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ALFREDO BOULTON: MIRANDO A VENEZUELA (1928–1978)

Alfredo Boulton (1908-1995) fue un promotor del arte moderno en América Latina y un intelectual clave en la Venezuela del siglo XX. Fotógrafo, crítico e historiador de arte, escribió más de 60 publicaciones sobre el arte y la historiografía de su país, y fue mecenas y amigo de muchos de los grandes artistas y arquitectos de su época.

Boulton fue un pionero de la fotografía moderna al crear una nueva definición cultural de Venezuela a través de sus imágenes de paisajes, arte y personas. Sin embargo, resulta sorprendente que, a pesar de su notable trayectoria, siga siendo poco reconocido o completamente desconocido fuera de su país.

El Getty Research Institute busca subsanar esta omisión a través de una exposición que explora la figura de Boulton desde diversas perspectivas, destacando su obra fotográfica, su conexión con los artistas de su tiempo y su papel crucial en el desarrollo de la historia del arte venezolano.

Para ello, la curadora Idurre Alonso ha recurrido ampliamente a los numerosos documentos y fotografías del archivo de Boulton, adquirido por el Getty Research Institute (GRI) en 2020 gracias a un acuerdo de donación parcial y compra con la Fundación Alberto Vollmer. Dadas las difíciles circunstancias actuales en Venezuela, la fundación decidió confiar el archivo al GRI.

El archivo contiene su extensa correspondencia con artistas locales e internacionales, instituciones, intelectuales y coleccionistas; sus escritos para revistas y periódicos; sus materiales de investigación sobre arte prehispánico, arte colonial, la iconografía de los líderes de la independencia y artistas modernos; y una colección vintage completa de su producción fotográfica.

La exposición también incluye importantes préstamos, principalmente obras de destacados artistas que Boulton adquirió para su colección privada. La muestra ofrece también una mirada a la vida privada de Boulton, llena de amigos leales relacionados con el mundo de las artes y la cultura, un gran orgullo por su país y numerosos viajes y aventuras que le permitía su privilegiada posición social.

«Alfredo Boulton fue una figura fundamental del arte del siglo XX», afirma la curadora Idurre Alonso. «Desempeñó un papel crucial en la configuración del paisaje cultural de Venezuela y fue una figura destacada en el desarrollo y la apreciación del arte moderno en el país. Sus aportaciones no sólo han enriquecido la comprensión del arte venezolano, sino que también han contribuido a una apreciación más amplia del arte latinoamericano. Esta exposición y el catálogo que la acompaña pretenden arrojar luz sobre su polifacético impacto y significado en el contexto de la modernidad».

Alfredo Boulton, Yo, 1938. Gelatina de plata. Getty Research Institute. Donación parcial de la Fundación Alberto Vollmer

Boulton, el fotógrafo

La exposición se divide en tres secciones temáticas que analizan diferentes aspectos de su persona. La primera parte, Boulton the Photographer, se centra en su discurso fotográfico, destacando su combinación de temas vernáculos con el uso de un vocabulario moderno muy sofisticado.

Las primeras fotografías de Boulton se inspiraron en fotógrafos europeos y estadounidenses, en particular Man Ray. En este periodo temprano (1928-1937), su obra está claramente dividida entre los ensayos de corte surrealista (Macbeth, de 1928) y sus primeros estudios nativistas, apegados a la historia y la geografía venezolanas (Blanca, de 1930). Durante este periodo también realizó primeros planos, generalmente de objetos, con numerosas referencias musicales, artísticas y literarias, como en Ensayos para un «Braque», en el que rindió homenaje al cubista francés Georges Braque.

Fotografía la ciudad de Caracas y sus alrededores la cual, impulsada por el inicio de la industria petrolera a gran escala, se transforma rápidamente, deshaciendo la estructura urbanística heredada de la colonia española.

Durante esos años investigué teorías y actitudes inusuales, donde con frecuencia se mezclaban Ravel, Mussorgsky, Macbeth y Freud. Asimismo, experimenté con siluetas de plantas y con inesperados planos visuales de las perspectivas. Me atrajo también la quietud y el silencio de la Placita de Sabana Grande cuando, de noche, todavía dejaban en ella la carreta de malojo y sus árboles centenarios eran respetados.


Sin embargo, Boulton estaba interesado en una fotografía que representara la identidad propia de Venezuela. A mediados de la década de 1930, comenzó a retratar a la población local, como los modelos Luis León y Ramón, que posaron para el artista Francisco Narváez en su estudio, y a hombres jugando a las bolas criollas (una versión venezolana de las bochas o la petanca).

A través de estas imágenes, Boulton configuró un arquetipo idealizado del venezolano basado en el concepto de belleza criolla, término que acuñó para describir, según sus propias palabras, «la exuberante belleza de nuestra raza», resultado de la mezcla de las tres razas presentes en la población venezolana: blanca, indígena y negra.

