaria original y creando la ilusión de una mecánica al servicio de utopías. El artista utiliza gestos sonoros, escultóricos y gráficos que retuercen de manera impecable (como es su estilo) el misticismo grandilocuente de los nacionalismos.

Un ejemplo concreto es la pieza Ola, en la que el artista emplea la acumulación de martillos de piano desechados para crear una onda visual, previamente codificada a partir del sonido de los himnos de Honduras, Nicaragua, Palestina y Sudán del Sur.

Para la exposición en El Lobi, el artista presenta la variante Eco alpino (2024), donde los martillos del piano siguen el patrón sonoro del eco de los Alpes. De esta manera, Aguilar continúa su exploración de la relación entre sonido, imagen y contexto, invitando al espectador a reflexionar sobre la interconexión entre el entorno natural y la expresión artística.

Pável Aguilar, Eco alpino (2024). Martillos de piano, siguiendo el pa-trón sonoro del eco de los Alpes. Foto: Thais Llorca
Pável Aguilar, Detalle de Eco alpino (2024). Martillos de piano, siguiendo el pa-trón sonoro del eco de los Alpes. Foto: Thais Llorca
Pável Aguilar, Marea (2024). Clavijas de violín insertadas sobre la pared. Foto: Thais Llorca

Las nuevas obras del artista, Marea (2024) y Litoral (2024), ofrecen perspectivas diferentes pero complementarias sobre el sonido y su relación con el entorno marítimo.

Marea es una instalación realizada con clavijas de violín insertadas en la pared. Las clavijas, utilizadas tradicionalmente para ajustar la tensión de las cuerdas de un violín, pueden interpretarse aquí como metáforas visuales del flujo y reflujo de la marea. Esta obra invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza cíclica y constante del sonido y su relación con los fenómenos naturales, como las mareas que marcan el ritmo de la vida en las costas.

Por otro lado, Litoral es un video que registra clavijas de violín enterradas en la arena, “dibujando la marea y afinando el océano”, según el artista. Esta obra juega con la idea de que el sonido puede ser moldeado por el entorno natural, en este caso, la marea del océano.

Al enterrar las clavijas en la arena, Aguilar crea una representación visual de la influencia del ambiente marítimo en la creación y percepción del sonido. La acción de «afinar el océano» sugiere una relación íntima entre el ser humano y la naturaleza, donde el acto de escuchar se convierte en una forma de sintonizar con el ritmo y la armonía del mundo natural.

Pável Aguilar, Mástiles (2024). Mástiles de violoncelo con instrumentos y péndu-los de navegación. Foto: Thais Llorca

Según el artista hondureño Adán Vallecillo, Aguilar se centra en la traducción o extrapolación de imágenes sonoras y visuales, aproximándose al aspecto objetual-sensorial que artistas como Glenda León (Cuba, 1976), Rafael Lozano-Hemmer (México, 1967) y Oswaldo Maciá (Colombia, 1960) han estado explorando de manera muy singular.

Estos artistas han investigado las relaciones formales entre la imagen y el sonido, cada uno con su propia perspectiva distintiva. A la vez, el trabajo de Aguilar despliega acciones simbólicas que ponen en juego tensiones agudas que atraviesan la aparente armonía de las cosas.


PÁVEL AGUILAR: LITORAL

El Lobi, 621 Ernesto Cerra, Santurce, Puerto Rico

Del 14 de marzo al 19 de abril de 2024

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