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GIANFRANCO FOSCHINO: VIDEOSCAPE

En un galpón de dimensiones industriales en el barrio Mirador Viejo de Independencia expone su obra Gianfranco Foschino. La muestra, Videoscape, está compuesta por dos piezas de video HD que, por medio de la contemplación y su relación con el tiempo, son capaces de transformar tanto el espacio en que se exhiben como al observador. Esta exhibición está emplazada en _un espacio, lugar que se ha propuesto dialogar con la creación y la experimentación en la arquitectura y la escultura contemporánea. Lo que sigue es una reflexión en respuesta a Videoscape del filósofo Miguel Ruiz Stull, profesor en el Departamento de Teoría de las Artes de la Universidad de Chile.


REPLIEGUES

Por Miguel Ruiz Stull

No hay nada en absoluto escindido en la muestra actual de Gianfranco Foschino. Que no se pueda definir una separación de los elementos exhibidos en este plexo de imágenes hacen de Videoscape la extensión de una seria contemplación con que se exige pensar la naturaleza de la imagen en cuanto tal. O bien, la naturaleza tal como es mostrada por estas obras de Foschino no sería algo distinto de un absoluto extensivo de las imágenes que aquí y allá, que antes y después van poblando el paisaje de su propia contemplación imaginaria. O más bien, si la naturaleza no es ya diferente de las extensiones imaginarias que la llenan y pueblan a través de _un espacio que deja de extenderse más allá de los límites que intentan opacar su continuo despliegue, las imágenes, pienso, habrían de dar cuerpo a una suerte de devenir de las formas que no dejan de replegarse en su continuidad, en la variación misma que estas proponen y que mínimamente cada vez se tuercen.

Es en este momento donde aparece el tiempo rebalsado por la razón de un eterno del presente, se dan a entender transformaciones que, a la vez, dan testimonio de un pasado y un futuro imprecisos simplemente porque han dejado de ser del todo evidentes. El tiempo en Videoscape ya no sería un simple instrumento que marca las diversas secuencias del cambio: el tiempo por medio de sus pulsaciones, vibraciones y coalescencias es el cambio mismo que escapa a toda forma de significación numérica.

Al final es la materia misma la que se repliega en un paso al acto de un pulsar del tiempo, que arrebata el poder de determinación que desde antaño ha querido expresar que existe un pasado, un presente y un futuro. El tiempo se extiende y, por su potencia extensiva, logra curvar el espacio que no es distinto a los elementos que pueblan un campo arrebatado por la potencialidad de una particular puesta en visión, sin duda, muy evocativa en esta ocasión. Los videos de Gianfranco Foschino simplemente nos muestran un despliegue que varía en secuencias móviles de la propia luz: las imágenes mismas sobrepasan la actualidad de todo soporte por una incrustación efectiva de un tiempo que afecta la fisonomía de las cosas.

Gianfranco Foschino, Towadako (still), 2021, video HD, 19 min (loop), color, sin sonido. Cortesía del artista
Gianfranco Foschino, Towadako, 2021, video HD en pantalla colgante / Paneles LED interior de 2.5 pitch, cables de acero, tensores. 19 min (loop), color, sin sonido, 180 x 340 x 6 cm. Foto: Luis Sergio

Lo Argénteo aparece o se muestra casi inmediatamente. El entorno es oscuro o casi opaco para hacer emerger una estructura fuertemente encuadrada de la simple imagen de la superficie de un lago. Towadako (2021), un lago que puede ser cualquiera, pero que deviene por un haz de reflexiones en un suave entramado de ondas, casi escamas que se extienden por la suavidad de un viento que apenas titila. El roce hace variar líneas que se insinúan, éstas no desean disecar o delimitar o definir.

Aquí, la definición no se traduce en análisis o cortes que permiten, por su puesta en razón, puntualizar segmentos de aquello que justamente expresa una simple variación de sí. La variación coincide e incide en los haces reflectantes de rayos que expanden las potencialidades de esta puesta en imagen moviente que hace al espectador simplemente esperar que algo pudiese aparecer. Solo aparece entonces la apariencia que refleja y extiende la potencia de una temporalidad que discurre en su simplicidad sin pretender acabar en un fin.

