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Yance & Bonfanti:»el Arte es la Perla del Absurdo»

Raily Yance (1989) y Fabio Bonfanti (1990) son dos artistas emergentes venezolanos nacidos en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, que trabajan juntos desde el inicio de sus carreras. En 2014 presentaron las primeras muestras individuales en su ciudad natal bajo los títulos de Marte, en el espacio independiente Al Borde, y Osvaldo García Montiel: 7mo grado, en el Museo de Artes Gráficas Luis Chacón. A finales del mismo año se hicieron merecedores del premio especial de la Fundación Patricia Phelps de Cisneros en la XVII Edición del Salón Banesco Jóvenes con FIA, ganando una residencia en Pivô en São Paulo, y en enero del 2015 ganaron el Premio Mendoza, obteniendo la residencia en Lugar a dudas, ubicado en Cali, Colombia. El pasado 22 de marzo, Yance y Bonfanti inauguraron su primera muestra individual en Caracas, en los espacios de Oficina #1. 

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Raily Yance y Fabio Bonfanti en Oficina #1, Caracas, 2015. Foto: Leyla Dunia

Leyla Dunia: ¿Cómo se conocieron y decidieron trabajar juntos como colectivo artístico?

Fabio Bonfanti: Nosotros comenzamos la carrera en la Facultad de Arte de la Universidad del Zulia, pero realmente no nos conocimos ahí, sino en un concurso que se da en Maracaibo en la Plaza de la República, que se llama Chiara Lubich, en 2009.

Raily Yance: Yo recuerdo que él vio una libreta de dibujo mía, un cuaderno de artista y vio algo ahí que le llamó la atención, y luego en la universidad otra vez pudimos contactar y él me prestó su libreta; ahí vi cosas que recuerdo ahora: dibujos de hombrecitos a la manera de Contramaestre, que eran muy particulares porque tenían interruptores, se podía prender el brazo o la cabeza o las piernas y ese diseccionar del cuerpo me pareció fabuloso, como si fuese una máquina con la que puedes interactuar y que él mismo ser pueda decidir cuándo accionar, qué prender, qué apagar, y eso me llamó mucho la atención… de ahí comenzamos a hablar y nos dimos cuenta que teníamos cosas en común en cuanto a lo absurdo y el sinsentido de manera muy local. Entonces creo que desde ahí comenzamos; no nos importaba cuánta participación tenían los demás en la obra, en aquel momento no nos interesaba, y así pudimos trabajar juntos porque él podía mover algo que yo estaba haciendo y yo no me molestaba sino que me gustaba, y yo podía mover algo y desde ahí arrancar; se fue formando solo.

Recuerdo una de las primeras obras que hicimos juntos que fue muy emotiva. Cuando se estudia Artes Plásticas los estudiantes siempre están cargando un perolero encima. Nosotros decidimos hacer un tren de cartón donde podían meter las cosas para llevarlas al salón de clases, era un tren con colores muy infantiles. Demarcamos un espacio de la facultad para el estacionamiento e hicimos un documento donde explicábamos que era un tren que nosotros hacíamos para facilitar la vida del estudiante, que es una vida muy tormentosa, sobretodo del estudiante de arte.

F.B: La Facultad tiene la particularidad que es tomada de la Facultad de Ciencias, y utiliza los pisos superiores. Para llegar tienes que subir escaleras, así que en realidad el tren era inútil porque no podía subirlas, era un juego. Incluso hicimos normas… una de ellas era: no lavar excesivamente con jabón el tren cuando nieva… había mucho humor.

R.Y: Es un intento de hacer algo que aparentemente no tiene ningún sentido pero que puede y que enmarca para nosotros mismos cosas sumamente importantes: un algodón con tirro pueden ser dos planetas que están encontrándose, y a la vez como ejercicio de investigación poner a jugar la imaginación, ver hasta dónde llegar.

