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VAIVÉM

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[VERSÃO EM PORTUGUÊS ABAIXO]

Símbolo de las culturas indígenas que ha estado presente en la conformación de la identidad brasileña, la hamaca es el motivo central de la exposición Vaivém, que se presenta en el Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB) de São Paulo. La hamaca como imagen y objeto en el arte y la cultura visual de Brasil está aquí representada en más de 300 obras de los siglos XVI al XXI, realizadas por 140 artistas como Bené Fonteles, Bispo do Rosario, Claudia Andujar, Djanira, Ernesto Neto, Luiz Braga, Mestre Vitalino, Tarsila do Amaral y Tunga. Destaca además la participación de más de 30 artistas contemporáneos indígenas, como Arissana Pataxó, Denilson Baniwá, Duhigó, Gustavo Caboco, Jaider Esbell y el colectivo MAHKU, muchos de ellos con trabajos comisionados especialmente para la exposición.

Comisariado por Raphael Fonseca, crítico, historiador del arte y uno de los curadores en MAC Niterói, el proyecto ocupa todo el edificio del CCBB con pinturas, esculturas, instalaciones, fotografías, videos, documentos, intervenciones y representaciones, así como objetos de la cultura visual, como cómics y sellos, agrupados en seis núcleos temáticos y transhistóricos.

“Lejos de reforzar los estereotipos de la tropicalidad, esta exposición investiga los orígenes de las hamacas y sus representaciones iconográficas; al revisar el pasado, podemos comprender cómo los europeos se apropiaron de un objecto ancestral creado por los pueblos amerindios y, más de cinco siglos después de la invasión de América, ocupa un lugar destacado en el panteón que constituye la noción de una identidad brasileña», dice el curador, que investigó el tema durante más de cuatro años para su tesis doctoral en una universidad pública.

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Vaivém comienza con Resistencias y Permanencias, que se presenta en el sótano del edificio y muestra las hamacas como un símbolo y objeto omnipresente de la cultura de los pueblos originarios de Brasil. «Incluso con siglos de colonización e incluso con crisis políticas recientes sobre los derechos indígenas, se han perpetuado como una de las muchas tecnologías amerindias», dice Fonseca.

En este núcleo, la mayoría de las obras son producidas por artistas contemporáneos indígenas, como Arissana Pataxó. En el video inédito Hamaca de tucum, ella documenta a Takwara Pataxó, la Dona Nega, la única mujer en la Reserva da Jaqueira, en Porto Seguro (Bahia), que aún tiene conocimiento sobre la producción de las viejas hamacas de los Pataxós, hechas con fibras extraídas de hojas de palma de tucum.

Carmézia Emiliano comenzó a pintar de forma autodidacta en el estado de Roraima. Se hizo conocida por los lienzos que registran la vida cotidiana de los indios Macuxi, muchos protagonizados por mujeres. En la muestra se presentan pinturas hechas especialmente para la ocasión, así como obras más antiguas. También de la etnia Macuxi, Jaider Esbell creó una instalación llamada La capitana cuenta nuestra historia, consistente en una hamaca de cuero de buey con un texto escrito por el artista y una publicación con documentos sobre las discusiones sobre las áreas indígenas de su estado.

Otro artista destacado es Yermollay Caripoune, que vive en la región de Oiapoque, entre el pueblo y la ciudad, y participa aquí en su primera exposición fuera del estado de Amapá. En la serie de seis dibujos que desarrolló para Vaivém, presenta la narrativa de Karipuna sobre el origen de las hamacas.

El núcleo también reúne obras de otros importantes nombres del arte brasileño, como fotografías de artistas y activistas de las causas indígenas Bené Fonteles y Claudia Andujar, y un objeto del Bispo do Rosario, una pequeña hamaca donde se lee el título de la obra: Hamaca socorro.

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El segundo núcleo de la exposición, La hamaca como escultura, la escultura como hamaca, cuenta con obras que muestran hamacas basadas en el lenguaje escultórico y se distribuyen en diferentes espacios del CCBB São Paulo, comenzando por el lobby. Ahí está Red social, una instalación interactiva del colectivo OPAVIVARÁ! donde una hamaca gigante invita a la audiencia a tumbarse y mecerse al sonido de los sonajeros.

