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GABRIEL DE LA MORA: PSICOTROPICAL

Por Marcello Dantas

Morpho didius es una especie de mariposa neotropical, grande, con alas de color azul fuerte por ellado superior y ocelos marcados en el lado inferior. Estas mariposas tienen un código genético muy específico que dibuja su identidad. Sus genes también les indican cómo y a dónde migrar, así definiendo su territorio. Cada mariposa es portadora de una sabiduría tropical, y cada individuo transmite un mensaje a la siguiente generación.

Siempre me ha fascinado la manera en que el proceso de un artista puede develar cosas de las que el artista mismo no se daba cuenta de antemano. Gabriel de la Mora desarrolla sus obras mediante el ensamblaje de pequeños fragmentos de materiales, desde cáscaras de huevos hasta alas de mariposa. Su práctica obsesiva produce superficies novedosas y extraordinarias. Desde un punto de vista remoto, parecería que el acto original se tratara de una mente esquemática que recolecta semejanzas para convertirlas en diferencia. Sin embargo, si vamos más allá de la superficie, dos conceptos se presentan muy claramente. En primer lugar, el acto original se trata de hecho de la fractura que se impone al objeto; por ejemplo, al romper un huevo o un espejo, o al diseccionar una mariposa. La fractura produce el dibujo potencial que el artista buscará por vía de la repetición obsesiva de pretender encontrar la esencia original en el fragmento. Es esta búsqueda de un nuevo todo dentro del fragmento roto y traumatizado lo que hace que su proceso artístico sea tan especial. Los espacios entre las cosas generan la oportunidad de novedad.

Gabriel de la Mora, 2,085 II – Pa.Pa, de la serie Lepidóptera, 2021. Mosaico de alas de mariposa Papilio Paris sobre cartón de museo, 35 x 35 x 6 cm. Cortesía: Proyectos Monclova
Gabriel de la Mora, 2,085 II – Pa.Pa, de la serie Lepidóptera, 2021. Mosaico de alas de mariposa Papilio Paris sobre cartón de museo, 35 x 35 x 6 cm. Cortesía: Proyectos Monclova
Gabriel de la Mora, 900 I – H.P., de la serie Lepidóptera, 2021. Mosaico de alas de mariposa Hypolimnas pandarus sobre cartulina de museo, 35 x 35 x 6 cm. Cortesía: Proyectos Monclova
Gabriel de la Mora, 900 I – H.P., de la serie Lepidóptera, 2021. Mosaico de alas de mariposa Hypolimnas pandarus sobre cartulina de museo, 35 x 35 x 6 cm. Cortesía: Proyectos Monclova

Gran parte de los materiales manejados contiene un código genético, como por ejemplo el que hace que muchos géneros de mariposa produzcan ocelos en las superficies de sus alas. Todos los huevos son similares, pero no son idénticos. Sin duda, entonces, un misterio ya es codificado en el material. Inclusive se puede encontrar este aspecto en los minerales, como por ejemplo cuando

De la Mora se acerca a la obsidiana, un cristal volcánico que tiene dos aspectos: una de sus superficies negras es mate, la otra es reflejante. Todos estos materiales fueron usados en las culturas ancestrales mesoamericanas, pero invitan a una lectura contemporánea que es completamente novedosa. La duda sirve como materia prima al momento de no reconocer los elementos de una obra.

Vista de la exposición «Psicotropical», de Gabriel de la Mora, en Proyectos Monclova, Ciudad de México, 2022. Mosaicos de fragmentos de obsidiana y andesita sobre madera. Foto: Whitebalance. Cortesía del artista y Proyectos Monclova
Gabriel de la Mora, 86,054 – Ob. y 89,911 – An, 2021, de la serie Ígnea. Mosaico de andesita sobre madera, 201.3 x 201.3 x 4.5 cm c/u (díptico). Cortesía: Proyectos Monclova
Gabriel de la Mora, 89,911 – An (detalle), 2021, de la serie Ígnea. Mosaico de andesita sobre madera, 201.3 x 201.3 x 4.5 cm. Cortesía: Proyectos Monclova

La primera pieza que conocí de Gabriel de la Mora fue un dibujo que había hecho con mechones finos de cabello humano. El cabello evidencia la identidad de una manera excepcional: cifra tanto el ADN de una persona como su estado nutritivo. Sin embargo, aprovecharlo para dibujar me parecía una tarea imposible, algo que sólo una persona con una mente obsesiva podría realizar. Pero De la Mora es más que obsesivo: también es disléxico, capaz de escribir al revés y así producir una imagen en espejo perfecta. En cada repetición, incluso de un acto intencional, sucede algo diferente.

Tengo la costumbre de proponer un desafío a los artistas, a decir que creen una obra que sería relevante a especies no-humanas. Cuando De la Mora nos presenta un campo de ojos, nadie se da cuenta al principio de dónde vienen. La repetición, la diferencia, y los patrones asemejan a la producción de un lenguaje. Si estas obras se volvieran la única evidencia de la existencia humana para un ser extraterrestre, formularían una pregunta: ¿cuál es el código que las informa? ¿Se buscaría una piedra de Rosetta para poder descifrar algún mensaje de su regularidad? Yo me imagino que sí, y que los extraterrestres sí encontrarían algo. Así como un viaje de ácido produce efectos parecidos en las mentes de distintas personas, o el latido rítmico de la música electrónica produce ciertas reacciones hormonales en nuestros cuerpos, los patrones repetidos en la obra de Gabriel de la Mora son capaces de producir cierto tipo de experiencia psicodélica.

Un encuentro puede suceder entre su práctica obsesiva y la coherencia de ser una mariposa, y ahí se ubica el lugar del arte: revelar algo que no se puede abordar de otra manera. Un lenguaje psicotrópico emerge entre el vuelo de una mariposa y la luz de un artista. Sólo hay que aceptar nuestra ignorancia humilde frente a la tarea de descifrarlo, al igual que, cuando escuchamos un idioma desconocido, sin reconocer las palabras, aún podemos entender algo a partir del ritmo, tono, y volumen, y así captamos la esencia subliminal del mensaje. Si aceptamos la experiencia psicotrópica de estas piezas, tal vez no nos haría falta una piedra de Rosetta para comprenderlas.

Gabriel de la Mora, Psicotropical, 2021, de la serie Ígnea. Obsidiana tallada a mano, 16 x 16 x 6 cm. Cortesía: Proyectos Monclova

GABRIEL DE LA MORA: PSICOTROPICAL

Proyectos Monclova, Lamartine 415, Polanco V SECC., Miguel Hidalgo, Ciudad de México

Del 2 de febrero al 5 de marzo de 2022

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