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SANDRA GAMARRA: EL MUNDO AL REVÉS

Por Sandra Gamarra Heshiki

Describe así Guamán Poma el mundo que se ha instalado sobre lo que fue el Estado Inca. No por ello apela a una vuelta al pasado en donde las cosas hubieran estado en el orden correcto. Guamán Poma está denunciando que esa nueva forma de entender el mundo, de organizar a los hombres y a la tierra, o no encaja con la realidad andina, en el mejor de los casos, o los gobernantes no están sabiendo llevar a cabo el proyecto. Lo que está denunciando Guamán Poma es que lo que propone ese nuevo mundo aquí, no se ejecuta como debería. Ese mundo, aquí, es el que está al revés de como él mismo dice ser.

Siglos después vivimos en una sociedad en la que muy pocas cosas han cambiado, salvo que hemos entendido que ese mundo que prometían las ideas occidentales de progreso (desde el sistema colonial hasta la democracia) no funcionan ni aquí, ni allá, sino que solo pueden funcionar para una élite (ahora mismo deslocalizada), cada vez más pequeña y más aislada.

Para esta segunda exposición en la Galería 80m2 Livia Benavides propongo al público formas heterogéneas de encarar la imposibilidad de las ideas más arraigadas de nuestra sociedad: el crecimiento permanente, el progreso lineal, la naturaleza como productora de bienes, la ley como igualadora social, las jerarquías entre las especies y la supremacía humana, así como la propia idea de la universalidad de la cultura y el arte occidental. Por el contrario, las obras que componen la muestra son fragmentos de historias donde la pintura es el hilo conductor de un relato que espera ser desestabilizado.

Sandra Gamarra, Tierra Virgen (2021). Falso pan de oro y óleo sobre lienzo, 315 unidades, 25 x 20 cm c/u. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, Tierra Virgen (2021). Falso pan de oro y óleo sobre lienzo, 315 unidades, 25 x 20 cm c/u. Foto: Juan Pablo Murrugarra

Obras en exposición

Tierra Virgen

Es una instalación realizada con 315 lienzos dispuestos como un castillo de naipes, a modo de altar que simula la montaña que acompaña a las representaciones de la Virgen del Cerro. La artista encargó los lienzos a talleres de Cuzco, en particular, a los artistas con los que es coautora de esta obra. Estos artistas se dedican en la actualidad a la copia de estas imágenes como souvenirs para el turismo mundial.

El cuadro que conforma la instalación recoge una de las cinco imágenes que quedan de esta Virgen, que fue uno de los motivos más conocidos de la pintura virreinal y cuya adoración se superpone con los mitos locales de adoración a la montaña. La Virgen en sí misma sigue una forma triangular, fusionando sus vestimentas con la montaña del Cerro Rico, en alusión a la relación ancestral mujer-fertilidad madre (la Pachamama).

El propio título de la obra, Tierra virgen, remite a la idea de un espacio vacío e inagotable listo para ser explotado, del mismo modo que el turismo y otras actividades inciden en los lugares. Realizar un altar como un castillo de naipes no puede ser sino un ejercicio de ilusionismo, un truco de habilidades para engañar a la mirada y la percepción, una forma de convencer y embaucar con el arte de la distracción.

Agustín Pérez-Rubio

Sandra Gamarra, El mundo al revés I (2023). Óxido de hierro rojo indio y óleo sobre lienzo, 90 x 250 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra

El Mundo al Revés I

Esta obra está basada en el Quadro de la Historia Natural Civil y Geográfica del Reyno del Perú (1799), donde “arte” y “ciencia” se unen como una misma herramienta para organizar y describir los bienes naturales que encontramos en los territorios del virreinato peruano.

Se puede observar los distintos animales y plantas, junto con los diferentes tipos humanos, las riquezas del mar y de la minería, como descripciones de las diferentes regiones de la geografía de esta parte de América del Sur.

En esta versión, el Quadro está solo bosquejado con óxido de hierro, o se podría pensar también que ha perdido la capa pictórica. Inicio y fin de una forma de organizar el mundo se reúnen y sirven de tablero donde otras formas de entender el orden, las jerarquías y el desarrollo, se juegan.

Los pallares mochicas, usados como oráculos por los antiguos pobladores del norte de Perú, sirven como metáfora de una naturaleza que no entiende de divisiones ni jerarquías. Los pallares son símbolo de la potencia de la vida, de la posibilidad de ser, sea cual sea su manifestación.

Sandra Gamarra, El mundo al revés (2023). Vista de exposición en 80m2 Livia Benavides, Lima. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, El mundo al revés (2023). Vista de exposición en 80m2 Livia Benavides, Lima. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, El mundo al revés III (2023). Óxido de hierro rojo indio y óleo sobre lienzo, 150 x 100 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra

El Mundo al Revés II, III, IV, V, VI, VII

Estas pinturas son ampliaciones de los personajes que aparecen en el Quadro de la Historia Natural Civil y Geográfica del Reyno del Perú. Pintados de cabeza, sirven como vehículo para criticar los métodos de organización de los grupos humanos. Llámese raza o clase, estas jerarquías y clasificaciones pueden servir como herramientas para el estudio, pero se vuelven fin y verdad para sustentar nuestra manera de entender el mundo.

