Skip to content

1. ¿QUÉ FUE DE JEAN-LOUIS-ERNEST MEISSONIER?

Es difícil imaginarnos un pintor francés que recibiera tan altas distinciones, cuyas obras fueran tan demandadas, cuyos precios alcanzaran cuotas tan extravagantes, cuya reputación fuera tan respetada por los compañeros de profesión o que suscitara tanta atención entre el público. En 1860 Jean-Louis-Ernest Meissonier no solo es el más admirado y envidiado pintor de París, sino que el banquero Gaston Delahante le acaba de hacer el encargo del siglo: pintar un cuadro acerca de los últimos días de Napoleón a cambio de 85.000 francos. Como no sabemos si la insigne cifra es significativa, hagamos una breve comparación de precios para tener una idea más microscópica. Basta con recordar entonces que Picasso había vendido al coleccionista André Level Los saltimbanquis (1905) por solo 1.000 francos en el año 1908. Y que esta obra sería a su vez vendida por 12.650 francos el 2 de marzo de 1914 en la famosa subasta de la colección La Peau de l’Ours (La piel del oso), organizada por el Hôtel Drouot. Si bien Los Saltimbanquis representan una rentabilidad extraordinaria en apenas seis años, el precio palidece comparado con el costosísimo encargo napoleónico que le precediera cincuenta y cuatro años antes. ¿Qué fue, entonces, del pintor estrella Ernest Meissonier?

Antes de resolver el misterio ahora que he captado tu atención, querido lector, una breve confidencia acerca de la motivación bífida de esta columna. En primer lugar, compartir aquella bibliografía en inglés que (aún) no ha sido traducida al castellano y que es necesaria para tener sólidos conocimientos del sistema del arte y poder competir de manera exitosa. A diferencia del profesional del arte del dichoso mainstream, para el hispanohablante aún rige un solo dicho: good is not good enough, it has to be excellent. ¡Para que nuestra voz retumbe en el Global North a nosotros se nos exigirá siempre el 300% por aquello de lo políticamente correcto que tanto gusta por allá! En segundo lugar, esta bibliografía, que iré recomendando a pares, está relacionada con los sistemas institucionales del arte, las estructuras de mercado y los agentes artísticos. En otras palabras: con todos aquellos asuntos que la academia, la ‘formalista’ Historia del Arte y la propia carrera de Bellas Artes aún hoy siguen rechazando atolondrada pero épicamente.

Pero volvamos al enigmático Meissonier.

Dos libros fundamentales que explican perfectamente el desvanecimiento de Meissonier ‘a lo David Copperfield’ (si se me permite la analogía con el mago ex-novio de la top model Claudia Schiffer) y la llegada de Manet y su ‘banda’ de funámbulos son Canvases and Careers y Making Modernism. Se trata sin duda de investigaciones que ejemplifican con precisión la evaporación del sistema académico francés a finales del siglo XIX y el advenimiento del sistema comercial que, si bien de manera más sofisticada, perdura hasta nuestros días.

Escrito a dúo por Harrison C. White y Cynthia A. White y publicado en 1965, Canvases and Careers: Institutional Change in the French Painting World constituye un clásico que aún hoy, casi 60 años después, es objeto de análisis y controversia. ¡Supongo que todo autor que se estime sueña con escribir un libro así recibiendo en el-más-allá mensajitos de Wassup cada vez que alguien le cita años después en un artículo académico! Admito que a mí me haría mucha ilusión… White y White explican con lujo de detalle cómo, después de dos siglos de monopolio absoluto, la poderosa academia francesa con sus salones, sus medallas y sus Prix de Rome daría paso al denominado art critic-dealer system.

