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MAREPE: EXTRAÑAMENTE COMÚN

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[COM VERSÃO EM PORTUGUÊS ABAIXO] 

Pina Estação presenta la primera gran exposición individual en São Paulo del artista bahiano Marepe (Marcos Reis Peixoto), que abarca su trayectoria desde sus inicios en la década de 1990. Comisariada por Pedro Nery, curador del museo, las 30 obras que conforman Marepe: extrañamente común evocan poéticamente la memoria personal del artista, que se entrelaza con su ciudad natal.

Marepe nació en la ciudad de Santo Antônio de Jesus, en el Recôncavo Baiano en 1970. Situada al este de Bahía de Todos os Santos, conecta la región semiárida del nordeste con el mar, lo que la convierte en un importante eje por donde circulan las mercancías más variadas, desde materiales de construcción a alimentos. El artista extrae y elabora sus obras a partir de ese ir y venir de objetos y personas, además de su propia historia personal.

Marepe emplea procedimientos recurrentes en el arte contemporáneo, acumulando y extrayendo objetos de sus funciones cotidianas. Sus obras, de carácter onírico, cargadas de humor y crítica social, sugieren dimensiones especulativas, alterando la escala, la forma y el significado de los materiales que las componen.

Para organizar su retrospectiva en la Pinacoteca, la curaduría destacó tres verbos o actos simbólicos a los que el artista recurre constantemente a lo largo de su trayectoria: mover, transformar y condensar. “Los verbos no están pensados como algo cerrado, sino como un elemento guía que permite profundizar en la mirada simbólica que las propias obras sugieren”, explica Nery.

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En Mover, se reúnen trabajos que demuestran, por ejemplo, la acción fundamental de la práctica de Marepe que consiste en sacar al objeto de su circuito usual –comercial, urbano o productivo– para insertarlo en el campo artístico.  Lo que el artista mueve no son simples objetos, sino cosas relacionadas con su pasado y la vida que lo rodea. De ahí la idea de movilidad como eje estructural de las obras aquí presentadas, como por ejemplo Mudança (2005) y Embutido Recôncavo (2003). Ambas obras, hechas con muebles de madera y exhibidas juntas, son una reflexión del movimiento de sus propias formas y de las vidas de las personas que se desplazan precariamente. En tanto, Periquitos (2005) es una pieza que remite a este ambiente doméstico y que contiene un movimiento de escala y desproporción presentando una televisión agigantada, lo que desestabiliza el carácter convencional de este objeto tan familiar.

“En el caso de Embutido Recôncavo, es interesante pensar en ese desajuste en el que existe una casa, donde la televisión no cabe. El acto de mover representa en Marepe cambiar todo de lugar, desintegrar las relaciones que parecen ser comunes. Es sacar de su lugar lo que convencionalmente creemos que tiene orden para buscar la propia realidad que subyace a nuestro alrededor”, explica el curador. Este es el primer montaje de la pieza en Brasil, que originalmente se creó para su presentación en la exposición individual del artista en el Centre Pompidou de París.

En Transformar se exponen trabajos compuestos por objetos que sugieren un nuevo orden narrativo. En este sentido, El retrato de Bubu (2005), perteneciente a la colección de la Pinacoteca, muestra la imagen del abuelo del artista que, en su primera presentación para la exposición individual en el Pompidou, fue colgado junto al retrato de Georges Pompidou en la entrada de este museo. En la presente exposición, el retrato aparece solo. «Al presentar al abuelo como una gran medalla de honor, el artista sugiere una dimensión de importancia histórica para su pariente, reemplazando la narrativa oficial con la suya», explica Nery. Aquí el acto de transformación tiene lugar en la medida en que el artista relativiza el orden social, personal y geográfico.

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Finalmente, en Condensar se reúnen trabajos de libre asociación que revelan el deseo del artista de componer ideas dispares con recursos sencillos y ofrecen una materialidad al servicio de la imaginación. Ejemplo de ello son las imágenes Doce céu de Santo Antônio (2001), donde el artista visto desde abajo hacia arriba, con el azul del cielo de fondo, toma un pedazo de algodón dulce y se lo lleva a la boca, como si se comiese un trozo de nube de ese cielo dulce imaginado, trasladando, literalmente, un sueño a la realidad.

Este es también el caso de la obra Chorinho (2009), hecha con carretes de hilo de coser azules colgados, que caen hilo a hilo al suelo en tonos diferentes. “Chorinho es una expresión directa de la palabra-idea y de su formación plástica, esos hilos que resbalan como lágrimas y caen sobre el suelo”, explica Nery. “Las obras de Marepe parecen respetar algunas acciones bastante reguladas a lo largo de toda su trayectoria. Lo que cambia es la forma de interpretar el mundo que lo rodea, y entonces surge una nueva obra que nos obliga a reinterpretar todo a nuestro alrededor”, concluye.

