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IVÁN CANDEO: ANTES QUE, MIENTRAS QUE, MÁS TARDE

Las obras de Iván Candeo exploran los modos en que las imágenes producen sentido –significan-, e igualmente cómo se convierten en esos acontecimientos cercanos, apropiables e inmediatos que inundan la existencia contemporánea. “Cada vez se ha hecho más evidente la construcción de un mundo dominado por la expansión multimedia, en el que el arte, la educación, la política, la historia, los sentimientos, se están filtrando y configurando a partir de la experiencia audiovisual, esa experiencia cinematográfica fragmentada y simultánea que tenemos a través de nuestros dispositivos tecnológicos”[1]. La imagen cinemática –la imagen en movimiento- es su ámbito de exploración, gracias a que pareciera conformar una realidad suplementaria: algún tipo de “orden de realidad”.

Uno de los elementos que distingue, y puede definir también, la imagen en movimiento es “el montaje”, ese procedimiento que convierte la espacialidad en temporalidad[2], y que opera determinando o promoviendo que la fantasía construya, desde fragmentos estáticos, un devenir dinámico en el que las interconexiones y relaciones constituyen narraciones, realidades que se transforman, memorias y reconocimientos. Candeo apunta: “El movimiento cinematográfico es una relación sucesiva de diferencias en una serie de unidades estáticas, lo cinemático o cinético es un estado inmóvil, asumo que este es el estado puro del cine”[3]. La imagen en movimiento da lugar a un “recorrido virtual” desde el que es posible reflexionar y pensar en problemas formales y artísticos, también en planteamientos históricos y epocales, en síntomas y operaciones culturales, en peculiaridades geográficas y políticas, como si la urdimbre que crean estos fragmentos se concretara en una urdimbre semántica que tiene al “mundo” mismo como horizonte.

Iván Candeo, Antes que, mientras que, más tarde (de la serie (Movimiento cualquiera), 2018-2020, fotografías instantáneas (polaroids sx-70). Tríptico. 10,8 × 8,8 cm. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.

En la exposición Antes que, mientras que, más tarde que se presenta en la Galería Carmen Araujo Arte, Candeo concreta, materializa, le da un cuerpo a esa urdimbre fantasmática desde la que la imagen en movimiento se hace temporalidad y devenir, analizando sus modos de hacerse presencia y presente, destacando sus atributos y características compositivas, figurando sus transformaciones. Este “análisis” de las “condiciones de realización de la imagen cinemática” se hace desde una perspectiva política y apunta hacia dos problemas fundamentales del mundo contemporáneo. Por una parte, a los “modelos” con los que opera la memoria en este entorno de visualidad y virtualidad, de registros inmediatos. Por la otra, atiende a la forma plural, diseminada, discontinua e infinitamente multiplicada –también multiplicable- cómo se concibe y se narra, se constituye, la historia en el mundo contemporáneo.

En la serie de Storyboards, cada uno relatando un acontecimiento particular de la reciente historia política de Venezuela, Iván Candeo invierte el papel clásico que cumplen estos recursos en las producciones cinematográficas. En vez de ser el guión gráfico que pre-figura lo que la película será, estos storyboards son realizados –a posteriori, a destiempo- a partir de capturas en video elaboradas en el momento mismo del acontecimiento, capturas inmediatas, precarias e inesperadas, ejecutadas con apuro, en emergencia, y con los medios que se tienen a la mano.

En estos storyboards esos videos documentales son “analizados” tanto en su narración, como en cada uno de sus fragmentos, describiendo las frases que allí se dicen, los movimientos de cámara, las tomas y sus ángulos, así como la duración de cada segmento. Ya no son una pre-visualización de lo que se elaborará, sino una exploración en torno a los acontecimientos políticos mismos, a los que no sólo se les otorga un índice de concreción y “textualidad” sino que, además, los descubre en su condición imprevista, ausente de estrategia u orientación, azarosa, inapropiada. Un gesto reflexivo que anuncia la violenta incertidumbre política que ha prevalecido en estos últimos tiempos.

Iván Candeo, «Óscar Pérez, el insurrecto de Venezuela» (de la serie «Storyboards»), 2019, tinta sobre papel, 29,7 × 21 cm. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.

El ensayo fotográfico Movimiento cualquiera, conformado por un conjunto de series de instantáneas (Polaroids SX-70) “que registran muros vacíos y superficies aptas para hacer grafitis o escribir consignas políticas” y se acompañan con inscripciones lingüísticas, es un proyecto en el que Candeo reflexiona acerca del gesto subversivo de los grafitis y las denuncias políticas, esas “voces” anónimas, del entre-todos, que registran fragmentaria y alegóricamente la experiencia política.

Reflexiona y duplica ese gesto subversivo al acompañar estas superficies dispuestas a la denuncia con textos y experimentos lingüísticos suplementarios. Nos advierte que se han modificado los espacios de circulación de contenidos, las realidades concretas (muros y paredes se han convertido en planos lumínicos transformándose en una “materialidad” puramente sensible, que es sólo “aparecer” y “fantasma”). El muro es pura potencia política –sin necesidad que allí exista un texto de denuncia-, que se va transformando gracias al sistema de relaciones que crean los juegos textuales, esos artilugios que impulsan lecturas y referencias, tanto semánticas como visuales.