Como complemento para analizar estas nuevas condiciones sociales y económicas, nada mejor que el culto y escrupuloso Making Modernism: Picasso and the Creation of the Market for Twentieth-Century Art de Michael C. FitzGerald, escrito allá por el año 1995. Con un estilo divertido y altamente narrativo, lo que deberíamos exigir a cualquier narración, FitzGerald desgrana cómo el artista de vanguardia en su estrecha colaboración con el galerista se convierte en el eje del nuevo sistema comercial. Es precisamente el ‘desmitificado’ mito del artista como genio incomprendido, que constituye el motor de las vanguardias modernistas, lo que fecundará la creación de un auténtico mercado del arte. La estrecha colaboración entre críticos, coleccionistas, galeristas y artistas crea las reputaciones que se traducirán en éxito de público y, finalmente, ventas.

La pintura de historia de los Meissonier, Bouguereau, Ingres, Gérôme, Guérin, Cabanel y Gros había sido la absoluta estrella del salón académico para acabar finalmente estrellándose contra la ‘anti-intelectual y fría’ pintura de los Manet, Monet, Degas, Renoir, Pisarro y Cézanne. Por mucho que el mismísimo Eugène Delacroix exclamara que Meissonier era «el incontestable maestro de nuestro tiempo» y que, de entre los pintores, «será sin duda el único que nos sobrevivirá», el caprichoso destino le acabó relegando a él y a sus compañeros, como diría Jorge Valdano, al banquillo de la Historia del Arte.


—Harrison C. White y Cynthia A. White, Canvases and Careers: Institutional Change in the French Painting World (Chicago: University of Chicago Press, 1993 [1965]).

—Michael C. FitzGerald, Making Modernism: Picasso and the Creation of the Market for Twentieth-Century Art (Berkeley: University of California Press, 1995).

Paco Barragán

Tiene un doctorado internacional por la Universidad de Salamanca (USAL) con residencia en la Universidad Alvar Aalto de Helsinki. Ha obtenido el Premio Extraordinario al doctorado en el año 2019-2020 por su tesis "La narratividad como discurso, la credibilidad como condición: arte, política y medios hoy." Es colaborador habitual de la revista norteamericana Artpulse. Entre 2015 y 2017 dirigió la sección de Artes Visuales del Centro Cultural Matucana 100 en Santiago de Chile. Prolífico curador, Barragán ha comisariado 91 exposiciones internacionales entre las que figuran "No lo llames Performance" en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia (2003), "¡Patria o Libertad! On Patriotism, Nationalism and Populism" en el Museo COBRA de Ámsterdam (2010), "Erwin Olaf: el imperio de la ilusión" en el MACRO-Castagnino de Rosario (2015) y "Juan Dávila: Pintura y Ambigüedad" en el MUSAC de León (2018). Barragán es autor de "From Roman Feria to Global Art Fair, From Olympia Festival to Neo-Liberal Biennial: On the 'BIennialization' of Art Fairs and the 'Fairization' of Biennials" (ARTPULSE Editions), publicado en noviembre de 2020.

Más publicaciones

También te puede interesar

Akademie X:lecciones de Arte y Vida de Artistas Famosos

«Reconoce siempre tu posición en la cadena alimenticia… Ellos comen porque tú cultivas los alimentos» Wangechi Mutu, artista Lo de ser artista no es cosa fácil. Tras egresar de la escuela, o incluso siendo autodidacta, el…

4. Annalaura di Luggo, Blind Vision (2017), instalación multimedia con cajas de luz, sonido y texto, vista panorámica Instituto Colosimo, Nápoles Foto cortesía de la artista

«blind Vision», o la Disyuntiva Entre ver o no Ver…

Con el paradójico título "Blind Vision", el proyecto comisariado por Raisa Clavijo constituye una mezcla entre investigación artística, científica y sociológica. Al arte le venimos pidiendo con fuerza durante los últimos decenios esa capacidad...

LUIS SALAZAR Y LA HOGUERA DE LA CATÁSTROFE

[...] Romper el hilo de la historia de las bellas artes evitando narraciones de orígenes, desarrollos, grandezas y decadencias, es un proceso de fuerzas y catástrofes a la que Luis se enfrenta a través...