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MIGUEL ÁNGEL ROJAS: YO, USTED Y EL CLAN

Yo, usted y el Clan, en la galería Casas Riegner de Bogotá, es un repaso a la carrera del artista colombiano Miguel Ángel Rojas (1946), figura central de la historia del arte conceptual colombiano. Artista versátil en el tratamiento de los medios y la forma, Rojas protagoniza aquí otra retrospectiva, tras la celebrada el año pasado en el Museo de Arte Moderno Bogotá (MAMBO), cuyo énfasis estuvo puesto en la explotación y el conflicto en la región del Amazonas, al sur de Colombia.

En Casas Riegner, el enfoque es un poco más amplio y de tono retrospectivo. La visibilidad queer, las resonancias violentas y poéticas del conflicto armado y el narcotráfico, asuntos que caracterizan la obra de Rojas, están presentes a lo largo de la exposición, al igual que su incisiva atención a la materialidad y cómo esta puede evocar estos laberínticos eventos geopolíticos.

Si bien Yo, usted y el Clan no apunta a reformular nuestra mirada hacia la práctica de Rojas, como exposición es exitosa al iterar sobre obras anteriores. Abundan las piezas producidas en el último año -después de la exposición en el MAMBO-, así como otras de carácter inédito provenientes de series que el artista empezó en los años 70. En última instancia, Yo usted y el Clan es una exposición imperdible para admiradores de la obra de Rojas, y una excelente oportunidad para sumergirse en la cautivadora y expansiva producción del maestro colombiano.

Vista de la exposición «Yo, usted y el Clan», de Miguel Ángel Rojas, en la galería Casas Riegner, Bogotá, 2022. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Miguel Ángel Rojas, Agua de los Andes, 1995, tinta, óleo, fragmentos fotográficos y costura sobre tela. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.

Al entrar a la galería, las obras ubicadas inmediatamente a la derecha comparten similitudes en cuanto a su paleta y concepto temático. Un vistazo rápido por el espacio revela un grupo de fotografías, pinturas y readymades. Estas piezas, que abarcan desde los años 70 al presente, exploran las implicaciones y los peligros de ser visto. Las series fotográficas Sobre Porcelana (1978-2022) y Faenza: Antropofagia en las ciudades (1979) se centran en los encuentros sexuales entre hombres gay en los teatros Mogador y Faenza de Bogotá.

La serie Faenza complejiza la dinámica tradicionalmente voyeurística entre espectador y sujeto en estos ambientes. En lo que constituye su serie fotográfica más extensa, el artista observa a tres hombres en vez de dos. La inclusión de un tercer hombre agrega un tensión incómoda ausente en sus otras imágenes en teatros. Este hombre con sombrero reconoce cada ángulo de observación en la imagen: mira el encuentro sexual a su izquierda antes de fingir no darse cuenta, para luego -en la imagen final- mirar directamente a la cámara. La privacidad implícita o ilusoria del espectador se quiebra. En otras obras, Rojas evoca esta misma forma de observación autoconsciente a través de la composición.

Las fotografías de la serie Sobre Porcelana -entre ellas nuevas copias de negativos originales nunca antes vistos-, están tomadas a través de las cerraduras de las puertas de los baños del teatro Mogador, sus fondos definidos por la llamativa porcelana blanca que da nombre a la serie. Los bordes oscuros alrededor del cerrojo forman una viñeta que nos recuerda la tenue frontera entre lo privado y lo público. La intención del artista es enmarcar cada fotografía como una ventana al encuentro privado en un lugar público, desestabilizando así cualquier interpretación a favor de imágenes que evocan simultáneamente fascinación e inquietud. Este estado de tensión, de ser pillado en el acto de observar, se desarrolla en piezas adyacentes que hacen uso de diferentes medios para explorarlo más a fondo. En otras obras en la galería, Rojas indaga en experiencias y miedos profundamente personales conectados con estas series realizadas en los teatros.

Sobre porcelana, de Miguel Ángel Rojas, en la galería Casas Riegner, Bogotá, 2022. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Miguel Ángel Rojas (Colombia), Fisgón (de las series Faenza), 1979, fotografía. Cortesía BanRep Cultural
Miguel Ángel Rojas, de la serie Faenza, 1979, fotografía.