Vista de la exposición “Antes que, mientras que, más tarde”, de Iván Candeo, en la Galería Carmen Araujo, Caracas, 2021. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.
Iván Candeo, «La Campaña» (de la serie («Movimiento cualquiera»), 2018-2020, fotografías instantáneas (polaroids sx-70). Tríptico. 10,8 × 8,8 cm. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.

Angelus novus es un pequeño dibujo de Paul Klee que, en manos de Walter Benjamín, se convirtió en “el ángel de la historia”: la imagen –el símbolo- de un modelo mesiánico de comprender la historia y el progreso, en el que el deseo de la historia es recomponer lo despedazado –dar lugar a “lo no sido de lo ya sido”- y saldar cuentas, hacer justicia. El ángel ve espantado las ruinas del pasado y esa visión lo paraliza y eso es, justamente, lo que Candeo elabora con la serie de variaciones, de pequeñas modificaciones, hechas sin ver, sin mirada, de “memoria” desde las que serializa el “ángel de la historia”. Más aún, si lo pensamos como la descripción de una secuencia, como los fragmentos que descomponen –y componen- una imagen en movimiento, estas repeticiones mostrarían esa historia indómita, en la que el progreso, como un huracán, “impulsa irrefrenablemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo”[4].

Como punto final, tanto en referencia al comportamiento de la memoria en los ámbitos de la visualidad como a la idea contemporánea de historia, Candeo presenta dos piezas: Pastor y Mierda de historiador. Pastor es una obra que indaga en torno a los populismos y a la cultura del espectáculo, en su construcción puramente mercantil de la realidad, de los vínculos sociales y políticos, pero también de los comportamientos y valoraciones. El “socialismo del siglo XXI” ha operado desde esta cultura espectacular en la que la realidad se construye como simulacro, y los discursos pretenden sustituir los hechos. Esta obra es un video acompañado de un objeto, en el que se retoma la controversial figura de Pastor Maldonado y sus fracasos. En la crónica de la revolución bolivariana, Maldonado aparece como un emblema –como un síntoma, también- de esa concepción del mundo gracias a la que se supone que el dinero puede, por sí sólo, realizar cualquier sueño y transformar cualquier realidad, evidenciado en esa misma medida su impotencia, su fracaso, su destino: destrozar y fracturar, deteriorar y convertir las posibilidades en desechos, en detritus.

Iván Candeo, «Pastor», 2021. Tríptico con video, fotografía y objeto. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.
Iván Candeo, «Mierda de historiador», 2021, arcilla blanca torneada a mano, pintura acrílica y barniz vitrificador, 5 × 6,5 × 6,5 cm c/u. Foto: dbphotostudio. Cortesía de la galería.

Por otra parte, Mierda de historiador, un conjunto de cerámicas, aluden a “la figura del historiador, entendido como aquel que trabaja a partir de harapos, con los que va construyendo la historia y la va mostrando”[5]. Mierda de historiador re-inscribe la famosa obra de Piero Manzoni Merda d’artista que, como una mordaz crítica a los sistemas mercantiles que definen el arte en el mundo contemporáneo, pretendía convertir sus desechos en obras de arte, en objetos estéticos –de belleza o sublimes- con valores incalculables. De alguna manera, en tiempos de “post-historia”, en estos tiempos finales, los acontecimientos y las restituciones, las revoluciones o los desarrollos han perdido su dimensión humana y subversiva, se han instalado en tecnología y dispositivos, en el entorno de la virtualidad, y con ello no sólo abandona sus narraciones teleológicas y progresistas, sino también se entreteje de olvidos y omisiones, de ausencias, haciéndose residuo, desperdicio, restos.


Carmen Araujo Arte se ubica en la urbanización Sorokaima, Calle Rafael Rangel Sur, Secadero 2, Hacienda La Trinidad Parque Cultural, Caracas.


[1] Iván Candeo. Notas sobre la exposición, 9 de marzo de 2021

[2] En sus inicios, la estética delimito las “artes” en “artes del espacio” y “artes del tiempo”, el montaje subvierte esa distinción, esa diferencia, al cambiar la modalidad de ser de la imagen. En otras palabras, la “imagen” propia de las artes del espacio (presencia unitaria y pregnante) se transforma en una imagen intervenida por la temporalidad, en un devenir, en un “estar-siendo”.

[3] Iván Candeo. Notas sobre la exposición, 9 de marzo de 2021

[4] Walter Benjamin, Tesis de filosofía de la historia, Tesis IX

[5] Iván Candeo. Notas sobre la exposición, 9 de marzo de 2021

Sandra Pinardi

Doctora en Filosofía de la Universidad Simón Bolívar (2000), es Directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Simón Bolívar y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela. Participó en la creación del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón, del cual también fue Directora. Ha escrito varios libros y capítulos de libros, entre éstos, “Reconstructed Identities in Latin America; Spectacle and Fiction", en “New World Colors” (2014); y "Disposiciones políticas de las artes visuales contemporáneas: Archivos de la violencia”, en “El tránsito vacilante. Miradas sobre la cultura contemporánea venezolana” (2013).

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