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UNA REVISIÓN DE LA ESCENA DEL ARTE EN CUBA A PROPÓSITO DE “WELCOME TO YUMAS”, DE LUIS MANUEL OTERO

Muchos coleccionistas estadounidenses y gente del mundo del arte y el entretenimiento acudieron a la 12° Bienal de La Habana en 2015 (22 de mayo – 22 de junio), dirigida por Jorge Fernández Torres, llamada Entre la idea y la experiencia, también conocida como “la Bienal del deshielo”. Entre los artistas invitados, Duke Riley, de Nueva York, hizo La esquina fría al colocar una pista de patinaje de hielo sintético sobre el malecón como parte del proyecto colateral Detrás del muro. De igual manera, varios artistas que habían salido de Cuba hace tiempo regresaron para mostrar su obra junto con los que se quedan. Con una mirada hacia el interior, un ejemplo de esto es la instalación hecha de snorkels suspendidos del techo, La necesidad de otros aires, de Arles del Río, que presentó en el complejo cultural Morro-Cabaña dentro del marco de la exposición colateral Zona Franca – la exposición más grande de arte cubano en la historia de las artes plásticas-, que se complementaba con Resaca, otra instalación de sillas y sombrillas sobre arena, también en el malecón.

Uno de los programas no oficiales de la Bienal fue Hors-Pistes: La Primavera del amor, curado por Catherine Sicot (Elegoa Cultural Productions) y Geraldine Gómez (Centre Pompidou, Programme Hors-Pistes). Como parte de dicho programa, Luis Manuel Otero Alcántara llevó a cabo el performance Welcome to Yumas, que consistía en travestirse en una esbelta bailarina del famoso Cabaret Tropicana. Con calzoncitos, zapatos de tacón, un tocado de plumas en la cabeza, lentejuelas y brillos plateados en un atuendo rosa brillante, Luis Manuel acudía vestido así a los espacios expositivos de la Bienal durante todo el mes que ésta duró. El performance aprovechaba los días de inauguración, con el objetivo de interactuar con la mayor cantidad de público y entregarles una tarjeta de presentación donde aparecían los datos personales del artista junto al título de “Miss Bienal de La Habana”.[1]

“Yuma” viene de la pronunciación de United States of America, que se acorta a United y se deforma a Yunai y luego en Yumai, acortándose a Yuma. En México podemos pensar en la acepción de gringo. Antes de la Revolución cubana, la discriminación era común en la sociedad. Sin embargo, después de asumir el poder en 1959, el gobierno revolucionario orientó al país hacia una lucha contra la discriminación. Desde entonces, la discriminación racial disminuyó, pero no así la religiosa, la cultural y la homofóbica. Las personas tenían que esconder sus creencias religiosas y preferencias sexuales. Por años, las personas que no estuvieran adherida a los preceptos comunistas eran sujetas a discriminación. Sin embargo, durante la década de los noventa, con la caída del socialismo en Europa, Cuba se vio obligada a hacer cambios políticos y sociales, así como en lo referido a las actitudes hacia las preferencias sexuales y religiosas.

Luis Manuel Otero Alcántara, Miss Bienal de La Habana, como parte de su perfomance "Welcome to Yumas". Cortesía del artista
Luis Manuel Otero Alcántara, Miss Bienal de La Habana, como parte de su perfomance «Welcome to Yumas». Cortesía del artista
Tarjeta de presentación de Miss Bienal de La Habana
Tarjeta de presentación de Miss Bienal de La Habana

La lucha contra la discriminación continúa. Cuenta la historiadora del arte Yanelys Núñez Leyva que Otero Alcántara aprovechó la ascendente tolerancia a la homosexualidad en la sociedad cubana y la realidad de la Bienal con un nuevo discurso de apertura e intercambio. Sin embargo, al verlo travestido así por las calles algunas personas se reían, pero otras lo insultaban o no querían permitirle acceso a las instituciones.[2]

Si bien el performance hacía alusión a cuestiones de identidad y género, se traslucía todo un contexto político, que era el que más importancia tenía para Luis Manuel, en el cual la vida de la isla había cambiado considerablemente. El programa de La Primavera del Amor ofreció momentos de diálogo artístico transcultural y transgeneracional. El performance Welcome to Yumas de Luis Manuel opera como un gesto de ironía millennial: la deslumbrante mulata cubana lleva más de siete décadas ofreciendo su glamour, sensualidad y exotismo al mejor postor en el night club “más atractivo y suntuoso del mundo”. Esta chica, que en la visión estereotipada conquista el favor de los más selectos y pudientes, encarnada en Luis Manuel, representa el cuerpo social de la comunidad artística cubana que interroga el impacto de la economía actual y los desarrollos diplomáticos. En este desplazamiento de tramas significantes, Luis Manuel es una aprehensión fantasmal del embrujo de la noche cubana, transformándose en un espectáculo que critica la fuerza domesticadora de Estados Unidos hacia Cuba. 

