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LAURA HUERTAS MILLÁN GANA EL PREMIO “NUEVA MIRADA” DE AWARE

Laura Huertas Millán, artista, cineasta y escritora colombiana afincada en Francia y Bélgica, es la ganadora de uno de los premios anuales de arte contemporáneo otorgados por AWARE a mujeres artistas vinculadas a la escena artística francesa. Huertas Millán (Bogotá, 1983) recibió el Nouveau Regard, galardón concedido a una artista a mitad de carrera.

La ganadora del premio al Mérito Excepcional, concedido a una artista con más de 40 años de carrera, es Katerina Thomadaki (por su trabajo con Maria Klonaris). Las otras artistas nominadas al premio Nouveau Regard eran Malala Andrialavidrazana, Basma al-Sharif y Charwei Tsai.

El premio Nouveau Regard se creó en 2022 para beneficiar a las artistas a mitad de carrera, actualmente las menos apoyadas por los premios existentes y por el mundo del arte en general. Como ganadora de este premio, Huertas Millán se beneficiará de una residencia en Nueva York en 2025 organizada en colaboración con Villa Albertine y la AIR Gallery, con el apoyo de CHANEL.

A su regreso a Francia, AWARE se pondrá en contacto con miembros de la DCA (Association française de développement des centres d’art contemporain) para coproducir una exposición individual de la obra de la artista en un centro de arte contemporáneo de Francia. En el marco de su colaboración con AWARE, el Cnap (Centre national des arts plastiques) adquirirá una o varias obras de Laura Huertas Millán.

Las nominadas a los respectivos premios fueron elegidas por cuatro profesionales relacionados con la escena artística francesa: Simona Dvorák, Antoine Idier, Noelia Portela y Olivier Zeitoun.

Las ganadoras de los premios fueron seleccionadas por un jurado compuesto por personalidades del mundo del arte internacional: Béatrice Salmon (directora del Cnap, Centre national des arts plastiques), Camille Morineau (cofundadora y directora de AWARE), Bénédicte Alliot (directora ejecutiva de la Cité internationale des arts), Marc Bembekoff (director de La Galerie-centre d’art contemporain d’intérêt national de Noisy-Le-Sec), Florence Ostende (historiadora del arte y curadora en la Barbican Art Gallery) y Marie-Hélène Pereira ( curadora en jefe de prácticas performativas en la Haus der Kulturen der Welt).

Laura Huertas Millán, Journey to a land otherwise known, 23 min, 2011, 2K | Stereo | DCP © Laura Huertas Millán – Le Fresnoy studio national des arts contemporains, 2011

Sobre AWARE

AWARE: Archives of Women Artists, Research and Exhibitions es una asociación sin ánimo de lucro dedicada a visibilizar a las mujeres y artistas no binarias de los siglos XVIII, XIX y XX. Desde su creación en 2014, AWARE ha trabajado para dar a conocer a miles de artistas mediante la creación de numerosos tipos de contenidos innovadores, todos ellos disponibles de forma gratuita tanto en inglés como en francés en el sitio web de AWARE, así como mediante la organización y participación en eventos académicos y no académicos (simposios, conferencias, comisariado de ferias de arte).

AWARE ha desarrollado varios proyectos internacionales, como Women Artists in Japan: 19th-21st century; The Origin of Others: Reescribiendo la historia en las Américas, siglo XIX hasta hoy; El flujo de la historia: Southeast Asian Women Artists; y Tracing a Decade: Women Artists of the 1960s in Africa, además de curar secciones de la feria de arte Frieze Masters en 2022 y 2023. AWARE también apoya a artistas contemporáneas a través de su programación en Villa Vassilieff. AWARE celebra diez años en 2024.

Laura Huertas Millán, Sol Negro, 2016. Film 2K, color, sonido, 43’ © Laura Huertas Millán

Con motivo de este reconocimiento a Laura Huertas Millán, compartimos un texto sobre la obra de la artista escrito por Noelia Portela, que forma parte del archivo biográfico de AWARE.

LAURA HUERTAS MILLÁN

La práctica de la artista y cineasta Laura Huertas Millán abarca diferentes medios: la imagen en movimiento, la escritura, la pedagogía y las investigaciones a largo plazo. Sus primeras películas (como La Historia, 2005) ya estaban marcadas por su infancia en Bogotá (Colombia), un país sumido en la guerra civil, así como por sus experiencias como primera generación de inmigrantes por motivos económicos en Francia, donde trabaja y vive desde hace más de veinte años.

Profundamente influenciada por un contexto nativo caracterizado por la violencia cotidiana y generalizada, en el que las fuerzas armadas de diversos frentes políticos utilizaban la palabra como arma, la obra de Huertas Millán desafía las narrativas opresivas a través de la creación de ficción experimental.

