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CONSTRUYENDO UNA CABEZA PENSANTE. CONVERSACIÓN CON SOLEDAD NOVOA, DIRECTORA DEL CNAC

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Desde mediados de octubre, Chile ha entrado en un proceso de movilización no visto hace décadas. La clase política y una diversidad de instituciones portalianas no han sabido reaccionar a este shock. Dicen que Chile despertó. En medio de todo este proceso, el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos (CNAC) cerró temporalmente.

Esta entrevista, realizada con anterioridad al estallido social, es la primera conversación a fondo con la nueva directora de esta importante institución, la académica Soledad Novoa. Un centro que se reconoce más como un laboratorio de experimentación que como un museo; un centro que espera ser un flujo de ideas más que de números de audiencia; un centro que quiere avanzar de lo especializado o particular a lo general; en resumen, un centro que suma cada vez más desafíos, no estando jamás exento de polémicas. ¿Cómo responderá a esta crisis? ¿Será posible que esta cabeza pensante pueda, además de pensar, también movilizarse?

 

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Francisco Villarroel: Comencemos con algo contextual. Hace ya varios años que se generó la discusión que llevó a crear el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos. Atravesada, por ejemplo, por el diseño de la política pública sectorial, la creación de la macroárea, y entremedio también el término de la tramitación para la creación de un Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que también redefinió una serie de instituciones tanto artísticas, culturales como patrimoniales. ¿Cómo lo viste tú en ese entonces? Esa Soledad de ya unos 3 o 4 años atrás.

Soledad Novoa: Cuando se instaló la discusión sobre la creación del CNAC, nadie puede negar que fue algo que nos sorprendió un poco, pero en lo personal a mí me sorprendió gratamente. Creía en ese tiempo, y ahora soy una convencida, de que la figura que podría venir a dinamizar el sector de las artes visuales era una figura más liviana, flexible y experimental que es la de un Centro de Arte Contemporáneo. Y, por otro lado, me parece muy importante la proposición de construir una institución con ámbito nacional y de proyección internacional. En esa lógica, el CNAC puede actuar como un nodo de dinamización y, por otro lado, de confluencia de acciones de política pública, y ese es justamente un proyecto a mediano-largo plazo.

Lo que curioso es que muchas personas se me han acercado para decirme “qué bueno que estés tú”, pero a eso respondo que esto no es un trabajo mío, esto es de todas y de todos, es decir, es un trabajo del sector. Es el sector el que tiene que aprovechar esta oportunidad. Aquí hay una apuesta del Estado que es fundamental trabajar, aprovechar y potenciar.

FV: En particular, en la política pública sectorial 2017-2022 se menciona al CNAC sólo en dos oportunidades en el documento, y se habla que se espera la generación de “líneas programáticas”. ¿Crees que se ha cumplido ese rol? ¿Cómo evalúas ese desafío a futuro? ¿Estás de acuerdo con que ese es el rol primordial del CNAC?

SN: Es primera vez que tenemos una política sectorial. Antes sólo contábamos con políticas generales de cultura, en las cuales se entregaban ciertas directrices muy amplias, como intenciones para dónde deberíamos ir o qué cosas deberíamos pretender. Y si una analiza y lee con detención esta política nacional de artes de la visualidad advierte que es un documento trabajado, consensuado, acudido a quienes efectivamente trabajamos en el sector; en ese sentido, es una política “especializada”. En ese entramado se instala el CNAC, es decir, no se entiende el Centro como un espacio más o como una sala de exhibiciones, sino en un entramado de política pública, de política sectorial, y de política especializada y específica.

Ahora, si queremos fortalecer un sector evidentemente tenemos que generar líneas programáticas sectoriales porque, insisto de nuevo, no estamos trabajando únicamente para Santiago o la Región Metropolitana que, lo sabemos, es dónde está la mayor concentración de espacios, artistas y agentes. Sino que tenemos que ver, a partir de esas líneas programáticas, cómo desarrollamos el sector a lo largo del país con las especificidades y características propias de cada región, de cada ciudad, etc.

Por otro lado, entendido dichos lineamientos como ejes programáticos temáticos, nuestra tarea a partir de septiembre -cuando yo me hice cargo de la dirección del Centro- es re-pensar este lugar (en ese marco político que estamos hablando), generar líneas programáticas internas, directrices de acción y acciones específicas en concordancia con lo que nos dice la política y en concordancia con la macroárea de artes de la visualidad, de la cual somos parte.

