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¿OTRO PLANETA ES POSIBLE? ARS ELECTRONICA COMO VIAJE GLOBAL POR EL “NUEVO” MUNDO

El Festival Ars Electronica, que arrancó hoy desde su sede central en Linz (Austria), está poniendo a prueba su misma naturaleza medial en esta edición, al conectar a través de su vasta programación eventos locales-físicos o «reales» -encabezados por artistas y científicos «reales» y dirigidos a audiencias «reales»- con una amplia red de colaboradores virtuales en todo el mundo.

Como era de esperarse, Ars Electronica se adapta a estos tiempos de encierro global convirtiéndose en una suerte de laboratorio experimental para lo que podría ser el siguiente prototipo de formato expositivo: un espacio-tiempo fluido, híbrido, donde ‘suceden’ nuevas formas y posibilidades de fusión y coexistencia entre lo analógico y lo digital, lo real y lo virtual, la proximidad física y la telemática.

Creado en Linz en 1979 como Festival de Arte, Tecnología y Sociedad, Ars Electronica reunió entonces a 20 artistas y científicos de todo el mundo para, de manera visionaria, intercambiar ideas sobre la revolución digital y sus posibles consecuencias. Cuarenta años después, y en medio de una pandemia global, presenta “las innumerables estrategias de interacción online hoy existentes, desde la transmisión en vivo hasta entornos virtuales participativos”, según explica su codirector artístico, Gerfried Stocker.

“Después de todo, las soluciones inteligentes -tanto online como offline- para la cooperación transnacional y la distribución efectiva del conocimiento son esenciales para nuestro complejo mundo, siendo esta última especialmente urgente dada la enorme cantidad de (des) información en Internet”.

Ars Electronica .ART Gallery / .art Domains, Ars Electronica Linz. Crédito: Martha Fiennes

UN VIAJE GLOBAL MAPEANDO EL «NUEVO» MUNDO

El festival lleva por título In Kepler’s Gardens [En los Jardines de Kepler], una metáfora de los distintos “jardines” globales que florecerán por estos días en el espacio virtual y en la sede misma de la Universidad Johannes Kepler (JKU) de Linz, y que se inspira además en el legado del astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler (1571-1630), quien estableció las leyes sobre el movimiento de los planetas en su órbita alrededor del Sol.

El título también representa una declaración de principios sobre la relación entre arte, ciencia y tecnología no como un motor económico depredador, generador de bienes consumibles y desechables rápidamente, sino como la base para el desarrollo de una cultura anclada en ideas, acciones y soluciones sostenibles por parte de comunidades comprometidas.

Además de las propuestas que se desplegarán de manera presencial en los parques del campus universtario, se activarán los “jardines” de los socios de Ars Electronica en más de 120 ciudades del mundo, proyectos localizados que involucran actividades y contenidos online sobre tópicos como autonomía, democracia, ecología, humanidad, tecnología, incertidumbre, realidad, especulación y futuros posibles. En este ‘viaje’, dichas nociones entran en fricción con el contexto de la crisis sanitaria. ¿Qué podemos y debemos hacer ahora, como habitantes de este planeta, para salvar nuestro futuro? ¿Cuáles serán los cambios que trae esta pandemia?

“Todos los temas tratados en esta edición están marcados por una INCERTIDUMBRE generalizada y la pregunta de cómo la crisis nos moldeará y cambiará como individuos y como sociedad, como HUMANIDAD. Dos tensiones en particular son puestas en foco: AUTONOMÍA y DEMOCRACIA / TECNOLOGÍA y ECOLOGÍA”.

Mientras en Linz y en toda Europa se están discutiendo ciertas medidas para frenar el cambio climático y proteger nuestros ecosistemas de nosotros mismos, los pueblos originarios de América del Sur, por ejemplo, luchan incansablemente y hasta poniendo en riesgo sus vidas por la preservación de la Amazonía.