Quisiera decir que nos somete a lo múltiple de duraciones, que concomitantes las unas con las otras, se persiguen, se solapan y se superponen por la puesta en potencia de su propio movimiento. El espacio se presenta en fuga y cuesta bastante considerar las determinaciones de un paisaje para comprender la dirección de una forma que también se escapa a todo momento de definición. Visto así, este cuadro se encuadra de modo inmanente y explota aquella oscuridad parcial de su entorno para explosionar y hacer variar lo argénteo de una imagen que estalla en un variante cromatismo signado por variaciones de una luz reflejada en una superficie móvil por la fuerza misma que esta impone a una materia que no deja de fluctuar: otra temporalidad se comprende que ha dejado de ser inmediatamente comprimida por un presente que se fuga o se escapa de esta puesta en contemplación de la materia misma de las cosas.

El loop en el cual se observan estos diecinueve minutos de video, es un continuo que vuelve y al retornar aparece la indefinición de un fugaz glauco. Lo Glauco atrae mirada, no deja de hacerlo puesto que atrapa una visión que parece ser más paisaje que aquel luminoso vértigo precedente. Procede simplemente para afectar otros materiales. Lo vegetal en la naturaleza captura energía para convertirla y transformarla, y conservarla en dosis suficientes para permitir su sobrevivencia. La imagen sobreviene así en una especie de contraluz que hace resaltar la indeterminación de figuras que escapan a lineamientos acostumbrados a devenir en algo parecido a un paisaje.

Gianfranco Foschino, Ando, 2021, video 4K proyectado sobre pantalla colgante / fierro, zinc, pintura gris, cables de acero, tensores. 19 min (loop), color, sin sonido, 600 x 300 x 3 cm. Foto: Luis Sergio
Gianfranco Foschino, Ando, 2021, still de video 4K, 19 min (loop), color, sin sonido. Cortesía del artista

Lo vegetal de Ando (2021), que aplasta de un modo sutil lo humano, señalando en el decurso de una caricia del viento, la finitud que inscribe su propia existencia. Un efecto de permanencia es lo que se dispone acá, y esta constancia señala una variación de las formas en un tiempo suspendido permitiendo condensar la atracción de una vista que no deja de rememorar, quizá otros elementos, otras situaciones y con suerte alguna otra forma de paisaje.

La temporalidad nuevamente invita a consistir la mirada, seguir con atención la insistencia de un viento que hace variar los lineamientos de formas que no desean ya permanecer. Solo quedan variaciones de lo vegetal que señalan un efecto glauco, algo que es solamente la ilusión de emanaciones imperceptibles que recorren y se extienden en otras variaciones insistentes y en una frecuencia ondulante. El efecto insiste, da la ilusión de permanencia y aduce vida a algo que subyace en movimientos dispares, a veces convergentes otras veces divergentes, en el devenir de su propio movimiento.

El tiempo es lo moviente y este al fin se muestra como la exposición de una resistencia que, sin querer ser absoluta, arrebata todas las posibles condiciones formales de que algo escape de su propio despliegue. Los despliegues, bajo cualquier mirada que se escapa y quisiera acaso hacerlo, no son diferentes de los repliegues del tiempo que coinciden con extensividades hiladas por elementos configurados por la materia misma: otra vez es el tiempo que se escapa para retornar a sus curvaturas y repliegues que se despliegan. Videoscape de Gianfranco Foschino hace del tiempo una potencia eficiente que arrebata toda posición presente en _un espacio cualquiera: la actual muestra no sería otra cosa que la expresión del tiempo tocando, rozando a las cosas.


Videoscape, de Gianfranco Foschino, se presenta hasta este sábado 4 de septiembre en –un espacio. Ambas obras fueron producidas en 2019 durante una residencia realizada por el artista en Aomori Contemporary Art Center (ACAC), al norte de Japón, espacio diseñado por el arquitecto Tadao Ando (40.75 Norte, 140.77 Este)

_un espacio es un lugar para la creación y experimentación en Arquitectura y Escultura Contemporánea.

Cierre: 4 de septiembre.
Horario: 10:00 – 13:00 hrs.
Dirección: Padre Las Casas 2469, Independencia, Santiago, Chile.
Más información: www.unespacio.cl / Galería Patricia Ready
www.gianfrancofoschino.org / Galería Isabel Aninat

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