FV: Pero, ¿qué es lo que puntualmente se está “re-pensando”?

SN: La idea de generar un CNAC surgió en una coyuntura particular y había que tomarla, y eso se hizo. Entendiendo que esto no es un museo y que, en realidad, es de las características que ya hemos señalado. ¿Qué es lo que nos cabe ahora? Pues se tuvo dicha idea en el marco de una coyuntura, y ahora queda proyectarla en el tiempo. Por ello estamos re-pensando en aras de perfilar nuestra misión, objetivos, organigrama y líneas de trabajo. Entendiendo, por otra parte, de que no estamos desarrollando un “programa anual” en este re-pensarse, sino dedicándonos a pensarnos como institución al interior de un sector que tiene una dinámica particular. En ese sentido, la pregunta es cómo vamos dando cuerpo a esta idea de una institución de carácter nacional, por sobre todas las cosas.

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«Nuestro principal foco es cómo trabajamos en la dinámica del sector con los agentes de dicho sector y, desde allí, nos proyectamos a los públicos más amplios»

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FV: Si bien ya lo mencionamos, se ha demostrado que muchas veces es difícil para el sector pensar fuera de los parámetros de un museo. De hecho, las mediciones de éxito usualmente mencionadas se utilizan en base a “cantidad de exposiciones”, “públicos”, “impacto” (leído en términos de audiencia) y “parrillas expositivas”. ¿Qué crees tú que rompe, finalmente, con ese parámetro para efectos de finalmente poder rediscutir este nuevo perfilamiento? ¿Cuáles son esos nuevos elementos que nos permiten decir “ok, veo el Centro y definitivamente no estamos frente a un museo”?

SN: Fundamentalmente es su propia definición inicial de ser un lugar de experimentación y de laboratorio y, a su vez, de ser un lugar especializado para el sector de las artes visuales. En ese sentido, si somos un espacio especializado para dicho sector, nuestro primer interlocutor son curadores, artistas, mediadores y otros agentes; y es desde allí en que podemos proyectarnos a un público general para dar a conocer lo que hacemos. Por eso nuestra gestión no se puede medir por los “públicos” o las audiencias en una ciudad en donde el común de la gente no está acostumbrado a ir a exposiciones y en que, además, a veces no contamos con todos los medios para hacer difusión de las exposiciones… hemos tenido exhibiciones muy buenas últimamente que prácticamente no han sido recogidas por los medios masivos. En ese sentido, insisto en que nuestro principal foco es cómo trabajamos en la dinámica del sector con los agentes de dicho sector y, desde allí, nos proyectamos a los públicos más amplios.

FV: Estando de acuerdo con que efectivamente no puede ser una única medida de éxito o de logro la “cantidad” numérica de audiencia ya que, efectivamente, cuando hablamos de especialidad y especificidad hay una ponderación que realizar, ¿cuál sería entonces, para ti, esa medición o característica que te indica “lo estamos haciendo bien” si no es la audiencia o la parrilla expositiva?

SN: Bueno, si lo pensamos en instrumentos específicos, tendremos que diseñarlos. Y entre otras cosas, lo estamos diseñando al interior del Departamento de Fomento del Ministerio con un fin específico. Por ejemplo, este año en la discusión presupuestaria que se está llevando a cabo nosotros estamos ingresando como un programa, y esto quiere decir que tenemos glosa directa en el presupuesto de la nación: fomento de las artes de la visualidad. Eso es un tremendo logro. Y en ese programa se están generando instrumentos específicos que tienen que ver con número de exposiciones de arte contemporáneo, actividades de mediación, formación especializada, etc. Y todo esto debemos pensarlo a nivel nacional, no puede ser solo realizado en Santiago.

Pero, además, a mediano y largo plazo, cuando nosotros decimos “queremos aumentar el número de exposiciones de arte contemporáneo en todo Chile” no es que solo queremos hacer exposiciones porque sí. Lo hacemos porque, en la medida en que aumentamos esto en Punta Arenas, Ovalle, Temuco, podemos comenzar a hablar de que se “condensa” una serie de actores y agentes involucrados. Una exposición, así entendida, condensa que haya producción, formación, curadoras o curadores que se hicieron cargo de esa muestra, producción textual o crítica, etc. Ahora, esto entendiendo que trabajamos desde el arte contemporáneo, que tiene unas especificidades y unas dinámicas que son interesantes, y que además respecto al público hay una serie de prejuicios instalados sobre no comprender o sentirse alejados de sus reflexiones.