F.B: El planteamiento del sinsentido tiene esa parte que realmente refleja algo que puede no tener sentido en la sociedad y crea un multiplicidad de opiniones en la interpretación del espectador, y eso crea un sinfín de mundos.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Plástico, metal, agua, vidrio y electricidad | 2015 | Materiales diversos | Dimensiones variables. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Pintura, clavo e hilo | 2015 | Materiales diversos | 24 x 29 x 2 cm (aprox). Cortesía: Oficina #1

L.D: Ambos estudiaban en la Universidad del Zulia, en la Facultad Experimental de Arte, Raily en mención Dibujo, y Fabio en mención pintura, sin embargo estos no son los medios que utilizan para expresarse…

R.Y: Es todo parte del juego, pero por ejemplo los bocetos de las obras necesitan dibujo y ahí viene lo que estudiamos; algunas cosas de las que hacemos necesitan composición y ahí entran los conocimientos de pintura… al final todo se aplica. El arte es muchas cosas para mi, y es un riesgo, y eso es parte del juego, ver hasta dónde llega el límite y poderlo expandir, jugar con la palabra, pre-arte, post-arte, meta-arte, mega-arte, poderla blandir como si la palabra arte fuera una lámina y la pudieses doblar, estirar, partir, a ver que otras posibilidades tiene.

F.B: Además en la Facultad, aunque de una manera un poco forzada, si permitían cierta libertad en la creación, dependiendo de los profesores.

L.D: Cómo funciona el proceso creativo de un colectivo, donde dos personas, dos mentes, negocian y conciben un solo producto artístico. Describieron en una oportunidad como parte de este proceso lo que ustedes llaman imaginación investigativa, o I al cuadrado. ¿En qué consiste esto?

F.B: Supongo que hay una cierta metodología que muta mucho. De vez en cuando Raily me plantea ideas teóricas y vamos pensando en esa incomodidad que nos produce la idea y van ocurriendo cosas y vamos añadiendo cosas poco a poco. Otras veces llegamos con los bocetos y negociamos… digamos que hay un diálogo permanente.

R.Y: A la vez estamos jugando con ser un colectivo, porque nosotros intentamos mantener la individualidad de cada quien hasta el final. Es un juego de falsedad… podría decirse cuando decimos toda esta exposición la hice yo, y la figura del otro está ahí, es también poner eso a prueba: hasta qué punto esto es de los dos o de uno solo. Estamos intentando que tenga dos lecturas, o miles de lecturas. De cualquier pieza la interpretación que yo pueda tener no sé si es la misma que va a tener Fabio. Podemos jugar a que esa misma pieza tenga esa posibilidad de doble explicación de nosotros mismos, y vamos que no hay que explicar todo tampoco, pero digamos que puede tener esa bifurcación explicativa, y eso es muy interesante; a mi me llama mucho la atención que el objeto está ahí y puede tener las dos cosas.

F.B: Si, la investigación imaginativa es un proceso que trata de enlazar elementos que puedan partir desde el automatismo mental hacia la realidad y crear así historias.

R.Y: Es la fuente de todo nuestro trabajo. Es esa apología total a la expectativa, una defensa a ultranza de la especulación y a la suprema intuición, y la imaginación investigativa o artística siempre esta ahí funcionando, porque por ejemplo con una pieza tenemos una intuición o una sospecha de que puede estar pasando algo… es un proceso al que le damos mucho valor, que quizás después puede ser un error, pero ponemos en un pedestal la duda, la especulación, la sospecha y la intuición, y al final podemos equivocarnos, pero eso está de manifiesto.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Pintura, plástico y algodón| 2015 | Materiales diversos | 80 x 51 cm / Objeto: 33,5 x 9 x 7 cm (aprox). Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, parte de la muestra en Oficina #1, tirro, torniquete, plástico, madera y pintura en spray | 2015 | Materiales diversos | 55 x 20 x 10 cm. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Madera, tela, caja de música | 2015 | Materiales diversos |40 x 33 x 27 cm. Cortesía: Oficina #1

L.D: Trabajan con objetos cotidianos en instalaciones mayormente participativas y enigmáticas donde lo absurdo y lo lúdico se manifiestan constantemente. ¿Qué importancia tienen estos conceptos en su obra?

