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AND IF I DEVOTED MY LIFE TO ONE OF ITS FEATHERS?

“¿Y si yo dedicara mi vida a una de sus plumas?”, escribe la poeta, artista y activista chilena Cecilia Vicuña en un poema sin título de finales de los años 60, principios de los 70. Con esta pregunta, Vicuña contrarresta con sanación y aprecio los impulsos antropocéntricos y heteropatriarcales, reviviendo los vínculos estéticos y espirituales entre entidades y mundos humanos y no humanos.

La exposición And if I devoted my life to one of its feathers? (¿Y si yo dedicara mi vida a una de sus plumas?), curada por Miguel A. López para la Kunsthalle Wien y la Wiener Festwochen, gira en torno a esta misma visión de interconectividad que Vicuña retrata en su poema, al reunir a artistas cuyas prácticas se involucran en la lucha por la supervivencia colectiva y en los procesos de restauración de lazos sociales rotos.

Las epistemologías indígenas se entienden como algo central para explorar las posibilidades de entretejer el gesto poético con la acción política radical. Con sus obras, los más de 35 artistas expositores —que proceden de diversos lugares, desde la región Amazónica hasta Australia, desde Guatemala hasta la India —  buscan no solo despertar conciencia colectiva sobre la realidad de la explotación y la destrucción del medio ambiente, sino también deconstruir los tradicionales modelos patriarcales, los roles de género y los discursos coloniales y racistas que persisten en Occidente.

Las obras expuestas examinan críticamente el ritmo vertiginoso con el que se extraen las materias primas y la destrucción medioambiental infligida por el neoliberalismo. Las posicionalidades indígenas irrumpen en los legados coloniales para recordarnos la continuidad de las lógicas extractivas en el siglo XXI. Los trabajos que exploran los feminismos solidarios y anticoloniales ponen de relieve la lucha contra el capitalismo patriarcal y la opresión estatal, mientras que otros cuentan historias de migraciones inversas y modos de pertenencia afectiva.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler

Con la intención de convocar una conversación más poética que un discurso teórico, esta exposición examina el modo en que artistas de diferentes lugares se oponen a la normalización de las relaciones sociales capitalistas y al arraigo del capitalismo en estructuras racistas, sexistas y homófobas, así como a un modelo de democracia liberal que se sustenta en la desigualdad. Las obras responden de diversas maneras a la violencia y la devastación desde perspectivas ritualistas, emocionales y sensibles más que desde una perspectiva puramente racional. Ante el cinismo generalizado, defienden diversas formas de compromiso y deseo político transformador.

Esta exposición conjunta de la Kunsthalle Wien y la Wiener Festwochen estaba originalmente programada para inaugurarse en mayo de 2020, pero tuvo que ser pospuesta debido a la crisis mundial del Covid-19. Por tanto, algunas de las contribuciones son una respuesta específica a la pandemia, no sólo como crisis sanitaria, sino también como crisis de justicia ecológica y social. Las obras de ¿Y si yo dedicara mi vida a una de sus plumas? forman un crisol de muchos mundos, con el fin de iniciar una conversación única sobre el poder, la soberanía, la autorrepresentación y la reivindicación de una pluralidad de opciones de vida.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler

LAS APORTACIONES ARTÍSTICAS

Por Miguel A. López

El colonialismo medioambiental, la contaminación y la destrucción de la diversidad ecológica están fuertemente representados en muchas de las obras, entre ellas una pieza coreográfica realizada en un vertedero al aire libre por la drag queen andina Bartolina Xixa titulada Ramita Seca, La Colonialidad Permanente (2019); el mediometraje psicodélico Mermaids: Mirror Worlds (2018), del colectivo audiovisual indígena Karrabing Film Collective, sobre paisajes terrestres y marinos intoxicados; The Parasite Series (2018-2019), de Annalee Davis, sobre las economías caribeñas posteriores a las plantaciones; y las series de pinturas y dibujos Iq’am (2014) y Keme (2016), de Manuel Chavajay, realizadas con petróleo sobre papel.

