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LA LENGUA EN LOS OJOS

Por Andrea Celda y Claudia Llanza | Curadoras

La lengua en los ojos genera un imaginario construido por las miradas de ocho artistas mexicanas y sus relatos creados en tiempos y lugares distintos. Estos “ojos que miran” son “la mano que escribe” cuando Margo Glantz reivindica la figura de la Malinche en su ensayo La lengua en la mano. Malinche, Malinalli, Malintzin o Doña Marina fue una mujer náhuatl histórica y mitificada, cuyo oficio era el de “lengua” –intérprete– para los españoles durante el proceso de colonización. Un personaje que crea y deja huella a través de su voz –su lengua– a pesar de aparecer en las crónicas de la época como un cuerpo interpuesto entre los interlocutores oficiales –los hombres– y asociada con la traición.

La exposición propone un recorrido a través de los espacios en los que el cuerpo resuena, aludiendo al contexto geográfico, sociopolítico e histórico que lo engendró. Aquí, el espacio, tanto público como privado, es un agente activo en las vidas de quien mira o es mirada, de la huella que dejamos en éste, los silencios que guarda, de los cuerpos que limita y define y de la ausencia de los mismos.

Así, Eunice, Julieta, Maya, Nirvana, Mayra, Yvonne, Sofía y Koral nos colocan en el límite de nuestras propias fronteras. Juntas forman un paisaje de voces que continúa luchando por los espacios en los que la seguridad y la representación estén garantizadas. Lo que cada una comienza como un gesto de exploración individual de la sexualidad femenina, de los orígenes, de los márgenes, en torno a las vidas de las mujeres desaparecidas, acaba convirtiéndose en un proceso de empatía, denuncia, sanación y regeneración que les permite adueñarse de estos relatos a través de la fotografía.

Vista de la exposición «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.
Julieta Gil, Nuestra Victoria V, 2020, impresión digital sobre papel, 75 x 50 cm. Ed. 1/3 + AP. Cortesía: Galería Travesía Cuatro, Madrid

En agosto de 2019, una serie de manifestaciones feministas removieron varias ciudades de México en protesta por la violencia de género sistémica presente en el país. La huella que dejó la sociedad civil en el espacio público en Ciudad de México fueron cristales rotos y monumentos pintados. Entre ellos, el Monumento a la Independencia, también conocido como la Victoria Alada, que fue inmediatamente tapado por el gobierno para su restauración.

En Nuestra Victoria, Julieta Gil (Ciudad de México, 1987) decidió registrar el monumento vandalizado y convertirlo en un modelo digital tridimensional mediante la fotogrametría, concediéndole un espacio protegido que nunca más podrá ser ocultado. El video Se va a caer nos sumerge en las marchas, recorriendo hasta esquinas imposibles del monumento resignificado en colectividad, mientras escuchamos las voces de manifestantes al unísono en una pieza sonora estremecedora realizada en colaboración con la artista Concepción Huerta.

Eunice Adorno (Ciudad de México, 1982) realiza un ejercicio de revisión histórica y se apropia de imágenes y documentos encontrados en archivos públicos y privados de las mujeres que formaban parte del Partido Liberal Mexicano a principios del siglo XX y que fueron apartadas de la historia, a pesar de su papel en las campañas revolucionarias. El proyecto Desandar está conformado por dos partes: Falda dinamita, con la que reclama el olvido y reivindica la lucha activa de estas mujeres, y una consecución de gestos, intervenciones y repeticiones sobre el papel que insisten en el descuido y el deterioro de estas imágenes. La propia mirada de Eunice atravesando los relatos que quedaron incompletos es en sí misma un acto de rebeldía.

La obra de Mayra Martell (Ciudad Juárez, 1979) traza desde 2005 un mapa de las desapariciones de mujeres jóvenes en Ciudad Juárez. Ensayo sobre la identidad es también un álbum de retratos de la incisiva presencia de estas ausencias. En su labor detectivesca, Mayra encuentra en el vacío la manera de utilizar la fotografía como reivindicación, exponiendo una subjetividad colectiva negada, resultado de una maquinaria de desaparición que permanece impune.

Vista de la exposición «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.
Eunice Adorno, Desandar. Falda Dinamita, 2019. Tienda: impresión y bordado sobre tela de algodón,
250 x 200 cm. Pieza única. Cortesía: Travesía Cuatro, Madrid
Fotografías de Mayra Martell en «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.