R.Y: Bueno, ¿qué es hacer arte? Ya desde el arranque hay algo de juego, así que lo lúdico está presente casi por decreto, pero es muy complejo porque el arte hasta los momentos conserva esa libertad donde el sujeto puede expandirse él mismo, poner cosas a prueba, ponerse a prueba él mismo y eso implica que una actividad en serio como es una profesión o la propia vida rutinaria pueda ser un juego, y esas cosas el arte las tiene y hay que explotar el recurso hasta el final. Y lo absurdo desde el principio cuando comenzamos a estudiar, en mi caso, no tenía mucha idea de todo esto pero si tenía una fuerte convicción por la intuición: si yo creo que eso es algo va a ser algo, y si ya no es no me importa equivocarme y afrontar lo que tenga que afrontar, pero lo voy a intentar con todo. Desde el principio, lo que más me gustó fue Francis Picabia o Edward Lear, y ya desde ahí me di cuenta que había algo que me llamaba poderosamente la atención, y luego cuando yo conozco a Fabio él traía también otros autores y otras referencias, y ya nos dimos cuenta que teníamos esa antena que bien la puede tener todo el mundo, cuando a los demás jóvenes artistas les interesa el color, es porque tienen una antena para el color… ¿me entendéis? Y pueden entender el color como lo entiende James Turrel o cualquier otro, pero es el color la preocupación… yo llamo eso antenas o fuentes, hay distintas fuentes donde las personas que quieren hacer arte de una manera que pueda aportar; de algún modo tienen desde adentro una conexión con una fuente o con una antena que va uniendo cosas… yo creo que por ahí nace nuestro interés por el absurdo.

F.B: En mi casa ingenuamente desde chamo por la duda interpretaba todo como un sinsentido, por ejemplo el uso de las pocetas. En Maracaibo todo fluye hacia el lago y lo contamina, desde niño me decían no orines la pared, orina en la poceta, y uno lo hace para hacerle caso a la sociedad y cuando entiendo que en realidad todo va para el lago, era lo mismo, todo es un encubrimiento que viene a ser lo mismo y todo ese encubrimiento que pareciera que tiene lógica es un sinsentido en sí, y desde ese pensamiento me comenzaron a interesar autores que lo planteaban desde el arte y, claro, el arte es la perla del absurdo, lo que llega a iluminar el absurdo.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Papel y plástico | 2015 | Materiales diversos | 13 x 12 x 12 cm (aprox). Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Cemento, plástico, madera | 2015 | Materiales diversos | 37 x 126 x 130 cm (aprox). Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Cartón, metal y plástico (mundito y cuchara) | 2015 |Materiales diversos | 8 x 29 x 52 cm. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Papel fotográfico (combo zuliano) | 2015 | Materiales diversos | 33 x 34 x 28 cm. Cortesía: Oficina #1

L.D: Se apropian de objetos cotidianos y le dan otro significado dentro de la sala de exposición ¿Qué persiguen con esta reubicación y resignificación de sentido?

R.Y: Generar en la percepción una situación. En nosotros hay una necesidad de propiciar no una polémica sino más bien una situación en la cual generar cierto diálogo raro, extraño, que pueda someter al espectador a prueba y preguntarse qué es esto (refiriéndose a una X de madera): si es una x, o una espada, qué puedo hacer con esto, es un arma o un instrumento musical… se trata de crear esa incertidumbre. El hombre en la contemporaneidad ha perdido la sensibilidad, eso nos pasa a nosotros también, ya casi no sentimos nada… en Venezuela hay miles de muertos todo el tiempo y no es que a uno no le importe sino que ya no lo percibimos como una tragedia, como pudiese ser en otras circunstancias, entonces de algún modo poder crear situaciones que generen sensación tiene todo el sentido, no sé si toda la justificación, pero si se puede hacer ¿por qué no hacerlo?. Ahora mismo hicimos un túnel de agua que es súper absurdo porque no se siente nunca el agua, pero ya poner una especie de túnel dentro de la sala que te lleve de una puerta a otra es un juego que te esta invitando a salir de la sala y debería generar dudas acerca de la arquitectura y dudas acerca de hasta dónde llegan las capacidades del espacio: ¿cuál es el espacio expositivo, es el cubo blanco? Entonces poner a prueba ese concepto, son las aristas o son las líneas, o en cuáles ángulos del cubo está más presente la atención artística, dónde puede suceder más arte, si en las esquinas del cubo o por dentro o por fuera o por debajo, y por qué no convertir este cubo en un hipercubo, y así.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Pintura, plástico, metal y tela | 2015 | Materiales diversos | 87 x 46 x 5 cm. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Piscina | 2015 | Materiales diversos | 4 x 60 Ø cm. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Cera, vidrio y electricidad | 2015 | Materiales diversos | Medidas variables. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Madera y plástico | 2015 | Materiales diversos | 41 cm x 8 x 6 cm (aprox). Cortesía: Oficina #1

