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GABRIELA PINILLA: ENTRE AGUA Y RAÍCES. LAS LUCHAS DE LA CHIQUI EN LAS MONTAÑAS DEL CHOCÓ

La artista colombiana Gabriela Pinilla (Bogotá, 1983) se adentra en un amplio horizonte de exploración histórica y artística, donde la política, la intimidad y las manifestaciones culturales convergen en un entramado de significados y perspectivas. Su trabajo abarca desde la historia política hasta la íntima, desde el arte hasta el cine, y desde los barrios hasta los confines menos explorados de la memoria colectiva.

Motivada por la búsqueda de narrativas silenciadas y relegadas por las instituciones y los relatos oficiales, Gabriela despliega su creatividad a través de pinturas, instalaciones, objetos, libros y videos. En cada obra, se propone desenterrar hechos históricos clave, reinterpretándolos y dotándolos de nuevos significados, tal como lo expresara Walter Benjamin al referirse a «cepillar la historia a contrapelo».

Cómo se escribe, documenta, enseña y exhibe la historia se convierte en un eje central de su práctica artística e investigativa. Valiéndose de archivos, prensa, novelas históricas, películas, diarios y álbumes familiares, la artista teje una red de reflexiones que desafían las narrativas establecidas, proponiendo perspectivas alternativas para comprender la historia sociopolítica de Colombia y América Latina en los siglos XX y XXI.

El meticuloso trabajo de investigación en archivos se erige como la columna vertebral de sus libros y proyectos artísticos. Estos últimos, concebidos como pequeños museos de historia en sí mismos, exhiben documentos y fotografías que a menudo han permanecido fuera del dominio público, desafiando así las convenciones sobre qué historias merecen ser contadas.

Vista de la exposición “Gabriela Pinilla: Entre agua y raíces. Las luchas de La Chiqui en las montañas del Chocó”, en el Museo La Tertulia, Cali, Colombia, 2024. Foto: Juan David Velásquez.

¿Cuántas historias se necesitarían hoy para escribir la Historia?
¿Cómo resuena el pasado en nuestro presente?

Su proyecto más reciente en Colombia, Entre agua y raíces. Las luchas de La Chiqui en las montañas del Chocó, propone abrir las posibilidades del relato histórico oficial de los años 70 y 80 en Colombia.

En la exposición en el Museo La Tertulia, Pinilla teje una “historia otra» mediante la reconstrucción de un relato gráfico en torno a la vida de Carmenza Cardona Londoño, conocida como La Chiqui durante su militancia en el M-19. A través de esta aproximación, revisa y narra un contexto sociopolítico igualmente complejo, explorando las motivaciones y experiencias que moldearon su trayectoria.

Con un amplio repertorio de obras centradas en proponer perspectivas alternativas para entender la historia colombiana del siglo XX, la artista aborda el desafío de retratar la vida de un personaje controvertido como La Chiqui para recuperar facetas desconocidas y un lado humano, por lo general, obviado en el discurso dominante de la guerra.

La pieza central de la exposición es un mural de gran formato que dialoga con material documental y fotográfico, situando este relato en un momento específico de la historia colombiana entre 1953 y 1982. Durante este período, tanto los movimientos insurgentes como el Estado contribuyeron al aumento de desapariciones, secuestros y violencia política.

Fruto de una investigación exhaustiva de más de tres años, la exposición no solo busca replantear y cuestionar eventos pasados para comprender su eco en el presente, sino también reflexionar sobre los usos sociales y políticos de la imagen en el arte, trascendiendo su función meramente plástica y visual. La narrativa poética potencia la imagen como un dispositivo tanto didáctico como estético, fomentando tanto la acción como la contemplación.

Desde una perspectiva curatorial, La Tertulia busca con esta muestra reconocer la importancia de participar en diálogos urgentes y actuales en los que lo ético, estético y político se entrelacen en un ejercicio de escucha y descolonización de la historia. Esto permitirá la creación de relatos más diversos, plurales y críticos para narrar nuestra historia.

Planteado como una indagación expandida en torno a las pedagogías de la historia, este proyecto representa, en última instancia, un esfuerzo por comprender el museo como un espacio de negociación; una plataforma donde diversas voces y tensiones puedan expresarse como parte integral de la vida en sociedad.