La gran pintura sobre tela Corte en el Ojo (1991) es una representación abstracta de Rojas experimentando las consecuencias de su fisgoneo. En el teatro Faenza -dice en la ficha técnica de la obra- alguien golpeó al artista en un ojo al darse cuenta de que estaba siendo fotografiado. Este incidente, que dejó al artista casi ciego de un ojo, cobra forma en Corte, donde una silueta negra que define el perfil de su cabeza está salpicada de rayas de pintura blanca. Estos trazos iluminan el interior de la cabeza del artista para revelar formas modulares oscuras, mientras un rastro de tinta negra se desliza hacia la izquierda del lienzo como el humo de una máquina de vapor. A pesar de que estos hábiles toques pictóricos representan la pérdida de la visión, estos dialogan con la afinidad de esta sala por obras que se ocupan de los umbrales y límites entre lo que ocurre adentro y lo que ocurre afuera, incluso si esa frontera es nuestro propio cuerpo.

El cuerpo se hace palpable en Youth (2022), un trabajo en el que el artista añade semen a pequeñas botellas. Las botellitas están dispuestas sobre una composición de negativos recortados que simula un piso de baldosas, un leitmotiv en la obra de Rojas desde los años 80. Exhibidas en una vitrina de vidrio de la casa del artista, Youth coloca al espectador en otro umbral que puede cruzar visualmente pero no físicamente, un comentario sobre la dificultad de ser abiertamente gay no solo en el ámbito público, sino también en el privado.

Miguel Ángel Rojas, Youth (2022), en la galería Casas Riegner, Bogotá. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Miguel Ángel Rojas, Youth (2022), en la galería Casas Riegner, Bogotá. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.

Las restantes salas en Yo, usted y el Clan se concentran más en las obras de Rojas que abordan el extractivismo, la pérdida de hábitat y el impacto ambiental del conflicto armado y el narcotráfico. A medida que el espectador sube las escaleras desde la sala principal, se encuentra con piezas centradas en las resonancias simbólicas de la hoja coca y sus derivados, tanto químicos como políticos.

La desenvoltura con la que Rojas alterna y asimila nuevos lenguajes visuales se manifiesta plenamente aquí, en el segundo piso, donde exhibe tejidos sobre tela (Nupcias, 2018), patas de gallina taxidermizadas (Bello puerto de mar, 2013) y una serie de anillos y recortes de pizarra que hacen referencia al minimalismo y a la abstracción geométrica concreta (Cauca, 2022). 

Bello puerto de mar y Nupcias, aunque someramente diferentes, ofrecen una mirada a los nodos violentos del conflicto armado en Buenaventura y, de manera más amplia, a la región del Cauca. Además, ambas piezas evocan la mano humana, a través de una apropiación conceptual, por un lado, y a través de la abstracción geométrica, por el otro. Básicamente, la abstracción de estas obras es una forma de desfiguración. Los cuerpos y las tierras afectados por el conflicto se vuelven cada día menos reconocibles, tan diferentes ahora como antes, al igual que la extremidad humanizada de una gallina.

Miguel Ángel Rojas, Bello Puerto de Mar, 2013, taxidermia y modelado. Foto cortesía del artista

La preocupación de Rojas por la desfiguración y la transformación de los cuerpos continua en las salas del primer piso. Atrato herido (2022) es un díptico sobre la transformación del río Atrato en Colombia, un cuerpo de agua que ha sufrido una severa degradación debido a la minería (muchas veces ilegal) de oro. A partir de imágenes satelitales del río, Rojas contrapone una vista imaginaria de un Atrato “sano” a la izquierda, y un Atrato “herido” a la derecha. El Atrato sano está hecho con hojilla de oro, formando un hilo brillante que serpentea a través del paisaje cuadriculado. El Atrato herido, por otro lado, es un nido enrevesado de vetas marrones creadas con barro, una mirada crítica al tipo de “progreso” que frena la progresión misma del agua, y que afecta a todo un ecosistema.

Estas obras adoptan la misma estética de aquellas a gran escala presentadas en la muestra del MAMBO. Si bien no abruman al espectador de la misma manera que El nuevo dorado (2021), el díptico Atrato es un ejemplo persuasivo de un novedoso registro visual del artista, que igualmente busca delinear lo que se va perdiendo a medida que el país marcha hacia un sentido equivocado de “progreso”.

