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FARLEY AGUILAR: CLOSED GAME

Por Camila McHugh

¡Oh mi cuerpo, haz de mí un hombre que interroga siempre!
Frantz Fanon, Piel Negra, Máscaras Blancas

Las pinturas de Farley Aguilar son desafiantes. Trabaja con colores contrastantes y hace colapsar periodos históricos, intuyendo que reelaborar imágenes del pasado estadounidense con la inmediatez táctil de la pintura puede revelar algo acerca del estado de la nación hoy en día. Artista autodidacta nacido en Nicaragua en 1980, Aguilar interviene en la forma en que las imágenes median nuestra relación con la historia y, por extensión, el presente, transmutando fotografías documentales en pinturas vibrantes a gran escala.

Su exposición Closed Game en Lyles & King está compuesta de diez piezas en óleo, crayones de óleo y grafito realizadas entre 2020 y 2021, y basadas en fotografías encontradas que datan del siglo XX. Por ejemplo, se incluye una imagen de los Scottsboro Boys (nueve adolescentes negros acusados falsamente de violar a dos mujeres blancas a bordo de un tren cerca de Scottsboro, en 1931), o una del primer policía afroamericano de Nueva York, Samuel J. Battle, de 1941. También se exhiben tres retratos pequeños basados en fotos de fichas policiales, donde el estudio detenido del rostro humano es particularmente evidente.

La noción de humanidad es lo primordial en este proyecto artístico: devolver la dignidad a quienes se les ha negado y desestabilizar la postura de aquellos responsables de apropiarla. Este sentido de justicia social sustenta los lienzos de Aguilar, quien aborda la posición de pintor como una de responsabilidad ética.

Farley Aguilar, Scottsboro Boys, 1931 (2021), óleo, crayones de óleo y graffito sobre lino, 160 x 279,4 cm. Cortesía: Lyles & King, NY
Farley Aguilar, Officer, 1941 (2021), óleo, crayones de óleo y graffito sobre lino, 191,8 x 129,5 cm. Cortesía: Lyles & King, NY

Si bien el artista hace referencia a los largometrajes de Fritz Lang o los escritos de Thomas Piketty sobre el capital y la ideología como sus principales influencias, sus obras están inscritas en el linaje del retrato inspirado en hechos socio-políticos. Las macabras mascaradas de James Ensor (1860-1949) son también un punto de referencia relevante, ya que las críticas a la burguesía por parte del pintor belga en el ocaso del siglo XIX resuenan en los agrupamientos de personas pintados por Aguilar. Las figuras calavéricas que pueblan la grotesca crítica social de Ensor pueden leerse entonces como predecesores de los hombres con ojos en espiral de Aguilar.

Aguilar asocia estos espirales con el adoctrinamiento (similar a la hipnosis en Get Out [¡Huye!] (2017) de Jordan Peele). El símbolo atraviesa todos sus lienzos, rodeando los ojos de un hombre en traje rojo en Nine Men, circa 1910 (2020) o irrandiando alrededor de la cabeza de un hombre parado detrás de él, cuyo rostro de un rojo anaranjado contrasta con su calvicie incipiente de color azul.

La pintura de Aguilar también es afín a la crítica mordaz de José Clemente Orozco (1925-2004) en cuanto a la manera en que el nacionalismo corrompe el espíritu humano –y que se observa en su mural The Epic of American Civilization [Dioses del Mundo Moderno](1932-1934)- y a las reinterpretaciones de pinturas famosas en colores saturados de Robert Colescott (1925-2004).

Farley Aguilar aborda la violencia estructural e institucional -reforzada por el condicionamiento cultural- que sostiene la ideología estadounidense y que perpetúa los ciclos de opresión. Si bien su temática es presuntamente histórica, la mirada inexpresiva de muchas de sus figuras arrastra estas escenas al presente. La amenaza de la violencia se hace omnipresente en estas obras, pero no necesariamente tiene lugar de manera explícita dentro de ellas.

Farley Aguilar, Onlookers, 1963 (2021), óleo, crayones de óleo y graffito sobre lino, 200,7 x 151,1 cm. Cortesía: Lyles & King, NY
Farley Aguilar, Nine Men, circa 1910 (2020), óleo, crayones de óleo y graffito sobre lino, 191,8 x 256,5 cm. Cortesía: Lyles & King, NY

En Onlookers, 1963 (2021) un grupo de personas apiñadas mira algo con una suerte de sufrimiento reprimido, mientras una mujer se cubre los ojos. Al trabajar a partir de fotografías históricas cuidadosamente seleccionadas, Aguilar elude el ciclo incesante de distribución de imágenes que caracteriza nuestro presente, quizás condenando sutilmente la circulación irracional de videos que muestran el sufrimiento de los afroamericanos.

Mientras que las pinturas de gran carga política de Leon Golub (1922-2004) representan la brutalidad de la guerra o el abuso de poder con resoluto detalle, su serie sobre la Guerra de Vietnam es un punto de comparación relevante, ya que el pintor auto-declarado activista se volcó a la pintura figurativa expresiva en respuesta a la primera guerra televisada, tal y como Aguilar lo hace ahora en medio de una nueva encarnación de imágenes abrumadoras.

Mientras Golub se dedicaba a la crítica de la masculinidad tóxica en el contexto sociopolítico de su época, Aguilar se interesa en la historia y la humanidad en pinceladas más amplias. Algo esperanzador también se filtra a través de sus escenas multicolores: un indicio de que si (y solo sí) la historia es reconocida y sus restos confrontados, se podrán forjar nuevos caminos hacia el futuro.

Traducción por Nadia Lizana, pasante de Traducción de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile


FARLEY AGUILAR: CLOSED GAME

Lyles & King, 21 Catherine Street, Nueva York, NY

Del 18 de marzo al 25 de abril de 2021

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