L.D: Su primera exposición individual fue en diciembre del 2013 en el espacio independiente Al Borde, en su ciudad natal Maracaibo. Cuéntenos un poco sobre este trabajo y por qué la muestra llevaba como título Marte 

F.B: Se trataba de la interpretación de aquel planeta, de un universo. En ese momento estábamos planteando y creando artistas que realmente no existen pero a la vez existen y están haciendo obra de arte en todas partes, por ejemplo uno lo llamamos “Jamasmama”, que era un erudito de la historia del arte en Marte y comenzaba a dialogar con todo el universo; es ver la vida como obra de arte y no sólo desde lo humano sino como un ready made hecho por la nada y en constante situación con el teatro humano. Eran personajes creados por nosotros que a la vez afirmábamos que no eran creados por nosotros. Veíamos por ejemplo esto (señalando una caja cercana), el sello en esa caja, y decíamos que era una obra de Jamasmama, y parte de eso se traduce en esa muestra y en realidad en todo nuestro trabajo.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición Marte, en Al Borde, Maracaibo, 2013-2014. Cortesía de los artistas

L.D: Luego expusieron en el Museo de Artes Gráficas Luis Chacón, también en Maracaibo. La muestra Osvaldo García Montiel: 7mo grado tenía una atmósfera de precariedad y un sentimiento de que algo estaba por ocurrir, como sucede cuando una estructura se encuentra en construcción o en proceso. ¿Qué premisas trabajaron para esta muestra?

F.B: Esa exposición nos sorprendió bastante el día de la inauguración porque trabajamos con obra interactiva pero no todas eran interactivas. Sin embargo, el espectador pensaba que toda obra era de participación e interactuaba con todos los objetos; el espectador estaba creando también la obra que fue mutando y en realidad sí, estaba todavía en proceso. Nosotros hacíamos algo que llamamos caminatas peligrosas en Maracaibo: íbamos de noche por toda la ciudad y un día nos encontramos un cuaderno de bachillerato que decía «Osvaldo García Montiel 7mo grado», y nosotros retomamos ese cuaderno especulando que era arte y a partir de eso creamos obra. Resulta que era primo del artista Ernesto Montiel, él nos decía que nos iba a demandar (risas)… era todo un juego.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición Osvaldo García Montiel: 7mo grado, en el Museo de Artes Gráficas Luis Chacón, Maracaibo, 2014. Cortesía de los artistas

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición Osvaldo García Montiel: 7mo grado, en el Museo de Artes Gráficas Luis Chacón, Maracaibo, 2014. Cortesía de los artistas

L.D: ¿Podríamos decir que existe cierta influencia del trabajo del artista marabino Juan Pablo Garza en esta exposición y en su trabajo en general?

R.Y: Ahí entra un juego que es de algún modo no un homenaje, pero si jugar con las figuras de los jóvenes artistas maracuchos que son Juan Pablo Garza, Ernesto Montiel, Christian Vinck, Armando Rosales, Aquiles Hadjis. Nosotros tenemos esos referentes y tenemos un diálogo con ellos que nos interesa mantener, y además hemos tenido la suerte de que también tenemos una relación personal, más que todo, con Juan Pablo Garza.