En la cosmovisión judeocristiana el hombre ha sido creado fuera de la tierra, y está aquí para dominarla. Esa otredad, hace que las relaciones sean construidas siempre desde el conflicto, desde la confrontación. En la cosmovisión de los pueblos originarios del sur de América, la otredad, lo no conocido, no habita fuera de nosotros, sino que habita dentro de nosotros, solo que es desconocida.

Y es mediante los ritos, las danzas, la máscara que aflora esa otredad, que no nos confronta, sino que nos completa. Es por eso que es la máscara la que organiza la dirección de la pintura y su lugar en el espacio. Una máscara que además tiene su origen en la cultura española, asimilada como propia por la cultura nativa.

Sandra Gamarra, El Mundo al Revés VIII, IX (2023). Óxido de hierro negro y óleo sobre lienzo, 99.5 x 120 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, El Mundo al Revés IX (2023). Óxido de hierro negro y óleo sobre lienzo, 120 x 120 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra

El Mundo al Revés VIII, IX

Estas imágenes también están extraídas del Quadro de la Historia Natural Civil y Geográfica del Reyno del Perú, en el que se presentan los recursos naturales del mar y de la selva amazónica. Estos bienes, en el momento de ser nombrados, catalogados y organizados, son puestos a disposición de la civilización occidental. Y parece que, si son destruidos o desaparecidos, será preciso si el fin es sostener el desarrollo y el progresa de ésta.

Una civilización caníbal, con las otras civilizaciones y con ella misma, es una civilización vuelta de cabeza. Lo que podemos ver en el sentido “correcto” son imágenes de prensa de acontecimientos recientes que involucran estos espacios naturales y sus habitantes.

Sandra Gamarra, El Mundo al Revés XI (2023). Óleo sobre tela, 20 x 20 cm c/u. Foto: Juan Pablo Murrugarra

El Mundo al Revés XI

Estas pequeñas pinturas toman como esqueleto los diagramas en los que se basa el Quadro de la Historia Natural Civil y Geográfica del Reyno del Perú. Estas casillas están vacías y nos llevan a la pregunta si están por ser llenadas o han sido vaciadas del todo. Pero, al mismo tiempo, nos interrogan sobre la capacidad que tienen de describir, de portar la esencia del mundo que habitamos.

Sandra Gamarra, Gradación II (2022). 20 ponchos tejidos en lana de oveja y alpaca, 150 x 100 cm c/u. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, Gradación II (2022). 20 ponchos tejidos en lana de oveja y alpaca, 150 x 100 cm c/u. Foto: Juan Pablo Murrugarra

Gradación II

La invención de la raza se funda en diferenciaciones entre rasgos fenotípicos, entre los cuales el color de la piel tiene especial significado. Como señala el sociólogo peruano Aníbal Quijano, antes de América, el color no se registra como un distintivo entre las relaciones de poder. Fue el régimen colonial eurocentrado el que dio origen y sentido a la categoría raza desde el siglo XVI.

Las diferenciaciones entre la “raza blanca” y las “razas de color” generan una gradación entre lo superior y lo inferior. La naturalización de este ordenamiento posibilita prácticas de explotación como la esclavitud.

La serie de 20 ponchos tejidos traduce cromáticamente este orden. Popularmente, en Perú el poncho simboliza la siembra y el orificio es la zanja donde se coloca la semilla para que la vida se siga reproduciendo. La artista extrapola la idea de siembra al nacimiento, un nacimiento que se repite simbólicamente cada vez que sacamos la cabeza por la abertura del poncho al vestirnos con éste. Por otra parte, el número de ponchos alude a la cantidad de pinturas que conforman la única serie de castas realizada en el Virreinato del Perú en 1770.

Sandra Gamarra, La Gran Divisora (2021). Catenarias de seguridad y cinta en plata realizada con la técnica precolombina del telar de cintura, 1000 x 37 x 110 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra
Sandra Gamarra, La Gran Divisora (2021). Catenarias de seguridad y cinta en plata realizada con la técnica precolombina del telar de cintura, 1000 x 37 x 110 cm. Foto: Juan Pablo Murrugarra

La Gran Divisora

Esta obra está compuesta por postes de seguridad que no protegen nada, salvo a sí misma. Aquí lo preciado es la misma idea de diferencia. La cinta de seguridad está tejida en plata, de tal manera que el “objeto” que custodia es la propia división, la noción de otredad, y de dualidad como contraposición.


Sandra Gamarra (Lima, 1972 – vive en Madrid) presentará Pinacoteca Migrante, curada por Agustín Pérez Rubio, en el Pabellón de España de la 60° Bienal de Arte de Venecia, que se llevará a cabo del 20 de abril al 24 de noviembre de 2024. Gamarra representó a Perú en la 53° Bienal de Venecia y ha expuesto en las bienales de Berlín y São Paulo.


SANDRA GAMARRA: EL MUNDO AL REVÉS

Galería 80m2 Livia Benavides, Malecón Pazos 252, Barranco, Lima

Hasta el 31 de junio de 2023

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