Este núcleo incluye obras del joven artista Gustavo Caboco, de Curitiba, hijo de madre indígena, y Sallissa Rosa, nacida en Goiânia, hija de padre indígena. Caboco presenta una serie de grabados que hablan sobre su pertenencia y no pertenencia a las culturas amerindias en Brasil. Rosa, en tanto, expone un video creado a partir de selfies enviadas por mujeres indígenas en hamacas. El trabajo revela una visión compleja del lugar que ocupan las mujeres indígenas en la sociedad brasileña contemporánea.

De Hélio Oiticica se seleccionaron fotografías de la serie poco conocida Neyrótika y, de Ernesto Neto, un conjunto de obras desde el comienzo de su carrera, en la década de 1980, donde las hamacas no aparecen literalmente, sino que se sugieren en una dinámica de tensión y equilibrio. Se muestra también una obra de Paulo Nazareth llamada Trabajo. Con una vacante de empleo anunciada en un periódico, el artista contrató a un empleado que debía permanecer en una hamaca instalada en el CCBB São Paulo durante ocho horas al día, hasta el final de la exposición. El segmento también incluye redes de asociaciones de mujeres artesanas de varias regiones de Brasil.

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En el segundo piso del edificio hay dos núcleos. Mirándose el uno al otro, mirarse a sí mismo ofrece documentos y obras de artistas y viajeros históricos, como Hans Staden, Jean-Baptiste Debret y Johann Moritz Rugendas, que registraron aspectos de la vida en Brasil durante la colonización. Junto a ellos, artistas indígenas contemporáneos fueron invitados a deconstruir el aspecto eurocéntrico de estas imágenes sobre sus antepasados ​​y proponer nuevas narrativas. Entre ellos, dos de Amazonas: la pintora Duhigó, que presenta la obra inédita Nepũ Arquepũ (Hamaca de monos), sobre el ritual del nacimiento de un bebé, Tukano, y Dhiani Pa’saro, todavía poco conocido fuera de su estado natal, que exhibe la marquetería Wũnũ Phunô (Hamaca de la pereza), compuesta por 33 tipos de madera e inspirada en dos variaciones de gráficos indígenas: el “pezuña de escarabajo” (Wanano) y el “ala de mariposa” (Ticuna).

El MAHKU (Movimiento de Artistas Huni Kuin) de Acre creó para el CCBB São Paulo un mural que hace referencia a la canción Yube Nawa Aibu, cantada para traer fuerza y ​​abrir el camino en las ceremonias tradicionales. Denilson Baniwá, nacido en el Amazonas y residente en Río de Janeiro, realizó intervenciones digitales y físicas en obras de artistas blancos que retrataron a los pueblos indígenas.

En Difusión: entre el público y el privado las hamacas surgen en actividades cotidianas en el Brasil colonial, como muebles, medios de transporte y prácticas funerarias. Uno de los artistas destacado aquí es Dalton Paula, artista afro-brasileño del estado de Goiás, que echa un vistazo a las narrativas sobre la negritud en Brasil desde la colonización.

Los lugares que ocupan las redes en la vida contemporánea en Brasil, especialmente en la región norte, también están marcados en este núcleo. Las fotografías de Luiz Braga, por ejemplo, muestran hamacas en escenas cotidianas en Pará.

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En el tercer piso del CCBB São Paulo, el núcleo Modernidades: espacios para la pereza, está la hamaca asociada con la pereza, la fatiga y el descanso que resultan del encuentro entre el trabajo manual y el calor tropical. El punto central está ocupado por Macunaíma (1929), libro de Mário de Andrade. El personaje que pasa gran parte de la historia en una hamaca está en obras de diferentes lenguajes.

Carybé fue el primer artista en hacer ilustraciones de Macunaíma. Un pequeño dibujo exhibido por Tarsila do Amaral muestra el Bautismo de Macunaíma. Joaquim Pedro de Andrade dirigió la película que, protagonizada por Grande Otelo, cumple 50 años en 2019, y los caricaturistas Angelo Abu y Dan X adaptaron para el cómic.

En el espacio también se encuentra Djanira con el raro autorretrato Descanso na rede (Descanso en la hamaca), en el que aparece junto a su perro y muebles diseñados por Paulo Mendes da Rocha y Sergio Rodrigues.

En el cuarto piso está el núcleo de Invenciones del Nordeste. En él se reunieron obras que transforman en imágenes los mitos sobre la relación entre las hamacas y esta región del país, así como obras donde emergen como un símbolo del orgullo local y su potente industria textil. Los puntos destacados incluyen una serie de fotografías de Maurren Bisilliat hechas en el estado de Ceará y la cerámica de Mestre Vitalino que representa grupos de personas que entierran a sus familiares dentro de las hamacas.

