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LEONARDO JIMÉNEZ Y ROCÍO SORIA DÍAZ EN NO LUGAR

A raíz de la crisis actual provocada por el COVID-19, No Lugar, en Quito, lanzó la convocatoria La Casa en el Aire como parte de su Programa de Residencias, con el fin de ofrecer espacio de vivienda y estudio durante tres meses (junio-agosto, 2020) a dos artistas ecuatorianos afectados económicamente por la pandemia. Los artistas seleccionados, Leonardo Jiménez (Loja, 1993) y Rocío Soria Díaz (Guayaquil, 1989), desarrollaron proyectos de investigación y creación artística durante el programa, cuyos resultados se reúnen en la exposición Dueto.

Parte de «Cartografía Tola», de Leonardo Jiménez, en No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar

La obra de Leonardo Jiménez (Loja, 1993) está influenciada por el grafiti, la cultura popular y de masas. Le interesa generar propuestas que abordan temáticas económicas, sociales y culturales relacionadas a la construcción de identidad desde su relación con elementos culturales locales.

Durante la residencia, Jiménez produjo un cuerpo de obra que titula Cartografía Tola, en la que vierte sus observaciones de las diversas dinámicas territoriales ligadas a la economía popular del barrio donde se ubica No Lugar. Las pinturas, dibujos, collages y esculturas de pequeño formato creadas por el artista durante la residencia comentan sobre cómo se configura el espacio público desde la ocupación e interacción de quienes construyen la vida cotidiana en la zona urbana del casco histórico de la ciudad.

Así, una pequeña maqueta del barrio con lo que parecen ser comercios cerrados por la pandemia -sus paredes grafiteadas- da cuenta de la precariedad a la que nos enfrentamos en medio de la crisis sanitaria. La calle de este pequeño trozo urbano construido con material de desecho es recorrida por coloridos seres extraños (¿nos hemos vuelto unos extraños en este lugar extraño que ahora habitamos?), que contrastan con el panorama gris del entorno desolador. Estos personajes son reimaginados insistentemente en diferentes combinaciones, muchos de ellos con ojos desorbitados, en la serie de pinturas y dibujos que se presentan en la exposición.

Parte de «Cartografía Tola», de Leonardo Jiménez, en No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar
Parte de «Cartografía Tola», de Leonardo Jiménez, en No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar
Parte de «Missing Link», de Rocío Soria Díaz, en No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar

El trabajo de Rocío Soria Díaz (Guayaquil, 1989) reflexiona sobre las nociones de auto-representación, género y vigilancia a partir del uso de nuevas tecnologías audiovisuales y la circulación de contenidos en internet. Para la residencia, apoyó su propuesta Missing Link en ejes como la telemática, la cultura carnaval y la imagen en movimiento, estructuras planteadas por Blanchot, Ascott, Benjamin y J.P. Averty.

“Mi trabajo parte de reflexionar, apropiarme y replantear estos conceptos. Entiendo mi producción como un remix de lenguajes tradicionales y digitales (pintura, instalaciones interactivas, arte digital, video, ciber-video y la imagen en movimiento), que en conjunto construyen un lenguaje híbrido: Prét y Net a portrait. Utilizo estos medios y soportes para replantear su uso como metáfora de nuestra relación con los sistemas de libertad/poder que ofrece internet y la web 2.0. Me interesa reflexionar sobre construcciones culturales tradicionales –como la Venus o las estrellas de la pantalla– para subvertirlas y resignificarlas en cybermusas como parte de mi búsqueda estética relacionada al cyber-code y glitch”.

Su narrativa se construye así desde la relación entre lo privado (espacios íntimos que habitamos), lo público (espacios de exhibición artística, internet y redes sociales) y la vigilancia (ahora, más que antes, presente en el espacio privado y público). “Al transitar entre estos tres espacios me escondo, pero a la vez me expongo como sujeto a través de la conectividad, la red, lo múltiple y las posibilidades casi infinitas de lo virtual. Partiendo de este proceso, me propuse rebasar el espacio de residencia y generar diálogos telemáticos mediante transmisiones de mi trabajo vía internet, poniendo como posibilidad de reflexión a la relación entre lo privado y lo público en tiempos de pandemia”.

Gracias a su práctica como VJ, Soria remixea las diversas imágenes que ha producido durante su residencia y crea piezas digitales que posteriormente se comparten en redes sociales. A su vez, le interesa llevar estas imágenes a soportes como fotografía, tela y prendas de vestir. La artista es además co-fundadora del Colectivo Gusanos Telemáticos, Veuv y DDF, y Directora de Arte y Cultura en la Fundación Ecuatoriana-China Sun Yat-Sen.

Parte de «Missing Link», de Rocío Soria Díaz, en No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar
Vista de la exposición «Dueto», No Lugar, Quito, 2020. Cortesía del artista y No Lugar

La exposición se podrá visitar hasta el 25 de septiembre, de 11h a 13h y de 15h a 18h, con previa cita, en No Lugar, Vicente León N9-40 y Esmeraldas, La Tola, Centro Histórico de Quito.

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