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Trabajar, Habitar, Recrearse:mirada Distante o Proyecto Moderno

Tres obras de Marcela Moraga conforman Trabajar, habitar, recrearse, que abordan diferentes dimensiones estéticas y de vida en la ciudad actual, acercándose a un modelo vivo de la caída de las utopías desde la década de 1960: Gropiusstadt. Mediante la distancia y la cercanía, interpelan al espectador usando el doble filo de la broma, la ironía y el sarcasmo para enfrentarse a este contexto otro y post.

Un estereotipo para hablar de reconstruir es el paisaje derruido de la posguerra. Sin embargo, hay un paso previo: el proyecto arquitectónico y urbanístico del Tercer Reich, con origen en la relación entre naturalismo y vanguardia, así como entre desarrollo tecnológico y utopía para situar a la masa en medio de la línea del tiempo: Berlín mismo se transformaría en la Capital Mundial de Germania, un proyecto de ciudad que dejaría al individuo reducirse al máximo a la sombra de gigantescos edificios y a la luz de un sol mítico y natural.

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Vista de la exposición «Trabajar, Habitar, Recrearse», de Marcela Moraga, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, 2015. Foto: Jesús Monteagudo

 

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Marcela Moraga, «Una cuerda y una carga», 2013, dibujo. Cortesía de la artista

 

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Marcela Moraga, «Una cuerda y una carga», 2013, still de video. Cámara: Ginés Olivares. Cortesía de la artista

 

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Vista de la exposición «Trabajar, Habitar, Recrearse», de Marcela Moraga, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, 2015. Foto: Jesús Monteagudo

Un experimento y un acto de proyección a ese futuro era necesario: el Schwerbelastungskörper o Cuerpo de masa pesada. La densidad y pesadez del objeto, de 12 millones 650 mil kilos, su carencia absoluta de adorno, sirven de testimonio de los experimentos de medición de la resistencia del suelo arenoso de la ciudad, que habría de sostener a la gigantesca arquitectura de Germania. En el distrito de Tempelhof, al sur de la ciudad, es desde 1995 monumento nacional, dada la imposibilidad de removerlo. Mientras, el Palast der Republik -antiguo parlamento de la RDA- el Schwerbelastungskörper era remozado y se establecía como un testimonio de la “pesada historia” de la ciudad alemana (Cf. Nippe, 2008). Atando una soga alrededor del gigantesco cuerpo, por su parte, Moraga apela con el gesto quizás a la Utopía de Tatlin, una espiral inclinada alrededor de la torre del progreso en el San Petersburgo de principios del siglo XX. La densidad material se confabula en ambas obras con la histórica, la una por medio de la acción directa y su potencial fugaz, la otra por medio del archivamiento como vía para retener el presente en crisis: el ojo de Moraga apela -como la caricatura- a la semejanza y la ilusión.

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Marcela Moraga, «Habitar y recrearse», 2013, fotografía digital / registro de Performance. Cámara: Mónica Araus. Cortesía de la artista

 

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Vista de la exposición «Trabajar, Habitar, Recrearse», de Marcela Moraga, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, 2015. Foto: Jesús Monteagudo

En otro costado de la sala se encuentran dos proyectos que a lo largo de años se concentran en una utopía del después de la destrucción total: la Martin-Gropius-Stadt. El complejo habitacional, construido entre 1962 y 1974 por los arquitectos Walter Gropius y Wils Ebert y en cooperación –no libre de conflictos– con diferentes empresas y asociaciones colectivas de construcción, se basaría en la Carta de Atenas y el espíritu de recuperación de espacio habitable. Escrita en 1933, la declaración emerge del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, celebrado en la capital helénica y organizado por Le Corbusier, en el que se discute la idea de la Ciudad Funcional, que pretendía reorganizar la superficie del territorio urbano en zonas homogéneas de uso y de funciones de la vida en la ciudad: trabajar, habitar, recrearse (y descansar): “(las tres zonas) habrían de estar separadas de forma de que pudieran ser llevadas a cabo en plenitud. La ciudad soñada antes de la catástrofe por Le Corbusier era descrita así:

“Habitar significa tener espacio, aire puro, tranquilidad.
El trabajo implica densidad y velocidad en las comunicaciones, orden.
El descanso y la recreación significan deporte, compensación del trabajo moderno – hacer todos los días deporte para la recuperación de la fuerza de los nervios”.
(Le Corbusier en Hilpert, Thilo:1978: 233).