Estas obras no solo señalan cómo la economía globalizada depende en gran medida de las industrias extractivas (incluyendo el uso insostenible de los combustibles fósiles, por ejemplo), sino que también ponen en primer plano los efectos físicos y emocionales en los cuerpos de las personas desplazadas u obligadas a mantener un trabajo precario debido a este modelo económico.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler

Los recientes incendios forestales en el Amazonas y las profundas consecuencias globales del cambio climático, la precaria salud mundial y la falta de protección de las tierras indígenas aparecen en impactantes piezas como la monumental instalación de lana teñida Burnt Quipu (2018) de Cecilia Vicuña y las pinturas Bye Bye Brazil (2020) y Mártires Indígenas 2 (2021) de Denilson Baniwa. Mientras que Vicuña y Baniwa abordan la representación del fuego en relación con la aniquilación, la pérdida y la supervivencia, la nueva obra textil Burning Ganna Khet (Granja de caña de azúcar en llamas) (2021) de Quishile Charan presenta una imagen punzante de llamas que atraviesan un campo de caña de azúcar como una manera de honrar las prácticas agrícolas tradicionales de su familia y sus antepasados en Fiyi.

Como en el caso de Charan y Vicuña, varios tipos de prácticas textiles —como el bordado, el acolchado y el tejido— tienen una fuerte presencia en la exposición, lo que crea un diálogo entre las técnicas experimentales y las tradicionales, además de reivindicar el respeto por el trabajo de las mujeres y destacar el uso de estas técnicas como forma de activismo feminista.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler
Vlasta Delimar, Visual Orgasm, 1981. Cortesía de la artista y Galerie Michaela Stock, Viena. Foto: Željko Jerman y Milan Božić

Otras obras abordan la supremacía humana o el excepcionalismo humano: la idea de que los humanos somos únicos y superiores en relación con otros animales y formas no humanas. Algunas obras se burlan de la arrogancia humana a través de escenarios teatrales que retratan el absurdo, la incertidumbre o la destrucción inminente  —como en Pre-Image (Blind as the Mother Tongue) (2017) de Hiwa K, las telas pintadas y la poesía visual de Babi Badalov, y las recientes obras y pinturas recortadas de Anna Boghiguian—, mientras que otras subrayan la interdependencia y la vulnerabilidad a través de cuerpos blandos, enredos materiales y movimientos físicos, como vemos en las esculturas de tela de Patricia Belli, las obras textiles de Sophie Utikal, y el video The Radical Empathiarchy (2018) de Anna Witt. La exposición también incluye un collage de Vicuña realizado en respuesta al golpe militar de 1973 en Chile, donde un delicado árbol hecho de manos se concibe como un monumento a la conectividad, la solidaridad y el cuidado.

De manera similar, La cosmovisión de los tres mundos Shipibos de Shöyan Sheca (2018), OZ, The Emergence de Jim Denomie (2017), Hi-hiipere himo wamou wei (Estos árboles dan frutos para comer) (2018) de Sheroanawe Hakihiiwe, y Danzas Climáticas (2019) de Amanda Piña abarcan formas alternativas de interacción y relaciones ecológicas entre diferentes especies. Nos recuerdan la larga historia de políticas comunitarias indígenas organizadas en torno a una visión pluralista de la vida.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler

Algunas de las obras expuestas también exploran afinidades e intersecciones entre diversos movimientos sociales y políticos que luchan contra el capitalismo racial y la represión estatal, como las Panteras Negras en Estados Unidos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en México, que son el núcleo del proyecto Zapantera Negra. Una nueva obra textil del colectivo Chto Delat retoma igualmente los principios zapatistas de gobierno autónomo y democracia participativa; esta pieza, que surge de la visita del colectivo a Chiapas, en el sur de México, explora la relación del movimiento con el surgimiento de nuevas fuerzas de izquierda en Europa.

Las estructuras patriarcales nacionalistas blancas, la criminalización sistémica, la exclusión de las personas racializadas y de los migrantes, y la crueldad que estas prácticas perpetran, se denuncian en Me gritaron negra (1978) de Victoria Santa Cruz; en Papa, with P for Patriarchy (Papá, con P de Patriarcado) (2020) y en The ABC of Racist Europe (El ABC de la Europa racista) (2017) de Daniela Ortiz; la pintura a gran escala A Plight of Hardship (Una situación de penuria) (2020), encargada a Prabhakar Pachpute; y la serie de dibujos La piel de la lucha, la piel de la historia de María Galindo y Danitza Luna, del grupo anarcofeminista Mujeres Creando.

