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MIGUEL CALDERÓN: MATERIA ESTÉTICA DISPONIBLE

Materia estética disponible es una exposición que da lectura a tres décadas de producción del artista Miguel Calderón (Ciudad de México, 1971). Estableciendo un diálogo con complejas aristas de la sociedad mexicana —como la violencia, la corrupción, la sexualidad y las dinámicas entre distintos estratos sociales— su obra se caracteriza por dar testigo a las experiencias personales que acompañaron su producción. No obstante, el artista supera su dimensión (auto)biográfica para trascender a un estilo discursivo que, en una suerte de existencialismo consciente, pero alejado de ataduras emocionales y de dramatismos, participa en los cuestionamientos ontológicos del ser humano.

A través de un cuerpo fotográfico y cinematográfico extenso, las obras presentadas en el Museo Tamayo abordan con humor temáticas como la crítica institucional, la transgresión y el análisis de los protocolos sociales y culturales, así como la relación entre la realidad y la ficción. También se muestran instalaciones introspectivas que reflexionan sobre los comportamientos de la naturaleza humana y su relación con los animales. 

Figura clave en el desarrollo de la escena alternativa del arte en el México de los noventa, Calderón apuntó al carácter único que ofreció la capital durante ese periodo, develando distintas dimensiones de una sociedad de contradicciones exacerbadas. En un recorrido no lineal, esta selección de obra permite visualizar el desarrollo de mecanismos estéticos como una forma vinculante que abre conversaciones profundas, en las que el artista entreteje problemáticas recurrentes, paradojas y discordancias propias de la vida cotidiana.

Miguel Calderón, Moribundo, 1999. Foto: Museo Tamayo

En 1999, el Museo Tamayo puso en marcha su iniciativa Sala 7 con Miguel Calderón como el primer artista invitado a participar con la muestra Joven entusiasta. Una de las obras realizadas para dicha exposición fue la pintura mural titulada Moribundo, que reproduce el logotipo de la tienda de colchones Dormimundo. Sin embargo, el artista reemplazó el nombre de la marca por la palabra Moribundo en alusión a la muerte del museo como institución.

Taxímetro es una obra comisionada por inSITE97, proyecto binacional concebido para la región fronteriza de Tijuana/San Diego. La participación de Calderón en dicha exposición consistió en emprender un viaje en un icónico taxi Volkswagen verde desde la Ciudad de México hasta San Diego, para exorcizar las secuelas que el artista había sufrido tras un secuestro exprés (delito común entre los taxistas de la Ciudad de México en aquella época).

Al llegar a Tijuana, el taxista —que carecía de documentos migratorios—, permitió a Calderón cruzar la frontera con su vehículo, como una muestra de la confianza que se había establecido entre los dos. La pieza final que el artista presentó en inSITE97 consistió́ en la documentación de este viaje compilada en un álbum de fotos familiar, y en el taxímetro, que no dejó de correr desde su salida de la Ciudad de México, cuantificando el tiempo que artista y taxista pasaron juntos, y el monto que Calderón tuvo que pagar al final del viaje.

Miguel Calderón, Taxímetro, 1997. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York. Foto: Museo Tamayo

Camaleón es una instalación compuesta por una proyección y una serie de perchas –objetos utilizados por cetreros para transportar a sus halcones y sobre los cuales éstos descansan durante la cacería—desplegadas en el piso de la sala. En la película, Miguel Calderón sigue por 24 horas los pasos de Camaleón, un halconero que trabaja de noche como cadenero en un bar al sur de la Ciudad de México, y que, de día, lleva a su ave de cacería. Su halcón, con quien ha desarrollado un vínculo emocional, es su lazo más estrecho con una realidad apartada de las situaciones de extrema violencia a las que ha estado expuesto desde su infancia.

Demonios juveniles se conforma por fragmentos de películas realizadas por Miguel Calderón que él mismo había desechado previamente. El video devela un proceso de edición mediante el cual busca darle cohesión a una serie de imágenes fragmentadas e inconexas. En palabras del artista, se trata de “una oda a la desilusión de los años noventa, a la desorientación causada por el excesivo consumo televisivo que nos daba la falsa ilusión de un futuro prometedor que nunca llegaría”.

La pieza es, también, un documento sobre el proceso creativo de Calderón, quien apunta su cámara de manera instintiva hacia situaciones y comportamientos cotidianos cuya extrañeza trasciende los cánones socialmente aceptados.

Vista de la exposición «Materia estética disponible», de Miguel Calderón, Museo Tamayo, CDMX, 2022. Foto: Museo Tamayo

En 1998 el Museo Nacional de Arte (MUNAL) invitó a Miguel Calderón a participar en la exposición colectiva En crudo. Durante sus visitas de investigación al museo, varias de sus salas se encontraban temporalmente cerradas por remodelación, dejando gran parte de la obra que conforma la colección inaccesible al artista. Calderón se acercó entonces al equipo de intendencia, y le pidió que recrearan de memoria las poses de las pinturas clásicas del museo que mejor recordaban para que él pudiera visualizarlas. Los empleados aceptaron y posaron con sus uniformes y herramientas de trabajo para recrear con mayor precisión las distintas composiciones. El artista realizó un registro fotográfico que después presentó como su contribución a la muestra, titulado Empleado del mes.

