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DESIERTO VIVO

Galería 54, en la Ciudad de México (Dolores 54, Col. Centro), presentó hasta el pasado 14 de abril Desierto Vivo, una muestra colectiva con obras de Karen Cheirif, Víctor Esquivel, OoOo, Manuel Parra, Francisco Muñoz, Alonso Galera, Coco Brun, Pablo Arellano, Manuela Riestra, Jordi Hernández, Chavis Mármol, y Cristina Medellín, curada por Lesdavag.


“Entonces el desierto le dijo que la muerte no es más que el agotamiento de las leyes de la naturaleza: la vida es la regla del juego, no la excepción, y hasta el desierto aparentemente muerto escondía un mundo minucioso de vida que se originaba, prolongaba, imitaba las leyes de la existencia humana”

Carlos Fuentes

Por Melannie Hurtado

La exposición surge de los viajes del artista y curadorLesdavag a través del vasto y aparentemente árido paisaje de los desiertos de Sonora y Chihuahua y sus fronteras impuestas. Las piezas seleccionadas, de diferentes soportes, pretenden evocar la naturaleza alienante pero purificadora del desierto, obligándonos a enfrentarnos a cuestiones de vida o muerte.

El sol abrasador y el frío penetrante aumentan las dualidades en un paisaje a la vez desorientador y onírico. En la tradición oral, el desierto es a la vez un espacio de exilio y una oportunidad de redención. Históricamente, el desierto ha brindado vida a las comunidades indígenas que comprenden su abundancia, pero también ha sido la muerte de migrantes que no estaban preparados para sus condiciones extremas. Como un lienzo en blanco, este espacio de transición ofrece una invitación a la soledad y la reflexión. La vida en el desierto está oculta: yaciendo latente bajo la arcilla agrietada, las arenas movedizas y las cáscaras arrugadas, hay un mundo inmensamente vibrante.

El metal, el adobe y la madera se unen para invocar la resiliencia necesaria para habitar y navegar este árido paisaje, mientras que materiales como la resina evocan imágenes del impulso de la humanidad por crear permanencia. Del mismo modo, las obras de arte multimedia y bidimensionales aspiran a emular la naturaleza alucinante de este terreno surrealista. Desierto Vivo extiende una invitación a la reflexión, instando a los visitantes a observar el significado intrínseco detrás de las materias primas que nos rodean en la extensión del desierto.

Izq: Alonso Galera, “Crisis en el paraíso”, 2021, resto de escalera del balneario Vista del sol e inflable. Medidas variables. Centro: Karen Cheirif, “Esbeltos címbalos agudos”. Cortesía de los artistas y Galería 54
OoOo, “SPTN.0001”, 2022, Banquito, jaspe jicorita tallado a mano, 30 x 30 x 30 cm (89 kg); “BBLS.0003”, 2022, jarrón de Obsidiana tallada a mano, 60 x 20 x 20 cm. Pintura de Francisco Muñoz. Cortesía de los artistas y galería 54
Obras de Coco Brun y Pablo Arellano en la exposición «Desierto Vivo», Galería 54, CDMX, 2022
Pablo Arellano, “Untitled”, mármol orizaba negro, 31 x 6 x 6 cm. Cortesía del artista y Galería 54
Coco Brun, serie de esculturas Sin título, 2022, resina, impresión 3D y onyx, madera, entre otros; serie de paneles de aluminio latón, madera y espejo sobre panel de madera. Cortesía de la artista y Galería 54
Manuel Parra, “Corazón coraza”, 2022, alambre requemado tejido, 75 x 140 cm. Cortesía del artista y Galería 54.
Izq: Jordi Hernández, “Grave”, 2021, madera, 39 x 72 x 39 cm. Der: pinturas de Francisco Muñoz y escultura en piedra de OoOo. Cortesía de los artistas y Galería 54
Chavis Mármol & Cristina Medellín, “Icarus”, fotografía digital de larga exposición y letrero de madera de metal. Dimensiones variadas. Cortesía de los artistas y Galería 54
Lesdavag, “Boat Ride”, técnica mixta, medidas variables. Cortesía del artista

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