En Sudamérica, algunos artistas, científicos y tecnólogos articulan una nueva visión de mundo desde los mismos campos de conocimiento y territorios afectados en los que operan, preguntándose también sobre la configuración de este nuevo estilo de vida COVID y post-COVID, y creando conciencia sobre nuestra relación con el planeta a través de prácticas de cuidado sostenibles y empáticas con los ecosistemas vulnerables, o ya vulnerados.

Acá presentamos algunos de esos proyectos.

JARDÍN AUSTRAL

Mutations – Universidad Austral de Chile (UACh)

“Todos están de acuerdo en que habrá un mundo diferente tras el cese de la actual emergencia sanitaria mundial. Pero antes de llegar a eso, todavía tenemos que llegar allí. Estamos en el intermedio. La incertidumbre del intermedio es el momento de la mutación. En el caso chileno, esta experiencia se superpone con un malestar social y político sin precedentes: la mutación del régimen constitucional que ha sostenido al país desde el golpe de Estado de 1973”, reza la descripción de este proyecto.

Este incierto intermedio, donde la transformación política local se superpone con la inestabilidad global, es el núcleo de Mutations (Mutaciones), la propuesta desarrollada por la Universidad Austral de Chile (UACh), y que incluye tres líneas de acción: desarrollar cuatro actividades tipo excursión que presenten el ecosistema de la ciudad y la macrozona sur de Chile; una exposición de nueve artistas locales; y una mesa redonda para discutir la experiencia de la creación artística dentro de la UACh, el papel de las instituciones y la relevancia de lo intermedio. Todas estas actividades estarán alojadas en la plataforma online de Galería Réplica.

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Proyecto Biósfera, de Joaquín Fargas (Argentina). Cortesía del artista

JARDÍN BUENOS AIRES

The Nature of our Nature – LatBioLab de la Universidad Abierta Interamericana (UAI)

El Laboratorio Latinoamericano de Bioarte (LatBioLab), creado en 2008 por Joaquín Fargas, es el primero en su tipo en América Latina. Se dedica al desarrollo, la investigación, la enseñanza y la crítica de obras de arte vinculadas a las ciencias biológicas (wet biology), explorando las conversaciones interdisciplinarias entre arte, ciencia y tecnología. Su producción se centra en propuestas posibles o utópicas relacionadas con la vida, su preservación y las ecologías híbridas.

Para el festival, LatBioLab hará una revisión de más de 12 años de bioarte en la Argentina, desde el Proyecto Biófera, una forma sencilla de mostrar el ecosistema mundial, a Colonia, que conecta la tecnología con la biología, pasando por Semillas Celulares – Futuros Inexorables, que genera un nuevo tipo de “vida tecnológica”.

Se planteará la pregunta de qué hemos aprendido del COVID-19, y si esta crisis es una oportunidad para pensar en una nueva sociedad. Estudiantes de la UAI y de la Universidad de Puerto Rico compartirán sus distintas visiones sobre un nuevo modelo de mundo para las futuras generaciones

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Emotional Plates, de Sebastián Tedesco y Bruno Mesz (Argentina). Cortesía de los artistas

The Garden of Curiosity – Centro de Arte y Ciencia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF)

Un jardín puede considerarse como una disposición particular de ecosistemas que pueden crecer de muchas formas esperadas/inesperadas debido a una planificación y orientación cuidadosas. El crecimiento de las primeras semillas y el diseño del terreno nos muestran el sentido de los ciclos del tiempo y el desarrollo de la naturaleza. Nos involucra con múltiples formas y sensaciones que no podemos predecir de antemano a pesar del orden propuesto.

La palabra cultura se refiere al cultivo de la tierra en muchos idiomas. Nuestro conocimiento y prácticas sociales podrían crecer en una especie de territorio diseñado con límites más o menos establecidos; sin embargo, los cultivos en crecimiento son siempre procesos mixtos de forma natural.