Mayra Martell, Ensayo sobre la identidad. Diana Noraly Piaga Reyna, 16 años. Desapareció el 27 de febrero del 2009; trabajaba en una maquiladora en el turno de la mañana. Foto de la pared de su habitación, 2005-2011. Impresión digital sobre papel, 70 x 105 cm. Ed. 5 + 1AP. Cortesía: Travesía Cuatro, Madrid

Maya Goded (Ciudad de México, 1967) acompaña e ilumina vidas de mujeres que, aunque ocultas al ojo público, nos miran desde su constante posición de resistencia. Su serie Welcome to Lipstick presenta el día a día de las habitantes de la zona roja en Reynosa, Tamaulipas, en la frontera este con Estados Unidos. Estas zonas delimitadas, pensadas supuestamente en un inicio para proteger a las trabajadoras sexuales, se convierten en espacios sin escapatoria que las reducen a cuerpos consumibles. La mirada intuitiva de Maya, tan tierna como visceral, transmite la atmósfera pesada y pausada de negociación entre el deseo y la muerte, en un lugar donde cualquier posibilidad de futuro parece imposible.

Habitar el lugar de voyeuse en espacios públicos, en los que se homogeniza y aliena al individuo, principalmente atravesados por la mirada masculina, posiciona el trabajo de Nirvana Paz (Ciudad de México, 1976) en un lugar radical en el contexto latinoamericano. La Corte recopila los miles de retratos que Nirvana realizó durante meses a quien pasaba por el muro de la Suprema Corte de Justicia, cercano a su casa, imaginándolo como un ciclorama gigante donde dotar de identidades flexibles e individuales a los habitantes de una de las ciudades más pobladas del mundo.

Como si de un juego de imágenes disléxicas se tratara, con la ambigüedad entre cuerpo y paisaje, Sofía Ayarzagoitia (Monterrey, 1987) nos propone un ejercicio de autocrítica obligándonos a dirigir la mirada hacia las vidas marginadas de quienes la sociedad considera que se quedaron en el camino. Miles de personas que se dirigen a un sitio que no conocen y al que seguramente no llegarán, con quienes convivimos pero a quienes ignoramos.

Fotografías de Nirvana Paz de la serie «La Corte» (2007), en «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.
Fotografías de Maya Goded de la serie «Welcome to Lipstick» (2009), en «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.
Fotografías de Sofía Ayarzagoitia de la serie «Land» (2017-2020), en «La lengua en los ojos», en Galería Travesía Cuatro, Madrid, 2021. Cortesía de la galería.

Siempre estuvimos aquí es un proyecto en proceso de Koral Carballo (Veracruz, 1987) donde reflexiona sobre la representación de la afrodescendencia en México, la cual ha sido eclipsada por el mito del mestizaje entre lo indígena y lo español. A través de un proceso de descolonización de la mirada, su fotografía onírica propone reconstruir la identidad mexicana a partir del estudio de distintos eventos culturales e históricos que inician en el carnaval de Coyolillo, un pueblo fundado por esclavos africanos liberados traídos por los colonizadores españoles como fuerza de trabajo en el siglo XVI.

Desde la frontera con California, en Notas desde la línea, Yvonne Venegas (Tijuana, 1970) disecciona la ciudad donde creció, recopilando en un archivo rincones tan extraños como vulnerables para mostrar ese espacio que da forma a su propio cuerpo fronterizo, a su espíritu y a sus movimientos.

Lo que cada una de estas ocho artistas mexicanas comienza como un gesto de exploración individual de la sexualidad femenina, de los orígenes, de los márgenes, en torno a las vidas de las mujeres desaparecidas, acaba convirtiéndose en un proceso de empatía, denuncia, sanación y regeneración que les permite adueñarse de estos relatos a través de la fotografía.

Fotografías de Koral Carballo de la serie «Siempre estuvimos aquí. Prólogo – Coyolillo, el misterio del disfrazado», 2017. Cortesía: Travesía Cuatro, Madrid
Fotografías de Yvonne Venegas de la serie «Desde la línea», 2003. Cortesía: Travesía Cuatro, Madrid

LA LENGUA EN LOS OJOS

Travesía Cuatro Madrid, Calle San Mateo 16, Madrid

Del 23 de marzo al 22 de mayo de 2021

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