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MAREPE: ESTRANHAMENTE COMUM

 

A Pina Estação apresenta a exposição Marepe: estranhamente comum. Com curadoria de Pedro Nery, curador do museu, trata-se da primeira grande exposição individual do artista baiano em São Paulo, que propõe oferecer uma visão abrangente de sua trajetória, iniciada na década de 1990. O conjunto de trinta obras evoca poeticamente uma memória pessoal que se entrelaça a sua cidade natal.

Marepe (Marcos Reis Peixoto) nasceu na cidade de Santo Antônio de Jesus, no Recôncavo Baiano, em 1970. Situada a leste da Baía de Todos os Santos, conecta o sertão ao mar, tornando-se importante eixo por onde passam as mais diversas mercadorias, de materiais de construção a alimentos. A partir desse vaivém de objetos e pessoas, além da própria história familiar, o artista extrai e elabora suas obras.

No processo, Marepe se vale de procedimentos recorrentes da arte contemporânea, como o acúmulo e a retirada de objetos de suas funções cotidianas. No entanto, suas obras sugerem dimensões especulativas, alterando a escala, a forma e o significado de materiais ali encontrados, para, daí, criar peças oníricas. Para organizar sua retrospectiva na Pinacoteca, a curadoria destacou três verbos, ou atos simbólicos, aos quais o artista recorre com constância em sua trajetória: mover, transformar e condensar. “Os verbos não são pensados como algo fechado, mas sim como elemento guia, permitindo aprofundar o olhar simbólico que as próprias obras sugerem”, explica Nery.

Em Mover, estão reunidos trabalhos que demonstram, por exemplo, a ação fundamental da prática de Marepe, que é a retirada do objeto de seu circuito usual – comercial, urbano ou produtivo – para inseri-lo no campo artístico. O que o artista move não são simples objetos, mas coisas que se relacionam com seu passado e a vida ao seu redor. Daí a ideia da mobilidade como eixo estrutural das obras que ali se apresentam, a exemplo de Mudança (2005) e Embutido Recôncavo (2003). Feitas com móveis de madeira e apresentadas juntas, elas repensam o movimento das próprias formas e das vidas de pessoas que se deslocam de maneira precária.

Periquitos (2005) é uma peça que remete a esse ambiente doméstico e que traz um movimento de escala e de desproporção ao apresentar uma televisão agigantada, desestabilizando, assim, a convenção desse objeto tão familiar. “É interessante pensar nesse desajuste em que existe uma casa, no caso de Embutido Recôncavo, onde a televisão não cabe. O ato de mover é, em Marepe, mudar tudo de lugar, desintegrar as relações que parecem ser ordinárias. É tirar do lugar o que convencionamos acreditar ter ordem, para procurar a própria realidade que subjaz ao nosso redor”, define o curador. Essa é a primeira montagem da peça no Brasil, originalmente pensada para sua apresentação na individual do artista no Centre Pompidou, em Paris.

Em Transformar, são expostos trabalhos cujos objetos de composição sugerem um novo arranjo narrativo. Nesse sentido, O retrato de Bubu (2005), pertencente ao acervo da Pinacoteca, traz a imagem do avô do artista que, em sua primeira apresentação para a mesma individual no Pompidou, foi pendurado ao lado do retrato de Georges Pompidou, na entrada daquele museu, em Paris. Na presente exposição, o retrato aparece sozinho: “ao apresentar o avô como uma grande medalha de honraria, o artista sugere uma dimensão de importância histórica ao seu parente, substituindo a narrativa oficial pela sua própria”, explica Nery. Aqui, o ato de transformar se dá na medida em que o artista relativiza a ordem social, pessoal e geográfica.

E, por fim, em Condensar, estão reunidos trabalhos que beiram a livre associação, revelando o desejo do artista de compor ideias díspares com recursos simples, oferecendo uma materialidade a serviço da imaginação. Exemplo disso são as imagens Doce céu de Santo Antônio (2001), em que o artista é visto de baixo para cima, retirando um pedaço de algodão-doce contra o azul do céu e trazendo para sua boca, comendo um pedaço de nuvem desse céu doce imaginado, trazendo, literalmente, o sonho para a realidade.

Também é o caso da obra Chorinho (2009), feita com carretéis suspensos de linha de costura azul, que caem, fio por fio, em tonalidades diferentes, até o chão. “Chorinho é uma expressão direta da palavra-ideia e de sua formalização plástica, esses fios que escorrem como lágrimas e caem sobre o chão”, explica Nery. “As obras de Marepe parecem respeitar algumas ações bastante reguladas ao longo de toda a trajetória. O que muda é a forma de interpretar o mundo ao seu redor e, então, surge uma nova obra que nos obriga a reinterpretar tudo à nossa volta”, finaliza.

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MAREPE: EXTRAÑAMENTE COMÚN | MAREPE: ESTRANHAMENTE COMUM

Pina Estação | Pinacoteca de São Paulo | Largo General Osório, 66, 4a planta, São Paulo

Hasta el 28 de octubre de 2019

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