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JONATHAN HERNÁNDEZ: DE GALERÍA NACIONAL AL ALMANAQUE, O EL GABINETE DE UN AFICIONADO

Proyecto Paralelo inició su programación de 2020 con la exposición Galería Nacional, del artista Jonathan Hernández (Ciudad de México, 1972). La muestra, ciertamente provocadora, era de alguna forma un repaso a las vinculaciones entre cultura y política que se han dado a lo largo de la historia mexicana reciente.

Doce días antes de que esa exposición concluyera llegó la pandemia, obligando a la galería a cerrar sus puertas. Esos doce días “perdidos” son de alguna manera recuperados en Almanaque o El gabinete de un aficionado, un ejercicio expositivo de riesgo concebido por Hernández como un necesario cierre de ciclo de un año aparentemente sin fin, y en el que exponer representa para el artista atravesar personalmente un cúmulo de eventos, situaciones, transformaciones y reconfiguraciones a los que todos hemos estado sometidos desde el mes de marzo.

Vista de la exposición «Almanaque o El gabinete de un aficionado», de Jonathan Hernández, en Proyecto Paralelo, CDMX, 2020. Foto cortesía de la galería

El subtítulo de la exposición –que hace un guiño a la novela de Georges Perec donde alcanzamos a leer una suerte de bajo relieve casi invisible “toda obra es un reflejo de otra”- se refiere al método natural mediante el cual Jonathan Hernández se ha dedicado a la contemplación del desastre en cámara lenta y a su posterior disección.

A partir de la recolección de evidencias, procesos de reflexión introspectivos y una aguda capacidad de observación, el artista presenta este gabinete que condensa de manera informal -pero no por eso menos intencionada- lo que han sido los últimos ocho meses de este particular año.

A lo largo de toda su trayectoria de más de 20 años, Jonathan Hernández ha mantenido en sus obras una relación de tensión con el contexto geográfico, social, político y cultural en el que trabaja. Esta tensión casi siempre se manifiesta en un arco que va del humor ácido a la sátira política descarnada. El recorrido constante entre los dos polos genera sin duda un trabajo que fascina en su disección precisa de la realidad, en los guiños humorísticos con los que nos invita a sobrellevarla, y en cierta nostalgia melancólica por el mundo que podría ser. La situación de pandemia se ha convertido de pronto en un reflejo inminente y brutal de esa situación que nos acompaña día a día.

Jonathan Hernández, Impunidad de rebaño, 2020. Cortesía: Proyecto Paralelo
Jonathan Hernández, Soledad, 2020. Cortesía: Proyecto Paralelo

Aun así, no se trata exactamente de una exposición acerca de la pandemia, pero en este gabinete el paisaje exterior se convierte en el horizonte interior donde la práctica y el ejercicio del arte se transforman en un método de supervivencia al que recurrir en medio del caos, en una forma de gimnasia que desarrolla la capacidad de adaptación al presente, al futuro inmediato y a la incertidumbre reinante.

La propia situación de confinamiento exacerba los procesos naturales de ser y hacer agudizando la puntería. Las armas y herramientas no cambian, pero sí se vuelven más afiladas, más personales: el humor cáustico y dosificado, pero también la disección del lenguaje y el recurso a la escritura como una forma de nombrar y re-nombrar el mundo, sus circunstancias y su devenir.

Almanaque o El gabinete de un aficionado es, más que una obra, un proceso de registro y memoria de este 2020,una suerte de recuento disléxico donde el peso y la gravedad mutan en certera ligereza a través del humor, un inventario liviano pero profundo en sus lecturas y connotaciones.

Vista de la exposición «Galería Nacional», de Jonathan Hernández, en Proyecto Paralelo, CDMX, 2020. Foto cortesía de la galería
Jonathan Hernández, Impostura (un título en alguna lengua indígena hubiera sido mejor) [detalle], 2019. Silla de plástico, asfalto en frío, palo de escoba, fragmento de tubo de drenaje, anzuelo y catálogo de exposición. Foto cortesía de la galería

GALERIA NACIONAL

Estamos en marzo de 2020. Jonathan Hernández presenta Galería Nacional, su primera exposición individual en Proyecto Paralelo, donde reunió un grupo de trabajos que referencian explícitamente el contexto político, social y cultural de México y que, aunque en su mayoría se trataba de trabajos recientes que aluden a la situación actual, se incluían algunas piezas significativas y un archivo de documentación que abarca los últimos 25 años.

