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EDRA SOTO: THE MYTH OF CLOSURE / EL MITO DEL CIERRE

Aceptación, resignación, ganas de seguir adelante. Encontrar un cierre es encontrar una finalidad y dejar ir lo que una vez fue, pero ¿cómo encontramos la paz cuando los recuerdos y los sentimientos aún están vivos?

Hasta el pasado 22 de diciembre, Luis De Jesus Los Angeles presentó The Myth of Closure / El Mito del Cierre, la primera exposición individual de Edra Soto (Puerto Rico, 1971) en la galería, en la que a través de un conjunto de nuevas obras da un giro a su práctica para honrar la pérdida de lo que alguna vez fue, mientras busca un camino de aceptación para la transición de su anciana madre que sufre de Alzheimer. La artista canaliza su lucha por reconciliar esta nueva realidad a través de la deconstrucción, el collage y temas que propios de su práctica artística.

Este nuevo trabajo se basa en su serie titulada GRAFT (2012 – presente), en la que Soto construye representaciones de rejas y mamparas de hierro forjado, así como quiebrasoles (bloques de hormigón), elementos decorativos omnipresentes en la arquitectura vernácula puertorriqueña de mediados del siglo XX, para establecer un espacio de memoria e interacción con el público.

Vista de la exposición “The Myth of Closure / El Mito del Cierre”, de Edra Soto, en Luis de Jesus Los Angeles, California (EEUU), 2021. Foto cortesía de la artista y la galería

GRAFT también destaca el papel que las tradiciones de la diáspora africana han jugado y siguen jugando en la arquitectura puertorriqueña. Sin embargo, lo fundamental en esta serie de obras es que para la artista se han convertido en una exploración personal y un contenedor para su propia relación con el concepto de hogar, tanto en su natal Puerto Rico como en Estados Unidos, donde reside actualmente.

En la exposición en Luis De Jesus Los Angeles, Soto transforma el sentido literal y conceptual de GRAFT al utilizar elementos de textura, colores y diseños que rinden homenaje a las fachadas de las casas del vecindario donde su madre está siendo atendida y ahora vive, una zona que ya pasó su mejor momento y ha quedado en gran parte en el olvido. Dentro de las estructuras arquitectónicas que ha construido Soto hay grandes aberturas en forma de corazón que simbolizan los cuidados, los recuerdos y la semblanza de una persona, su madre.

Para Soto, el corazón representa el amor, la fidelidad y la compasión, y sirve como metáfora para honrar el pasado mientras procesa las vulnerabilidades del presente. De hecho, los efectos de la crisis sanitaria mundial de los últimos dos años han agudizado los sentimientos de dolor y pérdida tanto a nivel personal como cultural, generando un trauma colectivo. Durante este tiempo, Soto ha estado cuestionándose cómo soltarnos, cómo nos adaptamos a las complejidades de la situación actual.

Como en versiones anteriores de GRAFT, una serie de visores se integran a la estructura, invitando a los visitantes a interactuar físicamente con la obra para ver una imagen relacionada con la vida de Soto en Puerto Rico. Al mirar por estos portales oculares, uno se encuentra con imágenes de la madre de Soto en el hogar donde crió a sus hijos, fotos familiares enmarcadas, recuerdos, así como ejemplos fotográficos de rejas y quiebrasoles en los que se basa este trabajo.

El acercarse a la estructura y mirar a través de estos visores es todo un gesto íntimo; es una ventana a los recuerdos preciados y personales que Soto ha elegido conmemorar. Quizás, sin que los mismos espectadores lo sepan, su interacción con la obra representa la voluntad de descubrir y empatizar, un compromiso con comprender lo que Soto está honrando desde su corazón con este trabajo.