Al mismo tiempo, Boulton contribuyó decisivamente a crear una imagen visual integrada de su país. Una parte importante de su obra fotográfica está dedicada a los paisajes venezolanos: los Andes, el Caribe y la cumbre de Los Guayabitos, donde decidió vivir a mediados de la década de 1940.

Boulton fotografió muchas regiones venezolanas que nunca habían sido documentadas, sintiéndose en la obligación de captar lo que se modernizaba y cambiaba rápidamente.

Empezó a fotografiar la geografía venezolana en 1937, cuando se trasladó a Maracaibo para supervisar el negocio familiar. Dos años más tarde, recorrió el territorio andino con su cámara, creando imágenes de paisajes que compondrían el primer fotolibro publicado en su país, Imágenes del occidente venezolano (1940).

Boulton consolidó su poética visión nacional en 1944, cuando lanzó una nueva serie centrada en la isla venezolana de Margarita y los pescadores en sus faenas (fotografías publicadas en 1952 en La Margarita). Y para Los Llanos de Páez (1950), siguió los pasos de José Antonio Páez, uno de los líderes de la independencia de Venezuela, documentando lugares importantes de su vida. Esas fotografías muestran las zonas rurales de los llanos venezolanos y a los llaneros que las habitaban.

Se me ha preguntado con mucha frecuencia el motivo de haber escogido a Páez para hacer este libro. Varias son las razones. En años pasados publiqué una obra fotográfica sobre nuestra región montañosa de Los Andes, luego presenté en el Museo de Bellas Artes de Caracas una exposición sobre la Isla de Margarita. Me faltaba para seguir captando el escenario venezolano, los Llanos. Pensé que, en esta oportunidad, sería más interesante presentar el paisaje atado a un hombre, enseñar sus vastas llanuras y sus altos cielos con un significado más funcional y personal. Era necesario darle interés humano al árbol, al cielo, a los caminos y a la línea horizontal que divide el gamelotal verde y el aire fresco. Y el hombre que simboliza por excelencia el Llano en Venezuela es José Antonio Páez, llanero, centauro, peón, la primera lanza del mundo, vencedor en Carabobo y presidente de la República.


Los años ochenta y noventa serían un momento de revisión personal, retomando y publicando las imágenes captadas durante más de sesenta años. En sus últimas fotografías (1992) vuelve al valle de Caracas desde el jardín de su casa, en las afueras de la ciudad, como lo había hecho en 1943. Pero la ciudad era ya otra, y en la urbe a veces caótica de hoy, casi nada quedaba del poblado caribeño donde había nacido, impregnado todavía de su pasado colonial.

Alfredo Boulton, El sueño del Rey Miguel № 40 (The dream of King Miguel № 40), ca. 1940. Gelatina de plata. Getty Research Institute. Donación parcial de la Fundación Alberto Vollmer

Boulton y el arte moderno

Boulton y el arte moderno se centra en la relación de Boulton con los artistas venezolanos de su época. Entabló amistad con ellos, les aconsejó y promocionó, al tiempo que adquiría sus obras para su colección privada.

El círculo de amistades de Boulton incluía a algunos de los artistas, escritores e intelectuales más significativos de la época. Estaba especialmente unido a Los Disidentes, un grupo de jóvenes artistas venezolanos residentes en París que habían roto con la pintura académica tradicional en la década de 1940 y trabajaban en arte abstracto.

Boulton también mantuvo amistad de por vida con Alejandro Otero, Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez. Consideraba especialmente importante que, por primera vez en la historia de Venezuela, estos artistas participaran activamente en el nacimiento de un movimiento artístico internacional: el arte cinético.

Boulton los consideraba parte integrante del desarrollo del arte occidental, y los apoyó concediéndoles becas, comprando sus piezas, organizando exposiciones de sus obras en Venezuela y en el extranjero, y escribiendo artículos y libros sobre ellos: Alejandro Otero (1994); Cruz Diez (1975); Reverón (1979) y Soto (1973), entre otros.

Esta sección también presenta la casa de Boulton en Pampatar, isla de Margarita. La casa era un gran ejemplo de su visión de la modernidad ideal de Venezuela. Adquirida en 1952, era una construcción colonial que remodeló y decoró con obras de arte y muebles de Alexander Calder, Alejandro Otero y otros importantes artistas de su época, creando una fusión de arte moderno y la historia y tradiciones del país.

La casa de Pampatar le conectó con la generación pionera de artistas, arquitectos y diseñadores de su país, entre ellos Jesús Soto, Carlos Raúl Villanueva, Miguel Arroyo y Francisco Narváez. La exposición incluye varios préstamos de obras de arte que formaban parte de la colección de Boulton.

Alfredo Boulton, Quinta Barutaima, Los Guayabitos, №53, 1947. Gelatina de plata. Getty Research Institute. Donación parcial de la Fundación Alberto Vollmer

Boulton, historiador del arte

La última sección, Boulton the Art Historian, examina su trabajo como investigador. Hacia 1956, abandonó la fotografía para centrarse en su labor como investigador, historiador del arte y conservador. Dedicó entonces 40 años de su vida a elaborar un análisis exhaustivo de la historia del arte en su país, desde el periodo colonial en adelante.