También en la planta superior del edificio hay un pequeño homenaje a Tunga. El artista que abrió el CCBB São Paulo en mayo de 2001 regresa a la institución 18 años después con registros fotográficos de la acción pública 100 Rede, realizada en 1997 en la Avenida Paulista. Además, tres trabajos recientes del artista hechos con cráneos y pequeñas hamacas también son mostrados en la exposición.

Después de São Paulo, la exposición viaja a las otras tres unidades del Centro Cultural Banco do Brasil: Brasilia (02 de septiembre a 10 de noviembre); Rio de Janeiro (26 de noviembre a 17 de febrero de 2020); y Belo Horizonte (10 de marzo a 17 de mayo de 2020).

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VAIVÉM

 

O Centro Cultural Banco do Brasil São Paulo inaugura no dia 21 de maio a exposição Vaivém, apresentando as redes de dormir nas artes e na cultura visual no Brasil. Com mais de 300 obras dos séculos 16 ao 21 e a participação de 141 artistas – entre eles, 32 indígenas –, a mostra tem curadoria de Raphael Fonseca, crítico, historiador da arte e curador do MAC-Niterói.

“Longe de reforçar os estereótipos da tropicalidade, esta exposição investiga as origens das redes e suas representações iconográficas: ao revisitar o passado conseguimos compreender como um fazer ancestral criado pelos povos ameríndios foi apropriado pelos europeus e, mais de cinco séculos após a invasão das Américas, ocupa um lugar de destaque no panteão que constitui a noção de uma identidade brasileira”, afirma o curador, que pesquisou o tema por mais de quatro anos para sua tese de doutorado em uma universidade pública. 

Com pinturas, esculturas, instalações, fotografias, vídeos, documentos, intervenções e performances, além de objetos de cultura visual, como HQs e selos, Vaivém ocupa todos os espaços expositivos do CCBB São Paulo, do subsolo ao quarto andar, e está estruturada em seis núcleos temáticos e transhistóricos.

Vaivém tem início com Resistências e permanências, que é apresentado no subsolo do edifício e mostra as redes como símbolo e objeto onipresente da cultura dos povos originários do Brasil. “Mesmo com séculos de colonização e até com as recentes crises políticas quanto aos direitos indígenas, elas se perpetuaram como uma das muitas tecnologias ameríndias”, diz Fonseca.

Neste núcleo, a maioria das obras é produzida por artistas contemporâneos indígenas, como Arissana Pataxó. No vídeo inédito Rede de Tucum, ela documenta Takwara Pataxó, a Dona Nega, única mulher da Reserva da Jaqueira, em Porto Seguro (BA), que ainda guarda o conhecimento sobre a produção das antigas redes de dormir Pataxó, feitas com fibras extraídas das folhas da palmeira Tucum.

Carmézia Emiliano começou a pintar de maneira autodidata em Roraima. Se tornou conhecida por telas que registram o cotidiano dos indígenas Macuxi, muitas protagonizadas por mulheres, e terá expostas pinturas feitas especialmente para o projeto, além de obras mais antigas. Também da etnia Macuxi, Jaider Esbell criou para a mostra a instalação A capitiana conta a nossa história. A uma rede de couro de boi estão presos um texto de autoria do artista e uma publicação com documentos sobre as discussões em torno das áreas indígenas de seu estado.

Outro destaque é Yermollay Caripoune, que, vivendo na região do Oiapoque, entre a aldeia e a cidade, participou de poucas exposições fora do Amapá. Na série de seis desenhos que desenvolveu para Vaivém, o artista apresenta a narrativa dos Karipuna sobre a origem das redes de dormir.

O núcleo reúne ainda trabalhos de grandes nomes da arte brasileira, como fotografias dos artistas e ativistas das causas indígenas Bené Fonteles e Cláudia Andujar, e o objeto de Bispo do Rosário Rede de Socorro, uma pequena rede de tecido onde se lê o título da obra.

O segundo núcleo da exposição, A rede como escultura, a escultura como rede, tem trabalhos que mostram redes de dormir a partir da linguagem escultórica e que estão distribuídos por diferentes espaços do CCBB São Paulo, a começar pelo hall de entrada. Rede Social é uma instalação interativa do coletivo Opavivará!, com uma rede gigante que convida o público a se deitar e balançar ao som de chocalhos.

