TORT(GUERR)ILLA

Hoy 8 de marzo, el colectivo #novoysola, en colaboración con la artista brasileña Marilá Dardot (Belo Horizonte, 1973) y el Colectivo Amasijo, se suma a las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer con una acción artística que busca rescatar la memoria histórica del feminismo y difundirla desde las calles y la cotidianidad de la cocina hasta el espacio más íntimo de la sociedad capitalina: el hogar.

Se trata del proyecto Tort(guerr)illa, que parte de las clásicas tortillerías mexicanas para esparcir de mano en mano diversas voces feministas. Alrededor de la Ciudad de México, algunos establecimientos entregarán a su clientela las tortillas envueltas con papel estraza impreso con frases como “Nuestra vida, nuestros cuerpos”, “Yo soy mía” o “Por la vida y la libertad de las mujeres. Fin al feminicidio”, entre otras. Las consignas fueron seleccionadas por Marilá Dardot a partir de una revisión al acervo del portal de Archivos Históricos del Feminismo del Centro de Investigación y Estudios de Género de la UNAM (CIEG), en el que consultó revistas feministas que se imprimieron y distribuyeron en México durante las décadas de los 70, 80, 90 y los 2000, como Fem, La Revuelta, La Correa Feminista, CIHUAT y La Boletina.

El papel será distribuido en tortillerías de las diferentes alcaldías de la ciudad, en colonias como Centro, Escandón, Roma, Tacubaya, Santa María la Ribera, Peña Pobre, Héroes de Padierna y San Francisco Coyoacán, entre otras, así como en los restaurantes asociados Siembra Tortillería y Costela, en donde los tacos serán servidos con los papeles del proyecto.

Asimismo, este martes 8, Marilá Dardot y el Colectivo Amasijo prenderán un fogón en la colonia Juárez como un acto de resistencia. Mientras se palmea, avienta, voltea, envuelve y entrega la masa, retomarán la práctica tradicional de amasar junto con otras mujeres para construir un espacio de unidad, cuidado y, sobre todo, seguro, en el que las mujeres puedan reír y hablar de sus heridas, de sus linajes de rebeldía, de las muertas que aún viven.

Este año, la colaboración con Marilá Dardot parte del propio trabajo de la artista con la escritura y el lenguaje para tomar la potencia de las palabras como vías comunicantes y constructoras de nuestras visiones del mundo. Además, las frases impresas en los papeles de tortillas son una clara referencia a los carteles que comúnmente se usan en las manifestaciones sociales.

La ubicación de las tortillerías participantes puede consultarse en el mapa 8M-Tort(guerr)illa desde la página web novoysola.mx. Se invita a la gente a tomar una foto del papel y difundirlo en Instagram con la etiqueta @novoysola_mx y los hashtags #tortiguerrilla #mariladardot, e incluso utilizarlo en los movimientos públicos que se realizarán el 8M.

Marilá Dardot trabaja con diversos materiales y medios, como el video, la fotografía, los libros de artista, el collage, la escultura, la acción y la instalación. Su obra generalmente toma el lenguaje, los libros y la escritura como un aporte formal y conceptual. Traduce referencias literarias, filosóficas y periodísticas a un territorio material y sensorial ampliado, explorando otras formas de percibir los textos y las narrativas.

#novoysola es un proyecto colaborativo entre mujeres y profesionistas del arte, cuyo comité curatorial está conformado por Georgina Arozarena Caso, Lucía Díaz Álvarez, Eloísa Hernández Viramontes, Virgina Roy Luzarraga y Daniela Zárate Guzmán. Surgió en 2020, en medio del confinamiento por la pandemia de Covid-19, como una acción colectiva para reivindicar y visibilizar el 8 de marzo. Emprenden el levantamiento de voces a través de acciones realizadas por artistas mujeres cuyas obras se concibieron con características que connotan el contexto de la manifestación y la protesta. Su nombre, #novoysola, parte de una frase recurrente en las manifestaciones del 8M y el movimiento feminista

Colectivo Amasijo es un grupo de mujeres que a través de cocinar colectivamente celebran la diversidad y replantean la cultura de la escasez. Visilibilizar la interdependencia entre lengua, cultura y territorio es un acto cotidiano del colectivo, con el objetivo de entender la comida como una red de relaciones. Sus proyectos se dan en forma de performances, instalaciones, celebraciones, acciones y talleres, cuya activación se mantiene en coherencia con el cuidado del territorio.