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ULISES CARRIÓN: QUERIDO LECTOR. NO LEA

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El Museo Reina Sofía presenta la retrospectiva Querido lector. No lea, dedicada al creador mexicano Ulises Carrión (1941, San Andrés Tuxtla, Veracruz, México – 1989, Ámsterdam, Países Bajos). Carrión fue artista, editor, escritor, comisario de exposiciones y teórico de la vanguardia artística internacional posterior a la década de los sesenta, además de figura clave del arte conceptual mexicano.

La exposición tiene como objetivo ilustrar todos los aspectos de su obra artística e intelectual, desde su trayectoria inicial como joven escritor de éxito en México, y sus años de universidad como alumno de posgrado en Francia, Alemania e Inglaterra durante los cuales estudió lenguaje y lingüística, hasta sus numerosas actividades desarrolladas en Ámsterdam, ciudad en la que Carrión se estableció definitivamente en 1972, y en la que vivió hasta su muerte a los 49 años.

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Se exhiben alrededor de 350 piezas, entre las que se incluyen libros, revistas, videos, obras sonoras, arte correo, proyectos públicos y performances, así como sus iniciativas como comisario, editor, distribuidor, conferenciante, archivero, teórico del arte y escritor. Para su consecución ha sido fundamental la colaboración del Archivo Lafuente que, al igual que en ocasiones anteriores, ha prestado un importante número de obras.

Sin perder de vista el carácter inclasificable de su obra, esta muestra pone de relieve su búsqueda permanente de nuevas estrategias culturales y hasta qué punto sus proyectos vienen determinados por dos aspectos fundamentales: la estructura y el lenguaje, que además constituyen las directrices de sus creaciones, influidas por su formación literaria y siempre presentes en sus trabajos. Esta dualidad se corresponde con el título de la exposición, Querido lector. No lea, que alude al díptico de Ulises Carrión del mismo nombre, e ilustra su ambigua relación con la literatura, el tema recurrente en su obra.

Su atención e interés por las nuevas formas de arte y las tendencias innovadoras, le impulsaron a participar activamente en la mayor parte de los campos artísticos de su tiempo. Fue cofundador del espacio gestionado por artistas independientes In-Out Center en Ámsterdam, y fundador de la mítica librería-galería Other Books And So (1975-1979), la primera de su género dedicada a publicaciones de artistas, que en 1979 se transformó en el archivo Other Books And So. El nombre “Other Books” indica la finalidad de esta librería-galería: la presentación, producción y distribución de publicaciones que ya no eran textos literarios o relacionados con el arte, sino libros que eran arte o, tal como los denominaba Ulises Carrión, “nolibros, antilibros, pseudolibros, cuasilibros, libros concretos, libros visuales, libros conceptuales, libros estructurales, libros proyecto, libros declaración, libros instrucción” (folleto, 1975). La segunda parte del nombre, “and So”, alude a todo tipo de publicaciones, como revistas, periódicos, discos, postales, carteles, partituras, publicaciones múltiples…

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Ulises Carrión no fue un artista plástico, fue un escritor que desbordó con su práctica la escritura hacia otras formas de expresión no literarias, pero si le presentamos como “artista”, sería autor de una única obra: el archivo OBASA. Ciertamente, esta obra-archivo es consecuencia y resumen de todas sus investigaciones con la escritura, desde los primeros experimentos con la poesía concreta hasta el último de sus videos.

Tras unos inicios prometedores como escritor de cuentos y obras teatrales, en 1972 Carrión abandonó definitivamente la literatura para ensayar un nuevo tipo de escritura que, apoyándose en las experiencias de la poesía concreta y del movimiento Fluxus, se caracterizó por utilizar recursos como la repetición, variación y permutación de palabras o nombres y la confección de listas y fichas.

Además de estas actividades “artísticas”, desarrolló una amplia labor teórica en la que destaca su manifiesto El arte nuevo de hacer libros (1975) que, aun siendo concebido con el objetivo de abrir nuevas vías para los escritores tradicionales, ejerció gran influencia en muchos jóvenes artistas visuales.