Vista de la exposición «And if I devoted my life to one of its feathers», Kunsthalle Wien, Viena, 2021. Foto: © eSeL.at – Lorenz Seidler

Las posibilidades de contrarrestar la masculinidad tóxica y la cultura machista aparecen en obras que abordan aquellos estándares normativos de género que defienden la privación de derechos políticos. En una serie de nuevas esculturas encargadas para esta exposición, Nilbar Güreş representa figuras no binarias y explora los paralelismos entre sus orígenes kurdos alevíes y la cultura aymara, a la que conoció durante una visita a Bolivia en 2016.

Victoria Cabezas responde a la exotización de Centroamérica, arraigada en visiones patriarcales, a través de fotografías paródicas de plátanos coloreadas a mano de la década de los 70. Para desafiar las representaciones estereotipadas de la masculinidad negra, Amoako Boafo ofrece una serie de pinturas dedicadas al autocuidado, mientras que Vlasta Delimar se enfrenta a la misoginia a través de fotocollages performativos de principios de la década de 1980 que reclaman el control de su deseo y sexualidad.

Germain Machuca, Las dos Fridas/Sangre Semen/Línea de vida, 2013. Foto: Claudia Alva. Cortesía del artista y el Museo de Arte de Lima

En otras obras, las prácticas drag y las operaciones de reconstrucción y autofiguración del cuerpo aparecen como un modelo útil para pensar en cómo reunir diversos momentos de la historia y crear conexiones de manera diferente. Para artistas como Germain Machuca y Castiel Vitorino Brasileiro, esto significa reconocer el cuerpo como herramienta para investigar el pasado, a través del cual rastrean y reclaman genealogías transgénero alternativas.

Las series de cerámicas Genitales (2016-2017) y Disforia (2019), de Sandra Salazar, abandonan la anatomía biologicista para presentar órganos, otras partes del cuerpo y morfologías humanas en transición. En el video We The Enemy (2019), el colectivo Sodomites, Perverts, Inverts Together! (SPIT!, ¡Sodomitas, Pervertidos y Desviados Unidos! / Carlos María Romero, Carlos Motta y John Arthur Peetz) recopila una letanía de insultos utilizados para excluir y perseguir a las personas queer y los configura como un nuevo nosotros en vez de la connotación enemiga.

Las posicionalidades y voces indígenas interrumpen el legado colonial y complican las definiciones occidentales de conceptos como tierra, individuo, identidad y tiempo, entre otros. Al hacer hincapié en sus conexiones espirituales, energéticas y sociales con sus tierras, artistas como el pintor uitoto Santiago Yahuarcani, la pintora maya Rosa Elena Curruchich y la pintora y bordadora shipibo Olinda Silvano (Reshinjabe) presentan fuertes representaciones del conocimiento tradicional indígena y de las formas de autogobierno que contrastan con los modelos occidentales dominantes de privatización y desarrollo. Tanto Yahuarcani como Reshinjabe abordan también sus experiencias personales con la Covid-19, pidiendo que el conocimiento del poder sagrado de las plantas se levante contra la hegemonía de la medicina occidental.

–Traducción por Valentina Durán, pasante de Traducción de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile

Rosa Elena Curruchich, La señora vende barriletes y papel de barriletes, ca. 1980. Colección privada. Foto: Juan Pablo Murrugarra

AND IF I DEVOTED MY LIFE TO ONE OF ITS FEATHERS?

Una exposición conjunta de Kunsthalle Wien y Wiener Festwochen, Viena, Austria

Del 15 de mayo al 26 de septiembre de 2021

Artistas: Babi Badalov, Denilson Baniwa, Patricia Belli, Amoako Boafo, Anna Boghiguian, Victoria Cabezas, Quishile Charan, Manuel Chavajay, Chto Delat, Rosa Elena Curruchich, Annalee Davis, Vlasta Delimar, Jim Denomie, María Galindo & Danitza Luna, Nilbar Güreş, Sheroanawe Hakihiiwe, Hiwa K, Karrabing Film Collective, Germain Machuca, Daniela Ortiz, Prabhakar Pachpute, Amanda Piña, Roldán Pinedo / Shöyan Sheca, Sandra Salazar, Victoria Santa Cruz, Olinda Silvano / Reshinjabe, SPIT! (Sodomites, Perverts, Inverts Together! / Carlos Maria Romero, Carlos Motta & John Arthur Peetz), Sophie Utikal, Cecilia Vicuña, Castiel Vitorino Brasileiro, Anna Witt, Bartolina Xixa, Santiago Yahuarcani, Zapantera Negra

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