Skip to content

EL FACTOR CROXATTO

“… Art is the place where I practice for life. I would do anything within the context of work or art or whatever it was called, that was where all my permission was.”

Linda Montano, Art in Everyday Life (New York, 1981)


En el acervo popular, la frase “tirar la casa por la ventana” refiere a un rito drástico –y probablemente catártico– donde a través de la celebración, y dentro de un marco espacio temporal específico, liberamos todo aquello que ha sido parte de un proceso significativo en nuestras vidas. “Tirar la casa por la ventana” puede percibirse como un desafío personal: reunimos lo trascendental en función de un futuro, generando un flujo energético en pos de posibles nuevas aventuras.

Con motivo de sus 10 años de existencia, Isabel Croxatto Galería presenta La Casa por la ventana, una inspirada y necesaria exhibición que, bajo la curaduría de Carolina Castro, convoca bajo el lema “Vivir con arte” a 35 artistas (entre representados por la galería e invitados, nacionales e internacionales) a crear obras especialmente para la ocasión.

“Desde sus inicios, la coreógrafa y gestora cultural Isabel Croxatto ha propuesto vivir con arte a quienes han sido parte de este proyecto, buscando desdibujar los lindes entre el espacio en que el arte se exhibe y el espacio en que el arte habita”[i],señala Castro en el texto que acompaña la muestra.

La Casa por la Ventana. Vista de la exposición en Isabel Croxatto Galería, Santiago, Chile, 2023. Foto: Sebastián Mejía

Desde su fundación, Isabel Croxatto Galería ha delineado un modelo de gestión rupturista en relación con los parámetros formales dentro de los que el circuito del arte chileno está/ba acostumbrado a reposar, pero también coherente con la vertiginosa sucesión de imposturas estilísticas, experiencias artísticas extrainstitucionales o incluso la diversificación de formas de promoción visual que guían las lógicas de la producción artística contemporánea.

En complemento al trabajo junto a artistas, teóricos y coleccionistas, el foco de acción de la galería paulatinamente se ha ido ampliando a diferentes plataformas internacionales, ya sea a través de proyectos de residencia y exhibición tales como La Embajada, o la dinamización de su espacio expositivo en el mundo virtual con la creación de ICG+ durante el 2020.

Pero, por sobre todo, La Casa por la Ventana nos invita a conocer la visión que ha sido el motor del proyecto durante la última década.

En un sentido amplio, los trabajos exhibidos en La Casa por la Ventana se configuran como sistemas múltiples de representación de lo humano. De una forma u otra nos encontramos frente a obras que exudan secretos, mensajes en código, encantamientos y verdades ocultas. Imaginarios que van desde la caricatura y el hiperrealismo hasta aquellos cuerpos fantasmagóricos que se manifiestan desde la realidad virtual, comparten sala con complejos procesos de desplazamiento visual y condensación ideológica.

Víctor Castillo, Sharpy, 2023, acrílico sobre tela, 60 x 60 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Carolina Muñoz, La Cita, 2023, óleo sobre tela, 60 x 60 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Miss Van, Portrait with Lagoon Blue Hair, 2023, óleo sobre tela, 60 x 60 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería

En la obra de Víctor Castillo la caricatura puede funcionar como la metáfora y la constatación de una contemporaneidad disfuncional compuesta de fallidas promesas y sueños capitalistas que nunca se materializan. En Sharpy (2023), un enigmático niño vampiro nos evoca una época dorada donde la ilusión del cotidiano se componía de buenas costumbres y perturbadores secretos hermosamente guardados.

En el trabajo de Carolina Muñoz tal vinculación al ámbito de la vida cotidiana se produce por medio del extrañamiento del lugar y la distorsión de la figura. Desde una voluntad cercana al rictus escénico trazable en el surrealismo, la artista va desmantelando por capas toda noción de linealidad formal, que incluso se puede delinear en ciertas escuelas de abstracción pictórica. En La cita (2023), la posición del espectador parece ser lateral e involuntaria, los personajes no posan, sino que son captados en lo que pareciese ser un incómodo momento de descontrol. 

En contraposición a la urgencia del imaginario de Muñoz, las ya míticas “girlie dolls” de Miss Van irradian una sosegada energía vital, donde el sex-appeal y la dulzura se entrecruzan fluidamente en orden de dotar la imagen de un aura casi sacra. La figura en Portrait with lagoon blue hair (2023) se nos presenta ataviada con un tocado de borlas, plumas y pelo. La sensación es la de un proceso de trasmutación de estado o de evocación de un espíritu.

