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MASP PRESENTA PRIMERA INDIVIDUAL DE HÉLIO OITICICA

Hélio Oiticica (1937-1980) es uno de los artistas más radicales del siglo XX dentro del panorama artístico brasileño e internacional. Sus experimentos renovaron los medios y soportes tradicionales (como el dibujo, la pintura, la escultura, el objeto, el cine y el video), creando nuevas formas y medios.

Caracterizada por el rigor conceptual, con raíces en el lenguaje del constructivismo europeo, el concretismo y la abstracción geométrica, la producción de Oiticica es extremadamente vital, sensual, sensorial, comprometida con la experiencia, la participación y el cuerpo, tanto del artista como de los espectadores-participantes.

Su interés en el ritmo, la música y la danza, en particular, es el punto de partida de la exposición Hélio Oiticica: a dança na minha experiência [Hélio Oiticica: La danza en mi experiência], que se presenta en el Museo de Arte de São Paulo (MASP) hasta el 22 de noviembre.

Esta primera individual de Oiticica en el MASP, cuya inauguración prevista para marzo se pospuso debido a la pandemia del COVID-19, toma prestado el título de un texto del artista publicado en 1965, en el que escribe: “Mi interés por la danza, por el ritmo, en mi caso particular por la samba, viene de una necesidad vital de desintelectualización, desinhibición intelectual, necesidad de libre expresión”.

Inspirada en la producción experimental e innovadora de Oiticica, la muestra reúne 126 obras alusivas al movimiento y el ritmo, bajo la curaduría de Adriano Pedrosa, director artístico del MASP, y Tomás Toledo, curador en Jefe, en asociación con el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (MAM Rio).

Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega
Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega

A dança na minha experiência tiene como punto de partida el Parangolé, una de las obras más radicales de Oiticica. Partir de esta obra clave implica examinar su trayectoria de atrás hacia adelante, de manera retrospectiva, identificando elementos rítmicos, coreográficos, danzantes y performativos en obras anteriores, desde los Metaesquemas hasta las series Relevos espaciais, Núcleos, Penetráveis, Bólides y, finalmente, los Parangolés.

Si bien la danza se concreta en la obra del artista solo con los Parangolés en la década de 1960, esas características ya se pueden ver en sus primeros trabajos, aparentemente más formales, estáticos o tradicionales. Desde esta perspectiva es que Hélio Oiticica: a dança na minha experiência se inserta en el programa anual del MASP dedicado a las Historias de la danza.

Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega
Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega

La sección Metaesquemas agrupa alrededor de 60 ilustraciones en gouache sobre cartón que exploran formas y colores y resultan de su vinculación con el Concretismo; Los relieves espaciales, que dan la impresión de pliegues expandidos, tienen que ver, entre otras cuestiones, con la materialización del color; Núcleos reúne esculturas de mayores proporciones e instalaciones interactivas; Penetrables, las de carácter manipulable; y Bólides, aquellas en las que Oiticica explora el color, la solidez, el vacío, el peso y la transparencia.

También se proyectan tres películas de Ivan Cardoso: H.O., Heliorama y Helioframes, esta última producida junto a Oiticica.

Inauguración de Parangolé en el área externa del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, 1964. Foto: Desdémone Bardin
Inauguración de Parangolé en el área externa del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, 1964. Foto: Desdémone Bardin
Persona no identificada vistiendo P 20 Parangolé capa 16 «Guerválico», 1968, durante el rodaje de “H.O.”, de Ivan Cardoso. Foto: Eduardo Viveiros de Castro

Recorrido histórico

En 1964, Oiticica comenzó a asistir a la Escola de Samba Estação Primeira de Mangueira, en Río de Janeiro, donde luego se convirtió en passista. Esta vivencia transformadora marcó un hito en la vida y obra del artista. Fue a partir de ahí que profundizó sus reflexiones sobre experiencias estéticas más allá de las bellas artes, incorporando elementos corporales y sensoriales, populares y vernáculos a su obra, a través de la danza, la coreografía, la música, el ritmo y el cuerpo. Fue en este momento crucial cuando comenzó a producir los Parangolés, una especie de capa o vestimenta fluida hecha de tela, plástico o papel, para ser usada, experimentada, vivida y danzada por el espectador-participante.