¿Cómo podríamos construir un ecosistema para el crecimiento cultural? El Jardín de la Curiosidad es un trabajo de visualización navegable e interactivo a través del cual se compartirá esta diversidad cultural. Al navegar por este entorno lleno de objetos, palabras, bocetos y sonidos, y al hacer clic en cada uno de ellos, los visitantes acceden a contenidos audiovisuales vinculados a muchos proyectos de arte y ciencia especialmente invitados.

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#MemóriasCOVID19, de Universidad de Campinas (UNICAMP), Brasil. Foto: Dalton Villa

JARDÍN CAMPINAS

#MemóriasCOVID19 – Universidad de Campinas (UNICAMP), Brasil

#MemóriasCovid19 es una plataforma creada para el cruce de viajes desde el punto de vista de la identidad: se transmitirán narrativas a través de rasgos e imágenes, uniendo experiencias de grupos humanos de diferentes espectros sociales.

«El momento actual es significativo para establecer nuevos proyectos, prever nuevos horizontes y establecer estrategias para afrontar mejor el futuro incierto. Mientras estamos en este espacio de espera, este proyecto se propone recolectar narrativas como una forma de preservar fragmentos de experiencias y percepciones», explican sus creadores.

En este espacio los usuarios pueden compartir historias escritas, fotografías, dibujos, cartas, audio, canciones y videos sobre sus experiencias personales durante la pandemia. El material recopilado se envía al Comité Curatorial y los seleccionados se publican en las plataformas de #MemóriasCOVID19 en Instagram y Facebook. Depende del solicitante autorizar, o no, la divulgación de su identidad.

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Achaeoscillator – Terra Australis Ignota Research Group / MAC (Chile). Foto: Eric Mattson

JARDÍN EN CABO DE HORNOS

Achaeoscillator – Terra Australis Ignota Research Group (Chile) en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Santiago

Terra Australis Ignota Group Research (TAIGR) es un grupo de investigación formado en 2015 por artistas, científicos, curadores y productores chilenos que de manera colaborativa exploran el territorio y su memoria geológica, histórica y ancestral para configurar nuevos relatos en torno a la región austral de Magallanes y la península Antártica, interesándose en fenómenos aparentemente inertes, como el viento, las rocas y el hielo, verdaderos testigos del paso del tiempo y portavoces para las actuales generaciones. 

El propósito de su investigación para Ars Electronica es rastrear la presencia y trascendencia de los fenómenos acústicos en relación con los mitos y creencias de las poblaciones indígenas presentes en Tierra del Fuego. Las huellas interétnicas son rutas bioculturales al pasado, especialmente en lo que se refiere a los ancestros Yagán, Kawesqar y Selk’nam, en el área del Seno Almirantazgo.

Aqueoscilador. Hacia formas incorpóreas de sentir la escucha y la mirada también llama la atención sobre cómo colisionan allí las placas continentales de la Antártida, Escocia y América del Sur.

La obra es una instalación interactiva inmersiva AR/VR que tiene como protagonista las drásticas condiciones climáticas de la isla Cabo de Hornos, la más austral del mundo. En síntesis, una representación virtual del fin del mundo, o bien del comienzo de las Américas. Asimismo, se incluyen textos curados y ensayos en video con arqueólogos, geólogos, sismotectonicistas, curadores y artistas locales.

“En 2018 viajamos a la isla continental más austral del mundo antes de la Antártida que es Cabo de Hornos. Un lugar donde el aire, el agua y la tierra se unen, donde se desvanece la línea que divide el mar, la tierra y el aire. Comenzamos un viaje a esta isla para escuchar cómo dialogan estos elementos, para intentar amplificar su sonido y con él sus historias geológicas e históricas. Para ello instalamos un instrumento que llamamos oscilador de viento, que consiste en una cuerda de 888 cm de longitud que resuena con el viento de la isla. La estructura está diseñada para resonar con el viento y transmitir la vibración y el sonido a muchos kilómetros de distancia a bajas frecuencia”, explica Nicolás Spencer.