Miguel Calderón, Empleado del mes, 1998. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York. Foto: Museo Tamayo

Un tema recurrente en el trabajo de Calderón es el entender nuestra naturaleza como seres humanos a través de los animales y sus diversos comportamientos, dándole visibilidad a los intercambios simbólicos y simbióticos que determinan nuestro paisaje social y cultural.

En 2002, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Goethe-Institut convocaron a creadores de México y Alemania para el proyecto Agua/Wasser, una propuesta de exhibición e intervenciones artísticas en espacios urbanos, con la idea de recuperar la relación histórica entre el agua y la ciudad. Miguel Calderón propuso Mutante, una pieza para la cual extrajo un ejemplar de los peces que habitan en el lago de Chapultepec, que exhibió en una pecera del acuario de la Torre Latinoamericana.

Los peces que habitan el lago de Chapultepec tienden a presentar mutaciones que responden en gran medida a la manera en que se han tenido que adaptar al ecosistema de la Ciudad de México, y a la comida chatarra que reciben de los visitantes del parque. Mutante es una metáfora que se refiere a los habitantes de la ciudad, y a las condiciones en las que viven.

Disritmia cerebral es una película experimental en la que Miguel Calderón plasma las reacciones y sensaciones, físicas y emocionales, que se producen por la pérdida de conciencia. Esta pieza está basada en la serie de episodios que el artista sufrió durante su adolescencia, en los que se convulsionaba y perdía la conciencia momentáneamente. Es también una reflexión personal sobre lo que significa existir por un instante sin estar presente, y sobre la manera en que se vuelve a aprehender la realidad al ir recobrando la conciencia.

Miguel Calderón, Mutante, 2002. Foto: Museo Tamayo
Miguel Calderón, Disritmia Cerebral, 1990. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York. Foto: Museo Tamayo

Segundo lugar es una obra que hace referencia a las imágenes en las que aparece el padre de Miguel Calderón como un exitoso corredor de carreras automovilísticas. Desde niño, dichas imágenes fueron un catalizador que impulsó a Calderón a romper barreras y a cuestionar límites. Con el tiempo, el artista descubrió que la imagen más icónica de su infancia —un retrato de su padre victoriosamente cargando el trofeo de primer lugar—, en realidad capturaba el instante inmediatamente anterior a su eventual descalificación. A pesar de las diversas versiones que justificaban los sucesos, el recorte de periódico con el retrato de su padre triunfante permitió que Calderón se adentrara a cuestionar la capacidad narrativa que las imágenes tienen para definir la realidad.

Miguel Calderón, Ridiculum vitae, 1999. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York. Foto: Museo Tamayo
Miguel Calderón, Segundo lugar, 1998. Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York. Foto: Museo Tamayo
Vista de la exposición «Materia estética disponible», de Miguel Calderón, Museo Tamayo, CDMX, 2022. Foto: Museo Tamayo

El balance de las improbabilidades es un fragmento de la película Ajuste de pérdidas de Miguel Calderón en la que Pedro, un próspero ajustador de seguros, accede a la escena artística de la Ciudad de México al convertirse en coleccionista. En un intento por alejarse de las dificultades de su trabajo, se involucra en una obra de teatro cuyo costo emocional resulta mayor al de los eventos catastróficos de la vida real a los que se enfrenta regularmente en el trabajo. La voz de Pedro en la película encuentra en Calderón un interlocutor privilegiado que le permite reflexionar, no solo acerca de los paralelismos entre la tragedia real y el drama escénico, sino también sobre cómo la corrupción se ha apoderado de nuestra cotidianidad en un territorio mexicano sin ley.

Miguel Calderón, El balance de las improbabilidades, 2021. Foto: Museo Tamayo

Durante la producción de la película Ajuste de pérdidas –de la cual se presenta un fragmento en el auditorio del Museo Tamayo–, Calderón documentó el cine Linterna Mágica, una sala en el sur de la Ciudad de México que quedó afectada por una inundación y posteriormente por el temblor del 19 de septiembre de 2017. Una de las fotografías, parte de la serie titulada El balance de las improbabilidades -que explora diferentes locaciones de catástrofes a través de la República Mexicana- se presenta en la exposición.

Esta exposición fue organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey MARCO.


MIGUEL CALDERÓN: MATERIA ESTÉTICA DISPONIBLE

Curaduría: Taiyana Pimentel

Museo Tamayo, Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec, Del. Miguel Hidalgo, CDMX

Hasta el 5 de marzo del 2023

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