Chiachio & Giannone, Doméstico 023 – Autorretrato, 2020. Textiles teñidos engomados en una servilleta de tela vintage, 50 x 50 cm. Estampado en el frente. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Paloma Castillo, Antes, 2023, bordado a mano con hilos de algodón sobre fibras mixtas, 44 x 59 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Paloma Castillo, Presente, 2023, bordado a mano con hilos de algodón sobre fibras mixtas, 44 x 55 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería

Las composiciones geométricas a partir de retazos de tela sobre pañuelos y servilletas en desuso de Chiachio & Giannone (Doméstico 023 – Autorretrato, 2020) se proponen como representaciones de una masculinidad de-construida en la arena de una cultura hetero normada.

Históricamente dentro de la cultura dominante aquellas experiencias artísticas que surgen desde un margen para contarnos su devenir enfrentan la presión del silencio o la seducción de desplazar sus marcos referenciales al espacio de lo críptico. Con la serie, de la que esta obra forma parte, los artistas formulan poéticamente el ejercicio inverso: el accesorio ya no está mudo y su uso –o las posibilidades de– se recodifican metafóricamente, proponiendo al espectador un nutrido campo de asociaciones que apelen a sus propias experiencias e historias.

La bandera chilena es una imagen recurrente en los bordados de Paloma Castillo. Como una figura desmitificadora, la bandera funciona como un cable a tierra necesario que nos recuerda donde estamos y hacia dónde vamos. Para esta exposición, la artista presenta dos, una gris y otra tricolor. En ambas, el símbolo patrio ha sido invertido y la estrella omitida. 

En Antes (2023) vemos la trágica silueta de la caricatura del coyote que persigue al correcaminos virtualmente “estampada” sobre la superficie del bordado. La gama de grises nos evoca un pasado de televisión en blanco y negro, una época de silencios duros y finales complejos. Por su parte, en Presente (2023) la figura trágica principal es el emoticón que usamos en nuestras conversaciones digitales para ahorrar palabras cuando las ideas se ausentan. El simulacro se completa cuando nos damos cuenta de que en una esquina de la composición Paloma ha incluido los iconos que identifican la batería y estado de conexión del móvil.

Mediante el uso de diferentes figuras lingüísticas, Castillo resignifica los sentidos de las imágenes. Presente puede referirse a una identificación del ahora, a un filtro para mirar nuestra realidad, pero también a la necesidad de nuestra voz a la hora de marcar presencia como entidades políticas en la cara del conflicto.

Johans Peñaloza, Ensamblaje Territorial n° 41, 2023, acrílico sobre tela, 77 x 106 cm. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Fernanda Núñez, Epílogo: Blanco (izq) y Epílogo: Negro (der), 2023. Plastilina modelada a mano y objetos reciclados, enmarcados con caja de MDF y cristal protector, 30 x 30 x 14 cm c/u. Cortesía: Isabel Croxatto Galería

Fernanda Núñez, Epílogo: Blanco (izq) y Epílogo: Negro (der), 2023. Plastilina modelada a mano y objetos reciclados, enmarcados con caja de MDF y cristal protector, 30 x 30 x 14 cm c/u. Cortesía: Isabel Croxatto Galería

Fabio Castro, Decap, 2023. Escultura de bronce cortada con láser ensamblada a mano, 9 x 33 x 33 cm. Ed: 3 + 1 P/A. Cortesía: Isabel Croxatto Galería
Fabio Castro, Decap, 2023. Escultura de bronce cortada con láser ensamblada a mano, 9 x 33 x 33 cm. Ed: 3 + 1 P/A. Cortesía: Isabel Croxatto Galería

Durante el estallido social del 2019, Johans Peñaloza recorrió las calles siniestradas de la ciudad para experimentar y registrar en primera persona la potencia de la destrucción. La obra pictórica resultante de esta exploración retrata aquellas escenas fugaces e inconclusas de efervescencia civil. En Ensamblaje Territorial (2023), el infame monumento ubicado en el epicentro de la protesta popular arde, exhibe las marcas del descontento y cómo el paisaje que lo contiene se transforma por efecto de la pincelada, en las cenizas de un pasado incómodo. En oposición a la clásica y anodina pintura de paisaje que absorbe nuestra sensibilidad, Peñaloza nos propone una representación de momentos y lugares transitorios, que están condenados a nunca volver a ser lo mismo.