Esta marcha hacia el progreso se vincula a los inicios de la conquista y la república colombiana del siglo XIX, como se observa en Yugo (2005). Aquí, un artefacto arqueológico de la cultura Tumaco se combina con un adorno arquitectónico de estilo republicano del siglo XIX. Según Rojas, la obra pretende dar cuenta del “sometimiento del indígena a la cultura europea impuesta violentamente desde la conquista”. Más que una simple declaración sobre la colonización, Yugo revisa el legado del mestizaje y la construcción de la identidad colombiana.

Vista de la exposición «Yo, usted y el Clan», de Miguel Ángel Rojas, en la galería Casas Riegner, Bogotá, 2022. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Vista de la exposición «Yo, usted y el Clan», de Miguel Ángel Rojas, en la galería Casas Riegner, Bogotá, 2022. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Vista de la exposición «Yo, usted y el Clan», de Miguel Ángel Rojas, en la galería Casas Riegner, Bogotá, 2022. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.

La muestra logra alternar entre vistas macroscópicas de la degradación ambiental -como el díptico Atrato o las pinturas abstractas de Agua de los Andes (1995)- y obras que se dirigen claramente a las comunidades campesinas e indígenas afectadas de manera desproporcionada por la pérdida de estos hábitats.

Despojo (1996) es una obra en la que Rojas pone una figura de piedra encima de un budare, un plato de cerámica usado por muchas comunidades indígenas. Para el artista, la carga simbólica del budare está en su representación de los vestigios de las comunidades desplazadas por el conflicto, que se ven obligadas a mudarse a las ciudades donde muchas veces tienen que dedicarse a labores marginales.

Miguel Ángel Rojas, Chicha – Homenaje a Antonio Caro, 2022, mazorca intervenida con esmeralda. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.
Miguel Ángel Rojas, Chicha – Homenaje a Antonio Caro, 2022, mazorca intervenida con esmeralda. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas
Miguel Ángel Rojas, En la Orilla de la Escasez, 2014, impresión digital sobre papel de algodón (fotografía de instalación con hojas de coca, mambe y granos), 35 cm x 50 cm. Cortesía del artista.

Algunas obras en la exposición, si bien son convincentes vistas individualmente, tienen menos impacto cuando se colocan en diálogo con otras a su alrededor. La inclusión de Chicha-Homenaje a Antonio Caro (2022), por ejemplo, se siente fuera de lugar. Se vincula con el resto solamente a través del uso de un objeto natural con asociaciones regionales explícitas, algo que se da por sentado en el caso de Rojas. Si bien la amistad entre estos dos gigantes del arte colombiano es ciertamente palpable, la inclusión de esta obra equivale a poco más que una nota al pie de página en una sala que, por lo demás, articula su mensaje con gran economía. El difunto maestro colombiano, y las demás obras en este piso, quizás merecían algo mejor.

Asimismo, En la orilla de la escasez (2014) presenta al visitante una versión simplificada de lo que Rojas suele hacer tan bien. Mientras el uso de materiales como el oro, el barro y la coca suele agregar otra dimensión a las instalaciones y esculturas del artista, su fotografía de arroz y maíz en una hoja en forma de bote parece demasiado obvia. Exhibida tras un vidrio, la conexión palpable entre las materias primas y sus consecuencias sociales, lo cual impulsa las mejores obras de Rojas, está ausente.

Yo, usted y el Clan es una exposición de una ambición tremenda. El equipo de Casas Riegner, apoyado en salas espaciosas y un amplio rango de obras, ha presentado una retrospectiva de alcance casi museístico. Para quienes visitaron la muestra de Rojas en el MAMBO el año pasado, es poco probable que queden deslumbrados por Yo, usted y el Clan, pues retoma muchos de sus temas con leves variaciones. Aun así, estos temas y obras merecen la pena ser revisitados. Rojas es un artista que demuestra que siempre está puliendo sus herramientas conceptuales. En manos de este artista colombiano, ahora con 76 años, los males sociales y ambientales del país son removidos y examinados con precisión quirúrgica.

Un soldado sin una pierna, en la pose renacentista del ‘David’ de Miguel Ángel. Foto: © Nicolás Jacob. Cortesía Casas Riegner.

Yo, usted y el Clan, de Miguel Ángel Rojas, se presenta desde el 4 de agosto de 2022 en la galería Casas Riegner, Calle 70A # 7 – 41 – Bogotá, Colombia.

Max Gruber

Asistente curatorial en el Instituto de Arte Contemporáneo (ICA), Boston. Su investigación y crítica se han centrado en el arte contemporáneo latinoamericano y mundial, la fotografía, la cultura visual y el arte socialmente comprometido.

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