Estão neste núcleo trabalhos do jovem artista Gustavo Caboco, de Curitiba e filho de mãe indígena, e Sallissa Rosa, nascida em Goiânia e filha de pai indígena. Ele apresenta uma série de gravuras em que discute seu pertencimento e não-pertencimento às culturas ameríndias no Brasil. Ela, um vídeo criado a partir de selfies enviadas por mulheres em redes de dormir, que revela uma visão complexa sobre o lugar da mulher indígena na sociedade contemporânea brasileira.

De Hélio Oiticica foram selecionadas fotografias da pouco conhecida série Neyrótika e, de Ernesto Neto, um conjunto de obras do início de sua carreira, nos anos 1980, onde redes não aparecem literalmente, mas são sugeridas em uma dinâmica de tensão e equilíbrio.  A ação Trabalho, de Paulo Nazareth, ganha uma nova versão. Com uma vaga de emprego anunciada em jornal, o artista contratou um funcionário, que deverá permanecer deitado em uma rede instalada no CCBB São Paulo durante oito horas por dia, até o fim da mostra. Integram ainda o segmento redes de artesãs de diversas regiões do Brasil.

No segundo andar do edifício estão dois núcleos. Olhar para o outro, olhar para si traz documentos e trabalhos de artistas históricos e viajantes, como Hans Staden, Jean-Baptiste Debret e Johann Moritz Rugendas, que registraram os aspectos da vida no Brasil durante a colonização. Ao lado deles, artistas contemporâneos indígenas foram convidados a desconstruir o olhar eurocêntrico dessas imagens a respeito de seus antepassados e propor novas narrativas.

Entre eles, dois do Amazonas: a pintora Duhigó Tukano, que apresenta a inédita acrílica Nepũ Arquepũ (Rede Macaco), sobre o ritual de nascimento de um bebê Tukano, e Dhiani Pa’saro, ainda pouco conhecido fora de seu estado natal, que expõe a marchetaria Wũnũ Phunô (Rede Preguiça), composta por 33 tipos de madeira e inspirada em duas variações de grafismos indígenas: o “casco de besouro” (Wanano) e o “asa de borboleta” (Ticuna).

O coletivo MAHKU (Movimento dos Artistas Huni Kuin), do Acré, criou para o CCBB São Paulo uma pintura mural que faz referência ao canto Yube Nawa Aibu, entoado para trazer força e abrir os caminhos em cerimônias tradicionais. Já Denilson Baniwá, nascido no Amazonas e residente no Rio de Janeiro, fez intervenções digitais e físicas sobre obras de artistas brancos que retrataram povos indígenas.

Em Disseminações: entre o público e o privado as redes surgem em atividades do cotidiano do Brasil colonial, como mobiliário, meio de transporte e práticas funerárias. Um dos destaques é Dalton Paula, artista afro-brasileiro de Goiás, que lança em suas pinturas um olhar sobre as narrativas a respeito da negritude no Brasil desde a colonização.

Os lugares que as redes ocupam na vida contemporânea no Brasil, em especial na região Norte, também estão pontuados nesse núcleo. Fotografias de Luiz Braga, por exemplo, exibem redes de dormir em cenas do dia-a-dia no Pará.

No terceiro andar do CCBB São Paulo, Modernidades: espaços para a preguiça, a rede passa a ser associada à preguiça, à estafa e ao descanso decorrentes do encontro entre o trabalho braçal e o calor tropical. O ponto central é ocupado por Macunaíma (1929), livro de Mário de Andrade. O personagem que passa grande parte da história deitado em uma rede está em obras de diferentes linguagens.

Carybé foi o primeiro artista a fazer ilustrações de Macunaíma. Um desenho pouco exibido de Tarsila do Amaral mostra o Batizado de Macunaíma. Joaquim Pedro de Andrade dirigiu o longa-metragem que, estrelado por Grande Otelo, completa 50 anos em 2019, e os cartunistas Angelo Abu e Dan X adaptaram a história em quadrinhos.

No espaço também estão Djanira, com o raro autorretrato Descanso na rede, em que surge ao lado de seu cachorro, e peças de mobiliário desenhadas por Paulo Mendes da Rocha e Sergio Rodrigues.

No quarto andar está o núcleo Invenções do Nordeste. Nele foram reunidas obras que transformam em imagens mitos a respeito da relação entre as redes e esta região do país, além de trabalhos em que elas surgem como símbolo de orgulho local e de sua potente indústria têxtil. Destaque para uma série de fotografias de Maurren Bisilliat pelo sertão nordestino e as cerâmicas de Mestre Vitalino que retratam grupos de pessoas enterrando entes dentro de redes.

