JIMENA KATO: FERRO
Lo que se hereda puede trascender la materia, bienes, derechos y obligaciones; es decir, lo visible. Puede manifestarse en el ritual, en la repetición, en el vínculo con el pasado que sostiene la tradición, así como en rasgos, caracteres o en aquello que tiende a ser imperceptible pero que transita internamente.
En Ferro Jimena Kato (Lima,1979) construye una poética de la filiación a partir de la correspondencia entre tradición y sangre. Para ello, se vale de un archivo de fotos de un catálogo de arreglos florales realizados por su madre y también de un video en el que esta expone cómo realizar un arreglo floral occidental y otro de ikebana —tradición ancestral que data desde antes de la Dinastía Tang (618-907 d.C.) y que tiene por práctica su exposición en salones—.
La particularidad de esta poética está en la inversión propuesta por la artista: por un lado, acerca una narrativa visual que parte de atrás hacia adelante; por el otro, exhibe las fotografías y el video con los colores invertidos, acercando una versión de las imágenes en negativo. Esta inversión responde a una decisión estética que le permitirá desarrollar una puesta en escena acompañada de las herramientas necesarias para una lectura fluida de sus partes, como son la luz ultravioleta, el líquido de contraste y polvo fluorescente.
Una sábana de plástico transparente, intervenida manualmente con sustancia fluorescente —la misma pintura que es utilizada en pruebas de contraste de sangre y prácticas forenses— con la inscripción griega κóρη (hija/mujer/joven), da la bienvenida al visitante.
El trazo manual recuerda la serie Our only similarity is the place we once shared (2017), en el que la artista exhibía frases escritas con sus propios dedos al arrastrar la materia adherida sobre diversas superficies. En Ferro (hierro en italiano) Jimena Kato recurre a la manipulación directa de la materia, a través de la dactilopintura, para escribir esta palabra griega que acerca la pauta que se mantendrá a lo largo de la propuesta expositiva.
En esta búsqueda por el origen, la artista se sumerge enfáticamente en la poética de los materiales. Por ello, la elección del caucho industrial para la elaboración de sus esculturas no solo constituye un guiño a sus trabajos previos, sino que lleva a reflexionar acerca de la procedencia del mismo material. El caucho es una materia prima que resulta de una incisión realizada en el tronco del Hevea brasiliensis, el cual emana un sangrado lechoso conocido como látex.
En Cocoon 1138 y Rubber Matrix, Jimena Kato presenta un par de tejidos realizados en caucho industrial, cuyas formas ovoides aluden a un nido. Tanto su forma como la materialidad conducen a pensar en el origen, en el hogar y en el vínculo con la naturaleza. Por otro lado, se valdrá del látex para crear Dermatomes, una serie de cinco piezas escultóricas —compuestas por silicona, látex, polvo de hierro e imanes— que, por sus volúmenes, brinda una apariencia orgánica como si fuesen capas de piel imantadas. Continuando esta línea la artista presenta Fe (símbolo del hierro), una escultura viva que remite a lo vegetal, para la cual utiliza una estructura metálica revestida de polvo de hierro e imanes.
La metatextualidad a la que recurre Jimena Kato se halla presente en toda la exposición. Desde el título que remite a uno de los componentes de la sangre; el manifiesto inicial con la inscripción κóρη; hasta la inversión de la imagen en la búsqueda del elemento otro, lo oculto y que nos constituye, que devienen una serie de elementos que se presentan como pesquisas para conducir al visitante hacia la posible respuesta que se halla al final del recorrido.
Pero su búsqueda no se detiene acá, porque lo que la moviliza es indagar en el origen, en los componentes de los mismos materiales de los que se vale en sus obras. Por ello la inversión, por ello la descomposición, por ello la ruptura con lo espectacular. Por ello la repetición en el acto de confeccionar un arreglo floral —siguiendo la tradición ancestral— inmerso en agua con polvo fluorescente y acompañado de luz ultravioleta. Como menciona la artista, se trata de «una suerte de revelador que muestra lo que está oculto o lo que a simple vista no se ve».
Así, Ferro se torna una excusa para hablar de la sangre, del linaje, de aquello que se hereda. Una propuesta visceral, directa y autobiográfica, que puede leerse como un homenaje a la madre o, acaso, una búsqueda de la artista por abrazar aquello que la constituye.
Ferro, de Jimena Kato, se presentó del 15 de octubre al 19 de noviembre de 2021 en Rodríguez Gallery, Wodna 13/4 61-782, Poznan, Polonia.
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