Su práctica traduce un profundo interés por entender la convivencia desde una perspectiva consciente y significativa, quizás siguiendo el legado de una familia de artistas colombianos de bajos ingresos con la que creció, donde la cultura y la política se entrelazaban y el arte era un espacio para contar otras historias, para la alegría, la comunidad y la supervivencia.

Sus metodologías de investigación pausada permean la cámara para poner en valor a quienes conoce durante el rodaje de sus películas, en un intento por deconstruir el cine y sus estructuras tradicionales, por descentrar y descolonizar el medio.

Dentro de este enfoque es central el tema del “exotismo”, explorado en trabajos como Aequador (2011) y Journey to a Land Otherwise Known (2012). Estas películas desmontan las narrativas coloniales de alteridad y opresión racial a través de los lenguajes de la ciencia ficción, la ficción especulativa y la fantasía lo-fi con una aguda crítica a la antropología.

En años posteriores, tanto de forma independiente como en colaboración con el Laboratorio de Etnografía Sensorial, la artista desarrolló «Ficciones etnográficas», una serie de obras que incluye Sol Negro (2016), La Libertad (2017) y jeny303 (2018).

El concepto «Ficciones etnográficas» implica una dualidad de definiciones intrincadas que son claves para entender la complejidad de su trabajo: el reconocimiento de que la etnografía, inicialmente entendida como una colección de narrativas arraigadas en el colonialismo, puede ser una forma de hacer ficción y, simultáneamente, que los actuales enfoques de las prácticas etnográficas decoloniales han adoptado herramientas del ámbito de la ficción. Al distanciarse de las «etnoficciones» patriarcales y eurocéntricas de la antropología visual clásica, la artista se ha labrado una trayectoria diaspórica y un lenguaje cinematográfico únicos.

Luego de que esta serie de trabajos la llevara a considerar historias relacionadas con el trauma generacional, la enfermedad mental, el desplazamiento, la ecología y la violencia de género, su práctica se desplazó naturalmente hacia una reflexión sobre el cine como un estado alternativo, un espacio para la resiliencia y la sanación.

Desde 2018, Laura Huertas Millán se ha comprometido críticamente con la noción de «pharmakon» (una entidad a la vez veneno y remedio), como se observa en la producción de El laberinto (2018) y Jíibie (2019), que desafían las repercusiones discursivas predominantes en torno a la planta de coca, demonizada en las Américas desde el colonialismo.

Tradicionalmente cultivada en las zonas más bajas de la vertiente oriental de los Andes, esta planta fue criminalizada durante la invasión europea con el fin de borrar las economías indígenas y las prácticas espirituales relacionadas con ella. En la actualidad, la erradicación forzosa de los cultivos ilícitos de coca se ejecuta de forma agresiva mediante la aspersión aérea con herbicidas (fumigación), causando contaminación química, la destrucción de medios de subsistencia, la deforestación y el desplazamiento. Su tráfico ilegal contribuye a la continuidad de la guerra contra las drogas que sigue avivando el incesante conflicto armado y el neocolonialismo en Colombia.

En los últimos diez años, Huertas Millán ha estado haciendo trabajo de campo en la selva amazónica, aprendiendo, trabajando y conectándose con el anciano Cristóbal Gómez Abel. Este abuelo Bora y Murui habitante de la selva se ha convertido en su maestro en lo que respecta al poder de la planta de coca, así como en su colaborador cinematográfico.

Estos últimos trabajos producidos en la Amazonía se sitúan a medio camino entre la documentación histórica, los mitos y la ficción, y se construyen como espacios para abogar por la despenalización de nuestras relaciones con las plantas y para honrar las resistencias indígenas en Abya Yala, que han posibilitado la transmisión de parentescos, conocimientos, colaboraciones y la convivencia con y entre la naturaleza.

Todos estos filmes no sólo forman parte de una constelación que nos ayuda a comprender la investigación de Huertas Millán, sino que también constituyen por sí solos obras de arte inmersivas en las que la artista construye mundos visuales y sonoros que aportan una dimensión llena de matices a los aspectos vivenciales de las escenas que registra.

Las películas de Huertas Millán, junto con su permanente investigación en torno al colonialismo, la violencia contra los humanos y los pueblos más-que-humanos, abordan aspectos clave, aún no resueltos, de las dinámicas de poder entre Europa y el Sur Global, ofreciendo nuevas perspectivas en el análisis de las pluralidades. Desde la pantalla vierte algo sagrado, decisivo para crear un imaginario de un vivir-juntos que aún está por desplegarse.

Noelia Portela

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