L.D: Padre e hijos…

R.Y: Si si, total… para nosotros él es sumamente importante, además que ellos representan una generación de arte maracucho que a nosotros nos interesa mucho y que tiene tiempo trabajando; desde los 90 hicieron mucha música experimental que creo que es lo menos conocido de su trabajo. Y es un juego extraño porque por ejemplo en toda esta exposición (refiriéndose a la individual que tiene lugar en Oficina #1) y también las anteriores, e incluso en la obra Tubos que presentamos en la Sala Mendoza, hay una preocupación por el sonido y desde el sonido y la música, pero son cosas muy visuales jugando con esa idea. En esta muestra una de las obras es una caja de luz donde están las fotos de ellos, lo que llamamos la escuela del milagro, donde están Ernesto Montiel, José Gabriel, Marco Montiel Soto, Christian Vinck, Armando Rosales y el griego Aquiles Hadjis, que es músico también y acaba de hacer el texto de la exposición de Ernesto Montiel, que es un texto increíble.

L.D: ¿Cómo es su relación con Maracaibo, con la explotación petrolera, su lago, el relámpago del Catatumbo, el clima, el contexto…?

R.Y: Fíjate que en esta exposición y en las anteriores están muy presentes lo tubos; la relación que la gente de Maracaibo tiene con esa ciudad es una relación que de algún modo tiene que ver con la explotación petrolera. Por ejemplo, mi papá es obrero y ha trabajado toda la vida para las petroleras, y el papá de Fabio es un empresario que hace plástico y el plástico viene de la polimerización de derivados del petróleo; hay una relación de nosotros con la localidad y es una relación amor y odio con el petróleo.

F.B: Y teniendo en cuenta que el petróleo está escondido.

R.Y: Claro, y nadie tiene acceso a eso. Son símbolos. En la bandera del Zulia está la franja azul que es el lago de Maracaibo, después la franja negra es el petróleo, luego está el círculo amarillo que es un sol potente que te hace esconderte del dios Ra porque no puedes con él, y a esa bandera le debieron haber puesto tubos también (risas).

L.D: Y si hablamos de referentes internacionales, ¿cuáles serían con los que sienten mayor afinidad?

R.Y: Muchos, sobretodo los latinoamericanos. Desde el norte con Félix González Torres hasta el sur con Mario García Torres; esos son los referentes. Luego está lo más viejo, que son los europeos y que también nos interesan, como Peter Fischli & David Weiss.

F.B: Y más atrás Paracelso.

R.Y: Alphonse Allais es sumamente importante… ellos hacían el salón de arte incoherente en París y se podría decir que había obras con características minimal 30 ó 40 años antes.

F.B: Hay una composición de Allais que es muy parecida a 4’33’’ de John Cage pero era una partitura en blanco; claro, es otra dinámica.

R.Y: Si, y hasta los mismos futuristas antes del Fluxus, antes que Nam June Paik tocara el piano con un martillo, ellos lo estaban tocando con un cepillo de dientes, y por eso es que siempre vamos a esa fuente que nos llama poderosamente la atención.

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Yance y Bonfanti, Proyecto Tren para el Salón Banesco Jóvenes con FIA Edición XVII curada por Ruth Auerbach, Caracas, 2014. Cortesía de los artistas

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Yance & Bonfanti, Proyecto Taladro, vista de la instalación en el Décimo Salón Regional Jóvenes Artistas, MACZUL, Maracaibo, 2014. Cortesía de los artistas

L.D: En el proyecto Tren expuesto en la XVII Edición del Salón Banesco Jóvenes con FIA en septiembre del 2014 está presente la idea del eterno retorno, lo cíclico, y quizás hay algo de esto también en la obra Taladros presentada en el Décimo Salón de Arte Regional de Jóvenes en el MACZUL. Son circuitos donde la iteración da cuenta de situaciones absurdas, de una suerte de estancamiento del que se busca un mecanismo alternativo para accionar…

F.B: Si, digamos que en la manera de actuar del humano en esta época, que es la que menos entiendo, pareciera que hay elementos constantes en circuito: desde la rueda de un caucho que nos traslada, los mismos circuitos electrónicos que son circuitos cerrados, el bombeo del agua, toda idea es circuito y nosotros intentamos hacer las obras circulares para entender un poco más esta época y siempre queriendo romper el circuito a ver qué pasa.