En 1965, Oiticica participó en la exposición Opinión 65 en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, considerada un hito en la historia del arte brasileño. Fue la primera vez que presentó el Parangolés. Las capas fueron utilizadas por el artista y por los bailarines e instrumentistas de samba de Mangueira, quienes llegaron al MAM Rio en una especie de “procesión festiva”. Impedidos de entrar, realizaron la “obra-fiesta” en el exterior del museo. Dos años después, en 1967, Oiticica regresó al MAM Rio con la exposición Nova Objetividade Brasileira y presentó el penetrable Tropicália, cuyo recorrido, según el artista, recordaba mucho a las caminatas por el morro. Experimental y crítica, la obra inspiró el nombre del disco de Caetano Veloso y Gilberto Gil de 1968, y el importante movimiento artístico y cultural liderado por los bahianos.

Ese mismo año, en el período más duro de la dictadura militar en Brasil, Caetano exhibió la pancarta “Sé marginal, sé un héroe”, de Oiticica, en un show en la discoteca Sucata de Río de Janeiro. La bandera fue incautada y el espectáculo fue prohibido por la Policía Federal. En 1969, el artista tuvo su primera inserción internacional: una exposición individual en la Whitechapel Gallery de Londres, curada por el crítico Guy Brett. En los años siguientes también expuso en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en la Universidad de Rhode Island y en el evento colectivo Latin American Fair of Opinion, en la Iglesia de San Clemente, en Nueva York.

Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega
Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega

En la década de 1970, Hélio Oiticica vivió la mayor parte del tiempo en Nueva York, donde fue miembro de la Fundación Guggenheim. Durante este período, experimentó con películas en Super-8 y decenas de proyectos ambientales, como las Cosmococas, junto con Neville D’Almeida. Estas creaciones formaban parte de lo que el artista denominó “cuasi-cine”, llevando el cuerpo a una situación de inmersión en la imagen. Oiticica regresó a Brasil en 1978 y se dedicó a hacer algunos eventos colectivos y exposiciones. El artista murió en marzo de 1980 tras sufrir un derrame cerebral.

En 1992, se realizó una retrospectiva en el Centro de Arte Contemporáneo Witte de With, en Rotterdam (Países Bajos), que itineró por París, Barcelona, ​​Lisboa, Mineápolis y Río de Janeiro. La muestra marcó un hito en la consolidación de Oiticica como uno de los artistas brasileños más reconocidos internacionalmente, convirtiéndose casi en un nombre obligatorio para la lectura y legitimación del arte brasileño por parte de la crítica, el mercado y los artistas.

Vista de la exposición «Hélio Oiticica: a dança na minha experiência», en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2020. Foto: Eduardo Ortega

Activaciones de los Parangolés

Para la exhibición se produjeron 12 ejemplares de Parangolés que serían utilizados por el público, pero, debido a la pandemia del COVID-19, se suspendió la interacción con estas obras. Sin embargo, ahora se han propuesto activaciones para los días 14 y 21 de noviembre, a las 15:00 horas.

De los 12 Parangolés expuestos, nueve serán utilizados por bailarines de Terreyro Coreográfico, acompañados del músico Negro Leo, quienes saldrán del espacio expositivo, en el segundo sótano, hacia el espacio al aire libre del museo, creando una coreografía que ellos han definido como COSMOCAPA. La propuesta es construir un «cuerpo» poético colectivo por medio de movimientos en un bloque unísono.


HÉLIO OITICICA: A DANÇA NA MINHA EXPERIÊNCIA

MASP, Avenida Paulista, 1578, São Paulo

Hasta el 22 de noviembre de 2020

Información para visitas: masp.org.br/visitasegura

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