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Gabriel Orozco:natural Motion

Gabriel Orozco es uno de los artistas de su generación más reconocidos internacionalmente. Luego de una importante retrospectiva de su obra entre 2009 y 2011 -muestra que estuvo itinerante por el MoMA, el Kunstmuseum de Basilea, el Centre Pompidou en París y la Tate Modern de Londres- el artista mexicano exhibió en la galería austríaca Kunsthaus Bergenz principalmente trabajos nuevos, pensados especialmente para esta muestra.

Orozco (México, 1962) es de esos artistas que con gran facilidad pueden transitar por pinturas o esculturas clásicas a instalaciones aparentemente improvisadas, intervenciones, objetos y fotografías. Enormemente versátil en su enfoque, suele basarse en situaciones u objetos atmosféricamente cargados, encontrados o casuales, como también todo lo contrario: el diseño preciso y perfecto de objetos. Es por eso que sus obras se posicionan entre el arte conceptual analítico y el artefacto formal y sensualmente equilibrado. En la obra de Orozco dialogan lo racional y la experiencia física del encuentro emocional inmediato con sus trabajos.

Desde los inicios de su carrera, Orozco ha producido obras que ahora son considerados iconos del arte contemporáneo, como lo son el trabajo fotográfico Mis manos son mi corazón (1991) o La DS (1993), un Citroën radicalmente angostado. Sus primeros proyectos, como Tapas de Yogurt (1994) o Parking Lot (1995), donde usó la planta baja de una galería como estacionamiento, no son menos legendarios.

Gabriel Orozco, La DS Cornaline, 2013, técnica mixta, 489 x 122 x 147 cm. Vista de la instalación en la 3ª planta de Kunsthaus Bregenz. Cortesía del artista y Marian Goodman Gallery, Nueva York, París. Foto: ©Markus Tretter ©Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, La DS Cornaline, 2013, técnica mixta, 489 x 122 x 147 cm. Vista de la instalación en la 3ª planta de Kunsthaus Bregenz. Cortesía del artista y Marian Goodman Gallery, Nueva York, París. Foto: ©Markus Tretter ©Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, vista de la instalación en el 2° piso, Kunsthaus Bregenz. Foto: © Cristiano Hinz ©Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, Sin título, 2011, terracota, 13,97 x 20,32 x 20,32 cm. Cortesía: Marian Goodman Gallery, Nueva York/París. Foto: Markus Tretter. © Gabriel Orozco

Gabriel Orozco, vista de la instalación en el 1° piso, Kunsthaus Bregenz. Foto: ©Cristiano Hinz. © Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, vista de la instalación en el 1° piso, Kunsthaus Bregenz. Foto: Markus Tretter. © Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, vista de la instalación en el 1° piso, Kunsthaus Bregenz. Foto: Markus Tretter. © Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, Gotas simétricas, 2013, talla en piedra de mármol de río de la costa de Guerrero, México, 9 x 19 x 10 cm. Foto: Michel Zabé y Omar Luis Olguin. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México ©Gabriel Orozco

Gabriel Orozco, Dark Wave, 2006, carbonato de calcio y resina con grafito, 304 x 392 x 1375 cm, vista de la instalación en la planta baja de Kunsthaus Bregenz, 2013. Prestamista: Essl Museum Klosterneuburg/Viena. Foto: ©Christian Hinz ©Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

Gabriel Orozco, Dark Wave, 2006, carbonato de calcio y resina con grafito, 304 x 392 x 1375 cm, vista de la instalación en la planta baja de Kunsthaus Bregenz, 2013. Prestamista: Essl Museum Klosterneuburg/Viena. Foto: ©Christian Hinz ©Gabriel Orozco y Kunsthaus Bregenz

La pronunciada sensibilidad de Orozco por las atribuciones culturales, nacionales o estatales se evidencia al incorporar elementos antitéticos en su practica artística. Por un lado, elige temas, técnicas y referencias que, por ejemplo, son específicamente mexicanos o que están profundamente enraizados en las tradiciones latinoamericanas, y por el otro, utiliza estrategias artísticas del modernismo. Insiste en hacer notar diferencias culturales mientras que, al mismo tiempo, desarrolla obras que llaman a cuestionar las definiciones identitarias rígidas e imponentes. De ahí, sus nuevas esculturas de piedra se apoyan confiadamente en la tradición modernista de la escultura europea (desde Hans Arp y Bracusi a Barbara Hepworth), y aún así pueden ser entendidas como la expresión del compromiso con culturas indígenas. Orozco acentúa esta relación con las raíces extra-europeas mediante, entre otras cosas, la manera de presentar sus esculturas de piedra, de tal manera que recuerden remotamente al estilo de montaje que tendría un museo antropológico.

Además de los trabajos nuevos, Kunsthaus Bregenz también contó con una de las instalaciones más espectaculares del artista. Al ser exhibida por primera vez hace casi siete años en Londres, la reconstrucción del esqueleto de una ballena hecha de resina sintética de casi quince metros de largo causó sensación. La inspiración para dicha escultura fue una ballena que varó en la costa suroeste de España. El artista cubrió los huesos artificiales del mamífero con un complejo patrón geométrico en grafito, estableciendo así un diálogo entre el arte y el vínculo con la naturaleza que conlleva la ballena, el aura de la criatura. Este trabajo claramente resalta el interés de Orozco en las tradiciones, costumbres y ritos cercanos a la naturaleza. Al mismo tiempo, sin embargo, puede verse como una especie de extrapolación del concepto ready-made, concepto clave para el arte moderno, el cual Orozco ha actualizado al día de hoy al hacer referencia a tradiciones del pasado.

Un punto álgido de la muestra es un trabajo nuevo de Orozco (La DS Cornaline, 2013) que cita a una de sus obras anteriores más conocidas, La DS (1993), a modo de versión modificada. Con este gesto conceptual llamativo el artista pone a prueba su actual validez de veinte años de trayectoria. Al incluir trabajos antiguos en esta exposición, Orozco ancla sus obras nuevas en su propia historia, permitiendo que los espectadores enganchen con mayor profundidad con su particular habilidad de abarcar todos los géneros y medios artísticos.

Luego de su presentación en Kunsthaus Bregenz, la muestra viajará al Museo Moderno de Estocolmo.

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