La idea habitacional se concretaría en el sueño de vida bajo las condiciones del milagro económico. Gracias a la altura y el consiguiente ahorro de superficie, las áreas verdes habrían de volverse zonas con ausencia de vegetación, de mobiliario urbano y personas para hacer del suelo una losa reflectante para la luz solar, aislada ahora de cualquier proceso ecológico y vuelta parte de la vista. Después de la crisis económica del 73, en medio del contexto de escasez y restricción, el aislamiento en la célula de cemento puede ser graficada como lo hiciera Perec en La vida, instrucciones de uso: “el elemento no preexiste al conjunto, no es ni más inmediato ni más antiguo, no son los elementos los que determinan el conjunto, sino el conjunto el que determina los elementos“ (Perec, 1988: 8).

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Vista de la exposición «Trabajar, Habitar, Recrearse», de Marcela Moraga, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, 2015. Foto: Jesús Monteagudo

 

Moraga hace de la Gropiusstadt y sus habitantes también un laboratorio: recuperando imágenes mentales de un lugar ideal (La casa de barro, metáfora de la cercanía a la tierra), los habitantes de la ciudad otrora modelo trazan las trayectorias y redes propias de su experiencia de vida, nombrando y dando forma visible al espacio vacío de la historia y al presente de la vida en (des)comunidad: las trayectorias migratorias, la ciudad anhelada, el no-lugar y la utopía perdidas. En el proceso se reconoce el aislamiento y la ausencia de una vida en común en una ciudad que nunca esperó a sus habitantes.

Por medio de la tortuga de papel maché y su muda deriva en el espacio urbano, Moraga apela por última vez a la caricatura del ojo. El silencioso filme de 8 mm relaciona la deriva del sujeto – artista en el contexto europeo con la necesidad de cobijo y de redefinición de identidades.


Referencias

• Hilpert, Thilo: Die funktionelle Stadt: Le Corbusiers Stadtvisionen, Wiesbaden: Vieweg: 1978.
• Nippe, Christine: 12 650 000: 25 black and white photographs framed, 5. berlin biennale for contemporary art, 05.04. – 15.06.2008 Neue National Galerie, Berlin en Short Guide bb5 – Day, 5a Bienal de Berlín, 2008.
• Perec, Georges: “La vida: instrucciones de uso”, Barcelona: Anagrama, 1988.


Marcela Moraga: Trabajar, Habitar, Recrearse

Die Ecke Arte Contemporáneo | Av. José Manuel Infante 1208 | Santiago | Chile

Hasta el 21 de noviembre de 2015

Teobaldo Lagos Preller

Nace en Puerto Montt, Chile, en 1978. Es autor, curador y Doctor en Historia y Teoría del Arte por la Universidad de Barcelona y M.A. en Estudios Latinoamericanos Interdisciplinarios por la Freie Universität Berlin. El eje de su trabajo son las prácticas artísticas en diferentes medios y lenguajes que buscan generar zonas de contacto al interior del espacio expositivo y en la vida cotidiana. En 2021 trabajará con un equipo curatorial interdisciplinario en "Museo de la Democracia", una exposición inmersiva en la Nueva Asociación de Artes Visuales de Berlín (nGbK). Ha colaborado en proyectos editoriales y curatoriales con artistas, colectivos e instituciones como la Fundación Jumex (México), el Transart Institute (Berlín/Nueva York), y el Ministerio Alemán de Relaciones de Exteriores, entre otras. Vive y trabaja en Berlín.

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