“Vamos a interpretar los sonidos emitidos por esta escultura los cuales serán traducidos en una isla virtual que se conecta y activa con la isla, a través de datos meteorológicos tomados a tiempo real desde la isla”, precisa.

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Nancy La Rosa (Perú) y Floating Fab Lab (Argentina), Configurations around the environment, the Amazon and new media (Jardín Peruano). Cortesía: Ars Electronica 2020

JARDÍN LIMA

Jardín Peruano – Museo de Arte de Lima (MALI) y Alta Tecnología Andina (ATA)

El Jardín Peruano es un ecosistema estructurado para reunir a creadores artísticos y científicos sociales cuyos proyectos proponen una mirada a la Amazonía, un espacio geográfico y social históricamente relegado que ocupa una gran parte del territorio peruano. La región amazónica es un sitio crucial para debates centrales sobre la vida contemporánea: desde la lucha por los derechos de los pueblos indígenas y la preservación de sus conocimientos ancestrales hasta la conservación de un entorno natural vital para la supervivencia global. Actualmente, la COVID-19 representa una gran amenaza tanto para las comunidades amazónicas como para sus migrantes a la capital, Lima, quienes suelen carecer de acceso a recursos esenciales como alcantarillado, agua corriente y energía eléctrica.

El proyecto presenta una selección de entrevistas y obras en video que reflexionan sobre la vida y los eventos actuales en la Amazonía, mostrando las dinámicas y tensiones entre tradición, migración y modernidad, procesos muy diferentes y complejos que han sido abordados bajo la perspectiva de importantes agentes culturales.

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JARDÍN SANTIAGO DE CHILE

A Fungus Garden – Museo del Hongo

Organismos invisibles que actúan debajo del suelo, transportan información a través del ecosistema, digieren materia muerta, los hongos se encuentran entre los componentes más activos en la sostenibilidad de un jardín. Sin embargo, se estima que solo conocemos el 5% de la biodiversidad fúngica del mundo. En tiempos en los que la actividad humana está alterando todo nuestro planeta, aprender de nuestros ‘recicladores naturales’ definitivamente contribuye a un futuro más sostenible para la humanidad.

¿Cómo sería un jardín solo para hongos? Hay algunos jardines de hongos conocidos hechos por termitas y hormigas. Estos insectos cultivan micelio de hongos dentro de sus galerías subterráneas para alimentarse de él. Ambos organismos, insectos y hongos, crean una simbiosis que mantiene el equilibrio.

A Fungus Garden es una exposición digital que invita a conocer más sobre la importancia de los hongos y su marginalidad -son a menudo asociados con la muerte- y las hermosas metáforas que brindan para interpelar nuestra propia existencia.

A través de modelos 3D de hongos, un recorrido en 360º, videoarte y performances sonoros y en vivo, A Fungus Garden reclama la atención sobre estos organismos en gran parte invisibles, pero esenciales para la vida tal como la conocemos.

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Sebastián Arraigada, Jardín Local. Space / Earth / Water, de PRISMA. Cortesía: PRISMA

Jardín Local. Space / Earth / Water – PRISMA

PRISMA, iniciativa creada por el científico Alejandro Jofré; la artista medial, investigadora y docente Valentina Serrati; y la historiadora del arte, investigadora y curadora argentina Jazmín Adler, presenta un proyecto que entrelaza la triada de arte, ciencia y tecnología, así como la de astronomía, desiertos y glaciares, en diferentes regiones de Chile. La narrativa curatorial, por tanto, traza dos líneas verticales: una de ellas se extiende desde el cielo a la tierra (e incluso más allá), y la otra corre del norte al sur de Chile, vinculando los elementos de la triada.