¿Cómo vamos a ir midiendo esto? Por medio de una retroalimentación de cómo se van constituyendo escenas locales. Eso tampoco lo puedes cuantificar, porque no se trata de decir “hay cinco artistas contemporáneos más que el año pasado” o “tenemos un nuevo curador en Atacama”, porque la pregunta es ¿qué hacen esos nuevos agentes en sus localidades? ¿Cómo vamos fortaleciendo el campo?

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«El trabajo que tenemos que hacer es cómo desjerarquizamos el sector»

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FV: Y ahí la expectativa, me imagino, es poder vincularse con las redes de instituciones preexistentes.

SN: Por supuesto. La ventaja de que tenemos un Ministerio es que tenemos Secretarías Regionales Ministeriales (Seremias), y este es nuestro primer interlocutor y vínculo en los territorios. Pero además conocemos instituciones y colectivos colaboradores, junto con agentes en los distintos lugares que conocemos que se suman a nuestras actividades. En el caso del Seminario en particular, se organiza en conjunto con distintas Universidades (Austral, Concepción, Católica de Valparaíso, Finis Terrae, Católica y de Chile). Entonces, estamos haciendo un trabajo institucional con las universidades, pero también estamos haciendo un trabajo expandido geográficamente.

No vamos a traer a los curadores de todo el país a Santiago para que “vean como se hace”: no nos interesa “mostrarles cómo se hace”. Vamos a ver cómo lo hacen ellos en sus regiones: ¿Cómo se hace en Temuco? ¿Podemos traer a gente de La Serena, de Arica o de Punta Arenas a discutir cómo lo hacemos en un territorio como Temuco? En este minuto el lugar donde podemos reunirnos puede ser el CNAC que está aquí en Santiago, pero puede ser también en el MAM de Chiloé o en la Pinacoteca en Concepción o en una galería en otra comuna.

El trabajo que tenemos que hacer es cómo desjerarquizamos el sector.

FV: Quisiera rescatar una frase que mencionaste, sobre de que no se trataba de un esfuerzo tuyo y de tu equipo sino del sector en términos generales. ¿Cómo crees tú que se produce esa vinculación y de qué manera se construye ese grado de responsabilidad del sector para con el CNAC?

SN: No tenía un diagnóstico previo sobre este punto en específico. Entiendo que a muchos artistas del sector les interesa dar a conocer sus proyectos y saber cuándo los invitarán a exponer, pero creo que allí también hay un desafío para ir entendiendo y generando otras dinámicas para este lugar. Es decir, preguntarse por otras ideas que se pueden desarrollar acá en el CNAC: pensar en formas que no sean una exposición o una conferencia (en el sentido de solo mostrar “lo que yo estoy haciendo”), sino visibilizando modos, investigaciones y procesos.

En esa exploración, lo central es preguntarse cómo este lugar se puede transformar en un motor de invención de prácticas, y pensar qué está necesitando el sector en torno a estas invenciones. Es decir, poner el ego a cierta distancia y preguntarnos sobre cómo nuestras ideas pueden tener no sólo un beneficio personal, sino también para el sector.

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«Uno de nuestros roles fundamentales es la investigación: es entender que el arte “es” investigación»

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FV: ¿Y cuáles son las mayores dificultades con las que nos encontramos para llevar a cabo eso?

SN: La mayor dificultad son los prejuicios. Los fundamentales son “ah, es que está muy lejos” o “es que viene muy poco público”. Recién conversábamos con el equipo y concluímos que la distancia entre la Plaza de Armas de Santiago y el metro Tobalaba (donde está el Costanera Center) es la misma distancia con el CNAC. Todo este tema, en realidad, depende mucho de cómo lo estamos midiendo y desde dónde lo hacemos.

