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ANNA BELLA GEIGER: BRASIL NATIVO/BRASIL ALIENÍGENA

[VERSÃO EM PORTUGUÊS ABAIXO]

Activa desde la década de 1950 como artista y desde la década de 1960 como profesora en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (MAM Rio), Anna Bella Geiger participó en las primeras exposiciones de arte abstracto en Brasil y es un nombre pionero en la introducción del video y las prácticas conceptuales en la escena artística brasileña. La exposición Brasil nativo/Brasil alienígena, que se presenta en el Museo de Arte de São Paulo (MASP) y en Sesc Avenida Paulista, da cuenta de este recorrido, al cubrir un arco temporal extenso de su obra, desde la década de 1960 hasta los años 2000.

La muestra toma prestado el nombre de una de sus series más conocidas, Brasil nativo/Brasil alienígena, para presentar trabajos que discutan críticamente la historia y la realidad social del país, como el pasado colonial, la identidad nacional, la representación de los pueblos indígenas y problemas ecológicos, aún tan actuales hoy, atravesados por una perspectiva y narración autobiográfica.

En la serie Brasil nativo/Brasil alienígena, la artista se apropia de postales que representan de forma idealizada el cotidiano de los Bororo, pueblo indígena de Mato Grosso. Estas imágenes se revelan bastante perversas cuando se tiene en cuenta el contexto de Brasil en los años 70, cuando los pueblos indígenas sufrían la violencia de las políticas estatales del gobierno militar. Para cada postal, la artista elaboró relecturas a partir de retratos de ella y su familia, tomados en el balcón de su casa. “En este trabajo, como en muchos otros, Geiger cuestiona las narrativas hegemónicas, el pasado colonial brasileño y la realidad social del país, articulando política, auto-representación, ironía y ficción desde una perspectiva muchas veces autobiográfica”, dicen los curadores Adriano Pedrosa, Director Artístico del MASP, y Tomás Toledo, curador en jefe del MASP.

Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en MASP, São Paulo, 2019-2020. Foto: Eduardo Ortega
Anna Bella Geiger, Historia de Brasil: niños y niñas, 1975. Fotomontaje, 10 x 15 cm (cada uno). Colección de la artista

En el MASP, la exposición forma parte del ciclo temático Historias de Mujeres, historias feministas, que guio todo el programa de la institución en 2019. En Sesc, la muestra da continuidad a una relación de larga data con la artista, y celebra la incorporación de algunas de sus obras a la Colección Sesc de Arte Brasileño.

En el MASP, la exposición se divide en nueve salas, configurando seis grupos temáticos y no necesariamente cronológicos: Visceral; Blandos y Nocturnos; Autorretrato; Mapas; Sobre el arte; Historia de Brasil. En Sesc se presentan tres trabajos instalativos históricos (Circumambulatio, 1972; Mesa, friso y video blandos, 1981; e Indiferenciados, 2001) que cubren diferentes momentos de la producción del artista y fueron especialmente ensamblados para la exposición. Además de las instalaciones, se muestran tres videos (Teléfono inalámbrico, 1974, y Pasajes I y II, 1974). Las dos instituciones tienen obras de la artista en sus colecciones y están a 1.500 metros de distancia una de la otra, lo que refuerza la alianza entre ambas y el potencial cultural de la Avenida Paulista.

En el museo, la exposición comienza con la presentación de grabados de la fase conocida como Visceral (años 60), la cual representa los órganos del cuerpo humano. Si, por un lado, la serie apunta a una mirada más íntima e introspectiva, centrada en las entrañas del cuerpo, por otro lado, también puede considerarse como un reflejo del exterior y una metáfora de las vísceras que gobiernan las entrañas de un otro cuerpo, el cuerpo político.

También están presentes en la exposición las apropiaciones de elementos de la cartografía, la geografía y las matemáticas en el núcleo dedicado a los mapas en series, como Lugar de acción (1970s-1980s), Polaridades (1970s), Ecuaciones (1970s-1980s), Variables (1970) y Rollos (1990-2000), además de conjuntos de cuadernos de artista con referencias a materiales didácticos (años 70); diferentes obras de la serie Burocracia (1970-2000s); y un conjunto de pinturas de la serie Blandos (1980).

Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en MASP, São Paulo, 2019-2020. Foto: Eduardo Ortega
Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en MASP, São Paulo, 2019-2020. Foto: Eduardo Ortega
Anna Bella Geiger, Lugar de acción 8, 1980. Grabado en metal, cliché y serigrafía, 63,5 x 52 cm. Colección de la artista. Foto: Eduardo Ortega

Un eje importante de la muestra está dedicado a los mapas, un tema recurrente en la trayectoria de Geiger. Con ellos, en general, la artista reflexiona sobre ideas aparentemente opuestas, como las nociones de polaridad, centro versus periferia, norte versus sur, la parte versus el todo, y cuestiona no solo las representaciones cartográficas, además de las coordenadas, sino también conceptos filosóficos orientados políticamente. Desde un punto de vista geopolítico, reflexiona sobre las hegemonías políticas y sus ideologías, sobre los ideales construidos por la sociedad moderna occidental.

En Brasil nativo/Brasil alienígena (1976-1977), trabaja con postales que tuvieron una amplia circulación en el siglo 20. En ese momento, eran consideradas una de las formas de conocer un determinado lugar o pueblo y de adquirir conocimiento sobre diferentes culturas, circulando con frecuencia en las exposiciones universales que tuvieron lugar en Europa.

El «Brasil nativo» de las postales vendidas en los quioscos de prensa de Brasil y apropiadas por Anna Bella Geiger mostraba a los indígenas idealizados y exotizados, cazando desnudos con arco y flecha, en rituales o socializando y realizando actividades diarias. Sin embargo, esta visión simplificada y aparentemente apacible ignoraba la violencia estatal que afectó a los pueblos indígenas en el país durante el régimen militar. Complementando la apropiación de las postales, la artista creó nuevas imágenes, imitando y reinterpretando las escenas de los originales, lanzando la pregunta de qué es nativo y qué alienígena, poniendo en juego su propio lugar como mujer blanca, de clase media alta, de familia extranjera y origen judío.

El humor y la ironía también son recursos frecuentes utilizados por la artista. En una de las obras del núcleo Autorretratos, por ejemplo, al cuestionar el lugar del arte y del artista, en clara referencia a la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, un hito del Renacimiento europeo, se coloca a sí misma como una modelo misteriosa, con la favela carioca Santo Amaro de fondo.

La comicidad se repite en series como Burocracia e Ideología. La primera consiste en pinturas, serigrafías y videos con las frases Acerca del arte, en los que cuatro figuras femeninas pronuncian la palabra BU-RO-CRA-CIA, en una imagen muy cercana a la que se ve en una propaganda de la época de una crema íntima para mujeres. Este trabajo instaura cuestiones como los modelos de feminidad y la producción de imágenes de lo femenino en las artes visuales, la burocracia y el sistema de funcionamiento del arte en relación con las mujeres, así como el sistema burocrático de las artes como un todo.

Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en MASP, São Paulo, 2019-2020. Foto: Eduardo Ortega
Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en MASP, São Paulo, 2019-2020. Foto: Eduardo Ortega
Anna Bella Geiger, Macio EW5, 1985. Acrílico y óleo sobre tela, 66.5 x 98 x 6 cm. Colección de la artista. Foto: Eduardo Ortega

Circumambulatio, una de sus obras más enigmáticas, se expone en Sesc Avenida Paulista. El trabajo surge en sus clases en el MAM, cuando junto con sus alumnos propone realizar investigaciones sobre el concepto de ‘centro’ en diferentes sociedades y épocas. Esto da como resultado experimentos realizados fuera del museo y lejos de agentes de la censura, en la entonces distante laguna de Marapendi, en Río de Janeiro, donde practicaron una serie de procesos creativos, utilizando la tierra como principal soporte. Estas acciones fueron grabadas, editadas y exhibidas en formato de escritos, fotos y películas super-8 la primera vez que la instalación fue montada, en la década de 1970. Sin embargo, con cada montaje, el trabajo se renueva, a medida que la artista agrega nuevas referencias, como en el último montaje en 2019, en el MAM Rio.

Otras dos instalaciones audiovisuales históricas de la artista han sido reposicionadas en Sesc: Friso, mesa y videos blandos, presentados solo una vez en la 16ª Bienal de São Paulo (1981), e Indiferenciados, elaborados para una gran exposición de Geiger en el Paço Imperial, en Río de Janeiro, en 2001. Las instalaciones se complementan con una sala de video que muestra obras de diferentes periodos de la artista.