R.Y: O que el espectador pueda producir esa ruptura y, claro, yo aprender. Si yo veo que alguien puede romper el círculo yo quiero copiar eso también, quiero aprender. También tiene que ver con que a nosotros nos interesa la figura de crear la sospecha de que sucede algo, para motivar la intuición, la inteligencia, la búsqueda, la investigación y entonces así se descubren otros significados en ese objeto que tiene que ver con situaciones de vida y eso crea un espíritu, una carga emotiva, un símbolo, significados que le dan una explicación válida que viene de un automatismo que nosotros provocamos.

L.D: La obra Tren los hizo merecedores del Premio Especial otorgado por la Fundación Cisneros para realizar una residencia artística durante una semana en Pivô, en São Paulo. ¿Cómo fue la experiencia y qué sería lo más significativo que obtuvieron de este intercambio cultural?

R.Y: Brutal… la movida de São Paulo en cuanto a arte contemporáneo es de las más pujantes de Latinoamérica. Tuvimos la suerte de que Christian Vinck –fíjate, otra vez la escuela maracucha- había expuesto en la galería Leme y conocía a algunos artistas con los que nos puso en contacto, como por ejemplo con Lucas Arruda y otros artistas increíbles. Y en Pivô estaban los artistas en residencia y nos presentaron a curadores; conocimos a Marta Ramos-Yzquierdo y Manuela Moscoso. Y fue increíble la experiencia de conocer gente, conversar con ellos, estar en contacto con otros discursos, ver el brutalismo brasileño, la cantidad de arquitectura, de concreto y la importancia que eso tiene para ellos… una gran experiencia.

L.D: ¿Cómo funcionan los comunicados que hacen desde las obras, esta especie de “manifiestos” epistolares?

R.Y: Creo que no funcionan (risas). Son cartas que hacemos a un destinatario que no existe, que empezó haciéndonos cartas a nosotros mismos, un comunicado que nos respondíamos.

L.D: Desde la piscina, desde el tren, desde el taladro…

F.B: Y hay un montón más… es jugar a colocarnos dentro de la obra, ser obra para crear una relación con el mismo texto.

L.D: No tratan de explicar la obra, son apuntes e ideas sucesivas que no dejan ver claramente un hilo conductor… 

F.B: Si, porque nos interesa mucha la intuición, que el cerebro intuya, más que pensar.

R.Y: Es curioso eso. Es verdad que todo está escrito desde dentro de la propia pieza porque tenemos una obsesión con poder plantear universos, planetas y entender de algún modo que todo está lleno de vida, todo está conectado.

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Yance & Bonfanti, Tubos, obra presentada en el Premio Mendoza Edición 12 +1, Caracas, 2015. Foto: Ileana Ramírez

L.D: En enero del año en curso participaron por primera vez en el Premio Mendoza en su edición 12 + 1 coordinada por Willy McKey. Destacaron con la obra Tubos, que obtuvo el primer lugar, que consiste en una residencia artística en Lugar a Dudas en Cali, Colombia. Cuéntenos sobre la experiencia de participar en este premio con tanta trayectoria y cuándo planean viajar.

R.Y: Sin duda, es un salón con mucha historia en Venezuela, han estado por ejemplo Claudio Perna y la experiencia de Once Tipos. Participar ahí fue mucha suerte y luego ganar fue mega suerte… estamos súper contentos. Conocimos a Jesús Moreno que tenía una obra de arte sonoro que nos interesó mucho y pudimos conversar con él e intercambiar correos; desde ahí se generaron una serie de encuentros significativos porque para nosotros los artistas jóvenes venezolanos son muy importantes. Esperamos ir en mayo a Colombia.

L.D: En Tubos y también en otras piezas buscan situaciones en las que el espectador tiene que accionar mecanismos y completar el significado de la obra. ¿Por qué esta participación es tan importante? 

F.B: En tubos se necesitan dos espectadores: uno escucha y otro abre y cierra la válvula, y así va creando la composición en el otro espectador. A eso lo llamamos nosotros ingenuamente ayudante del espectador. Lo que mencionas sobre que algunas obras necesitan la figura del espectador para completar el significado es porque el espectador en sí para nosotros puede ser figura como obra, y la obra comienza a ser espectador, y el artista comienza a ser espectador y toda esa relación nos interesa mucho. En la exposición Osvaldo García Montiel: 7mo grado había una obra que era un bombillo rojo donde el espectador se sentaba y se quedaba viendo la luz durante dos minutos aproximadamente; esto lo hacían intuitivamente, y comenzaban a destruir todas las obras dentro de su organismo porque empezaban a ver las manchas del color complementario y no podían percibir las otras obras, y para mi ese espectador confuso y desorientado era una de las obras de la muestra… hay una gran importancia en esta relación.