En aquella época, no existía bibliografía previa que pudiera citar ni archivos y catálogos organizados que investigar. A pesar de ello, Boulton publicó más de 60 libros, entre los que destaca su texto pionero de tres tomos, Historia de la pintura en Venezuela, publicado entre 1964 y 1972. Este libro representa el primer estudio sistemático de la actividad pictórica en Venezuela.

En sus archivos se conserva un considerable número de imágenes -más de 5000-, una amplia gama de documentos diversos, fichas bibliográficas y correspondencia intercambiada sobre el tema con historiadores del mundo entero.

Ya desde 1934 Boulton hacía crítica de arte. Escribió una serie de pequeños artículos donde no sólo reseña la actividad de los artistas venezolanos más comprometidos con la creación de una nueva iconografía, esencialmente americana, sino también sobre algunos de los movimientos europeos de mayor influencia mundial. Entre estos primeros textos, se encuentra el primer ensayo dedicado en Venezuela al movimiento surrealista.

Una de sus primeras publicaciones histórico-artísticas, Los retratos de Bolívar (1956), estudiaba la iconografía de Simón Bolívar, el libertador de Venezuela, que para Boulton representaba el ideal más elevado del país.

El éxito de público de los primeros libros de Boulton le valió el ingreso en la Academia Nacional de Historia. En 1968, retomó su cámara para registrar la cerámica prehispánica de Venezuela y, en 1978, publicó un volumen sobre este desatendido tema.

Alfredo Boulton, El Ávila desde los Guayabitos (El Avila from Los Guayabitos), ca. 1944. Gelatina de plata. Getty Research Institute.

Acerca del archivo

El Archivo Alfredo Boulton contiene aproximadamente 4.000 copias antiguas y originales, y 20.000 negativos de imágenes tomadas por Boulton entre 1928 y 1993.

El fondo reúne la mayor parte de la producción fotográfica de Boulton, ya que no se dedicó a la venta de imágenes. No obstante, su obra está representada en las colecciones del MoMA, Nueva York; Biblioteca Nacional de Venezuela, Caracas; Galería de Arte Nacional, Caracas; George Eastman House, Rochester; Colección Ana Abello, España; Colección Stanisław Poniatowski, Francia; y en los acervos de un puñado de coleccionistas privados, muchos de los cuales recibieron las imágenes como regalo del artista.

También incluye una vasta correspondencia con artistas, galeristas, coleccionistas y museos, incluidas cartas dirigidas a y procedentes de figuras relacionadas con el mundo del arte de Venezuela y de otros lugares, como Alexander Calder, Alejandro Otero, Jesús Soto, Gio Ponti, Arturo Uslar Pietri, Denise René y Beaumont Newhall; archivos de arte prehispánico, colonial y contemporáneo en forma de fotografías, recortes, documentos de investigación, documentos de exposiciones y archivos sustanciales de artistas pertenecientes a la Historia del Arte de Boulton; libros y catálogos publicados por Boulton; 25 cajones de biblioteca con notas indexadas sobre testamentos de la archidiócesis de Caracas, que Boulton utilizó en su investigación; registros de colecciones y procedencias, incluyendo fotos, negativos y textos que documentan obras de arte clasificadas por coleccionistas (incluyendo muchas obras autentificadas o identificadas por Boulton); materiales de investigación recopilados por Boulton sobre las semblanzas de Simón Bolívar y otras figuras históricas, incluyendo Antonio José de Sucre, José Antonio Páez, Manuel Saenz, Simón Rodríguez; y papeles personales y recuerdos.

El archivo, ensamblado por el propio Boulton, fue adquirido de su única heredera, su hija Sylvia Boulton, por la fundación sin ánimo de lucro Alberto Vollmer Foundation, Inc, en 1995, que lo prestó al Getty Research Institute para su estudio en abril de 2018. El Instituto de Investigación ha adquirido ahora el archivo gracias a una donación y compra parcial de la Fundación Alberto Vollmer.

Durante las dos últimas décadas, bajo la dirección de Sofía Vollmer de Maduro, que trabajó estrechamente con Boulton en los últimos cinco años de su vida, el archivo fue organizado, catalogado y puesto a disposición de investigadores e instituciones, para trabajos de investigación, exposiciones y publicaciones.

Getty continuará poniendo el archivo a disposición de los investigadores, conectándolo con otros archivos de historia del arte latinoamericano en los fondos del Instituto de Investigación.

Asimismo, se ha creado una página web en la que se ofrece abundante información tanto en español como en inglés.


Alfredo Boulton: Mirando a Venezuela (1928-1978) podrá verse del 29 de agosto de 2023 al 7 de enero de 2024 en el Getty Research Institute, Los Angeles, California, EEUU.

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