MANUELA RIBADENEIRA: EL PAISAJE ERES TÚ

Por Jesús Fuenmayor

Una de las características de la obra de Manuela Ribadeneira (Ecuador, 1966) es la articulación de sus reflexiones alrededor de la paulatina y conflictiva construcción del entorno histórico, que a veces llamamos “el presente”. Algunas de las constantes notorias de esa precaria construcción en la obra de Ribadeneira son lo textual (como en la obra El Rey Perro, basada en cuentos reales y ficticios); la circularidad de la historia (eventos que se reiteran en contextos y tiempos divergentes, como en un laberinto de espejos); y, ciertamente, la relación de los individuos con sus territorios, lugares, ambientes o paisajes, determinante en cómo se construye un momento histórico cualquiera.

El criterio de selección de las obras que conforman esta exposición, reunidas bajo el título El paisaje eres tú, se enfoca precisamente en este último aspecto particular de la obra de Ribadeneira, considerando que es particularmente a través del paisaje que la artista explora cómo construimos simbólicamente los espacios de relaciones donde nos desenvolvemos. Por ejemplo, la serie de obras que le da título a la exposición son, literalmente, lugares “móviles”, maquetas motorizadas de paisajes idílicos. La intención declarada de la artista es pensar en el paisaje como un espacio de identidad que todos llevamos metafóricamente a cuestas, pero también en cómo el paisaje es por definición “a place from which by looking you define a surrounding”.

Esa idea de cómo nuestros deseos y proyecciones alteran el sentido del paisaje y nuestra relación con él, está también presente en las otras obras incluidas en esta exposición. Por ejemplo Temblores armónicos, una instalación-paradójicamente-específica para el supuestamente neutral y universal “cubo blanco,” – ese no-lugar convertido en el espacio moderno por excelencia para apreciar el arte -, es una obra que solo existe cuando se le instala: bandas verticales irregulares creadas removiendo cuidadosamente las capas de pinturas de la pared, como quien “remueve” capas geológicas, forman, al ser vistas en su conjunto, un gráfico que representa las ondas sonoras producidas por un volcán en erupción.

En contrapunto con Temblores armónicos se presenta un mural conformado por veinticinco dibujos con representaciones de Volcanes, título literal de la instalación. En lo que podría pensarse como una erótica del paisaje, junto a los volcanes a punto de estallar aparecen intercalados dibujos de piernas que vuelan por los aires. Una cuarta pieza, también portadora de cuerpos mutilados, complementa este políptico del paisaje descarnado. Con el lugar hecho fragmento de cuerpo y este a su vez engullido por el territorio, esta suerte de paisajismo salvaje de Ribadeneira se nos presenta, diría yo, como más desalmado en la pieza que lleva por título Las Encantadas. Referida al libro de Melville donde el relato se ubica en las Islas Galápagos, se trata de una instalación en la que se esparcen por el piso replicas de cartón de corazas de tortugas volteadas, capturadas en ese momento en el que se les condena a la parálisis y a la vulnerabilidad absoluta. Es un paisaje devastador, o quizás solo un paisaje meramente humano.

¿Será que en algún momento nos volveremos a hacer las preguntas insondables sobre la existencia y las consecuencias profundas de nuestros actos? Yo no puedo evitar sentir estos cuestionamientos flotando alrededor de las urgencias con las que las obras de Manuela Ribadeneira nos siguen interpelando.

El paisaje eres tú (You are the landscape), de Manuela Ribadeneira, se presenta hasta el 7 de mayo de 2022 en Dimensions Variable (DV), 101 NW, 79th Street, Miami, Florida.