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OLGA FISCH: HABITAR EL ECUADOR

Por Giada Lusardi | Curadora

Olga Fisch (Budapest, 1901 – Quito, 1990) fue una figura polifacética: artista, diseñadora, coleccionista, comerciante y viajera. Su curiosidad y carisma, junto con su aguda mirada e instinto, la destacan como una figura clave para el estudio del diseño y las artes aplicadas en el Ecuador del siglo XX. Esta exposición es un primer acercamiento a su trabajo, y se centra en el diseño de alfombras, el eje más sobresaliente de su producción, ya que creó alrededor de 60 diseños entre 1940 y 1990.

Esta historia comienza el 2 de junio de 1939, cuando la artista llega a la costa de Ecuador, junto a su familia, a bordo del barco Orduña. Con 38 años, Olga ya contaba con una rica experiencia en el ámbito artístico, lo que le permite, el mismo año de su llegada, integrarse como docente de Artes Gráficas en la Escuela de Bellas Artes de Quito y conectarse con el círculo de artistas e intelectuales.

Fisch se había formado como ceramista en Viena bajo la tutela de Vally Wieseltier, diseñadora de la Wiener Werkstätte, y había estudiado dibujo y pintura en la Kunstakademie de Düsseldorf. Su práctica creativa estaba, por tanto, influenciada por corrientes europeas como el expresionismo alemán, la nueva objetividad, la Bauhaus, así como por las artes y tradiciones populares, ancestrales y el mundo natural.

Vista de la exposición “Olga Fisch: Habitar el Ecuador” en N24 Galería de Arte, Quito, Ecuador, 2024. Foto cortesía de la galería

Mundos creativos

Su proceso creativo estaba estrechamente vinculado al coleccionismo, los viajes y el comercio, y reflejaba su habilidad para reinterpretar motivos encontrados en objetos de su colección.

El trabajo de Fisch se agrupa en tres mundos creativos. El primero es el de las Artes Populares, que reúne los motivos encontrados en trajes y elementos propios de las fiestas populares, así como en objetos cotidianos, decoraciones de tejidos y vestimentas tradicionales.

Aquí se concentra el corpus de obra más grande de la artista, que puede dividirse en dos submundos: el de los Andes, donde entre 1940 y 1990 figuran diseños como Cacería, Casamiento, Colibrí, Cóndor, Caballito, Indios, Faja, Salasaca y Curiquingue; y el de la selva, donde destacan Pilche, Jíbaro, Shuar, Ídolo, Mocahua y Shipibo.

El segundo mundo es el Natural, en el cual expresa su herencia europea y su fascinación por la biodiversidad del Ecuador. De allí surgieron los diseños Caracas, Cartucho, Georgia, Rosas, Chonta, Higuerilla, Bambú, Pastaza y Galápagos.

Y el tercer mundo es el Ancestral, donde reinterpreta las culturas antiguas que habitaban los territorios de Europa y Ecuador. Por ejemplo, la artista diseñó los motivos Caverna y Cuernos basándose en el estudio de las pinturas rupestres de las cuevas de Lascaux; mientras que la producción cerámica de las culturas prehispánicas de Ecuador inspiró los diseños de las alfombras Carchi, Quevedo, Sellos, Churos y Tuncahuan.

Vista de la exposición “Olga Fisch: Habitar el Ecuador” en N24 Galería de Arte, Quito, Ecuador, 2024. Foto cortesía de la galería
La Alfombra Galápagos, un diseño exclusivo y original de Olga Fisch, está inspirada en el caparazón de las tortugas Galápagos. Fondo Documental Olga Fisch
Olga Fisch, Boceto de diseño Jíbaro, ca. 1942. Gouache sobre papel, 25 x 33 cm. Fondo Documental Olga Fisch

El diseño Jíbaro marcó el inicio del icónico almacén Folklore de Fisch. La visita de Lincoln Kirstein, asesor del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), a la casa de Fisch en Quito en 1942, fue el primer detonante. Kirstein quedó cautivado por una pequeña alfombra de piso diseñada por la artista, y por la corteza de un árbol –conocido como llanchama— pintada con motivos del pueblo shuar (antes conocidos como jíbaros) de su colección.

Kirstein le pidió que reinterpretara esos motivos en la alfombra solicitada, y Olga aceptó el pedido a cambio de trescientos dólares, pagados ese mismo día. Con el dinero de la alfombra que realizó para el MoMA fundó la tienda Folklore en 1942, en su primera sede de la calle Tarqui.