Los tres ejes de Jardín Local, Space / Earth / Water (Espacio, Tierra y Agua), exploran imaginarios creativos que desafían los límites de la investigación científica, el análisis de datos y otros enfoques estrictamente racionales para delinear formas alternativas de vivir, pensar y sentir dentro de nuestros entornos ecológicos actuales que cambian constantemente.

El eje Espacio, creado por el artista Luis Guzmán, gira en torno a la Astrobiología y la exploración planetaria, particularmente considerando las correlaciones entre la evolución de la vida y su vínculo profundo con la gravedad terrestre. 

Tierra, del artista Mauricio Lacrampette, se centra en un paisaje complejo del desierto chileno, caracterizado por un clima extremo, intervención industrial, restos arqueológicos e investigación científica en torno a los recursos energéticos y la sostenibilidad. En este proyecto participa como institución asociada el Centro del Desierto de Atacama.

El tercer eje del proyecto, Agua, desarrollado por los artistas Claudia Müller y Matías Labbé, explora la retirada del glaciar Schiaparelli ubicado en la Región de Magallanes, ofreciendo la posibilidad de contemplar no solo los fenómenos reflejados en la gran escala del paisaje, sino también en las transformaciones sutiles que generan las condiciones para la emergencia de flora y fauna. Participa como institución asociada el Instituto Subantártico Cabo de Hornos.

El proyecto se exhibe a través de la plataforma virtual Xirius, donde nos encontramos con nodos que configuran las constelaciones de conocimiento a través de una amplia gama de actividades, como exposiciones, charlas interpretativas, talleres y visitas virtuales a lugares relevantes para la convergencia entre arte, ciencia y tecnología.

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Valparaíso Brushwood Garden, del Centro de Investigaciones Artísticas de la Universidad de Valparaíso. Foto: Verónica Frances

JARDÍN VALPARAÍSO

Valparaíso Brushwood Garden – Centro de Investigaciones Artísticas de la Universidad de Valparaíso

Valparaíso Brushwood Garden (Jardín de Matorrales de Valparaíso) es un ejercicio para concebir un espacio arquitectónico común para muchas obras de arte que simbolizan diferentes formas de vida creativas. La virtualidad vincula las obras de arte como diferentes tipos de matorrales (palabras, imágenes, sonidos, letras, gestos…). Cada matorral cuenta una historia precaria como gesto de resistencia y valor infinito más allá de la actividad artística.

El jardín germinado es el punto de comunicación entre todos los trabajos, un lugar que les permite vivir con dignidad, abriendo un futuro posible para las artes y mejores formas de habitar. En este sentido, el espacio virtual es un material experimental para concebir nuevos territorios.

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Río Verde, de Cherish Marquez (EEUU). Captura de videojuego. Cortesía: Ars Electronica 2020

PROGRAMA DE GALERÍAS

The Gallery Spaces Program se estableció dentro del festival con el fin de invitar a galerías y colecciones internacionales que trabajan o albergan arte digital, pero no sólo como espacios de exhibición o de preservación de un legado, sino también con el fin de exponer las condiciones cambiantes de la creación y comercialización del arte en la era digital, ahora más relevantes que nunca.

Durante los meses previos al festival, sociedades de todo el mundo se vieron alteradas drásticamente bajo los efectos de la pandemia del COVID-19. La crisis ha provocado una explosión en el uso de tecnologías digitales. Las ventajas que aportan estas herramientas ya son visibles en exposiciones online o que emplean la realidad virtual y aumentada.

Son casi innumerables las formas en las que se ha investigado y experimentado la creación y presentación del arte digital, interactivo y/o alojado en la web. El mundo del arte contemporáneo se apresura ahora a adaptarse a una situación sin precedentes que le obliga a pensar más allá del espacio físico (más allá del cubo blanco) y a cuestionar cómo percibimos la obra de arte como un objeto.