Resulta curioso observar que sus teorías son casi literalmente precursoras de otras teorías del arte más recientes en el mundo digital del siglo XXI. Podríamos citar, por ejemplo, su concepción del plagio como el “punto de partida de la actividad creativa”. En una especie de panfleto declaró: “¿Por qué plagios? Porque – Hay demasiados libros – Se tarda mucho en leer o escribir un libro – El arte no es propiedad privada – Denotan el amor que se profesa al autor – Ofrecen una segunda oportunidad de leer un libro – Hacen innecesaria la lectura – No se prestan a interpretaciones psicológicas – No tienen fines utilitarios – Carecen de valor comercial – Son sencillos y absolutos – Son bonitos” (Fandangos, nº 1, Maastricht, diciembre de 1973).

También encontramos las claves de su obra en trabajos como el libro de artista Tras la poesía (1973), la película The Death of the Art Dealer (1982) o el video TV-Tonight (1987). De su participación en la red de arte correo durante su período más creativo surgió, entre otros frutos, la revista Ephemera (1977-1978), dedicada a la recepción diaria de las obras que circulaban a través de esa red. Para Ulises Carrión, el “arte postal” era una suerte de estrategia de guerrilla. Con independencia de que se use el sistema de correos como soporte —igual que se usa el lienzo, el papel o la madera— o como medio de distribución, tanto “arte” como “correo” confluyen para controlar la producción y la distribución de arte (El Arte Correo y el Gran Monstruo, 1977).

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La muestra comienza con una sala a modo de índice, en la que encontramos lo que vamos a poder ver en el resto de las salas, puesto que cada pieza se centra en un aspecto concreto de la obra de Ulises Carrión, para a continuación dar paso al primer gran espacio de la exposición. Ahí vemos los libros de artista que fue recopilando el propio Carrión o, como a él le gustaba llamarlos, Bookworks. Les daba a cada uno de ellos mucha importancia, ya que no los veía simplemente como un objeto más, sino como una consecuencia global más compleja: cada página cumple una función dentro de una estructura general, de ahí que cada página sea fundamental en sí misma.

Hay libros de estampados de boxeadores, otros realizados en papel de fieltro…varios ejemplos llegados desde la que fue su librería de Ámsterdam. De la misma manera vemos otros sobre el amor, sobre las estructuras del lenguaje, todo el mundo artístico que montó en su librería, y un compendio de las múltiples actividades que desarrolló en la ciudad holandesa hasta su fallecimiento. También está su obra original, un término un tanto comprometido ya que Ulises Carrión no se consideraba un “artista” al uso.

Vemos pequeños libros y dibujos editados por él. Sus dibujos de trazos delicados se parecen mucho a los libros que él edita. Se proyecta también la pieza A book, un video en el que se ve al propio Carrión destrozando un libro, para luego ir recomponiéndolo. La literatura, los textos y los libros constituyeron el núcleo de su actividad artística, jugando con la construcción (Querido lector) y la deconstrucción (No lea) como un desafío permanente.

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La sala dedicada a su librería Other Books and So (1975-1979) es crucial en la exposición. Las obras libro de Ulises Carrión y de otros artistas fueron el germen de su librería-galería, cuyo objetivo era que estas publicaciones singulares llegaran a un público más amplio. Pese a su corta vida, Other Books and So sería un referente en la historia de los libros de artista. Se han reproducido para la exposición las mesas que había en la librería y que servían de soporte para el material que él vendía procedente de todo el mundo, además de las fotos originales de cómo era ese espacio tan importante para la vida y la obra de Carrión, los libros de los inventarios con todo lo que se hacía allí, junto con otra pequeña sección dedicada a algunos proyectos editoriales anteriores a éste, y que fueron creados en compañía de otras personas.

En este peculiar emplazamiento no solo promovió las publicaciones de diversos artistas, sino que además organizó multitud de actividades y más de cincuenta exposiciones, entre las que se incluían varias muestras individuales y temáticas, junto con otras dedicadas enteramente a los editores. Durante esta misma etapa también puso en marcha Daylight Press, un sello y una dirección editorial que los artistas podían utilizar para sus propias publicaciones.