Friso, mesa y videos blandos consiste en una habitación con una mesa central que tiene manchas impresas que pueden ser tanto mapas como camuflajes. En las paredes de este espacio se repiten especies de mapas de Brasil. Además, dos monitores de televisión reproducen estos mismos patrones siendo manipulados. En este trabajo, la artista investiga por medio de la visión y el tacto: jugando con los sentidos, explora la visualidad como un todo.

Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en Sesc Avenida Paulista, São Paulo, 2019-2020. Foto: Gean Carlo Seno
Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en Sesc Avenida Paulista, São Paulo, 2019-2020. Foto: Gean Carlo Seno

En la sala de video se muestran obras como Teléfono inalámbrico (1974) y Pasajes I y II (1974). En el primero, ella, Fernando Cocchiarale (crítico de arte, curador y profesor) y otros amigos hacen, como sugiere el nombre de la obra, el conocido juego del «teléfono inalámbrico». Aunque, en esta ocasión, las frases que se dicen entre los participantes se refieren al universo del arte. Y estos cuestionamientos, al ser pasados de un oído a otro, se pierden, en el sentido de que el receptor se equivoca en lo que escuchó y el enunciador cambia lo que se dice.

Pasajes I y II son videos cortos en los que Geiger sube una escalera. Reproducidos en loop, da la impresión poco probable de que ella está haciendo eternamente el mismo movimiento. Realizados en la década de 1970, muestran el interés de ella y otros artistas contemporáneos en el video, un medio que entonces estaba comenzando a ser explorado.

Geiger se caracteriza por la experimentación, la práctica artística como herramienta cuestionadora de los sistemas políticos, sociales y del arte en sí, además del uso constante de autorreferencias. Los visitantes a estas exposiciones en São Paulo podrán observar que sus soportes y temas de trabajo van y vienen. Su formación académica tuvo una fuerte influencia en su producción, así como el régimen militar en Brasil (en vigor en el país desde 1964 hasta 1985), y es a partir de este episodio que comienza a reflexionar sobre el papel del arte frente a un estado autoritario y violento, una preocupación que aparece en varias obras presentes en la exposición.

Geiger siempre ha defendido el museo como un espacio experimental, para encuentros y debates entre artistas. A los 86 años, continúa produciendo y enseñando en la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage, Río de Janeiro, donde vive, y en el Instituto Superior de Bellas Artes (HISK), en Gent, Bélgica.

Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en Sesc Avenida Paulista, São Paulo, 2019-2020. Foto: Gean Carlo Seno
Vista de la exposición "Brasil nativo/Brasil alienígena", de Anna Bella Geiger, en Sesc Avenida Paulista, São Paulo, 2019-2020. Foto: Gean Carlo Seno

ANNA BELLA GEIGER: BRASIL NATIVO/BRASIL ALIENÍGENA

Ativa desde os anos 1950 como artista e desde os anos 1960 como professora no Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro (MAM Rio), Anna Bella Geiger participou das primeiras exposições de arte abstrata no Brasil e é um nome pioneiro na introdução do vídeo e das práticas conceituais no cenário artístico brasileiro.

A exposição Brasil nativo/Brasil alienígena, que abriu para o público no dia 29 de novembro no Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (MASP) e no dia 30 de novembro no Sesc Avenida Paulista, abrange um arco temporal extenso da artista, desde a década de 1960 até os anos 2000.

A mostra toma emprestado o nome de uma de suas séries mais conhecidas, Brasil nativo/Brasil alienígena, para apresentar obras que discutem criticamente a história e a realidade social do país, como o passado colonial, a identidade nacional, a representação dos povos indígenas e questões ecológicas, ainda hoje tão atuais, atravessadas por uma perspectiva e narrativa autobiográficas.

A curadoria é de Tomás Toledo, curador-chefe do MASP, e de Adriano Pedrosa, diretor artístico do museu. No MASP, a exposição se insere no ciclo temático “Histórias das mulheres, histórias feministas”, que guia toda a programação da instituição em 2019. No Sesc, a exposição dá continuidade a um relacionamento com a artista que já expôs em diversos projetos da rede. Outro motivo de celebração para o Sesc é o fato de algumas obras de Anna Bella terem sido incorporadas ao Acervo Sesc de Arte Brasileira.

