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Destierro.materia y Sentido:anish Kapoor en Buenos Aires

Para su primera exhibición en Argentina, el artista indio Anish Kapoor (Bombay, 1954) presenta en la Sala PAyS del Parque de la Memoria de Buenos Aires una serie de intervenciones site-specific bajo la curaduría del brasileño Marcello Dantas y la producción del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en conjunto con el Kapoor Studio.

La muestra, titulada Destierro, adquiere un tenor definitivamente político al presentarse en este espacio concebido como Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. Incluye las obras Imagine Blue, Anxious y Destierro, que apuntan directamente a reflexionar sobre los Derechos Humanos -en un contexto más universal-, así como al intento por rescatar la memoria política e histórica de un país, Argentina, que -al igual que otros de Latinoamérica- ha sufrido el genocidio en su pasado reciente.

La exhibición de Kapoor en Buenos Aires abre una interrogante en torno al exilio, las fronteras y el desarraigo, temas todos pertinentes en el contexto político actual. De ahí entonces el título de Destierro -palabra que literalmente significa “quitar la tierra”-, que no está lejos de pertenecer al artista, quien desde muy joven se radicó en Londres junto a sus padres. Kapoor, de madre judía-iraquí y padre indio, emigró a Inglaterra en 1972, situación que lo ha llevado a considerarse como “un maldito inmigrante”.  

De este modo, y pese a que Kapoor indica no querer forzar un significado único para la muestra Destierro, ésta sí responde a un compromiso social y político -el desplazamiento de migrantes hoy en el mundo-, lo que además deja entrever su interés por la experiencia sensorial.

Su producción ha transitado varios caminos, desde esculturas geométricas (inicios de los años 80, en Londres) y formas orgánicas de acero inoxidable (Cloud Gate) hasta monumentos arquitectónicos (Orbit), un anfiteatro inflable (Ark Nova) e intervenciones espaciales (Monumenta y Dirty Corner), proyectos que han instalado su nombre en el contexto del arte contemporáneo internacional.

Tal vez lo más común en toda la obra de Anish Kapoor es la forma de abordar el uso de los materiales, en el sentido de que éstos son utilizados por él a merced de una absoluta libertad de experimentación, lo que le ha permitido integrar a su trabajo un repertorio extenso de diversos tipos de soportes que varían radicalmente dependiendo de la naturaleza de cada proyecto y de las condiciones de cada lugar. 

Vista de la exposición "Destierro", de Anish Kapoor, en el Parque de la Memoria. Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, 2017. Cortesía: Parque de la Memoria
Vista de la exposición "Destierro", de Anish Kapoor, en el Parque de la Memoria. Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, 2017. Cortesía: Parque de la Memoria

El artista ha incluido en sus obras elementos como concreto, fibra de vidrio, PVC, cera, piedra, acero inoxidable y pigmentos, siendo estos últimos especialmente interesantes de analizar desde el punto de vista de establecer un núcleo diferenciador entre los materiales entendidos en su condición instrumental versus su comprensión como materia de reflexión, donde ésta supera la técnica y cobra valor su condición intrínseca de sustancia. En este sentido, cobra relevancia que el artista haya adquirido los derechos comerciales sobre un pigmento negro llamado «Vantablack», sustancia química diseñada por un laboratorio inglés de nanotecnología, y cuyo uso responde actualmente a fines científicos y militares. Dada su alta capacidad para absorber la luz, se le conoce como la sustancia que emana el color negro más intenso del mundo -después de los agujeros negros-, siendo tan profundo su nivel de oscuridad que es capaz de crear huecos ilusorios en superficies planas. El hecho de adquirir el poder económico sobre el uso exclusivo de esta sustancia no deja de ser problemático o, al menos, no deja de abrir una interrogante ética respecto al vínculo entre el “libre” mercado y el arte, al mismo tiempo que nos remite a la histórica relación entre escultor y materia, donde la inherente necesidad de comprensión y dominación del artista sobre ésta abre, en este caso, una paradoja: por un lado, supone la búsqueda de recuperación del sentido de la materia y, por otro, asienta la “explotación artística” de sus cualidades.

En este sentido, la luz y el color como formas constitutivas de la materia se convierten en elementos sustanciales en la propuesta de Kapoor para el Parque de la Memoria, pues le permiten activar el concepto transversal que cruza toda su obra: la percepción. La pigmentación no actúa solo como coloración en la superficie del objeto, sino como un elemento situado en un espacio escultórico, es decir, como un dispositivo que abarca o más bien se integra a todo su contexto de inscripción, movilizando las sensaciones del espectador y transformando su percepción, no sólo visual, sino también táctil y corporal.