El conjunto de obras –que se puede visitar online en la web de la galería- demuestra una línea de continuidad, no solo en las preocupaciones de Hernández y en la manera de abordarlas, sino también en las problemáticas nacionales. Éstas aparecen ya no como simples reiteraciones –más de lo mismo-, sino como un solo gran continuum que pone en evidencia una manera específica de ser, pensar y operar que se va contagiando de un ámbito a otro.

Jonathan Hernández, Playback, 2019 [detalle]. Placa de bronce sobre tafón y cortinas, 210 x 200 x 24 cm. Cortesía: Proyecto Paralelo

“Después de un rato de haber hecho una pausa de producir arte y repensar las formas de trabajar -de ser y estar- me gustó la idea de retomar formas de trabajo que a través del tiempo había dejado de lado. Me puse a revisar tarugada y media que he ido guardando desde hace un buen tiempo y me percaté de la constante e intermitente presencia de papelitos, papelotes, postales y objetos paradójicos en torno a la supuesta identidad mexicana, el invento o el producto de ‘lo mexicano’.

Esta revisión me dio la pauta para pensar en hacer Galería Nacional, una exposición acerca de las monumentales contradicciones y la grandilocuencia que nos caracterizan. A diferencia de exposiciones anteriores donde ya tocaba puntos neurálgicos del asunto, ahora me interesó pensar en el paisaje mexicano como un lugar dislocado, fracturado, deshecho -o hecho mierda- y al mismo tiempo asimilado desde una normalidad donde la persistencia de la revolución es el eterno motor de un cambio que nunca ha ocurrido, que siempre está por llegar.

Al hablar de paisaje me refiero al presente, el tiempo en que vivimos, a reconocerse en el hoyo en el que estamos sumergidos. Creo que para mí es cada vez más importante hablar del lugar que habitamos, conocemos y reconocemos. En ese sentido, me importa cada vez menos la pretensión de ser global, ser internacional es y ha sido una máscara, y lo curioso es que ahora ser local ha pasado a ser la nueva impostura, la nueva y jugosa marca de la casa”.

Jonathan Hernández en entrevista con Issa Benítez para Proyecto Paralelo.

Vista de la exposición «Galería Nacional», de Jonathan Hernández, en Proyecto Paralelo, CDMX, 2020. Foto cortesía de la galería
Jonathan Hernández, Masa y poder, 2019 [detalle]. Espejo, cartón y cucarachas de plástico, 85 x 85 x 85 cm. Cortesía: Proyecto Paralelo

La exposición, que incluye fotografías, objetos, collage y escultura, está atravesada por un sentido de la fragilidad y la precariedad que es habitual en su trabajo, y que refleja la transitoriedad de nuestra propia condición.

Hernández utiliza además juegos de lenguaje que despliegan los sentidos posibles de las obras y las relaciones entre ellas. A estos dos elementos se les suma un sentido del humor que nos permite acercarnos a los temas que trata sin caer en la desesperanza absoluta.

El artista demuestra que la única manera de establecer una mínima relación con las estructuras de poder es diseccionándolas con el ojo clínico del comediante. El humor atraviesa así tanto a la imagen del poder como el poder de las imágenes, disolviendo en un gesto las jerarquías y su pretendida importancia.

Jonathan Hernández nos confronta con un espejo -y no es casualidad que sea un material al que ha recurrido con frecuencia- que nos sitúa como sujetos en el centro de la realidad desnuda que nos presenta. Si bien la lectura de muchas de estas piezas es específica sobre situaciones y personajes, en el momento en el que visualizamos la exposición en su conjunto y construimos las conexiones entre unas piezas y otras podemos dar cuenta de la manera en que dichas especificidades están construyendo una dimensión propiamente histórica.

La manera en que Hernández teje esa historicidad pone en evidencia las trampas implícitas en la dinámica individuo-sociedad que permiten en gran medida la pervivencia del staus quo.

Con motivo de la exposición se ha publicado el libro de artista Campaña Nacional de Reforestación.

Jonathan Hernández, Mapa emocional de México, 2019. Etiquetas y fragmentos de botellas de cerveza rotas sobre cartón, 43 x 35 x 4 cm. Cortesía: Proyecto Paralelo

JONATHAN HERNÁNDEZ: ALMANAQUE Ó EL GABINETE DE UN AFICIONADO

Proyecto Paralelo, Varsovia 33, Col. Juárez, Ciudad de México

Del 1° al 12 de diciembre de 2020

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JONATHAN HERNÁNDEZ: GALERÍA NACIONAL

Viewing Room de Proyecto Paralelo

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