En Folklore coexistían sus creaciones con las de otros artistas-artesanos y se priorizaba y promovía la producción local y nacional por encima de las tendencias extranjeras. Esta visión impulsó la economía y el reconocimiento de los artesanos ecuatorianos, a más de poner en valor la riqueza cultural del país, convirtiéndose en una referencia para la decoración de hogares de las clases más pudientes. En 1952, Fisch inauguró Folklore en la calle Colón, en una casa moderna diseñada por Otto Glass, arquitecto checo residente en Ecuador. En la planta superior estaba su residencia, y en la planta baja, la tienda y el taller.

Ese mismo año recibió la solicitud de producir dos alfombras para la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, que el Gobierno del entonces presidente Galo Plaza Lasso quiso ofrecer como obsequio. El diseño elegido fue Jíbaro, el mismo de la alfombra enviada al MoMA.

Adicionalmente, en 1955, tres alfombras con el diseño Carchi se integraron a la colección de las Naciones Unidas. Tenían casi 9 x 8 metros, y fueron encargadas por el Consejo Nacional de Mujeres Presbiterianas de los Estados Unidos.

Vista de la exposición “Olga Fisch: Habitar el Ecuador” en N24 Galería de Arte, Quito, Ecuador, 2024. Foto cortesía de la galería
Vista de la exposición “Olga Fisch: Habitar el Ecuador” en N24 Galería de Arte, Quito, Ecuador, 2024. Foto cortesía de la galería

Producción y comercio

Desde los años 40, Ecuador experimentó un notable impulso al turismo y a la pequeña industria artesanal, especialmente en el sector textil, mediante la introducción de nuevos métodos de producción. Como parte de iniciativas diplomáticas para ampliar los mercados de las artesanías ecuatorianas, Fisch apareció, en numerosas ocasiones, en revistas, programas de televisión y tiendas en Estados Unidos, especialmente en Nueva York.

Su trabajo, junto a artesanas ecuatorianas, se enmarcó en ese contexto, y buscó introducir y perfeccionar técnicas de tejido y tintura. Uno de sus aportes innovadores fue la incorporación del doble nudo persa en la confección de alfombras, lo que incrementó su durabilidad. Un rasgo distintivo de muchos de sus diseños de alfombras son los motivos en relieve, que añaden profundidad a las piezas.

Como comerciante de artesanías estableció lazos estrechos con artesanos de Tigua, en la provincia de Cotopaxi, de quienes valoraba la alta calidad de las pinturas sobre tambores confeccionados con pieles de borrego. A ellos les propuso ampliar su trabajo hacia la pintura en cuadros con el objetivo de abrir nuevas oportunidades comerciales.

El Fondo Documental Olga Fisch actualmente colabora con el préstamo de obras para la exposición Bauhaus Reverberada: Modernidades Transandinas en el Centro Cultural Metropolitano de Quito, bajo la curaduría de Cesar Peña, Ingrid Quintana y Chiara Stornaiolo. La muestra incluye las plantillas de las alfombras Círculos y Formas, diseñadas por Olga Fisch entre 1959 y 1979.


Investigación y circulación

En los años 60, junto con otros artistas e investigadores comprometidos, Fisch ayudó a fundar el Instituto Ecuatoriano de Folklore en Quito. A mediados de los 70, tuvo un papel clave en la creación del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP) en Cuenca.

En 1975 inauguró su museo etnográfico en la parte posterior de Folklore, un espacio dedicado a la exhibición y conservación de piezas relativas a las artes populares de Ecuador. Uno de sus logros más destacados fue A Feast of Color, la exposición de su colección de trajes de danzantes del Corpus Christi, auspiciada por la Smithsonian Institution. Esa exposición itinerante recorrió Estados Unidos y Canadá entre 1981 y 1984. En 1985, donó al Banco Central del Ecuador dicha colección, y el mismo año entregó al CIDAP varias piezas de su colección de artes populares.

El legado de Olga Fisch, íntimamente ligado a su trayectoria vital, da cuenta de una mirada artística enriquecida por la interculturalidad, acompañada de una sensibilidad particular hacia manifestaciones artísticas locales. Su contribución es determinante en relación con la preservación y promoción, a nivel local e internacional, del arte popular del Ecuador.

Olga Fisch, Venus Nativa, ca. 1948. Fondo Documental Olga Fisch
Bernardo Toaquiza, Sin título, s.f. Acrílico sobre cuero de oveja, 30 x 23 cm. Fondo Documental Olga Fisch

OLGA FISCH: HABITAR EL ECUADOR

N24 Galería de Arte, Isabel La Católica N24-274 y Galavis, Quito, Ecuador

Del 22 de mayo al 14 de junio de 2024

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