La otra gran dificultad que nos afecta, diría yo a todo el sector, es el tráfago diario. La sobrevivencia diaria y el tráfago, que nos deja exhaustos, nos presenta una dificultad para que la ciudadanía se tome momentos de pausa y volcamiento a estas prácticas que son más colectivas. En este sentido, las asociaciones gremiales cumplen una labor fundamental. ¿Cómo potenciamos a esas asociaciones gremiales para que se transformen en interlocutores frente a esta política pública? Y creo que a veces quienes participamos del campo artístico no estamos suficientemente atentas a las cosas que nos están sucediendo y, por otro lado, también nos falta entender que muchas veces hacemos observaciones, solicitamos cosas o proponemos ideas, pero hay una máquina burocrática que no siempre puede recogerlas con la celeridad que quisiéramos.

FV: Bueno, dado que mencionaste la existencia de burocracia, y dado que también estamos comentando la capacidad de proyección del CNAC considerando que aún está en una fase incipiente. ¿Cómo te imaginas al CNAC en unos 10 años más?

SN: Me lo imagino como un lugar de mucho tráfico no en el sentido de “gente que venga a ver exposiciones”, sino de ideas y pensamientos. Que podamos tener un laboratorio en donde podamos experimentar con alta tecnología para producir obra; otro laboratorio donde investiguemos prácticas curatoriales; otro en donde gestionemos un encuentro para hablar de las coyunturas del sector, y así sucesivamente. Ahora, no hay que olvidar que tenemos también el Centro de Documentación de Artes Visuales, por lo tanto, uno de nuestros roles fundamentales es la investigación: es entender que el arte “es” investigación.

En ese sentido, me gustaría imaginar este lugar como una cabeza pensante. Una cabeza que está constantemente pensando y, a partir de ese pensar, surgen acciones o actividades más o menos visibles para el público general, pero, esperamos, muy importantes para el campo en específico.

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«Lo más importante es convertir al Centro en lo que dice ser: una institución de carácter nacional»

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FV: ¿Y cómo te imaginas la administración del CNAC? ¿Te imaginas un modelo en donde sigue siendo dependiente del Ministerio o se genera una estructura colaboradora público-privada, como el GAM, Museo de la Memoria, u otra forma de vinculación?

SN: En primer lugar, el paso próximo que ya ha anunciado el Subsecretario de las Culturas y las Artes que es la creación de la Secretaría para las Artes de la Visualidad, por lo que aparece una nueva orgánica administrativa que también otorga más autonomía para la toma de decisiones. Esto va a ser algo más o menos inmediato, y esperamos que en un futuro esto puede depender mucho del trabajo que empecemos a hacer desde ahora.

En lo personal, creo que este es un espacio de carácter público que debiese mantenerse público, con todo lo que eso implica (todos los grises que tenemos entremedio). Pero pienso que es muy importante fortalecer espacios como estos de institucionalidad pública, como el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Nacional de Historia Natural, Centro Nacional de Arte Contemporáneo: creo que esa la línea en la cual nosotros debemos proyectarnos.

FV: ¿Te lo imaginas, dado que lo comparaste con el Museo Nacional de Bellas Artes, con la categoría de lo que son las instituciones nacionales patrimoniales como son las que existieron incluso antes de la formación de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos en Chile? ¿Te lo representas como una institución que tenga ese calibre y reconocimiento o te es “suficiente” que dependa de una Secretaría o una readecuación presupuestaria?

SN: Eso va a depender de cómo va evolucionando la institución y el propio Ministerio, el cual es de reciente instalación también y todavía se están desarrollando procesos en su interior que tienen que ver con ello. Tenemos que ir paso a paso, midiendo y evaluando, pero creo que lo más importante es convertir al Centro en lo que dice ser: una institución de carácter nacional.

FV: Y allí la responsabilidad del CNAC es, justamente, demostrar que tiene la capacidad y envergadura para aquello.

SN: Exacto, aunque más que demostrar que tenemos esa envergadura, es trabajarla. Esa es nuestra vocación como equipo y también mi vocación personal: cómo dejamos de mirarnos el ombligo desde Santiago como el centro donde está pasando todo, y empezamos a trabajar esas especificidades que están a lo largo del país.

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Francisco Villarroel

Estudió Derecho en la Universidad de Chile. Asesor jurídico de la Asociación Nacional de Funcionarios de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (ANFUDIBAM) y del Sindicato de Trabajadores del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Miembro del comité de especialistas del FONDART Nacional de Artes Visuales.

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