Também no último andar do edifício, uma homenagem a Tunga. O artista que inaugurou o CCBB São Paulo, em maio de 2001, retorna à instituição 18 anos depois. A instalação Bells Falls ganha uma nova versão e é apresentada ao lado dos registros fotográficos da performance “100 Rede”, realizada em 1997 na Avenida Paulista.

Vaivém fica em cartaz no Centro Cultural Banco do Brasil São Paulo até 29 de julho. A exposição será também exibida nos CCBB de Brasília, Rio de Janeiro e Belo Horizonte.

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PARTICIPANTES

 

Abraham Ortelius. Adriana Aranha. Alain Manesson Mallet. Albert Frisch. Alexandre Sequeira. Aline Baiana. Alzelina Luiza. Ana Miguel. André Komatsu. André Thevet. Ângelo Abu. Angelo Agostini. Anísio Medeiros. Antonio Pigafetta. Arissana Pataxó. Armando Queiroz. Associação das Rendeiras de Bilro da Santana do Cariri: Antônia Cardoso + Gertrudes Gonçalves + Graça Maria + Joana D’Arc Pereira + Maria Luiza Lacerda + Sheila Caetano. Associação de Produtoras e Artesãs de Roça Grande: Cristina dos Santos. Bené Fonteles. Benedito José dos Santos. Bispo do Rosário. Bruno Liberatti. Luís da Câmara Cascudo. Cândido Portinari. Carlos Julião. Carmézia Emiliano. Carybé. Caspar Schmalkalden. César Oiticica Filho. Charles Landseer. Claudia Andujar. Dalton Paula. Dan X. Daniel Santiago. Danielle Fonseca. Denilson Baniwa. Dhiani Pa’saro. Djanira. Duhigó. Edjailson Batista Lira. Eduard Hildebrandt. Ernesto Neto. Estúdios Walt Disney. Felipe Abdala. Ferdinand Denis. Fortunato da Alamandini. Francisco Klinger. Frans Post. Franz Keller. François Castelnau. Frida Baranek. Füãreicü. Gaspar Barleus. Georg Marcgraf. Giacomo Galstadi. Gonzalez Fernández de Oviedo. Gonçalina Barros da Rosa. Guillaume Le Testu. Gustavo Caboco. H. Lewis. Hans Staden. Hélio Oiticica. Heinrich Fleiuss. Henry Chamberlain. Henry Koster. Hercules Florence. Hippolyte Taunay. Isaac Diniz Lucio. Isael Maxakali + Gerente Maxakali + Juninho Maxakali + Maísa Maxakali + Mamed Maxakali + Nestor Maxakali + Noêmia Maxakali + Paulinho Maxakali + Rogério Maxakali + Sueli Maxakali. J. Borges. Jaider Esbell. Jaime Lauriano. Jean‑Baptiste Debret. Jean de Léry. Joan Blaeu. John Rafael. Joaquim Cândido Guillobel. Joaquim José Codina. Joaquim Lopes Cabral Teive. Joaquim Pedro de Andrade. Johann Moritz Rugendas. John Rafael. José Inácio Parente. Juvanil Kasaga. Lasar Segall. Lina Bo Bardi. Louise Botkay. Luciana Magno. Lúcio Costa. Luiz Braga. Major Thomaz Reis. MAHKU. Manoel Santiago. Marcel Gautherot. Marcelo Cidade. Marcone Moreira. Marga Puntel. Maria Nepomuceno. Maria Rosilene Bismani & Sepi Shamãtxi. Mário de Andrade. Maureen Bisilliat. Maximillian Wied‑Neuwied. Menegildo Isaka. Mestre Vitalino. Moisés Piyãko. Mokini Waiãpi + Roselini Waiãpi + Xykyreu Waiãpi. Nicolaes Van Geelkercken. Nilo. OPAVIVARÁ!. Pakuiura Mehinako. Paulo Mendes da Rocha. Paulo Nazareth. Pierre Verger. Ranchinho. Rodrigo Ambrósio. Rodrigo Bueno. Rodrigo Siqueira. Sallisa Rosa. Sergio Rodrigues. Spix & Martius. Talles Lopes. Tarsila do Amaral. Theodor Galle. Theodore De Bry. Thomas Valentin. Tunga. Ueliton Santana. Vallandro Keating. Vanessa Teixeira. Vicente do Rego Monteiro. Virgínia Pinho. Wewito Piyãko. Yermollay Caripoune. Zacharias Wagener.

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