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LA BONDADOSA CRUELDAD. LEÓN FERRARI, 100 AÑOS

El proyecto La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años surge del acuerdo alcanzado entre la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo (FALFAA) y el Museo Reina Sofía para dar a conocer la obra de León Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013) en Europa, permitiendo a la vez preservar parte de su patrimonio en instituciones de este continente desde una visión integral que promueva la contextualización y difusión de su legado.

La muestra se compone de unas 300 obras, entre las que se encuentran algunas que forman parte de la importante donación realizada por la familia Ferrari al Museo Reina Sofía, compuesta por un conjunto de 15 collages, dibujos, esculturas y videos; uno de los Juicios Finales de su serie Excrementos; y 219 copias únicas de objetos y series del artista, entre las que destaca la instalación La Justicia/V Centenario de la Conquista de América.

La Bondadosa Crueldad -título que se corresponde con el de un libro de poemas y collages que Ferrari dedicó a su hijo Ariel, desaparecido durante la dictadura argentina- invita a comprender la obra de este seminal artista como “un modo de mirar y de leer la historia de la cultura occidental como un desmontaje de las pedagogías de la violencia propagadas por la matriz bélico-religiosa de la historia de Occidente”, según los comisarios de la muestra Fernanda Carvajal, Javier del Olmo, Andrea Wain y el equipo de FALFAA.

Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS
Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

El legado de Ferrari conforma un extenso repertorio de obras que exploran diversos materiales y lenguajes para componer y descomponer las retóricas visuales y discursivas del poder, sea este político, religioso o de los medios de comunicación, con acciones de apoyo a diferentes causas que el artista sostuvo hasta los últimos años de su vida, mostrando así la complejidad de su legado y su potencial crítico para responder a los desafíos de la sociedad actual.

Ferrari propone una incesante experimentación con las formas visuales para incitar a quien las mira a detenerse, a conmoverse, a entender y a tomar posición. En este sentido, la exposición pone el foco en los retornos y reformulaciones de las problemáticas que le obsesionaron tanto en su vida como en su producción artística, incluidas estrategias conceptuales que vinculan el dibujo y la escritura para dar con un “arte visual escrito”.

La exposición intenta subrayar que la obra producida por León Ferrari en los años sesenta -primeros dibujos, collages, acuarelas, esculturas y su vínculo con la escritura y la poesía- ya deja ver una zona de exploración donde se conjugan la experimentación formal, lo poético, lo conceptual y lo político, sin posibilidad de encasillarlo en una tendencia o estilo. De esta manera la exposición invita a desarmar la distinción binaria entre una fase abstracta y una fase política de Ferrari, ya que los dos polos están presentes de manera activa a lo largo de toda su trayectoria con una singularidad propia.

Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS
Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

La Bondadosa Crueldad propone un itinerario por la obra de León Ferrari en torno a grandes ejes conceptuales que no siguen un orden cronológico, sino que se entrecruzan y resignifican de una sala a otra.

La muestra comienza con una sala que, bajo el título de La justicia y los juicios, acoge la obra Juicio Final (1994) -donada al Museo-, en la que el autor se interroga sobre los límites de la justicia terrenal y la divina proponiendo rupturas de pensamiento. Los trabajos que se pueden ver en este primer espacio fueron concebidos para denunciar la apología de la tortura por parte de la religión y constituyen un dispositivo de co-creación en el que es determinante la asociación entre las aves vivas y toda la serie de indicaciones en torno a su alimentación, digestión y defecación, y los colaboradores humanos: conservadores, restauradores o vigilantes de sala.

En Laboratorio Ferrari se exhibe su primera etapa de producción de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, incluidos algunos de los experimentos realizados en su laboratorio con compuestos químicos. Este es el período en que explora el volumen, la escultura y la escritura para dar salida de manera oculta a sus primeros mensajes políticos, como sucede en Carta a un general (1963).

En sus obras sobre papel de este período, las formas orgánicas y gestuales unas veces parecen abstracciones y otras aproximaciones a alfabetos legibles o indescifrables.

La civilización occidental y cristiana (1965). Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS
La civilización occidental y cristiana (1965). Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

El collage y el reensamblaje de significados están muy presentes en la obra de Ferrari. En la sección Arqueología religiosa de la violencia esto se hace patente en La civilización occidental y cristiana (1965), obra emblemática del artista donde identifica la semilla de la guerra con el mensaje de castigo y la intolerancia hacia los que no practican la fe. Esta escultura de un Cristo de santería crucificado sobre un avión de guerra norteamericano se convirtió en una imagen perturbadora que condensa los cuestionamientos a la violencia de la civilización occidental y a la religión, llegando a ser censurada durante su primera exhibición en el Instituto Torcuato Di Tella, en Argentina, en 1965.

En la serie Relecturas de la Biblia, un conjunto de collages realizados a partir de 1985, Ferrari ensaya el ejercicio inverso: introduce imágenes bélicas, pero también sexuales, de carácter científico y de la cultura pagana, para reescribir iconográficamente los textos religiosos del Antiguo y Nuevo Testamento. Aparece aquí la crítica a la misoginia, la homofobia o la frigidez femenina. La imagen de la bomba atómica se hace visible en varias piezas de la serie como materialización del infierno en la tierra.

En otro apartado de la exposición, denominado Ideas para infiernos, se puede verlos objetos-infiernos de Ferrari. A través de estas piezas, el artista critica la idea de una justicia divina, superior, no humana, pero lo hace utilizando el humor; con variados utensilios domésticos, baratijas y objetos de santería, expone a figuras religiosas a las torturas del infierno: santos de yeso dentro de una licuadora, o una virgen cubierta de insectos de plástico, conforman, según los comisarios, “una serie irónica sobre la justicia divina”. Todo ello refleja la idea del artista de que el verdadero infierno es la intolerancia y la fe ciega en ideas inamovibles; el verdadero infierno es mental, es vivir con la idea del castigo eterno.

Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

Continua el recorrido con la sala Desafiar la realidad, en la que se ven reflejadas una serie de iniciativas colectivas de politización artística que alcanzan su punto álgido con la experiencia de Tucumán arde (1968). También se recoge su serie Nosotros no sabíamos (1976), compuesta por recortes de noticias aparecidas en diversos diarios argentinos que dan cuenta de la desaparición de personas, huellas cotidianas del horror expuestas a la vista de todos. Esta importante pieza habla del hecho de que todos somos culpables de algún modo de mirar a otro lado cuando se producen situaciones de crueldad extrema.

La justicia –luego renombrada 1492-1992 Quinto centenario de la Conquista- es una obra queconecta procesos históricos como la Conquista y la dictadura para mostrarnos la continuidad de una “violencia ilegítima”, que aparece cíclicamente, y que la cultura y la barbarie van a menudo asociadas.

A mediados de los noventa Ferrari toma el diario como soporte para realizar su serie de collages Nunca más, en la que expone el desahogo de su experiencia directa con el horror y viene a ilustrarla reedición en fascículos del Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que circuló masivamente con el diario argentino Página12.

Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

Otro de los apartados de la exposición recoge una instalación sonora basada en la puesta en escena de Palabras Ajenas -primer collage literario de León Ferrari realizado en 1965 y 1966-, que fusiona temáticas políticas y religiosas en el largo diálogo imaginario entre más de ciento sesenta personajes. Ferrari concibió el texto para ser representado teatralmente, imaginando una obra de 10 horas de duración. Se llevó a escena por primera vez en 1968, en inglés, y en una versión de una hora. La realizada por Ruth Estévez, José A. Sánchez y Juan Ernesto Díaz, presentada por primera vez en el teatro de REDCAT en Los Ángeles en 2017, y posteriormente en la Universidad Nacional de Colombia y en el Museo Jumex de México, se representó en el Museo Reina Sofía el 14 de abril de 2018. Ahora, por primera vez, se presenta la instalación sonora en sus salas.

La exposición finaliza con la sección Modos de hacer/Ferrari inmaterial en la que un conjunto de obras que desvelan un recorrido no cronológico por la biografía de León Ferrari. El espectador se enfrenta a una constelación de sus modos de hacer que visibiliza su trayectoria como una compleja trama entre arte, política y vida, a través de obras y documentos inéditos “rescatados” de su archivo personal.

Vista de la exposición “La Bondadosa Crueldad. León Ferrari 100 años”, en el Museo Reina Sofía, Madrid, 2020. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo MNCARS

Dos episodios producen quiebras y giros en el proyecto de vida de Ferrari: un viaje a Italia en 1952, cuando su hija mayor se ve afectada por una meningitis tuberculosa, y el exilio a Brasil a partir de 1976; y la posterior desaparición de su hijo Ariel en febrero de 1977 por las fuerzas represivas del Estado argentino. Ambos acontecimientos ocurren en la frontera entre lo privado y lo público, entre el tiempo de la intimidad y el tiempo histórico, y nos dan las claves para comprender lo que se ha venido a denominar Ferrari inmaterial.

A partir de estos hechos se despliega en esta última sala un archivo vital de acciones, reflexiones y estrategias que muestran la ingeniería íntima y afectiva de los modos de hacer que desarrolló dentro y fuera del campo del arte. Ferrari investiga sobre los pigmentos, las líneas o el metal con el mismo virtuosismo que estudia sobre farmacología para dar con la administración correcta de antibióticos para paliar la enfermedad de su hija, o reúne antecedentes para la causa judicial por la búsqueda de su hijo. Los aspectos más burocráticos de su activismo por los derechos humanos o los planos de iglesias en los que colabora con su padre, ven la luz en sus collages, grabados y heliografías.

La desaparición de personas en la dictadura argentina; la polémica desatada alrededor de la esfera institucional de la medicina en la década de los cincuenta y sus tácticas para visibilizar la mala praxis en el tratamiento de la meningitis tuberculosa; la relación epistolar que sostuvo a lo largo de su vida con escritores como Rafael Alberti; la influencia y vinculación con su padre, Augusto César Ferrari (1871-1970) pintor, arquitecto, fotógrafo, diseñador y constructor de importantes iglesias de la Argentina; o las vinculaciones colectivas desde los sesenta hasta el final de su vida con distintas agrupaciones para denunciar atropellos a los derechos humanos o generar recursos para enfrentar distintas formas de injusticia, están presentes en este último tramo de la muestra. Son procesos inmateriales que dejan huella en su trabajo material y expanden la mirada sobre el compromiso político y ético que marcó su vida y su obra.


LA BONDADOSA CRUELDAD. LEÓN FERRARI, 100 AÑOS

Museo Reina Sofía (Madrid). Edificio Sabatini, 4ª Planta

15 de diciembre 2020 – 12 abril de 2021

Exposición organizada por el Museo Reina Sofía, Madrid, el Museo Van Abbe, Eindhoven (Países Bajos), y el Museo Nacional de Arte Moderno Centro Pompidou, París, en colaboración con la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo (FALFAA), Buenos Aires.

Itinerancia: Museo Van Abbe, Eindhoven: 8 de mayo 2021- 26 de septiembre 2021; Centro Pompidou, París: abril – agosto 2022

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