Existe una oportunidad real de concebir las exposiciones como eventos culturales que se pueden experimentar tanto online como offline, donde el contenido y su forma de presentación no es meramente documentación, sino una parte integral del esfuerzo curatorial.

Uno de los muchos proyectos incluidos en esta sección del festival es Río Verde, de Cherish Márquez (Estados Unidos), un videojuego con conciencia social que explora los poderes sanadores del desierto, y temas como la iconografía latinx y el bienestar mental.

El simbolismo del juego deriva del ritual de limpieza espiritual mexicano conocido como la «limpia». Históricamente, Río Verde ha estado atravesado por actos específicos de racismo ambiental perpetrados por el gobierno de los Estados Unidos que resultaron en la contaminación radiactiva del desierto de Nuevo México.

Alice Unchained, por The Center for New Music and Audio Technologies (CNMAT). Cortesía: Ars Electronica

PRIX ARS ELECTRONICA

El 2020 marca un hito en los 33 años de historia del Prix Ars Electronica: por primera vez desde 1987, el jurado internacional se reunió en un entorno puramente virtual; por primera vez desde entonces, un movimiento ciudadano anónimo recibió un Golden Nica por su acción digital innovadora y creativa; y por primera vez, todos los otros Golden Nicas, sin excepción, fueron adjudicados a mujeres.

El Prix Ars Electronica 2020 atrajo un total de 3.209 postulaciones de 90 países. Se recibieron propuestas de instalaciones y videos interactivos, montajes experimentales biotecnológicos y trabajos en arquitectura, robótica e inteligencia artificial. Es innegable que la tecnología se ha convertido en una parte indispensable de las manifestaciones artísticas actuales, especialmente en el caso de los proyectos de Inteligencia Artificial.

Llama la atención, además, que se haya sometido a evaluación muchas intervenciones socio-políticas. Según los organizadores del premio, los artistas están reflexionando sobre temas laborales, sobre la vigilancia y la censura cuestionadas por el avance tecnológico actual.

Otros campos importantes de reflexión que se desprenden de las postulaciones son la ecología, el cambio climático y la sustentabilidad ambiental. Por último, pero no menos importante, muchos trabajos abordaban las emociones -el núcleo de la experiencia humana- en una era en que son manipuladas y dirigidas por sistemas y regímenes algorítmicos.

El premio Visionaria Pionera del Arte Mediático fue para la artista local Valie Export (Linz, Austria, 1940).

Otra de las categorías, Arte Interactivo, tuvo entre sus menciones especiales el trabajo khipu / electrotextile prehispanic computer, de la artista chilena Constanza Piña Pardo, también conocida como Corazón de Robota, miembro y co-fundadora de varios colectivos y laboratorios feministas y una performer muy activa en el campo del arte sonoro que comparte sus conocimientos sobre hardware de código abierto en talleres y en su sitio web.

Su proyecto khipu / computadora prehispánica electrotextil se relaciona con la antigua determinación de que, más allá del cielo que todos vemos, se encuentra un poder calculador que lo organiza todo.

El resultado es una computadora textil de código abierto basada en un khipu inca astronómico, uno de los primeros sistemas informáticos. Producida en un laboratorio de creación experimental junto con otras cinco mujeres, Piña Pardo utiliza su enfoque artístico para interpretar la tecnología combinada con su investigación sobre las semejanzas entre este sistema de nudos que es el khipu y la codificación binaria contemporánea.

El jurado reconoció este proyecto porque su interactividad no solo se da en el espacio expositivo, sino también en su proceso de creación, en la comunidad de artistas y en aquellas zonas donde se preserva este conocimiento ancestral y casi olvidado, trasladándolo a nuestro tiempo siguiendo un enfoque Do-It-Yourself (DIY) y de bienes comunes uso abierto.


El catálogo de Ars Electronica 2020 se puede descargar aquí

Traducción y edición: Alejandra Villasmil

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