Recordemos que fue en 2014 que comenzó el deshielo cubano -o the Cuban thaw, en inglés-, el cual suponía el final de una hostilidad de 54 años entre Estados Unidos y Cuba desde la llamada Guerra Fría. En el 2015, la administración de Barack Obama removió a Cuba de la lista de los países patrocinadores del terrorismo; la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba volvió a ser la Embajada de Estados Unidos en Cuba y, a su vez, se reinauguró la Embajada de Cuba en Estados Unidos; las aerolíneas comenzaron a operar vuelos comerciales entre ambos países. Una de las iniciativas económicas más importantes en el 2015 fue el acceso a Internet y el servicio de telefonía móvil provistos por las compañías Verizon y Sprint para que Cuba se integrara a la economía global. 

En la vertiente artística, en 2014 se inauguró la Fábrica de Arte Cubano, por iniciativa del músico y compositor X-Alfonso y el Ministerio Cubano de Cultura; también surgieron el Kcho Estudio Romerillo de Alexis Leyva Machado y Avecez Art Space, galería independiente fundada por Solveig Font. Mientras, en 2015 se dio un boom galerístico con la inserción de Galleria Continua -con sedes en Italia, China y Francia-; el programa de residencias Artista x Artista del Estudio Carlos Garaicoa; la inauguración  de la Galería-Taller Gorría, de Jorge y Adán Perugorría; el estudio-taller del colectivo Los Carpinteros en Nuevo Vedado; la galería Arsenal Habana, emplazada en un edificio antiguo restaurado muy cerca del Capitolio y dirigida por Sachie Hernández Machin, anterior directora de Galería Servando; la galería El Apartamento dirigida por Christian Gundín García; y el Studio 8, taller-laboratorio del fotógrafo Juan Carlos Alom; el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR) de Tania Bruguera, o la plataforma Museo de la Disidencia en Cuba, que interviene espacios no destinados al arte y cuenta además con una visibilidad online, del mismo Luis Manuel Otero Alcántara.

También en 2014, el arresto de Tania Bruguera hizo que el mundo del arte volteara hacia Cuba desde diferentes latitudes. Con el proyecto artístico El susurro de Tatlin #6, la artista quería colocar un micrófono abierto en la Plaza de la Revolución de La Habana para que los ciudadanos se expresaran libres de censura sobre el futuro de Cuba, pero el gobierno le negó el permiso para el evento. Esto provocó que para el 2015 su escultura Destierro (1998-2003), así como obras de otros artistas cubanos como Zilia Sánchez, Kcho y José Bedia en la subasta de la casa Phillips se vendieran muy por arriba de su precio de salida. En Sotheby’s ocurrió lo mismo con obras de Alexandre Arrachea, Los Carpinteros, Agustín Cárdenas, Sandú Darié, The-Merger, José Eduardo Yaque y Arlés del Rio. En Christie’s, Manuel Mendive y Roberto Favelo se vieron favorecidos con buenas ventas. 

Luis Manuel Otero Alcántara, #Noaldecreto349. Cortesía del artista
Luis Manuel Otero Alcántara, #Noaldecreto349. Cortesía del artista

El boom de 2014-2015 con la apertura de nuevos espacios, dio pie al surgimiento de nuevos proyectos en los años subsiguientes, como El Local, espacio independiente surgido en 2016, dirigido por Alejandro Alfonso; la Havana Art Weekend, fundada por Direlia Lazo en 2017; o el Taller Chullima, proyecto cultural del Consejo Nacional de las Artes Plásticas que surgió como parte de las iniciativas del artista Wilfredo Prieto a finales de ese mismo año. En fin, que la variedad de propuestas, tanto independientes como gubernamentales, van enriqueciendo el discurso del arte contemporáneo y la vida sociocultural cubana, con el glamour que implican las inauguraciones y cocteles privados. Aunque visto en retrospectiva, queda claro que las iniciativas independientes son las que están dando mayor libertad y frescura al terreno. 

En 2016, Otero Alcántara fue invitado a Matadero Madrid para presentar su proyecto el Museo de Arte Políticamente Incómodo, una plataforma que estará albergada online dentro del Museo de la Disidencia en Cuba, la cual propone un recorrido histórico de la censura en el arte. Al estar allí conoció a la artista Paula Valero, quien lo invitó a dar una clase de salsa, travestido como Miss Bienal, en el Centro Cultural de La Vaguada. El evento se llamó Miss Bienal de Importación y era como llevar lo exótico de Cuba a España. En 2018 lo volvió a realizar en Trafalgar Square, en Londres, con la intención de descriminalizar la cultura, solicitando la libertad de expresión que continúa siendo coartada en Cuba por el decreto 349 implementado en agosto de ese mismo año.