No MASP, a mostra está dividida em nove salas, no segundo subsolo do museu, configurando seis núcleos temáticos e não necessariamente cronológicos: Visceral, Macios e Noturnos, Autorretrato, Mapas, Sobre a arte e História do Brasil. No Sesc Avenida Paulista, são apresentados três trabalhos instalativos históricos (Circumambulatio, 1972; Mesa, friso e vídeo macios, 1981 e Indiferenciados, 2001) que cobrem momentos distintos da produção da artista e foram remontados especialmente para a exposição. Além das instalações, são exibidos três vídeos (Telefone sem fio, 1974, e Passagens I e II, 1974). As duas instituições possuem obras da artista em seus acervos e estão a 1.500 metros de distância uma da outra, reforçando a parceira entre ambas e o potencial cultural da Avenida Paulista.

No museu, a exposição tem início com a apresentação de gravuras da fase conhecida como Visceral (anos 1960), nas quais representa órgãos do corpo humano. Se, por um lado, a série aponta para um olhar mais intimista e introspectivo, voltado para as entranhas do corpo, por outro pode ser tomada também como um reflexo do exterior e metáfora das vísceras que regem as entranhas de um outro corpo, o corpo político. Também estão presentes na mostra as apropriações de elementos da cartografia, da geografia e da matemática no núcleo dedicado aos mapas em séries como Local da ação (anos 1970-1980), Polaridades (anos 1970), Equações (anos 1970-80), Variáveis (anos 1970) e Rolinhos (anos 1990-2000), além dos conjuntos de cadernos de artista com referências a materiais didáticos (anos 1970); diferentes obras da série Burocracia (anos 1970-2000); e um conjunto de trabalhos em pintura, da série Macios (anos 1980).

Um grande eixo da mostra é dedicado aos mapas, tema recorrente na trajetória de Geiger. Com eles, no geral, a artista reflete sobre ideias aparentemente opostas entre si, como noções de polaridades, centro versus periferia, norte versus sul, a parte versus o todo, e questiona não só as próprias representações cartográficas, para além das coordenadas, mas também conceitos filosóficos politicamente orientados. A partir de um ponto de vista geopolítico, reflete sobre as hegemonias políticas e suas ideologias, sobre os ideais construídos pela sociedade moderna ocidental.

Já em Brasil nativo/Brasil alienígena (1976-1977), trabalha com postais, que alcançaram grande circulação no século 20. Eram, à época, considerados uma das formas de conhecer determinado local ou povo e de adquirir conhecimento sobre diferentes culturas, e circulavam com frequência nas Exposições Universais que ocorriam na Europa. O “Brasil nativo” dos postais vendidos em bancas de jornal no Brasil e apropriados por Anna Bella mostrava os indígenas idealizados e exotizados, nus caçando com arco e flecha, em rituais ou socializando e realizando atividades cotidianas. Porém, essa visão simplificada e aparentemente aprazível ignorava a violência de estado que acometia os povos indígenas no país durante o regime militar. Complementando a apropriação dos postais, a artista criou novas imagens, imitando e reinterpretando as cenas das originais, lançando a pergunta sobre o que é nativo e o que alienígena, colando em jogo o seu próprio local de mulher branca, de classe média alta, de família estrangeira e origem judaica.

O humor e a ironia também são recursos frequentes utilizados pela artista. Em uma das obras do núcleo de Autorretratos, por exemplo, ao questionar o lugar da arte e do artista, em clara referência à Mona Lisa, de Leonardo da Vinci, marco do renascentismo europeu, coloca-se como modelo misteriosa com a favela carioca do Santo Amaro ao fundo.

A comicidade repete-se em séries como Burocracia e Ideologia. A primeira consiste em pinturas, serigrafias e vídeos com os dizeres “Sobre a arte” e nos quais quatro figuras femininas pronunciam a palavra BU-RO-CRA-CIA, em uma imagem muito próxima àquela vista em uma propaganda da época de um creme íntimo para mulheres. Esse trabalho instaura questões como os modelos de feminilidade e a produção de imagens do feminino nas artes visuais e a burocracia e o sistema de funcionamento da arte em relação às mulheres, assim como do sistema burocrático das artes como um todo.

Circumambulatio, um de seus trabalhos mais enigmáticos, estará no Sesc Avenida Paulista. A obra surge em suas aulas no MAM, quando junto aos seus alunos propõe-se realizar investigações sobre o conceito de centro nas diferentes sociedades e épocas. Disso surgem experiências realizadas fora do museu e longe dos agentes da censura, na então distante lagoa de Marapendi, no Rio de Janeiro, onde praticavam uma série de processos criativos, usando a terra como suporte principal.

