ADRIAN MELIS: EL PARADIGMA DE LA EVASIÓN
Volver al detalle, regresar hacia lo cotidiano para ofrecer desde ese espacio de lo sutil un discurso que apunta de un modo unidirecccional a lo verdadero, a lo real. No es poca cosa, al contrario. El trabajo de Adrian Melis se construye desde un saberse y reconocerse parte de una macroestructura que va más allá de su propia experiencia y, a pesar de que ésta se resuelve como parte indisociable a la obra, el resultado consigue establecer de manera magistral una lectura que abarca a lo colectivo.
Un modo de abordar lo común desde la experiencia personal sin eximir lo político y social.
El discurso no es nuevo. Desde las prácticas artísticas originadas en el contexto, no sólo latinoamericano sino cubano, se están generando una serie de planteamientos que discurren entre el adentro y el afuera, entre el saberse parte de algo que no es y saberse en algo que no permite que seas. Un modo de abordar una identidad que parece esbozarse a retazos. Una proyección interna que apunta hacia una homogeneidad inexistente y, otra, externa, que se dirige hacia esa multiplicidad de situaciones, de realidades desiguales. Melis lo tiene claro, parte de un objetivo concreto, se ciñe a situaciones concretas que consigue extrapolar como orden del discurso. Un discurso, a su vez, extensible a otras zonas geográficas, no a otros modos, sino a los modos en los que el individuo, ese otro que alberga identidad en lo periférico de cualquier territorio, subvierte roles con el fin de proseguir.
Algunos de sus trabajos me recuerdan a un pasaje del libro Inundaciones de Iván de la Nuez: «En efecto, Berlín no es, al menos, ‘sólo’ una fiesta. Tampoco para el capitalismo«. En cierto modo, aquello a lo que Melis apela es al fraude de los dos grandes sistemas que han gobernado al mundo durante décadas. Capitalismo y comunismo como paradigma del declive social y económico, como estigma de una actitud corrosiva que caracteriza a la gran mayoría de las geografías que conocemos.
En el proyecto Momentos que marcaron el mundo, Melis sobrepone la imagen fija de una calle de La Habana actual con un archivo audio de la cadena CNN retransmitiendo en directo la caída del muro de Berlín en 1989. Quizá este modo de contraponer presente y pasado sirva como confrontación de dos sistemas ideológicos en los que subyace la grieta del mundo actual. Inevitablemente se piensa en el Berlín de hoy; se piensa, también, a medida que avanzamos en el espacio, en la ausencia de criterio, ética y responsabilidad, con nosotros mismos y con los otros.
La instalación Importaciones, lote Nº1 cuestiona las normativas de importación a través de señalar el régimen de violación fronterizo y legal. La serie de fotografías Stock o el proyecto El valor de la ausencia señalan el alienamiento de los trabajadores con respecto al lugar que ocupan. El conjunto permite dilucidar el qué y el cómo de la caída de cualquier sistema actual, a través de una serie de acciones, digámoslo, ingeniosas que desvelan el abismo que existe entre los individuos que forman parte de las múltiples realidades existentes y las estructuras mediante las que las sociedades se construyen.
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