Other Books and So se convertiría posteriormente en el Other Books and So Archive (1979-1989), que se disolvió tras la muerte del artista. Ulises Carrión utilizó una selección de su colección como base para la elaboración de su documental de 1987 sobre los libros de artista, titulado Bookworks Revisited, en el que el propio Carrión explica cómo eran y que particularidades tenían esos libros de artista que se vendían en la tienda. En la sala contigua se proyecta The Death of the Art Dealer, una película concebida inicialmente como una performance en la que Ulises sale portando un pequeño televisor en las manos. Ese televisor proyecta una película, y lo que hace él es moverse de la misma manera en la que se mueve la cámara: de izquierda a derecha, de arriba abajo, de atrás adelante…Lo hace como metáfora del cine como construcción.

A  continuación  encontramos  el  proyecto  titulado Gossip, Scandal and Good Manners con el que quiso mostrar cómo se distorsiona un rumor o cotilleo entre la gente. Utilizó a sus amigos y colaboradores más cercanos para que se dedicaran a difundir por Ámsterdam pequeñas historias inventadas por él y ver que consecuencias tenían. Abordó esta cuestión como un investigador artístico, confrontando la informalidad de estos fenómenos con su análisis sistemático. La estructura casi experimental de este estudio de campo fue documentado de manera gráfica y visual y el resultado final se ha trasladado a las paredes del Museo a través de fotografías, proyecciones, textos y dibujos.

Y llegamos a la sala dedicada al “mail art” o “arte correo”. Ulises Carrión había establecido una relación epistolar con artistas de todo el mundo creando una red global en la que se incluían las invitaciones para participar en los proyectos de arte correo y las contribuciones de Carrión a proyectos iniciados por otros artistas. Este espacio está dedicado a toda esa correspondencia mutua en forma de cartas y postales, y a los folletos sobre conferencias de arte correo que se realizaban. Sus aportaciones e iniciativas en el marco de los proyectos y exposiciones de arte correo pusieron de manifiesto su implicación personal en modelos de estrategias culturales destinadas a controlar la producción y distribución de arte. Algunas de estas iniciativas se organizaron en estrecha colaboración con Aart van Barneveld, fundador de Stempelplaats en Ámsterdam, un lugar donde estas propuestas se conectaban con la red internacional de arte correo que existía en paralelo al mundo del arte establecido. La revista de doce números Ephemera (1977-1978), en la que Ulises Carrión publicó las obras que circulaban por esta red y que recibía a diario, documenta la gran diversidad estética, conceptual y geográfica del arte correo.

La siguiente sala presenta una serie de proyectos públicos en los que Carrión elaboraba instrucciones estrictas para conocidos y extraños, convirtiéndolas en objetos enmarcados en diversos contextos experimentales. Estos proyectos se relacionaban fundamentalmente con los procesos de conceptualización, puesta en marcha, análisis, presentación y distribución del resultado impredecible de una idea inicial, algo semejante a un juego en el que las personas, las conductas y las ideas se conciben como piezas.

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Querido lector. No lea reserva un espacio para un homenaje muy particular que Ulises Carrión le quiso hacer a la actriz mexicana Lilia Prado. Bajo el nombre de Expediente LPS, Carrión documenta todo el proceso creativo y organizativo de un Festival de Cine en Ámsterdam que se le ocurrió crear y que repasara la carrera artística de Prado. Grabó un video (que se proyecta en la exposición) en el que documentó todo ese proceso: desde las charlas con Lilia Prado para intentar convencerla de que viajara a la ciudad holandesa para la inauguración, hasta las conversaciones con las distribuidoras para conseguir el material, finalizando ese documental con la llegada de la propia Prado a Ámsterdam. Todo ello junto a una reproducción del cartel principal del evento, fotografías y videos.

La muestra finaliza en una sala multidisciplinar en la que encontramos ocho monitores con videos que son un compendio artístico de las inquietudes de Carrión, además de tres obras sonoras y un espacio de lectura. Querido lector. No lea acaba su recorrido con una vitrina en la que encontramos la correspondencia que Carrión mantuvo con artistas españoles como Francisco Pino y José Luís Castillejo.

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