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ESPAÑA ACOGE PRIMERA GRAN MUESTRA DE CRUZ-DIEZ TRAS SU FALLECIMIENTO

Galería Cayón presenta la quinta exposición individual de Carlos Cruz-Diez (Caracas, Venezuela, 1923 – París, Francia, 2019) en su espacio en Mahón (Menorca, España), sin duda la más especial desde que comenzara a representar al artista cinético hace casi 15 años, pues es la primera tras su fallecimiento en el verano de 2019, a los 95 años de edad.

Es, además, una de las exposiciones más ambiciosas de Cruz-Diez concebidas para una galería, al componerse de una veintena de obras realizadas entre 2008 y 2019, periodo considerado por el propio artista como el más fértil. A su juicio, fue en sus últimos años de creación -y después de medio siglo investigando y añadiendo medios y avances técnicos- cuando encontró la sutileza cromática que venía buscando con determinación desde 1959.

La exposición, por tanto, bien puede considerarse un compendio de las líneas de trabajo que definieron su producción. Cruz-Diez tenía claro que demostrar la “autonomía del color” sólo podía hacerse, con el afán didáctico y científico que siempre le caracterizó, por varios caminos de trabajo, todos igual de válidos e importantes, es más, todos imprescindibles.

Junto con esta exposición se presenta una instalación mural del artista en la fachada de la galería, además de uno de sus conocidos pasos peatonales en pleno centro de Mahón. En paralelo, la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Reina Sofía acoge, hasta el 11 de junio, la muestra El peso de la forma. El diseño gráfico de Carlos Cruz-Diez, que visibiliza esta faceta menos conocida del artista.

Vista de la exposición «El color como acción», de Carlos Cruz-Diez, en Galería Cayón, Mahón (Menorca, España), 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©Joaquín Cortés Noriega.
Vista de la exposición «El color como acción», de Carlos Cruz-Diez, en Galería Cayón, Mahón (Menorca, España), 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©Joaquín Cortés Noriega.
Vista de la exposición «El color como acción», de Carlos Cruz-Diez, en Galería Cayón, Mahón (Menorca, España), 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©Joaquín Cortés Noriega.
Vista de la exposición «El color como acción», de Carlos Cruz-Diez, en Galería Cayón, Mahón (Menorca, España), 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©Joaquín Cortés Noriega.

CRUZ-DIEZ. EL COLOR COMO ACCIÓN

“En mi obra el color se convierte en una acción”

Carlos Cruz-Diez en su última entrevista, mayo 2019

En la exposición en Cayón se han instalado varias Physichromies (Fisicromías), instalaciones que obligan al espectador a desplazarse para ir “creando” la obra según este se mueve. También, se encuentra un grupo de Chromointerférences (Cromointerferencias), que investigan las variaciones cromáticas en el encuentro de los colores; una serie de Inductions Chromatiques (Inducciones Cromáticas), que permiten emerger colores que no están presentes en el plano; y un Labyrinthe de Transchromie (Laberinto de Transcromía) en el que, de la mano de su interés por el rol crucial del espectador como participante activo, somete al sentido de la vista de este a la prueba de ver y sentir a través de las láminas de color.

Todos estos trabajos tienen un exclusivo fin que, por ambicioso, solo puede ser uno. En palabras del artista, en su última entrevista concedida unos meses antes de fallecer: “[Al inicio de mis investigaciones] comprendí que el color jamás es una certeza, siempre es circunstancial. Entonces el fenómeno cromático se me reveló como una realidad autónoma que evoluciona continuamente en el tiempo y en el espacio. Mis obras los trascienden, pues en ellas el color se convierte en un momento presente, sin pasado ni futuro”.

Carlos Cruz-Diez, ‘Inducción Cromática a doble Frecuencia’. Segunda intervención efímera en la fachada de Galería Cayón, Mahón, 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©David Arquimbau Sintes

CRUZ-DIEZ. INDUCCIÓN CROMÁTICA A DOBLE FRECUENCIA

“Una obra de arte en un espacio público es mágica porque la gente toma posesión y se encariña de ella”

Carlos Cruz-Diez en su última entrevista, mayo 2019

Para dar continuidad a las líneas de investigación de Cruz-Diez que se presentan en el interior de la galería, desde junio y hasta el 27 de agosto de 2021 se expone en su fachada la obra Inducción Cromática a doble frecuencia, que sólo se había presentado el año de su creación (2016) en la fachada de la sede Cayón en Madrid.

La obra mide casi 6 metros de alto y está concebida para verse desde lejos y, según uno se acerque, aleje o desplace junto a ella, vaya descubriendo los diferentes colores que aparecen y desaparecen según el espectador se sitúe en un punto u otro y según el efecto de la luz. Es por ello que el artista habla de “inducción cromática” en el título de la obra, porque alguno de los colores que se ven en la obra no están impresos en la misma, sino que “aparecen” en la retina de manera virtual, resultando tan verdaderos como los que están impresos.