El color rojo reaparece constantemente en la obra de Kapoor en una multiplicidad de propuestas, de las que son solo un ejemplo Mi Patria Roja, del año 2003, en la que un rodillo hacía y deshacía un círculo de cera roja, o su intervención escultórica Leviathan, realizada en el año 2011 en el Grand Palais de París, donde un enorme y envolvente volumen de formas cóncavas y convexas impregnó de rojo todo el recinto, desatando una experiencia estética y sensorial que involucraba los desplazamientos de los espectadores a través de la estructura.

Asimismo, y en una nueva apuesta por relativizar la percepción entre interior y exterior, Kapoor desarrolla el año 2011 -junto al Arquitecto Arata Isozaki– una sala de conciertos inflable de color rojo. Se trata de un anfiteatro portátil compuesto por un óvalo con capacidad para 500 a 700 espectadores, al que se accede a través de un largo túnel conformado por una piel elástica de color rojo brillante.

Vista de la exposición "Destierro", de Anish Kapoor, en el Parque de la Memoria. Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, 2017. Cortesía: Parque de la Memoria
Vista de la exposición "Destierro", de Anish Kapoor, en el Parque de la Memoria. Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, 2017. Cortesía: Parque de la Memoria

A la luz de estas obras, en las que el color rojo modela la forma e integra el espacio circundante, resulta conducente que una montaña de tierra pigmentada con polvo del mismo color sea la obra más pregnante -y descifrable- de las tres que constituyen la muestra Destierro, a la que se accede luego de avanzar por los muros que contienen los nombres de las víctimas de la última dictadura en Argentina. Este volumen de 100 toneladas de tierra pigmentada en rojo saturado vibra ante los ojos de quienes lo observan, en contraposición a un azul intenso contenido en un objeto con forma de tractor.

Otra sala del espacio acoge la obra Imagine Blue, un montículo de pigmento azul ubicado al centro que es iluminado por una luz roja intermitente. Acá, la experiencia retinal y sensorial conduce a estados meditativos que, una vez salimos de la sala, transmutan en cuestionamientos relacionados con nuestro poder de percepción, la permanencia o volatilidad de la imagen en tiempo actuales y, específicamente, nuestra relación con el color, la luz y el espacio.

La tercera obra que presenta Kapoor es la instalación sonora Anxious (Ansioso), donde un frágil sonido se deja escuchar en un espacio vacío. Una obra que, si bien el propio artista señala no tener un significado predefinido, abre una reflexión en torno al contexto en el que se instala. Al entrar a esta “obra invisible” somos advertidos de potencialmente “experimentar sensaciones de angustia y agobio”. Dentro, inundados con ondas sonoras imperceptibles para el oído humano, nos hacemos conscientes del espacio, de nuestra percepción, de nuestra presencia y relación con nosotros mismo y con otros. Un ruido sordo y una ansiedad que, según el curador, es similar al que habrían experimentado las víctimas del terrorismo de Estado.

 


[1] Fuente: Diario la nación de Buenos Aires. http://www.lanacion.com.ar/2027448-anish-kapoor-el-espacio-publico-ha-perdido-sus-significados-emotivos

[2] Fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-110840/ark-nova-arata-isozaki-anish-kapoor

Marcela Ilabaca Zamorano

Nace en Santiago de Chile, en 1978. Es escultora e investigadora independiente. Magíster en Artes con mención en Teoría e Historia del Arte por la Universidad de Chile y Licenciada en Educación por la Universidad Alberto Hurtado. Su trabajo busca interrogar las tensiones entre escultura y contexto, y explorar los diálogos entre modernidad y arte latinoamericano. Autora del ensayo “Las políticas de emplazamiento en la obra de Carlos Ortúzar” (CeDoc y LOM Ediciones, 2014). Desde el año 2014 forma parte del equipo permanente de Artishock, aportando a la reflexión sobre la experiencia de la escultura en el mundo contemporáneo. Actualmente, está a cargo del proyecto de investigación “Catálogo Razonado de Esculturas de la Colección MSSA. Etapa 1: Periodo Solidaridad (1971-1973)”, financiado por Fondart 2019.

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