NICOLÁS FRANCO: PRIMERAS LETRAS

El Museo de Arte Contemporáneo de Lima presenta, hasta el 22 de octubre, la muestra Primeras Letras del artista chileno Nicolás Franco (Santiago, 1973), en la que, mediante una ambigüedad conceptual y distintos medios pictóricos, aborda la figura de Jorge Valenzuela, asesino chileno conocido popularmente como “el Chacal de Nahueltoro”.

Valenzuela fue un campesino analfabeto que copó las páginas de la crónica roja chilena por asesinar brutalmente a su mujer y sus cinco hijos en la localidad de Nahueltoro, en el sur de Chile, en 1960. Durante su reclusión, aprendió a leer y a escribir, y vivió una profunda transformación antes de ser ejecutado en 1963.

El centro de la muestra son dos cartas escritas de puño y letra por Valenzuela durante su reclusión en la cárcel de Chillán (Chile): una dirigida al entonces Presidente de la República, Jorge Alessandri, y otra, escrita un día antes de su fusilamiento, dirigida a su madre. Su prosa poética, aunque llena de faltas de ortografía y escrita sobre hojas de cuaderno de escuela, refleja residuos de bien, un anhelo de redención. Ambos documentos interactúan con una serie de fotografías anónimas de paisajes provenientes del acervo del Museo Histórico Nacional de Chile, institución que las etiqueta bajo la categoría genérica de “Vistas regionales no urbanas”.

Ambos cuerpos de imágenes funcionan como antecedentes para plantear una suerte de recomposición crítica de la materialidad originaria de la fotografía. Ni análoga ni digital, esta recomposición, mediada por la película fotográfica, es llevada por Franco al terreno alternativo de la pintura.

En Primeras Letras, los cuerpos fragmentados de las cartas de Valenzuela y de los paisajes perdidos de la memoria histórica chilena se hacen guiños de identidad, funcionando, según la académica chilena Ana María Risco, “como zonas problemáticas en composiciones abstractas, erosionadas por textos inconclusos o derruidos, ‘campos de color’. Una adherencia rugosa, discontinua, no ajena a múltiples desgarros y arrepentimientos, constituye el principal recurso de esta pintura mediata, ultratecnificada, y, en cierto sentido, también automática”.