Carlos Cruz-Diez, paso peatonal en el centro de Mahón, calle Ses Voltes, 2021. Cortesía: Atelier Cruz-Diez y Galería Cayón. Foto: ©David Arquimbau Sintes

CRUZ-DIEZ. PASOS PEATONALES

En colaboración en el Atelier Cruz-Diez (París) y el Ayuntamiento de Mahón (Menorca), la galería también presenta una de las más famosas intervenciones jamás concebidas por el artista: el Color Aditivo en los pasos de peatones. En esta ocasión la obra se instala en pleno centro de Mahón, en la célebre calle Ses Voltes, que une la parte alta de la ciudad con el puerto.

La intervención en Mahón, diseñada por el artista en 2018, es uno de los últimos proyectos monumentales de Cruz-Diez y, según la galería, “podría decirse que es el testamento de un creador genial que se dedicó, desde los años 50, a poner al espectador o transeúnte ante los dilemas del color y las convenciones que nos rodean”.

Carlos Cruz-Diez en su taller de diseño. Revista Momento, Caracas, 1957. ©Estate of Carlos Cruz-Diez. Bridgeman Images, Madrid, 2021
Carlos Cruz-Diez en su taller de diseño. Revista Momento, Caracas, 1957. ©Estate of Carlos Cruz-Diez. Bridgeman Images, Madrid, 2021

EL PESO DE LA FORMA. EL DISEÑO GRÁFICO DE CARLOS CRUZ-DIEZ

Organizada por el Museo Reina Sofía en colaboración con el Archivo Fotografía Urbana (Venezuela) y Cruz-Diez Art Foundation, y comisariada por Ariel Jiménez, esta singular presentación reúne parte de las creaciones que Cruz-Diez realizó entre 1930 y 2015 en tres formatos: diseño editorial, afiches y catálogos de exposiciones. En total, se exhiben más de 100 obras, entre las que se incluyen cuadernos, tiras cómicas, catálogos, libros, vídeos, carteles, entre otros formatos.

Cruz-Diez desempeñó un rol importante en el desarrollo de la industria editorial venezolana, contribuyendo a que pasara de ser una empresa de técnicos (tipógrafos, diagramadores e impresores) a otra donde el diseño añadía la sensibilidad formal y cromática del artista plástico al oficio. Su caso fue similar al de numerosos artistas en América Latina, que trabajaban simultáneamente como artistas y diseñadores, como por ejemplo los artistas concretos de Brasil y Argentina Hércules Barsotti y Tomás Maldonado. Común a todos ellos, y a los procesos de profesionalización que experimentó la industria gráfica latinoamericana, son las contribuciones hechas por un gran número de técnicos y artistas europeos tras la Segunda Guerra Mundial, especialmente españoles, italianos y alemanes. En Venezuela, en particular, fue considerable el aporte de Paco Fernández de Alaña —por la influencia que tuvo en Cruz-Diez—, de Gerd Leufert y de Nedo Mion Ferrario.

Pablo Neruda, “Todo lleva tu nombre”, Caracas, Ministerio de Educación, 1959. Ilustraciones de Carlos Cruz-Diez. ©Fundación Pablo Neruda ©Estate of Carlos Cruz-Diez. Bridgeman Images, Madrid, 2021
Carlos Cruz-Diez. Ilustración de influencia surrealista, 1950. ©Estate of Carlos Cruz-Diez. Bridgeman Images, Madrid, 2021
Carlos Cruz-Diez, Tontín y Tontona, Caracas, 1940. ©Estate of Carlos Cruz-Diez. Bridgeman Images, Madrid, 2021

Si algo caracteriza el trabajo de Carlos Cruz-Diez, tanto en el diseño gráfico como en su obra plástica, es precisamente una reflexión —por momentos obsesiva— sobre lo que denominamos el peso de la forma. Peso a la vez semántico y estructural, positivo y negativo, liberador y opresivo. En su trabajo como diseñador, la búsqueda de soluciones sencillas y eficaces se basaba en la coexistencia ordenada y simbiótica de la forma, del color y del contenido; en cambio, en su obra plástica parecía que la forma solo estuviera allí para delimitar un área de interacción cromática que no coartara la naturaleza lumínica e inmaterial del color.

Los lenguajes que pone en juego para lograrlo, esencialmente la yuxtaposición y superposición de tramas coloreadas, provenían directamente de la imprenta, donde la reproducción de una imagen a color se consigue también por la superposición de cuatro tramas de color con ángulos distintos de inclinación: una amarilla, una magenta, una azul y otra negra. Así, Cruz-Diez logró definir una problemática propia en el universo del arte abstracto, creando su primer Color aditivo y su primera Fisicromía en 1959. Por eso, su obra plástica y su obra como diseñador se encuentran entrañablemente unidas.

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