VALENTINA ALVARADO MATOS Y CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Y SI VER ERA EL FUEGO
La Filmoteca de Cataluña en colaboración con el Festival LOOP 2020 presentaron hasta el 22 de noviembre un proyecto de naturaleza experimental de los artistas afincados en Barcelona Valentina Alvarado Matos (Venezuela) y Carlos Vásquez Méndez (Chile), concebido como una instalación permanente y site-specific, acompañada de una serie de sesiones performáticas efímeras a partir de proyecciones en 16mm y Súper 8 e improvisaciones sonoras.
El conjunto forma parte de un trabajo en curso iniciado en 2019 con las proyecciones de tipo performativo Paracronismes I y II, donde los artistas juegan a alterar los sentidos para interrogar sobre la manipulación del tiempo y la luz como materia prima del cine y elemento de control biopolítico. La propuesta incorpora algunos elementos que nos invitan a expandir cómo pensamos el cine y a experimentarlo en su dimensión cambiante: la tensión de la duración del film mediante estructuras en loop; transponer el montaje del tiempo -una sucesión de planos- al espacio -sonidos e imágenes dialogando de manera simultánea-; la multiplicación de superficies de proyección; y la implicación corporal de un espectador o espectadora móvil en la recepción de la obra.
Y si ver era el fuego acentúa la circulación entre la sala expositiva de la Filmoteca de Cataluña y la de proyecciones. Sugiere una continuidad natural entre los dos espacios que configuran la Filmoteca y entre registros fílmicos que dan lugar a objetos y experiencias diversas.
I SI VEURE ERA EL FOC
Por Carolina Ciuti y Marina Vinyes Albes | Comisarias
“Deseaba ver algo en pleno día, me sentía harto de la complacencia y de la comodidad de la penumbra; sentía un deseo de agua y de aire para el día. Y si ver era el fuego, exigía la plenitud del fuego, y si ver era el contagio de la locura, deseaba locamente esa locura”
Maurice Blanchot, La Folie du jour
Amanece el sol, resplandece la llama de una vela, el pulso eléctrico calienta los filamentos de una bombilla y los proyectores se encienden. El motor de las máquinas va llenando el espacio hasta fundirse con el sonido de la sala contigua, vacía y negra. Los aparatos siguen funcionando ininterrumpidamente, iluminados ahora por la propia luz que expulsan, como antiguas piezas de museo colocadas sobre sus peanas.
Las primeras formas aparecen. Y si ver era el fuego… una incandescencia de luces y de sombras abocadas a extinguirse, verdad preciosa pero pasajera, destellos efímeros. Sus llamas iluminan el mundo, lo alumbran, lo tocan, y al quemar convierten su imagen en cenizas. Metáfora de la mirada fuego, del movimiento incesante de los cuerpos, de las metamorfosis de la visión según la presentan la pareja de artistas. Como una vela. Escribe Georges Didi-Huberman que la imagen arde, y en ella el tiempo se funde, pues “en la imagen es el tiempo quien nos mira”: somos por igual ante los dos.
Luz y tiempo constituyen la materia prima de sus creaciones. La manipulación artesanal de aparatos analógicos y película fotosensible, la consciencia plena del dispositivo y los gestos cinematográficos determinan la obra, los ritmos y procesos creativos. Se trata de una opción metodológica consciente movida por el deseo de seguir explorando las posibilidades plásticas, los usos poéticos y el potencial crítico de una técnica y una estética consideradas obsoletas en la era digital.
La luz torna el mundo visible. Lo que es perceptible engaña, pero lo invisible apenas existe. Hegemonía de la visión en la cultura moderna. Valentina Alvarado y Carlos Vásquez trabajan los encuadres, interponen filtros y lentes, mecanismos de mediación entre su cámara y las cosas para desnaturalizar la percepción en un intento de renovar la mirada. Desde su anterior proyecto, Paracronismos, exploran la posibilidad de pensar, dentro de la imagen, nuestra relación con otro tiempo o, más bien, la coexistencia de temporalidades heterogéneas, sacudiendo la idea de una sucesión cronológica lineal. La imagen es así una memoria, montaje de estratos superpuestos que irrumpe en un destello, como diría Walter Benjamin, en el instante de ser convocado. Pasado y presente son contemporáneos, como en su propia práctica fílmica.
Y si ver era el fuego…
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