Museo de la Disidencia en Cuba, proyecto de Luis Manuel Otero Alcántara, en Matadero Madrid, como parte de la residencia El Ranchito, 2016. Cortesía: Matadero Madrid
Museo de la Disidencia en Cuba, proyecto de Luis Manuel Otero Alcántara, en Matadero Madrid, como parte de la residencia El Ranchito, 2016. Cortesía: Matadero Madrid
Museo de la Disidencia en Cuba, proyecto de Luis Manuel Otero Alcántara, en Matadero Madrid, como parte de la residencia El Ranchito, 2016. Cortesía: Matadero Madrid
Museo de la Disidencia en Cuba, proyecto de Luis Manuel Otero Alcántara, en Matadero Madrid, como parte de la residencia El Ranchito, 2016. Cortesía: Matadero Madrid

En retrospectiva, queda claro que el gobierno de Donald Trump ha endurecido las relaciones y la presión sobre Cuba desde que asumió el cargo en 2017. En 2020, la situación continúa siendo desalentadora, con las amenazas de que Cuba podría volver a la “lista negra” de patrocinadores del terrorismo, la inclusión de Cuba en la “lista negra” de países que peor combaten el tráfico de personas, la prohibición de cruceros a Cuba de Estados Unidos, la racionalización de combustible por parte de Estados Unidos debido al apoyo mutuo entre Venezuela y Cuba, o la reciente expulsión de dos diplomáticos cubanos en Estados Unidos, quienes eran miembros de la Misión Permanente en Cuba ante Naciones Unidas por “abusar de sus privilegios de residencia”, así como la continuación del bloqueo económico y el embargo con la reactivación del Título III de la Ley Helms-Burton. Recientemente, la ONU ha votado a favor de la resolución del bloqueo. Quizá con esto y con una mejor administración interna se resolverían los problemas económicos del país, lo cual podría verse reflejado en el terreno de las artes, en el que una nueva administración tuviera una visión menos cerrada hacia la autocrítica y más comprometida con la sociedad. Esperemos a que las cosas pasen, mientras Miss Habana reposa en un baúl esperando impactar nuevamente. 

Luis Manuel Otero Alcántara en La Tallera - Proyecto Siqueiros, Cuernavaca, México, 2019. Foto cortesía del artista
Luis Manuel Otero Alcántara en La Tallera – Proyecto Siqueiros, Cuernavaca, México, 2019. Foto cortesía del artista

Epílogo

Conocí a Luis Manuel como residente de Proyecto Siqueiros: La Tallera, Cuernavaca en agosto de 2019. Venía con su proyecto Drapeau, llevando la bandera de Cuba encima a todos lados y fotografiándose con ella. Desde entonces, a su regreso a La Habana ha sido detenido por la policía cinco veces por llevar a cabo actos de resistencia y crítica hacia el gobierno a través del arte. Menciona Antonio Negri en su artículo El monstruo político. Vida desnuda y potencia que nosotros nos identificamos menos con la racionalidad del poder que con la monstruosidad del sufrimiento. Las resistencias monstruosas que expresan insubordinación, desestabilizan al Estado, ese otro gran monstruo político. Si un monstruo asedia al mundo es necesario enjaularlo, o bien, normalizarlo. Estoy segura que el monstruo que es Luis Manuel nunca se dejará doblegar y siempre lo veremos cuestionando, viviendo y disfrutando del placer de ser artista pese a las complejidades del mundo actual.


[1] Como un antecedente, aunque no exactamente con el mismo sentido y sin que Luis Manuel tenga la referencia, podríamos pensar en el certamen de belleza Miss General Idea propuesto por el colectivo canadiense General Idea en 1971. Para dicho evento, General Idea invitó a 16 artistas a concursar en una pasarela para la cual fue diseñado un póster y un set en el lobby de un teatro. El certamen permitía a los artistas evidenciar de manera irónica en un performance colectivo cuestiones como el glamour que rodea al círculo del arte, o la relación de los artistas con los medios de comunicación y el público. El evento formó parte de otros 12 llevados a cabo cada año hasta 1984 con el fin de encontrar a la Miss 1984, tomando como referencia el año de la novela que ficticiamente retrata los gobiernos totalitarios del escritor George Orwell. Para más información consultar: General Idea, FILE Megazine, The Vancouver Art Gallery and Art Official Inc. special issue on the occasion of the exhibition General Idea’s 1984, the Vancouver Art Gallery, June 8 – July 29, 1984. (Muchas gracias a Richard Moszka por la referencia)

[2]https://havanatimesenespanol.org/diarios/yanelys-nunez/miss-bienal-de-la-habana/?fbclid=IwAR3rRVT44FZy1HesZuTs_LkyrOvySdsiRg9t1FZ7bGw163AP3zt-mQn9dIw Consultada el 7 de octubre de 2019.

Mireille Torres Vega

Historiadora del arte, egresada de la Universidad Iberoamericana (2009). Asistió al seminario “Zonas de Disturbio” (MUAC, 2009-2011). Trabajó como asistente editorial de la Revista Arte al Día México. Cursó la maestría en Estudios de Arte también en la UIA, con un semestre de intercambio en la Universidad Via Domitia de Perpignan (Francia, 2015). Su tesis de licenciatura fue publicada en el libro “Estudios de arte latinoamericano y caribeño Vol. I”, editado por la UIA. Trabajó como asistente de dirección en la galería Nina Menocal. Fue coordinadora de Residencias Internacionales y Escuela de Crítica de Arte en La Tallera, Cuernavaca. Actualmente trabaja en el área de Programas Públicos, desarrollando el programa académico del Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, Cuernavaca.

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