
IVÁN MELNICK
Como en una novela negra o un western metafísico, la ficción se cuela en los escenarios y personajes que construyen las narrativas -lineales o no- de los grabados de Iván Melnick. Las figuras y situaciones anómalas, fantásticas, que ocupan sus amplios planos de oscuridad son iluminados por pequeños destellos de luz, como si quisiera forzarnos a descubrir lo que no se ve (pero se intuye). Son imágenes que saltan del ámbito de lo cinematográfico o lo literario (¿novelas detectivescas?), que emergen de un proceso espontáneo de tirar líneas, jugar con planos y perspectivas. La narración, dice Melnick, va saliendo como escritura automática, como «una cosa no muy digerida».
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