Un subtexto para las obras Epílogo Blanco (2023) y Epílogo Negro (2023) de Fernanda Núñez podría ser “Mis sueños pueden ser tus pesadillas”. Dos construcciones de madera del mismo tamaño presentan dos escenas domésticas construidas en plastilina. Idénticas, traviesamente espejadas, las tramas se desarrollan, en ambos tableaux, en los mismos espacios, pero con “ciertas diferencias”: mientras que en la zona blanca podemos apreciar cuatro habitantes, en la negra vemos 10; mientras en la primera cada espacio parece respirar armonía, en la otra se puede percibir claustrofobia.

Lo que se nos muestra son dos formas de abordar la idea de calidad de vida, dos situaciones de habitación que están simultáneamente sucediendo en distintas zonas de la misma ciudad. En su obra, la artista examina la condición humana contemporánea a través de los espacios que ocupamos; sus dioramas son una reflexión brutal en torno a las relaciones piramidales que se despliegan en nuestra sociedad y cómo éstas son la expresión de fuerzas de poder dispares.

En la obra de Fabio Castro, compuesta por esculturas y gráficas evocando la estética de la propaganda política de principios del siglo XX, la nostalgia y la parodia se intersectan, se hacen cómplices y se contradicen. 

Decap (2023) consiste en una súper pulida tapa de gaseosa ejecutada en bronce, a través de la cual se ha socavado el símbolo de la hoz y el martillo. La muy a la moda melancolía “hipster” por los grandes sistemas ideológicos de la modernidad se evidencia como una disrupción vacía en un sistema socio-cultural donde es más importante el valor de los objetos que la misma efectividad de un programa. Los refritos del capitalismo –que devienen en zonas de canibalización de las formas de la utopía–, bajo la mirada escéptica de Castro, se convierten repentinamente en los receptores de los grandes egos de la historia.

La Casa por la Ventana. Vista de la exposición en Isabel Croxatto Galería, Santiago, Chile, 2023. Foto: Sebastián Mejía

En su premisa “Vivir con Arte”,  Isabel Croxatto plantea al espectador una declaración de principios optimista sobre la relevancia y la necesidad del arte en el espacio de lo secular. Aunque seductora, la invitación propone al espectador un desafío que implica no solo descubrir, sino también involucrarse en un proceso de replanteamiento de la función del trabajo artístico. Las obras convocadas para La Casa por la Ventana circulan y se generan dentro de un contexto de resignificación social y cultural.

A lo largo de estos 10 años, Croxatto ha escudriñado en el denso y ultra poblado ámbito de la plástica en orden a construir un espacio con una fisonomía propia, aventurándose en muchas ocasiones dentro un territorio desconocido, aceptando el riesgo de salirse de fórmulas seguras. Quizá el lugar que habitamos sea el primer espacio para el cambio.


[i] Carolina Castro, La Casa por la Ventana, texto curatorial, 2023, pág. 1


LA CASA POR LA VENTANA

Del 29 de mayo al 22 de julio de 2023

Isabel Croxatto Galería
Napoleón 3242 | Metro El Golf
Las Condes, Santiago de Chile
&
San Crescente 72, Local 2 Interior | Metro El Golf
Las Condes, Santiago de Chile

Ali Elmacı, Andrea Wolf, Armando de la Garza, Axel Ríos, Bruna Truffa, Carlos Damacio, Carlos Gallardo, Carolina Muñoz, Cecilia Avendaño, Chiachio & Giannone, Claudia Peña, Claudia Vásquez, Cocó Caballero, Coco González Lohse, Elías Santis, Fabio Castro, Fernanda Núñez, Francisco Uzabeaga, Johans Peñaloza, Juana Gómez, Juvenal Barría, Mara Faúndez, Marcela Serra, Marino Balbuena, Mauricio Garrido, Miss Van, Nicola Verlato, Paloma Castillo, Rolankay, Simón Sepúlveda, Ulises Mazzucca, Vicente Prieto Gaggero, Vícente Ruiz, Víctor Castillo y Wladymir Bernechea.

Leonardo Casas

Chile, 1974. Es artista visual y profesor del curso "Discursos Artísticos y Formas Políticas en Latinoamérica" en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Chile desde el año 2006. Escribe para la revista Artishock y ha curado muestras colectivas en Santiago de Chile y Nueva York. Editor de los fanzines "Estrellita Mia" y "Tiny Star".

Más publicaciones

También te puede interesar

PABLO BENZO: SOME VELVET MORNING

El pintor chileno Pablo Benzo (Santiago de Chile, 1982 – vive y trabaja en Berlín) expone en Dio Horia una serie de pinturas y obras sobre papel en las que continúa explorando el género...