Essas ações foram registradas, editadas e exibidas em formato de escritos, fotos e filme super-8 na primeira vez que a instalação foi montada, nos anos 1970. A cada montagem, no entanto, a obra se renova, já que a artista adiciona novas referências, como na última montagem em 2019, no MAM Rio.

Outras duas instalações audiovisuais históricas da artista serão remontadas no Sesc Avenida Paulista: Friso, mesa e vídeos macios, apresentada uma única vez na 16ª Bienal de São Paulo (1981) e Indiferenciados, elaborado para uma grande mostra de Geiger no Paço Imperial, no Rio de Janeiro, em 2001. As instalações serão complementadas com uma sala de vídeo que irá exibir trabalhos de diferentes períodos da artista.

Friso, mesa e vídeos macios consiste em uma sala com uma mesa central na qual são impressas manchas que podem tanto ser mapas quanto camuflagens. E nas paredes desse espaço se repetem espécies de mapas do Brasil. Além disso, dois monitores de televisão reproduzem esses mesmos padrões sendo manuseados. Neste trabalho, ela investiga, por meio da visão, o tato. Brincando com os sentidos a artista explora também a visualidade como um todo.

Na sala de vídeo serão exibidos trabalhos como Telefone sem fio (1974) e Passagens I e II (1974). No primeiro, ela, Fernando Cocchiarale (crítico de arte, curador e professor) e outros amigos fazem, como o nome do trabalho sugere, a conhecida brincadeira do “telefone sem fio”. Mas, na ocasião, as frases que são ditas entre os participantes remetem ao universo da arte. E esses questionamentos, ao serem passadas de um ouvido ao outro, se perdem: tanto no sentido do receptor se enganar no que ouviu quanto do enunciador mudar o que está sendo dito.

Passagens I e II são vídeos curtos nos quais ela sobe uma escada. Reproduzidos em looping dão a impressão improvável de que ela está eternamente fazendo o mesmo movimento. Feitos nos anos 1970, evidenciam um interesse dela e de outros artistas contemporâneos pelo vídeo, que começava a ser explorado.

Geiger tem como marcas a experimentação, a prática artística como ferramenta questionadora de sistemas políticos, sociais e da própria arte, além do uso constante de autorreferências; os visitantes poderão observar que seus suportes e seus temas vêm e vão.

Sua formação acadêmica teve forte influência em sua produção, assim como o regime militar no Brasil (em vigor no país de 1964 a 1985) e é a partir desse episódio que ela passa a refletir sobre o papel da arte frente a um Estado autoritário e violento, preocupação que transparece em diversos trabalhos presentes na exposição.

Aos 16 anos, teve aulas no ateliê de Fayga Ostrower (1920-1991), com a qual também estudaram Lygia Pape (1927-2004) e Décio Vieira (1922-1988).

Posteriormente, nos anos 1950, mudou-se para Nova Iorque onde frequentou o curso de Hanna Levy-Deinhard (1912-1984), na New York University. De volta ao Brasil, formou-se em Línguas Anglo-Saxônicas na Faculdade Nacional de Filosofia, no Rio de Janeiro, em 1957. Na década seguinte, iniciou seus trabalhos como professora no MAM Rio, envolvimento que cresceu ao longo dos anos, já que, de 1971 a 1973, foi membra do conselho administrativo da instituição.

Nestes papéis, sempre defendeu o museu como um espaço experimental, de encontro e de debate entre artistas.

Aos 86 anos, continua produzindo e dando aulas na Escola de Artes Visuais do Parque Lage (EAV Parque Lage), Rio de Janeiro, onde vive, e no Higher Institute for Fine Arts (HISK), em Gent, na Bélgica.

ANNA BELLA GEIGER: BRASIL NATIVO/BRASIL ALIENÍGENA podrá verse del 29 de noviembre de 2019 al 1º de marzo en el MASP, y del 30 de noviembre al 1º de marzo en el Sesc Avenida Paulista.

Imagen destacada: Anna Bella Geiger, Orbis descriptio nº 11, de la serie Fronteiriços, 1997, cajón y lima de hierro, enclave, alambre de cobre y resortes, 35 x 63 x 10.5 cm. Colección de la artista. Foto: Eduardo Ortega

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