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Título| 2015 | Materiales diversos | 21 x 30 cm. Cortesía: Oficina #1

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Yance & Bonfanti, vista de la exposición en Oficina #1, Caracas. Texto | 2015 | Materiales diversos | 29 x 42 x 7 cm. Cortesía: Oficina #1

L.D: ¿Podrían comentar sobre la muestra en Oficina #1?

R.Y: Tiene que ver mucho con sonido. Estamos intentando hacer un sonido muy sutil, que es cuando el agua pasa por los tubos y el espectador lo va sintiendo cuando va pasando por el túnel, pero es muy sutil, se necesita mucho silencio. Es ese intento de un sentir más cercano al espectador y que se genere en él esa interacción, esa duda, esa situación.

F.B: Ahorita nos interesa la obra dentro del cuerpo, que se sienta dentro del cuerpo en una relación más física y más espiritual, quizás en esta exposición no está tan presente, pero esto es una prueba de eso.

F.B: Si, es una interacción ya no tanto física pero al mismo tiempo más física porque va dentro del cuerpo.

L.D: Hay una relación constante con la música, incluso en los manifiestos hay palabras de teoría musical. ¿Alguno de los dos es músico? 

F.B: Yo tengo un conocimiento musical básico; nos interesa mucho pero siempre nos aproximamos desde un tono de ingenuidad, igualmente a la física, la matemática, etc.

L.D: Para finalizar, ¿cómo ven el panorama del arte contemporáneo en Venezuela y qué diferencias han percibido entre las dinámicas de la ciudad de Maracaibo y la ciudad capital?

F.B: A mi me cuesta responder esas preguntas. Algo muy directo es que en Maracaibo no hay lugares donde se puedan generar exposiciones mensuales o lugares para encuentros entre la gente que le interesa el arte; hay que reunirse en casas, todo va a un ritmo un poco más lento. Al Borde ya no existe, pero la dirección del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia cambió y parece que esa idea se está reactivando.

R.Y: Y eso es algo que miramos con buenos ojos y en lo que tenemos mucha fe. La situación en el país es súper compleja, económicamente, políticamente… La mayoría de los artistas jóvenes que podían aportar muchísimo han emigrado del país y eso genera toda una situación de decadencia o de pérdida, pero también es un poco como los músicos del Titanic: hay personas que van a estar aquí hasta que el barco se termine de hundir o pase lo sea que vaya a pasar aquí. Mientras haya gente va a haber cosas que hacer.

L.D: Hay que contrarrestar la situación creando y construyendo desde nuestros trabajos, espacios, conocimientos, desde nuestras posibilidades… 

R.Y: Hay que seguir trabajando duro, estoy convencido de eso. Yo entiendo la situación súper compleja y no reprocho a nadie que se va; el que pueda irse, buenísimo, y el que está aquí a echarle pichón.

Leyla Dunia

Nace en Caracas, en 1990. Es Doctora en Artes, Humanidades y Educación por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Tiene una Licenciatura en Historia del Arte por la Universidad Central de Venezuela y Máster Oficial en Investigación en Prácticas Artísticas y Visuales por la UCLM. Ha colaborado como escritora con revistas internacionales de arte como ArtForum, Performance Research, Efímera Revista, Sin Objeto, Artishock, Revista Común, ArtNexus y el diccionario de Arte Latinoamericano de Oxford University Press. Ha trabajado como curadora, asistente curatorial e investigadora en exposiciones en España, Estados Unidos, Ecuador y Venezuela y participado como ponente y conferencista en México, Colombia, Ecuador y Líbano. Actualmente es profesora de Historia del Arte en España y desde 2016 colabora con el grupo de investigación ARTEA Investigación y Creación Escénica de la UCLM.

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